20/04/20 Onceava práctica PICA
Esta práctica, fruto de las circunstancias, trataba sobre qué sentimos en el encierro. Mi mensaje adjunto a este trabajo fue el siguiente:
La cuarentena nos quita mucho, pero también nos da tiempo para hacer todo aquello que teníamos pendiente, estar con la familia (física o virtualmente), aprender cosas nuevas…¡incluso aburrirse! Pero también nos está dando la oportunidad de contemplar, que según la RAE es «observar con atención, interés y detenimiento una realidad, especialmente cuando es tranquila y placentera o cuando se hace con pasividad».
Mis fotos son un reflejo de lo que contemplo a diario: los cambios de luz y del tiempo, la llegada de la primavera y, sobre todo, esos cielos que brillan y explotan como nunca cuando no los llenamos de contaminación.
Tokio y la paradoja de las macro ciudades
En Tokio sentí mucho más que en cualquier otra parte el choque cultural.
Me agobió la masificación de gente, ruido, anuncios, luces y estímulos en general, pero sobre todo me hizo sentir una profunda soledad.
Menos mal que la ciudad esconde espacios para el reencuentro con la idea de humanidad y con una misma.
Adiós 2017
Adiós a otro año más (¡y ya van 33 y medio!), repleto de vivencias (buenas y malas), trabajo (virgencita, virgencita, que me quede como estoy), mucha cultura (libros, cine, teatro, zarzuela, conciertos), buena gastronomía (también mala, pero esa es mejor no recordarla), caminos (viejos y nuevos) que recorrer, y muchos (muchos) viajes. Con la suerte, además, de haber disfrutado de todo ello acompañada por muy buena gente con la que comparto existencia.
Veamos ahora qué nos depara el 2018…¡que comience la función!
Artíes, Valle de Arán, España. 2017.