enero 5

Mis lecturas del año 2020 (2/2)

(Continuación de este post)

41. «El disputado voto del señor Cayo», de Miguel Delibes. Primera lectura del Club de lectura virtual Chiribitil. Podría decirse que es mi primer libro de Delibes, porque hace muchísimo leí El camino pero no tengo recuerdo alguno de esa lectura, y he de decir que no será el último, porque me gustó muchísimo. El libro se desarrolla prácticamente en un solo día en el que un grupo de militantes van a hacer campaña a algunos pueblos de la Castilla profunda. En uno de ellos conocen al señor Cayo, que, para su sorpresa, les dará unas cuantas lecciones que les harán reflexionar sobre qué es lo verdaderamente importante saber. Un libro que nos muestra con claridad la dicotomía vida urbana/vida rural y lo que se está perdiendo con la migración masiva a las ciudades. Muy recomendable para hacer un ejercicio de reflexión sobre a dónde vamos y de dónde venimos.  

DEL COLOR DE LA LECHE | NELL LEYSHON | Comprar libro 9788415601340

42. «Del color de la leche», de Nell Leyshon. Este libro, préstamo de Clau y recomendación de Míriam, me sorprendió mucho no tanto por lo que cuenta como por cómo lo cuenta, porque está escrito de un modo muy curioso, como si pudiera escucharse. El libro relata la historia de Mary, una niña muy sincera y directa que vive en la Inglaterra rural de 1830 y que consigue salir de la dura rutina de trabajo en el campo de su casa para trabajar como criada de la mujer del vicario. Allí aprenderá a leer y escribir (de ahí viene también la curiosa forma del relato que comentaba antes), pero también descubrirá que no es oro todo lo que reluce. No cuento nada más, solo recomiendo que lo leáis porque es un libro que engancha, ¡muy recomendable! 

43. «Al menos tienes trabajo», de Naiara Puertas. Ensayo sobre la situación laboral en España que leímos en el Club de lectura virtual de Fe de Erratas. Fue una lectura muy interesante, de la que sacamos muchas conclusiones (y la mayoría, todo sea dicho, describen un modelo laboral y vital que no nos convence) y que nos hizo replantearnos el modo en el que entendemos el trabajo, cómo está concebido en nuestra sociedad y lo que se espera de nosotros como ciudadanos, antes, durante y después de nuestra edad laboral. Vamos, que pone sobre la mesa cosas que hacen pupa y que realmente no nos gustan de cómo está montado todo este tinglado pero que no hacemos nada por cambiar. En cuanto a la parte negativa, algunos capítulos son más densos que otros, por lo que a ratos es una lectura cansada, y además nos faltó que llegara a alguna conclusión a la que poder agarrarnos en vistas a un futuro. 

44. «El invitado», de Elizabeth Day. Libro Bookish del mes de julio, de tipo ligero como las lecturas que suelen gustar en esta época. Quizás fuese por esto (que no me suelen gustar las lecturas ligeras) o quizás porque el argumento no me convenció, pero es posible que haya sido una de las peores lecturas del año. Se trata de una novela de intriga, en la que se nos presenta a un personaje estirado y pijales pero forzado, como si  todo fuera una coraza creada para poder sobrevivir en el mundo de ricachones en el que se mueve puesto que su mejor amigo es un potentado que quiere aparentar normalidad pero vive en un castillo. Vamos, que ningún personaje es que me cayese bien (Lucy, la novia del protagonista, es la más pasable, pero es difícil salvarse de la pira en esta situación). Pues resulta que Ben Fitzmaurice (el del casoplón) celebra su 40 cumpleaños e invita al protagonista y su novia, pero su relación ya no es lo que era en el College (como se nos dará a conocer en los múltiples saltos temporales del libro), y entonces sucede algo en la fiesta que hace que se presencie la policía y haya una serie de interrogatorios. No hay que ser Miss Marple para imaginar el desenlace, pero vamos, que os ahorráis la lectura viendo cualquier película policíaca de alta alcurnia.

45. «El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes», de Tatiana Tibuleac. Otro de los préstamos de Clau que me encantó. El libro relata el último verano que Aleksy pasó con su madre, antes de que la enfermedad que la estaba consumiendo acabase con ella. Él es un personaje muy complicado, rebelde, agresivo, poco comunicativo, y la relación con su madre es muy dura, cargada de rencor y rabia. Pero en ese verano de cuenta atrás ambos buscaran el modo de llegar a un punto intermedio en el que poder convivir y, quizás, perdonarse mutuamente. La historia se sustenta en el carácter de ambos, no hace falta más, y me gustó porque no son personajes al uso, además de estar ambientado en un paisaje (emocional y físico) desconocido hasta ahora para mí. Merece la pena leerlo.

46. «La figlia oscura», de Elena Ferrante. Tercer libro de la trilogía Cronache del mal d’amore. En esta ocasión la protagonista es una profesora de literatura que decide pasar las vacaciones de verano ella sola (sus hijas están en Canadá con su exmarido) en un pueblo del sur de Italia. Estando en la playa coincide con una familia muy ruidosa, en la cual hay una chica joven y su hija, con las que acabará trabando una especie de amistad, aunque más bien sea un flotador al que agarrarse en un verano difícil anímicamente para ambas. Lo que más me gusta es cómo transmite la densidad del calor, el agobio, la angustia, la desazón de la protagonista que no parece estar a gusto de ningún modo. ¡Si es que la Ferrante escribe fetén! 😀 

Cómo ser una buena criatura – Errata naturae editores47. «Cómo ser una buena criatura», de Sy Montgomery. Regalo de Jesús, este libro cuenta en primera persona lo que han supuesto en la vida de la autora los animales que ha ido conociendo a lo largo de su historia, desde algunos tan habituales como los perros o cerdos hasta erizos o pulpos. Pero no es un libro sobre animales tal cual, sino que es un diario reflexivo sobre lo que ella ha aprendido y cómo le ayudaron en determinados momentos de su vida. Un libro delicioso (¡y estupendamente ilustrado! Además de incluir fotos de la autora con muchos de los «bichos» de los que habla) para todos aquellos que amamos a los animales y que compartimos nuestra vida con ellos. 

48. «Por las carreteras», de Sylvain Prudhomme. Libro Bookish del mes de agosto, cuenta la historia de un escritor que viaja a un pueblo para escribir, y allí se encuentra con un viejo amigo con el que solía viajar en autoestop cuando eran jóvenes, pero con el que perdió el contacto unos años atrás. Si bien la historia es sencilla y transcurre sin excesiva acción, hay algo que me llamó especialmente la atención, y es ver el reflejo de un tipo de persona que no suele aparecer de adulta en la literatura o el cine, la típica persona a la que todo el mundo considera incapaz de sentar la cabeza y a la que se critica por querer ser eternamente joven. Pues bien, me pareció que este personaje del autoestopista en su edad adulta es un fiel reflejo de cómo podría evolucionar alguien con este tipo de personalidad, y eso me gustó mucho. Para pasar un rato entretenido.

49. «El Pabellón de oro», de Yukio Mishima. Llevaba desde que volví de Japón (2018) queriendo volver a leer esta obra de Mishima puesto que visité el Kinkaku-ji durante el viaje y quería ver cómo lo describía. Pues bien, he de decir que se me quedó corto en cuanto a lo que pudo sentir el protagonista hacia el templo y que le motivó a hacer lo que hizo (quiero decir que esperaba leer más sobre lo abrumado que pudo sentirse ante tanta belleza que sobre el resto de sus motivaciones), pero aún así me gustó como análisis de un tipo de personaje complejo y su historia. Eso sí, ¡tenía recuerdo de que me gustó más la primera vez que lo leí!

50. «El sonido del caracol salvaje al comer», de Elisabeth Tova Bailey. Otro súper préstamo de Clau al que le tenía ganas desde hacía tiempo. Un poco en la línea del de Sy Montgomery, este ensayo cuenta cómo un caracol ayudó a la autora durante una enfermedad que la mantuvo en cama durante meses. En este tiempo tan solitario en el que pasaba muchísimas horas sola y en el que la costaba mucho hacer cualquier otra actividad de entretenimiento como leer o ver la tele, observar al caracol y querer saber más sobre su modo de vida la mantuvo con la mente ocupada y, en cierto modo, la salvó. Muy interesante para saber más sobre la vida de los caracoles y también para darnos cuenta de toda la vida que hay a nuestro alrededor y que conoceríamos si prestásemos atención.

51. «La cresta de Ilión», de Cristina Rivera Garza. Tenía muchas ganas de leer algún libro de la Editorial Tránsito porque me parece que tienen buena selección y estéticamente me gusta mucho, pero me parece que no di con el libro adecuado. Todo comienza una noche de lluvia, cuando una mujer llama a la puerta del protagonista y afirma conocerle desde hace tiempo. Esa misma noche, algo más tarde, llegará también a su casa su ex, enferma, y la mujer misteriosa se encargará de cuidarla, llegando a entablar una extraña amistad que desarrollará incluso un idioma propio. Me pareció un libro raro, que no acabé de entender, pero he de decir que más tarde se lo dejé a Sonia y ella sí que pudo sacarle algo más de sentido dentro de la tradición literaria mejicana…así que supongo que es cuestión de gustos.

MEJOR LA AUSENCIA | EDURNE PORTELA | Comprar libro 9788417088125

52. «Mejor la ausencia», de Edurne Portela. He tardado demasiado en leer a Edurne Portela, pero ahora que he empezado no voy a dejar de hacerlo 🙂 El libro relata la historia de Amaia, la pequeña de una familia totalmente desestructurada que vive en el País Vasco durante los años 80-90. La tensión y la violencia que hay en las calles  parece haberse metido también en las casas, donde no hay escondite posible. Me pareció un relato duro, triste, donde no hay otra posibilidad más que adaptarse si se quiere sobrevivir. Lo único que no me gustó tanto fue la última parte del libro, pero por lo demás 100% recomendable. ¡Leed a Edurne! No os arrepentiréis.

53. «Adiós fantasmas», de Nadia Terranova. Libro Bookish del mes de septiembre, también sobre tema familiar, pero en esta ocasión con la mirada adulta de la protagonista, que vuelve a casa de su madre en Sicilia muchos años después para ayudarle a recoger las que hay en la casa con idea de ponerla a la venta. Es una de esas historias donde hablan más los silencios, que nos cuentan que en esa casa siempre lo ha llenado todo la ausencia de su padre que desapareció siendo ella pequeña. Vuelta a un pasado que no parece querer cerrarse nunca, y que sujeta bien fuerte a los que han llegado al presente para que no consigan seguir adelante. Me gustó, pero sin más.

54. «Los líquidos íntimos», de Olga Novo. Segunda lectura del club Chiribitil, se trata de un poemario recopilatorio con obras de tres libros distintos de la autora. Me sorprendió lo difícil que fue encontrarlo, no estaba en bibliotecas y hubo que pedirlo a las librerías de distintas ciudades que contaban con algún ejemplar. ¡Y todo esto a pesar de que se trata de una autora bastante famosa! A pesar de que no leo mucha poesía he de decir que este poemario me gustó bastante, hay mucha imagen natural y física que es fácil comprender, y se nota que hay mucho sentimiento hondo detrás. Una buena opción para los que no leemos mucha poesía, a modo de iniciación.

55. «Distancia de rescate», de Samanta Schweblin. Tenía ganas de hincarle el diente a algún libro de esta autora, que la conocía por recomendación de la súper recomendadora Míriam, y empecé con este que tenían disponible en eBiblio. Es un libro muy cortito, de hecho me lo leí en un viaje en autobús, pero también lo terminé tan rápido porque engancha. A pesar de que la trama es sencilla (una madre y su hija van a pasar unos días a una casa de campo que les alquila una señora muy atractiva), se trasluce desde el principio cierta tensión contenida, en plan thriller, que te lleva a querer avanzar rápido para saber qué va a pasar al final. Recomendable. 

56. «El embalse 13», de Jon McGregor. Lectura para el club Fe de erratas con la que hubo un problema de expectativas. Todo esperábamos que se tratase de una novela negra y no, es una novela extraña, en la que el protagonista es sobre todo el pueblo, y a lo largo del libro lo que pasan son las estaciones y los años. ¿Hay personajes? Sí, pero tampoco es importante quiénes son individualmente, sino que más bien se trata de la evolución de todo el colectivo con el paso del tiempo. Como experimento literario no está mal, pero no tengáis ninguna expectativa con respecto a la desaparición de la chica al principio del libro, ¿vale? 

SOBRE LOS HUESOS DE LOS MUERTOS | OLGA TOKARCZUK | Comprar libro 978841663880257. «Sobre los huesos de los muertos», de Olga Tokarezuk. Tenía muchas ganas de leer este libro porque la película Spoor (basada en él) me encantó, y lo cierto es que no me defraudó. Se trata de una novela policíaca con trasfondo ecologista ambientada en un pueblo polaco, en el que de repente empiezan a asesinar a cazadores o ricos crápulas pero las únicas pistas en los lugares donde aparecen muertos son huellas de animales. La protagonista, una ingeniera jubilada, sigue siendo muy potente y el mayor acierto de la historia. La única pega es que me hubiera gustado leerlo con la mente virgen porque me imaginaba todo el rato las mismas imágenes y personajes que había visto en la película. Uno de los mejores libros del año.

58. «Casas vacías», de Brenda Navarro. Otro préstamo de eBiblio que leí por recomendación de Clau. Es un libro cortito, que habla sobre la maternidad desde dos puntos de vista: el de la madre que pierde a su hijo y el de la mujer que consigue por fin ser madre (del niño secuestrado). En ninguno de los casos se muestra la imagen idílica de la maternidad que nos suele llegar, sino que se habla más de la dependencia, el alivio, la angustia…No me apasionó, pero es una lectura amena. 

59. «La pared», de Marlen Haushofer. A este libro llegué por casualidad porque no había leído nada al respecto ni conocía a la autora. Se trata de una distopía protagonizada por una mujer que, de repente, se encuentra aislada en una casa de campo por una pared transparente que no es posible traspasar. Al otro lado de la misma ve cómo la gente ha muerto, mientras que en su fortaleza de cristal todo parece seguir su curso normal, de modo que tendrá que aprender a sobrevivir con los medios que la naturaleza le ofrece. Me gustó mucho, aunque al final se hace un poco repetitivo.

60. «Almendra», de Won-Pyung Sohn. Regalo de Gabriela por mi cumple, me llamó mucha la atención por la temática y la estética del libro. El protagonista es un niño cuyas amígdalas tienen un tamaño más pequeño que el de una almendra, por lo que es incapaz de sentir nada. Enseñado a fingir emociones por su padre y su abuela con el fin de que pueda adaptarse a la vida social, el libro narra cómo se enfrenta al mundo una persona así y cómo interpretan otros su actitud. ¡Muy interesante!

EL INFINITO EN UN JUNCO: LA INVENCION DE LOS LIBROS DEL MUNDO ANTIGUO | IRENE VALLEJO | Comprar libro 978841786079061. «El infinito en un junco», de Irene Vallejo. Hablar de este ensayo ahora parece hasta innecesario, pero cuando mi madre me lo regaló en el mes de julio por mi cumple yo ni sabía de su existencia. Y así me embarqué en él, sin ningún tipo de expectativa, y quizás por eso pude viajar por la historia del libro sin defensas, dejándome llevar por las historias de Irene Vallejo, tan bien documentadas pero sobre todo tan estupendamente narradas. Eso sí, es un libro para leer de a poquitos, que los viajes en el tiempo, cuanto más lejos, marean y, además, se disfrutan menos si te sumerges en ellos de una tacada. Otro de los mejores libros del año, sin duda 🙂 

62. «La Habana en un espejo», de Alma Guillermoprieto. Me leí este libro con Sonia para probar el club de lectura de la Casa de México, que de entrada nos pareció una curiosa elección por su parte porque, aunque la autora es mejicana, está ambientado en Cuba. Luego supimos que formaba parte de un ciclo de crónicas periodísticas escritas por mujeres mejicanas y ahí sí que entraba, sin duda. El libro relata las vivencias de la autora a sus veinte años, cuando fue contratada para trabajar enseñando ballet en la Escuela Nacional de Danza en La Habana. Su punto de vista, algo infantil e idealista, hace de contrapunto al momento en el que se encontraba el país entonces, en medio del bloqueo de EE.UU. a Cuba. Su forma de contar tiene sus puntos a favor (es directo, emocional, se deja sorprender) y sus puntos en contra (poco profundo, desinformado, demasiado centrado en sí misma), y por otra parte tiene muchos altibajos, pero a Sonia y a mí nos gustó más tras el análisis que se hizo en la sesión del club. Tiene donde rascar, y es otra perspectiva sobre Cuba.

63. «El jardín de Babilonia», de Bernard Charbonneau. Me leí este ensayo para el club de lectura de Chiribitil, pero no se pudo hacer el debate en su día y al final no se llegó a comentar. Una lástima porque hay mucho tema para debatir que además se ha puesto más en boga por el covid-19 y el confinamiento. El autor hace un análisis de la evolución que ha sufrido la sociedad francesa (extrapolable a otras sociedades desarrolladas) en el último siglo, y cómo se ha pasado de convivir armónicamente con la naturaleza a explotarla al máximo y utilizarla como lugar de ocio y/o motivo de protección. El cambio del modo de pensar, necesidades y costumbres que consideramos nos hacen más evolucionados que el resto de especies nos han llevado a alejarnos aún más de lo natural, lo cual es todo un campo sobre el que reflexionar. ¿Hacia dónde nos dirigimos como sociedades? ¿Hay vuelta atrás? 

64. «Por mi, por ti, por todos», de Mónica Crespo. Como la editorial Libros del K.O. me gusta mucho, me animé con este pequeño ensayo sobre fútbol de su colección Hooligans, con idea de recordar los viejos tiempos en que practicaba este deporte y era forofa del Madrid. Y sí, aunque la autora era seguidora del Atleti, vi muchas emociones comunes y pude recordar otros tiempos en los que disfrutaba viendo un partido, sin pensar en todo lo que conlleva el fútbol como espectáculo. Una pena el ya no ser capaz de hacer esa separación, aunque de vez en cuando me sigue gustando jugar o ir a ver un partido de fútbol, pero a pequeña escala, de esos en los que no hay dinero de por medio y se puede sentir realmente la pasión de la gente. Gracias por devolverme esos recuerdos, Mónica 🙂 

65. «Los chicos de la Nickel», de Colson Whitehead. Otro de los libros Bookish, aunque este me lo dejó mi suegro porque yo tuve que cancelar mi suscripción por exceso de libros pendientes (sigh). Premiado con el Pulitzer, el libro narra la historia de Elwood Curtis, un chaval afroamericano de futuro prometedor que ve sus sueños truncados por estar en el momento y lugar equivocados. Debido a esto acabará en un reformatorio, la Nickel, donde vivirá torturas y vejaciones junto al resto de chavales que han acabado allí por muy distintos motivos. Lo tremendo del libro es que está basado en hechos reales, y hace unos pocos años, tiempo después de que dejase de funcionar el centro, se encontraron los cadáveres de 80 jóvenes que murieron allí. Un libro interesante, aunque quizás por la expectativa me gustó menos de lo que esperaba.

66. «Los amigos», de Kazumi Yumoto. El perfil en Instagram de Fundación Japón recomendaba este libro por el Día del respeto a los ancianos y me pareció que tenía buena pinta. Trata de tres amigos que, movidos por la curiosidad hacia la muerte, empiezan a espiar a un anciano que supuestamente va a morir pronto. El señor, por supuesto, acabará dándose cuenta de que le vigilan a diario, así que aprovechará la oportunidad para encasquetarles tareas de casa, como limpiar el jardín o tender la colada, y, como era de esperar, se hacen amigos. Me pareció una historia muy divertida y tierna, y además me sirvió para conocer a una nueva autora japonesa 🙂 

Nuestra parte de noche - Enriquez, Mariana - 978-84-339-9885-9 - Editorial Anagrama67. «Nuestra parte de noche», de Mariana Enríquez. Uno de los libros de los que más se ha hablado este año, con muy buenas críticas (también de voces de las que me fío más, como Míriam) y al que me costaba hincarle el diente por su extensión, pero finalmente me llegó el turno de la reserva que había hecho en eBiblio y me decidí a ponerme a ello. Y he de decir que me sorprendió mucho, no sé si es un libro que habría escogido por su temática (terror, oscurantismo) aunque sí que me atrae, pero lo mejor de todo es cómo está escrito. Dividido en cuatro partes principales (con algunos altibajos, pero sin perder en ningún momento la intriga), con distintas personas de la misma familia como narradoras de los hechos en cada una, la historia gira en torno a una secta de ricachones que quieren contactar con la oscuridad y para ello necesitan a un médium, una persona que sirva de puente entre ambos mundos. Y no cuento mucho más, pero hay mucho momento escabroso y terrorífico, otros que recuerdan a Stephen King, también partes que hablan sobre la familia y las relaciones…¡Pero que muy recomendable!

68. «La vegetariana», de Han Kang. Le tenía muchas ganas a este libro desde que salió, pero hasta que no me lo dejó Sonia no me puse con él, y lo cierto es que lo devoré en cuestión de dos o tres días. La protagonista, que lleva una vida de lo más anodina, tiene un sueño una noche que le lleva a tirar toda la carne que hay en su casa, para susto y disgusto de su marido. Desde ese día deja de comer carne, y además se produce un cambio en ella, pasa a un estado como de ensimismamiento que saca de quicio a su marido y su familia. Lo que más me gustó es que en ningún momento nos narran la historia desde el punto de vista de ella, sino que lo hacen desde el de su marido y el cuñado, como si realmente ella no existiera, como si hubiera estado en estado vegetal desde el comienzo, lo cual es claramente intencional y hace referencia al papel que asumen muchas mujeres al casarse. Aunque extraño, lo recomiendo.

69. «Heida: una pastora en el fin del mundo», de Steinunn Sigurdardóttir. Regalo de Clau por mi cumpleaños, se trata de un ensayo sobre una famosa pastora islandesa (que también fue modelo y policía, y es también política y guía, ¡OMG!). Escrito a modo de diario de pensamiento, con ideas extraídas de diversas entrevistas realizadas por la autora a Steinunn, conocemos más sobre este personaje de personalidad y energía tan arrolladora, cómo es su trabajo y qué tipo de vida lleva en Islandia. Me gustó leer sobre ello porque es una persona real, de edad parecida a la mía y cuyo pensamiento puede ser parecido en parte, pero que lleva una vida totalmente distinta a la mía. Lo único que no me convenció del todo es cómo está escrito, porque es algo reiterativo y cansa un poco que sea un estilo tan directo.    

It (Super bestseller): Amazon.es: King, Stephen, Dobner, T.: Libros en idiomas extranjeros70. «It», de Stephen King. Leído por recomendación de Hugo, su lectura me ha llevado meses, y no solo por su extensión (¿1200 páginas? ¿En serio hacía falta?), sino también porque lo empecé en el libro electrónico (precisamente por lo gordo que era) y ya tengo comprobado que me cuesta muchísimo más engancharme y que me apetezca leer en este formato, así que al final lo acabé cogiendo en la biblioteca. Además fui víctima de una persecución lectora, Jesús no paraba de decirme que qué tal llevaba el libro cuando no estaba ni leyéndolo, y tuve que darme prisa para terminarlo antes de que se acabara el año y resarcirme, jeje. El que sea un libro tan extenso hace que el autor pueda explayarse en cada personaje y lugar, de modo que te parece realmente que les conoces y puedes ver dónde viven (aunque esto también estaba algo contaminado porque el año pasado vi las pelis). Y, aunque las películas me gustaron (más la versión antigua), es cierto que lo que transmite el libro es muy distinto. It no es un payaso, esa es solo una representación del mal que habita en el ser humano y del miedo que podemos sentir cada uno de nosotros, y en ese sentido el libro es todo un acierto. Solo le pongo una pega: la dichosa escena que no acabo de entender y que, para mi gusto, sobra y hace que la historia haga aguas (y un poco también el autor).

71. «La casa del álamo», de Kazumi Yumoto. Como me había gustado mucho el de Los amigos, decidí leer otro libro de la misma autora. En esta ocasión la historia la protagoniza una chica que vuelve a la casa del álamo (llamada así por el árbol que tiene enfrente) donde vivió durante tres años con su madre cuando era pequeña debido a la muerte de la casera, con la que había entablado una relación de amistad bastante peculiar. Me recordó al otro libro, por eso de las relaciones entre personas en etapas muy distintas de la vida, y también me pareció una historia tierna y acogedora, de esas que claramente podrías ver en una peli japonesa.

72. «Almáciga», de María Sánchez. El nuevo libro de María Sánchez es un «vivero de palabras de nuestro medio rural», como bien se indica en la portada. Pero no se trata de un diccionario o un glosario al uso (término-definición), sino que, en modo poético, se van deshilvanando los términos que componen el mismo, como si de un ovillo se tratase, y según avanzamos en el texto (que trasluce el amor que siente la autora por el medio rural) vamos conociendo cómo se llama en cada lugar de la geografía española a cada cosa, lo cual me recordó mucho al señor Cayo de Delibes, que sabía nombrar todas las cosas necesarias con esos términos que ya no se enseñan porque parece que en las ciudades no se les diera importancia. Un libro necesario, que además cuenta con unas ilustraciones preciosas y que pretende ser un proyecto que no pare de crecer.

73. «Pedro Páramo», de Juan Rulfo. Uno de esos clásicos que tenía pendientes, de los típicos que aparecen siempre en las listas de mejores novelas en español o hispanoamericanas y que no he leído hasta que salió en una conversación y Sonia me lo dejó. La historia es simple en apariencia, un hombre acude a un pueblo donde no hay prácticamente nada ni nadie a reclamar a su padre Pedro Páramo lo que no les dio a él y a su madre. Esta historia se entremezcla con las vivencias de su padre, contadas en distintos tiempos y entremezcladas con los encuentros del protagonista en Comala con personas que parecen estar muertas. Fue una lectura entretenida, pero no le saqué el jugo realmente, creo que es una novela para analizar como hacíamos en el instituto (a mi que me la expliquen, vamos 🙄 ).

Isolina: La mujer descuartizada: 11 (Narrativa): Amazon.es: Maraini, Dacia, Bonet, Paula, Bonet, Paula, Olcoz, Raquel: Libros

74. «Cuentos de lluvia de primavera», de Ueda Akinari. Compilación de relatos de otro autor japonés al que aún no había leído (pero que Míriam me había recomendado, aunque me habló de otro libro suyo, el de «Cuentos de lluvia y de luna»). Son relatos de muy distinto tipo: históricos, satíricos, idealistas, espirituales, sobre picaresca…, y se nota que están escritos hace más de 200 años, pero aún así no se hacen pesados. Eso sí, para mi gusto son algo desiguales en cuanto a interés, algunos me parecieron mucho más completos y emocionantes que otros.

75. «Isolina. La mujer descuartizada», de Dacia Maraini. Crónica de un asesinato acaecido en Verona en 1900, año en el que una mujer apareció descuartizada en el río llevando un feto en su vientre. La autora, años más tarde, relata el suceso a través de los documentos que ha encontrado al respecto (artículos de periódico, entrevistas), dividiendo la historia en exposición de los hechos, búsqueda de información sobre Isolina en la actualidad, proceso del juicio y sentencia. El sospechoso principal era un militar y por ello se trató de desviar la atención hacia otras cuestiones, como el tipo de mujer que era Isolina. Lo más intrigante es que una amiga de ella, que estuvo presente en la supuesta noche de su asesinato, murió envenenada antes del juicio. Un relato intrigante el de Dacia.

 

La Curiosa Librería | pastel-de-luna

Además, durante este último semestre, también he leído mucho manga y novelas gráficas interesantes, como son «El viaje» de Agustina Guerrero (Japón visto a través de otros ojos y momentos vitales, pero siempre Japón), «Don’t like this» de Kaori Tsurutani (la historia de una chica tímida que descubre que le gusta pescar, jeje), «La curiosa librería» de Shinsuke Yoshitake (PRECIOSO), «Los gatos del Louvre» de Taiyo Matsumoto (una obra de arte, brutal visualmente y con gatos como protagonistas, ¿qué más se puede pedir) :-P), «Un noruego en el Camino de Santiago» de Jason (con anécdotas muy reconocibles por todos aquellos que hemos hecho el Camino), «Un mundo maravilloso» y «El fin del mundo y antes del amanecer» de Inio Asano (ambos de historias cortas sobre la sencillez y complejidad de la vida, no son de lo mejor de él a mi modo de ver pero no están mal), «Cassandra Drake» de Posy Simmonds (una señora antipática y una historia de misterio, ¡mola!), «Esto no está bien» de Irene Márquez (súper políticamente incorrecto y bastante grotesco, pero algunas viñetas son muy buenas), «Siempre tendremos 20 años» de Jaime Martin (biografía del autor, nacido en los 70 en Barcelona, muy recomendable), «Garoden» de Jiro Taniguchi y Baku Yumemakura (si es de Taniguchi siempre es bien), «No te vayas sin mí» de Rosemary Valero-O’Connell (tres historias cortas de corte ciencia ficción y con un dibujo chulísimo), «Batman: Caballero blanco» de Sean Murphy y Matt Hollingsworth (una trama interesantísima de la que podrían sacar partido muchos políticos…) y «Regreso al Edén» de Paco Roca (al que le pasa como a Taniguchi, que parece que han sido bendecidos con el don de crear historias que visual y argumentalmente te llegan muy dentro). Me gustaron algo menos «Shhh» de Magnhild Winsnes (esperaba más…pero puede ser interesante para adolescentes), «Credo: Rose Wilder Lane, la feminista libertaria» de Peter Bagge (otro volumen del autor sobre historias de mujeres importantes en la historia feminista, pero con menos sustancia que los anteriores) y «La librera calavera Honda-san» de Honda (me estresó un poco el nivel de trabajo que tienen las librerías de manga en Japón O_O).

Además terminé de leer «Ulna en su torreta» (5 vol.) de Izu Toru (una historia interesante y el dibujo una pasada), «Paper girls» (30 vol.) de V. Vaughan (una mezcla del juego de Paper boy con Stranger things, muy guay) y «Our little sister» (9 vol.) de Akimi Yoshida (leída en italiano porque aquí aún no se ha editado, en este manga se basó la peli de Koreeda que lleva el mismo nombre y que me encantó).

Además he seguido con mis suscripciones habituales a las revistas Ballena Blanca (revista de periodismo ambiental) y Salvaje (la revista que quiere sacarte al campo), que mantienen el nivelazo en reportajes y artículos, y, para probar, me he suscrito a Eikyo, revista de influencias japonesas.

¡Hasta próximas lecturas! 🙂

agosto 28

Mis lecturas del año 2020 (1/2)

Puesto que este año está siendo raro de por sí, he decidido cambiar un poco mi hábito de post lector y publicar la primera parte ahora, incluyendo mis lecturas de enero a junio, y dejar el resto para una segunda parte que publicaré a fin de año. ¡A ver si así no se os hace bola! Jeje.  

Lluvia fina - Luis Landero | Planeta de Libros

1.»Lluvia fina», de Luis Landero. El año empieza con una lectura inmejorable, recomendación de mi madre. No había leído nada de este autor, pero la temática familiar me atrae, y sin duda uno de sus grandes aciertos es la perspectiva que adopta para contar la historia de una familia, que es la de una oyente «imparcial» a la que cada uno de los miembros de la familia la hace partícipe de sus desvelos y rencillas personales. Ese punto de vista hace que el lector no termine de creerse a ninguno de los personajes, puesto que sus declaraciones se contradicen con las del resto de personas que han vivido los mismos hechos. Una lectura muy recomendable. 

2. «Máquinas como yo», de Ian McEwan. Elegido como lectura para un club de corta duración, no me convenció en absoluto (y a prácticamente nadie, de hecho suspendió). El libro relata la historia de Charlie Friend, un personaje sin oficio ni beneficio que va de listo y que de casualidad consigue el suficiente capital como para comprar un Adan, un prototipo de inteligencia artificial al que hay que preprogramar, y no se le ocurre otra cosa que hacer dicha tarea a medias con su amante, de la que no sabe demasiado. Total, que al final se monta un triángulo amoroso que termina por poner en duda la propia humanidad de Charlie. La cuestión es que, si bien la idea original tiene mucho potencial, es como si quisiera tirar por tierra cualquier atisbo de debate ético que pueda surgir, y al final terminas odiando a todos los personajes y pidiendo por favor que se termine ya ese suplicio.   

3. «La herencia», de Vigdis Hjorth. Préstamo de mi amiga y gran recomendadora literaria Sonia. Se trata de otra novela familiar, en este caso ambientada en Noruega, que navega entre la realidad y la ficción. Con motivo de una herencia familiar, comienzan a destaparse antiguas rencillas y odios de raíz profunda y difícilmente superables. Una novela cruda que, a diferencia de Lluvia fina, está protagonizado por una de las hijas que, además, ha sido realmente víctima, pero al estar narrado desde su punto de vista se trata de una narración más subjetiva, que no trata de ser imparcial sino que busca la curación de sus traumas en el reconocimiento de los hechos por parte de sus hermanos y su madre. Muy recomendable.

Mis últimos 10 minutos y 38 segundos en este extraño mundo - Babelio

4. «Mis últimos 10 minutos y 38 segundos en este extraño mundo», de Elif Shafak. Lectura Bookish del mes de enero, tiene por título el tiempo que dura activo el cerebro al morir; y así empieza el libro, con la muerte de su protagonista, una prostituta de Estambul llamada Tequila Leila. Y será en este tiempo en el que rememore su vida y a las personas que le han marcado en ella, los cinco amigos que además tratarán de hacer justicia tras su muerte. Es una historia bastante dura, de la que trasluce una crítica no solo al papel de la mujer en Turquía sino también al trato que se hace a cualquier persona diferente, pero todo ello lo hace con sentido del humor y ternura, por lo que no se hace complicada su lectura. Una lectura interesante, sin duda.

5. «Intemperie», de Jesús Carrasco. Lectura para el club de las bibliotecas de la Comunidad de Madrid. Ambientado en una España desértica y algo desoladora, el libro relata la huida de un niño de la aldea donde vive con sus padres, que se encuentra subyugada bajo las órdenes de un cruel y desagradable alguacil. En su escapada se topará con un cabrero nómada que, a pesar de la reticencia inicial de ambos, le ayudará en su camino, ofreciéndole algo más que comida y agua. Un libro fácil de leer y muy visual, que ha tenido versión cinematográfica (bastante bien adaptada, aunque Luis Tosar difícilmente parezca un viejo decrépito) y en cómic (muy recomendable también). 

6. «Las 104 palabras más hermosas de la Naturaleza», de Mónica Fernández-Aceytuno. Escrito a modo de diccionario de palabras en su mayoría ya de escaso uso, el libro recopila textos de su autora en los que a través de sus vivencias transmite el amor que siente por la naturaleza, y que nace de su observación y disfrute. Mejor para leerlo tranquilamente, degustando cada palabra y cada texto como si fuera un libro de relatos o una recopilación de artículos que es mejor leer espaciadamente.

CIRCE | MADELINE MILLER | Comprar libro 9788491814122

7. «Circe», de Madeline Miller. Otra lectura para el club efímero a cuyo debate conjunto no pude asistir, lo cual me dio mucha pena porque ha sido otra de las mejores lecturas del año. Si bien siempre me cuesta un poco la novela de tipo histórico, me gustó mucho volver a encontrarme con la mitología griega. Además es un libro que engancha desde la primera página por la historia de su protagonista, la ninfa Circe, más próxima a los humanos que a los dioses y considerada una bruja por sus conocimientos herbáceos, motivo que la llevará a ser desterrada a una isla donde años después llegará Ulises, pero entre medias tendrá encuentros con Hermes, Ícaro, Helios…De vez en cuando gusta eso de volver al imaginario mitológico y de los libros de aventuras, en los que todo parece posible.

8. «Son de mar», de Manuel Vicent. Otra lectura del club de las bibliotecas de la Comunidad de Madrid, que de entrada me hizo ilusión porque recordé que la película en su momento llamó mi atención, pero es de esas historias que con el paso del tiempo se han alejado tanto de quién eres cuando las ves/lees que el recuerdo cambia completamente. Vamos, que no me gustó nada el libro, pero es que luego vi la peli y fue casi peor, ¡qué horror! Lo siento por Vicent y Bigas Luna, pero conmigo que no cuenten más.

9. «Mi marido es de otra especie», de Yukiko Motoya. Me decidí a leer este libro por ser de una autora japonesa de la que no había leído nada todavía y porque me llamó la atención el título, que da nombre al relato principal del libro (que incluye otros tres relatos más). En las cuatro historias hay un elemento común: la insatisfacción de las protagonistas, mujeres anuladas por el papel que les toca representar en la sociedad japonesa, el de amas de casa que han dejado de trabajar para formar una familia y que tienen relaciones (por llamarlas de algún modo, porque no hay prácticamente interacción en las parejas) descorazonadoras. Además cuenta en sus relatos con un elemento extraño, un acontecimiento algo irreal que provoca la catarsis de los personajes, una característica común a otros autores japoneses. En resumen, se trata de un libro interesante, que se lee con facilidad, pero que no ha llegado a engancharme como otros autores japoneses.

10. «Brooklyn follies», de Paul Auster. Última lectura del club de las bibliotecas de la Comunidad de Madrid cuyo debate se vio mermado por tener lugar en la semana preconfinamiento. Hacía mucho tiempo que no leía nada del autor y me gustó reencontrarme con él, escribe muy bien y sus historias suelen ser entretenidas. En este libro nos ponemos en la piel de Nathan Glass, un hombre de 60 años que busca un lugar donde morir después de recuperarse de un cáncer de pulmón. Decide volver a Brooklyn, donde se reencuentra con su sobrino y hace nuevos amigos que le acompañaran en esa nueva etapa de su vida. Recomendable como lectura entretenida y amena.

11. «Personajes desesperados», de Paula Fox. Bookish del mes de febrero, relata la historia de un matrimonio neoyorquino de clase media/alta sin hijos. Asentados en una vida aparentemente tranquila (por no decir aburrida), todo parece removerse entre ellos cuando la protagonista es mordida por un gato callejero. Vamos, que ese incidente sirve para que ella empiece a recordar su vida, se plantee lo que siente por su marido, etc. No me convenció demasiado la historia, me parece que le falta algo.

12. «Historias de Nueva York», de O’Henry. En mi preparación para un viaje a Nueva York que no llegó a ser decidí leer este conjunto de relatos de O’Henry, uno de los escritores expertos en este género. Ambientado en 1900, los relatos son más una muestra de la vida de la época y sus personajes que historias de la propia ciudad, con lo que se aleja un poco del fin por el que lo seleccioné en un principio, y si bien algunos relatos están bien, me costó bastante hacerme con la lectura, quizás por cómo está escrito.   

LA NATURALEZA DEL SILENCIO: NUEVE MESES ENTRE CIEN HABITANTES ...

13. «La naturaleza del silencio», de Suso Mourelo. El primer libro que leí una vez confinados y que me hizo viajar mentalmente a lugares olvidados de la geografía española (Aragüés del Puerto en el Pirineo oscense, El Centenillo en Sierra Morena, Higuera de Albalat en Cáceres y Audanzas del Valle en el Páramo Leonés), localidades elegidas por el autor para vivir durante unos meses. Gentes y paisajes distintos, meteorología y estados de ánimo variables, conversaciones y reflexiones personales del autor detalladas desde la sensibilidad de un alma viajera acostumbrada a observar y escuchar. Toda una delicia que se ha convertido en uno de los mejores libros del año (y de mi estantería).

14. «La biblioteca en llamas», de Susan Orlean. Libro Bookish del año anterior que me dejó mi suegro en préstamo, es una lectura imprescindible para los amantes de las bibliotecas. Centrándose en el incendio que asoló la biblioteca pública central de Los Ángeles en el año 1986, la autora habla sobre el papel fundamental que ejercen las bibliotecas (sobre todo en EE.UU., que tienen mucha mejor consideración que aquí), los distintos roles de sus trabajadores, el valor de los documentos que contiene, gentes que las visitan y habitan en ellas…Un libro precioso y muy bien documentado que merece la pena leer.

15. «Los libros de Terramar II: Las tumbas de Atuan», de Úrsula K. Le Guin. Préstamo de Miriam, una de mis recomendadoras de referencia, me sirvió para conocer a Le Guin en su versión más juvenil y fantástica. Aunque se trata del segundo libro de la Saga de Terramar, no es necesario haber leído el anterior para seguir la historia. En este volumen la protagonista es una sacerdotisa joven, Artha, que vive por y para su aprendizaje, pero al conocer a Gavilán deberá decidir si vive toda la vida aislada (tal y como hacen el resto de sacerdotisas) o si escapa para conocer el mundo con sus propios ojos. Un libro entretenido de aventuras.  

16. «Memoria de la nieve», de Julio Llamazares. Un libro poético que lleva el frío y la naturaleza hasta el lector, y además lo hace acompañado de las ilustraciones de Adolfo Serra (en la última edición que sacó Nórdica), lo que lo convierte en una lectura fácil y ligera.

17. «Lo raro es vivir», de Carmen Martín Gaite. Tras toparme con un editorial que reflexionaba sobre el confinamiento por el COVID-19 que utilizaba la frase que da título al libro, me decidí a leerlo. ¡Y es que siempre mola leer a esta autora porque nunca defrauda!  En este libro cuenta la historia de una treintañera que se encuentra en un punto muerto vital, y no será hasta que viaje a Madrid (a una ciudad curiosa, vacía por ser verano) tras la muerte de su madre para reencontrarse con el piso familiar que consiga dar un paso hacia delante que le permita cerrar con el pasado. Muy recomendable.

Taberna libraria: La lluvia amarilla - Julio Llamazares

18. «Laudatio Naturae», de Joaquín Araujo. Desde hacía tiempo tenía ganas de leer algo de este autor porque me gustan mucho los contenidos que comparte por Twitter y, además, mucha de la gente que sigo le tiene como referente en el ámbito del medio ambiente. Este libro es un recopilatorio de historias o vivencias relacionadas con la Naturaleza (está dividido por temáticas: los árboles, el agua, etc.), y a cada texto del autor le acompaña una reflexión de otros autores (como Julio Llamazares, María Sánchez o Antonio Muñoz Molina). En definitiva, un libro precioso para sentir la naturaleza en cada párrafo.

19. «La lluvia amarilla», de Julio Llamazares. El texto más famoso de Julio Llamazares es breve pero contundente, lo empiezas sintiendo un final que ya está escrito, lo recorres sintiendo la pérdida y el abandono, y lo terminas con la triste sensación de que no es un relato ficticio. El abandono de los pueblos y sus gentes es ya un hecho, y no es gratuito: con las muertes de los pueblos y sus gentes se va un importante patrimonio vital. Muy recomendable.

20. «Boulder», de Eva Baltasar. Libro Bookish del mes de abril que leí como un suspiro. Me sorprendió muy gratamente el modo de escribir de la autora, como si cada párrafo fuera una estrofa de un largo poema, pero a la vez utilizando un lenguaje algo despoetizado. Boulder cuenta la historia de una mujer acostumbrada a vivir de un modo nómada (trabajaba en un carguero) que decide asentarse en Reykjavik por amor. Me gustó sobre todo la reflexión que hace sobre la maternidad desde el punto de vista de la no-madre, porque es algo sobre lo que he pensado alguna vez pero aun no lo había visto representado tan claramente como en este libro. Una lectura entretenida.  

21. «¡Arre Moisés!», de Eduardo Valdivia. Vergüenza me daba tener este libro en mi estantería desde hacía lo menos tres años, sobre todo porque me lo había prestado una compañera de italiano y no me gusta quedarme tanto tiempo con libros ajenos, pero se me juntaba que era gordo y que no me llamaba excesivamente la atención y bueno, ha tenido que llegar un confinamiento para desempolvarlo y darle una oportunidad. Un cura es apresado durante la Guerra Civil y, para eludir la pena de muerte, empieza a relatar las andanzas del batallón de San Martiniano, que no es otra cosa que un grupo de tullidos (el que no es cojo es manco, y el que no tartamudo) que no paran de liarla, pero que como acaban en pleno frente piensan que su papel en la guerra iba a ser clave. Un esperpento, vamos. No está mal, a ratos te ríes bastante, aunque creo que el tono humorístico no va demasiado conmigo.

A corazón abierto - Elvira Lindo | Planeta de Libros

22. «A corazón abierto», de Elvira Lindo. El último libro de la autora, que salió a la venta en marzo de este año y lo pude comprar justo a tiempo antes del cierre en mi librería de referencia. No sé si ya lo había dicho, pero siempre es un placer leer a Elvira Lindo, es como si estuvieras sentada con ella en un café y te estuviera contando todas las historias en ese momento, y con este libro pasa aún más porque habla sobre su propia vida, haciendo reflexión tras la muerte de su padre sobre sus recuerdos, sus múltiples hogares y personas que han influido de un modo u otro en su vida…es decir, un relato muy personal. Merece la pena leerlo, sin duda.

 23. «Pippi Calzaslargas», de Astrid Lingren. Conjunto de relatos con las andanzas de la famosa Pippi, a cada cual más alocada. Una lectura amena y divertida, para hacerla «de a pocos», que a los de nuestra generación nos traerá muchos recuerdos de la serie de televisión (viendo el texto original y por lo que recuerdo de la serie, estaba bastante lograda).

24. «La sustancia del mal», de Luca D’Andrea. Esta lectura la hice de modo simultáneo con mi amiga Ana y nos fue pasando más o menos lo mismo según avanzábamos: que el protagonista nos iba pareciendo cada vez más insoportable. Que oye, quizás la intención del autor era presentar a un personaje imbécil y prepotente, pero como lectora esto provocó que todo lo que iba pasando me pareciese mal. Eso sí, está muy guay la ambientación en la zona de los Dolomitas (Italia) y bueno, se lee más o menos rápido, pero hasta aquí llega mi valoración positiva al respecto. 

25. «Vida líquida», de Zygmund Bauman. Primera lectura de Fe de erratas, el club creado tras la disolución del que comentaba en «Máquinas como yo». Empezamos con un ensayo durillo, en parte porque parece que estuviese escrito a retazos, pero también porque algunos temas que trata son algo abstractos y requieren una lectura muy atenta. Pero en líneas generales me gustó, sobre todo porque describe a la perfección algunos de los males de nuestra sociedad, como es el consumismo exacerbado que lleva a la insatisfacción permanente, cada vez que conseguimos algo aparece algo supuestamente mejor que anula nuestro logro, y todo ello nos anestesia y nos lleva a la incapacidad de tomar decisiones. La vida líquida, vamos. Una lectura interesante para reflexionar sobre nuestra sociedad.

26. «El adversario», de Emmanuel Carrére. Este libro salió a colación en la sesión sobre «A sangre fría» del Club de lectura de las bibliotecas de la Comunidad de Madrid, y como además había visto hacía tiempo la película «La vida de nadie» (que se basa en esta historia) me animé a pedírselo a Sonia y leerlo. El libro cuenta la historia real de un hombre que asesina a su mujer, sus dos hijos y sus padres cuando ve que las mentiras sobre las que ha construido toda su existencia peligran. Porque ni trabajaba para la OMS, ni se había sacado la carrera de Medicina, y todo el dinero lo sacaba de la gente de su alrededor, a los que supuestamente les ayudaba con sus inversiones. Carrére se basó en la correspondencia que estableció con él mientras estuvo en la cárcel, y hoy me ha sorprendido ver que Romand salió de la cárcel el año pasado.

27. «L’amore molesto», de Elena Ferrante. Primer libro de la trilogía «Cronache del mal d’amore», germen de muchas de las cuestiones que aborda la tetralogía de La amiga estupenda. Este primer libro relata la historia de Delia, una mujer de unos cuarenta años que vuelve a su Nápoles natal tras la muerte de su madre, y, como suele pasar en muchos libros, el viaje no solo será físico sino también interior. La ciudad le devuelve las mismas sensaciones que sus recuerdos (opresivos, violentos, sucios), y Ferrante tiene mucho arte en eso de hacer tangibles esas sensaciones tan feas. Sobre todo cuando te das cuenta de que no puedes huir de tu pasado ni de quién eres. Una lectura recomendable (aunque quizás sea el libro que menos me ha gustado de los tres que componen esta trilogía).

28. «I giorni dell’abbandono», de Elena Ferrante. Segundo libro de la trilogía (que es tal por el concepto de desamor, no porque tenga como protagonistas a los mismos personajes), este fue el que más me gustó de los tres.  Se trata de la historia de una mujer abandonada por su marido, que desaparece de un día para otro (para irse con otra mujer, como sabrá más adelante) y le deja al cargo de sus dos hijos, y lo que más me llamó la atención es la representación de las distintas etapas por las que pasa la protagonista tras su marcha: negación, duelo, odio…Me pareció una historia muy dura, y por ello mismo 100% creíble. Muy recomendable para regodearse en la mierda (jeje).

29. «La glándula de Ícaro», de Anna Starobinets. Conjunto de relatos de ciencia ficción de una autora rusa creo que poco conocida en España pero, por lo visto, muy famosa en su país de origen y en el mundillo de la ciencia ficción en general. Todos los cuentos tienen algo en común: representan posibles situaciones reales en las que hay un elemento que distorsiona esa realidad, generando en los personajes (y en el lector) una sensación de desasosiego y, en cierto modo, miedo a la imprevisibilidad de lo desconocido. Muy recomendable para los amantes de la ciencia ficción.

30. «Permafrost», de Eva Baltasar. Como me había gustado Boulder decidí leerme el primer libro de la supuesta trilogía que conforman estos dos (junto a un tercero que está por salir), y si bien volvió a gustarme mucho el modo de escribir de la autora, la historia me convenció algo menos, quizás por centrarse mucho en la perspectiva subjetiva de la protagonista, que es de una psicología compleja, de ese tipo que está en el límite entre considerarse la mejor y al mismo tiempo tener la autoestima por los suelos. Una lectura peculiar. 

31. «Territorio de luz», de Yuko Tsushima. Bookish del mes de mayo, también me descubrió a una autora japonesa desconocida para mí (pero bastante famosa en su país natal, sobre todo por ser la hija del escritor Osamu Dazai). La historia, de carácter intimista, se centra en una madre que, tras separarse de su marido, debe hacerse cargo de su hija de dos años, y para ello busca un lugar donde puedan estar a gusto dentro de la inmensidad de Tokio, que ilumine las sombras de su vida. Así, el espacio en el que viven se convierte en un personaje más del libro, y está tan bien definido que es posible imaginarse allí, sentir la luz entrando por las ventanas y observar el cielo nocturno desde la azotea. Una lectura muy sensitiva. 

32. «Farándula», de Marta Sanz. Segundo libro del club de lectura Fe de Erratas. Llevaba tiempo queriendo leer algo de esta autora porque siempre había oído maravillas de ella, y es cierto que tiene un modo de escribir bastante particular, rápido pero a la vez descriptivo, pero creo que es lo único que me convenció del libro, la verdad. La historia tiene varios protagonistas del mundo de la farándula, viejas glorias (olvidadas unas, no del todo otras), actrices y actores de éxito, personajes de su entorno…y sabemos de ellas a través de una narradora implícita que desgrana las luces y sombras del mundo del teatro y la televisión (farándula en general) sin pudor alguno. Así escrito no suena mal, pero es que la lectura no me atrapó absolutamente nada, quizás porque odié a todos y cada uno de los personajes.  

33. «Las invisibles: ¿por qué el Museo del Prado ignora a las mujeres?», de Peio H. Riaño. Regalo de mi amiga Claudia por el Día del libro, es un ensayo de su editorial de referencia (Capitán Swing) sobre la mujer como artista creadora, pero también como musa y como concepto en el Museo del Prado. No se trata solo del número de autoras cuyos cuadros se exponen en el museo, sino también de la historia que nos cuentan los cuadros que se encuentran expuestos y el relato de los mismos que nos hacen las cartelas. Como dice la sinopsis, «es una guía contra las ausencias, las vejaciones, los eufemismos, los silencios y tergiversaciones que han hecho desaparecer a la mitad de la población, con una violencia soterrada y a la vista. Y esta es también una historia contra la ceguera, una narración sobre las condiciones políticas y sociales que determinan la creación artística y privilegian a ellos sobre ellas». Personalmente me gustó leer al respecto porque cambia un poco la perspectiva con la que ves ciertas cosas (como por ejemplo el uso de la palabra rapto en vez de violación en las cartelas), aunque en algunos casos me pareció hilar demasiado fino, no sé si estoy del todo de acuerdo con la interpretación que el autor hace de lo que nos quieren decir algunos pintores con sus obras (o si no deja de ser el reflejo del pensamiento de una época, que por supuesto cambia con la perspectiva actual que tenemos de ello).

34. «En el barco de Ise. Viaje literario por Japón», de Suso Mourelo. Este libro me dio mucha envidia por el concepto de viaje literario que hace Mourelo: elige sus lecturas japonesas fundamentales y va en busca de los lugares y paisajes que sirvieron como referente a sus autores para recorrerlos con calma y releer los pasajes que hacen referencia a dichos sitios. Es decir, se sale del itinerario turístico habitual para dejarse llevar por los textos de sus autores de cabecera, escribe lo que va experimentando en su camino y la gente a la que va conociendo y, lo mejor de todo, ¡le pagan por hacerlo! Vamos, que editan su libro después. ¿No es un trabajo genial? 🙂 

35. «Los amigos invisibles», de Hugo Álvarez Gómez. Incluyo este manuscrito como libro porque, aunque aún no tenga editorial, estoy segura de que la tendrá algún día. Sí, es cierto que no puedo ser imparcial tratándose de Hugo, pero lo cierto es que engullí este libro casi sin darme cuenta. Porque le conozco sé que hay mucho de él en este texto, no solo de su personalidad sino también de sus vivencias, sus recuerdos, su modo de entender el mundo. Ya solo por este hecho se convierte en un libro muy especial, pero es que además está bien escrito, consigue atraparte, quieres saber más sobre su protagonista, su historia y evolución, los personajes que gravitan a su alrededor y porqué entiende el mundo de ese modo. Merece la pena leerlo, sin duda. ¿Algún editor en la sala que lea esto y le interese? 😉

Atrapa a la liebre (NAVONA_FICCIONES): Amazon.es: Bastasic, Lana, Sanchis Ferrer, Pau: Libros

36. «Atrapa a la liebre», de Lana Bastasic. Libro Bookish del mes de junio sobre el viaje por carretera que hacen dos amigas de la infancia de Mostar a Viena en busca del hermano de una de ellas. La historia es contada por una de las dos, Sara, que es justamente la que ha huido de su Bosnia natal y rechaza todo lo que tenga que ver con sus orígenes (cosa que me recuerda un poco a La amiga estupenda…), pero se ve incapaz de decir que no a su antigua amiga Lejla (que, como Lila en la tetralogía de Ferrante, tiene ese magnetismo capaz de atraer a las personas aunque les haga daño) a su propuesta de viaje. Y ese road trip no tiene nada de mágico ni deseable para el lector, ni tampoco es un reencuentro positivo para la protagonista, porque ni su adolescencia fue idílica ni tampoco lo es su presente ni en quién se ha convertido ella, o eso cree. Una lectura interesante, sobre todo por saber más acerca de esos países que no suelen aparecer en los libros.

37. «El quinteto de Nagasaki», de Aki Shimazaki. Elegí este libro de Shimazaki porque «Hozuki, la librería de Mitsuko» me gustó mucho, pero ya sea por la temática o por la extensión, este no me convenció del todo. Sí, es fácil de leer porque tiene esa característica común a muchos autores japoneses que es la brevedad de sus frases y agilidad de sus textos, pero se me hizo largo, quizás porque desarrolla una misma historia (más o menos) desde el punto de vista de distintos personajes y no acabas de avanzar. Ambientado durante la Segunda Guerra Mundial, el libro comienza con la revelación de una madre a su hija, y es que el día que cayó la bomba atómica, ella mató a su padre. A partir de esa premisa iremos conociendo sus motivaciones y descubriremos una historia de traición y amores imposibles.

38. «El devenir mujer en Simone de Beauvoir», de Silvia López. Como siempre tengo en mente que debería leer «El segundo sexo» de Beauvoir (texto feminista de referencia), me decidí a leer este pequeño ensayo en el que se presentan las ideas principales de la autora en cuanto a la figura de la mujer, desarrolladas sobre todo en el texto que mencionaba antes pero también en otros escritos suyos. Y la verdad es que me pareció una lectura muy clara  y sencilla, enmarcada en los temas principales en los que se centró la autora, y que además tiene una edición preciosa de Dos bigotes. Muy recomendable para saber más sobre lo que escribió la autora sin tener que aproximarse al texto original (que da un poco de miedito por su extensión).

39. «Hijas del Norte», de Sarah Hall. Novela distópica ambientada en un Reino Unido de un futuro no muy lejano aunque distinto al actual, en el cual los recursos están controlados y hay algo así como un estado policial en el que se obliga a las mujeres a utilizar dispositivos de contracepción y el trabajo es básicamente industrial. Es en estas circunstancias que la protagonista decide buscar algo mejor y seguir la pista de una comunidad de mujeres que sobrevivía fuera de las ciudades, al norte, llevando una vida autosuficiente. Allí las mujeres se dividen en grupos de trabajo según las tareas que vayan a desempeñar: soldados, cocineras, recolectoras, etc. No es un lugar idílico, la supervivencia en esas circunstancias no es fácil, pero creada por esas mujeres lleva consigo la promesa de un futuro mejor. ¡Me gustó mucho! 

40. «El libro de las tierras vírgenes», de Rudyard Kipling. Tras haber escuchado alguno de los extractos en un programa de radio sobre literatura y naturaleza me quedé con ganas de hincarle el diente a este clásico, pero resultó no ser una lectura sencilla. Cada capítulo nos habla de los distintos encuentros de Mowgli y su evolución en la selva, cómo aprende el lenguaje de las distintas especies y cómo funciona la jerarquía allí (cada animal cumple su papel en esa sociedad) para, finalmente, encontrar su propio lugar entre los animales o entre los humanos. Y quizás fuera por la propia estructura del libro que me resultó muy repetitivo, además de tener una escritura bastante densa. Pero lo peor de todo fue ver la película de Disney después de haberlo leído, ¡nada que ver con el libro! Aunque sí comparte esa estructura algo repetitiva que aburre al espectador/lector. Lo siento, Kipling.

 

The Walking Dead Vol. 32: Rest In Peace (English Edition) eBook: Kirkman, Robert, Adlard, Charlie, Stewart, Dave, Adlard, Charlie, Gaudiano, Stefano, Rathburn, Cliff: Amazon.es: Tienda Kindle

Además de estos libros, en la primera mitad del año he leído mucho cómic, manga y novela gráfica. «Esclavos del trabajo» de Daria Bogdanska me encantó (por conocer la perspectiva de una inmigrante polaca en un país como Noruega), «Ladronzuela» de Michael Cho se lee en un suspiro y tiene un dibujo chulísimo. Del siempre genial Paco Roca leí «Los surcos del azar» y «Las calles de arena», estupendos los dos aunque sobre todo  el primero. También he hecho doblete con mi querido Jiro Taniguchi, del que he leído «El rastreador» y «El bosque milenario» (¿por qué tuvo que morirse sin terminarlo? 🙁 ). Me gustaron mucho «Intemperie» de Javi Rey (que leí para complementar la lectura del libro para el club y es una adaptación meritoria), «El nao de Brown» de Glyn Dillon (una historia peculiar y un dibujo alucinante), «Juliette. Los fantasmas regresan en primavera» de Camille Jourdy «Bajo un nuevo cielo» de Kei Fujii y Cocoro Hirai (recopilatorio de historias cortas de tipo intimista). Otras novelas gráficas que me convencieron algo menos fueron «Wilson» de Daniel Clowes (de humor negrísimo, pero es que al final te acaba cayendo muy mal el tipo) y «¿Me estás escuchando?» de Tillie Walden (comparado con otras historias suyas, me parece que aquí no contaba nada…); tampoco me gustó el primer volumen del manga «Qué difícil es el amor para un otaku» de Fujita.

La cólera - Astiberri Ediciones

Además terminé de leer «Descender» (6 vol.) de Jeff Lemire, una serie de ciencia ficción interplanetaria y robótica muy chula, y «Walking dead» (32 vol.) de Robert Kirkman, que en líneas generales me ha gustado mucho (más que las temporadas que vi de la serie de televisión), pero el final, como suele pasar, me dejó un poco contrariada…Y, para rematar la lectura de muertos vivientes, «Yo soy Negan», de Kirkman, Adlard y Rathburn, un volumen dedicado solo a el personaje más controvertido de la serie. Solo puedo decir que «el enemigo está dentro, disparad sobre nosotros», jeje.

Y como super descubrimientos destaco «Si te pudiera decir gracias», de Yukari Takinami, por hablar sobre la vivencia familiar del cáncer de su madre con naturalidad y sin quitarle hierro pero con mucho amor, y «La cólera» de Javier Olivares y Santiago García sobre la figura de Aquiles en la guerra de Troya. Bueno, ¡es que cada página de esta novela gráfica es una obra de arte! No agradezco lo suficiente a mi vecino Paco que me descubra estas maravillas 🙂

 
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enero 2

Mis lecturas del año 2019 (2/2)

(Continuación de este post)

32. «Autoestima», de Marisol Mora y Rosa Mª Raich. Lectura recomendada para trabajar la autoestima desde un punto de vista psicológico, con ejemplos prácticos y explicaciones de conductas. Muy ilustrativo y fácil de leer, recomendable para conocernos un poco más (que nunca está de más).

33. «Tiene que ser aquí», de Maggie O’Farrell. En la Feria del Libro siempre compro algo por recomendación de algún librero, y este ha sido el elegido de este año. Se trata de la historia de una pareja algo particular, compuesta por una famosa actriz que busca el anonimato y un americano en busca de una nueva vida en Irlanda. El libro entrelaza con maestría el relato de su presente común y sus historias pasadas, consiguiendo que quieras saber más acerca de cada uno de los personajes y qué les deparará el futuro. Recomendable.

34. «Las flores perdidas de Alice Hart», de Holly Ringland. Lectura Bookish que relata la vida de Alice Hart desde que es pequeña y vive con sus padres hasta que busca su propio futuro trabajando en un parque nacional en Australia, pasando por la casa de las flores, donde vive con su abuela. Es un best seller internacional y, como tal, se lee con facilidad. Personalmente me ha enganchado y lo he leído con fruición, aunque he de decir que me ha gustado más la primera mitad del libro que la segunda. Cabe destacar las ilustraciones de flores que hay al principio de cada capítulo, una delicia.

35. «El director», de David Jiménez. Préstamo de mi amiga Sonia, se trata de un ensayo sobre las vivencias del que fue director de El Mundo entre los años 2015 y 2016. Un libro de lo más interesante para conocer los entresijos del Periodismo en España y ver cómo chocan las ilusiones del que quiere hacer bien su trabajo contra la realidad de llevar una empresa. Para que antes de echarle la culpa al periodista pensemos en que no deja de ser un asalariado de una empresa con sus propios intereses.

36. «Una educación», de Tara Westover. Apasionante historia autobiográfica sobre la infancia y adolescencia de la autora, de familia mormona. Como soy lega en su cultura e ideario, me ha impactado mucho su concepción de la vida, que implica por ejemplo no creer ni en la educación reglada ni la sanidad, lo cual supone depender del poder curativo de las hierbas o no tener ni idea de la historia de su país. Uno de los mejores libros del año, MUY recomendable.

37. «Poemas para infancias mal curadas», de Luis Ramiro. Segundo poemario del autor que leo. Como el primero me gustó y sorprendió bastante me apetecía probar con otro nuevo y, aunque no está mal, al perder el efecto sorpresa de leerle por primera vez no me gustó tanto como «Te odio como nunca quise a nadie».

Resultado de imagen de las uvas de la ira libro38. «Las uvas de la ira», de John Steinbeck. Obra clásica por la que su autor recibió el premio Pulitzer en 1940 y a la que me animé por recomendación de mi librera de confianza. La novela retrata los movimientos migratorios que experimentó el pueblo americano en la década anterior en busca de trabajo debido a la llegada de la tecnología al campo. A través de la familia protagonista recorreremos la geografía americana en busca de una vida mejor, pero su viaje, que fue el de otros muchos, termina por ser un relato descorazonador que tiene aún hoy plena vigencia. Una lectura indispensable para abrir los ojos y ser más comprensivos con nuestra propia realidad. Posiblemente la mejor lectura del año. 

39. «Feliz final», de Isaac Rosa. Historia a dos voces (él y ella) sobre una ruptura, en la que se reviven su historia de principio a fin, momentos mejores y peores, etc. Planteado a modo de reflexiones pero como si se tratara de un diálogo entre ambos, ofrece al lector una experiencia curiosa: la de poder ser testigo imparcial de la evolución de una pareja. No está mal. 

40. «El vientre vacío», de Noemí López Trujillo. Ensayo que, aparentemente, habla de los deseos de maternidad frustrados, pero cuyo trasfondo impregna toda la realidad actual de precariedad, infantilización permanente, inseguridad, promesas incumplidas, etc. Todo un retrato de actualidad sobre la vida en España de los que estamos en la veintena-treintena.

41. «Senza mai arrivare in cima», de Paolo Cognetti. Novela breve sobre el viaje del autor al Himalaya, a sus cuarenta años, y que supone el cumplimiento de un sueño y el reconocimiento de la propia capacidad de sí mismo y admiración por el mundo que le rodea. Una lectura sencilla para amantes de la contemplación y la montaña.

42. «El mundo», de Juan José Millás. Primera lectura del Club de lectura de las bibliotecas de la CAM, que me hizo volver a Millás, autor del que ya había leído algo antes y me había gustado. En este libro cuenta historias supuestamente autobiográficas de lo más hilarantes, sobre su infancia antes de venir a Madrid, sus vivencias adolescentes y anécdotas de madurez, todo ello rodeado por personajes de lo más variopintos, aunque, en realidad, el mejor personaje es él mismo. Muy recomendable.

43. «La perla», de John Steinbeck. Me animé a leerlo por recomendación de varios compañeros del club de lectura tras decirles que me había encantado «Las uvas de la ira». Es un libro mucho más corto y, a mi parecer, algo más dirigido, como si quisiera dejar bien clara la moraleja de la historia desde el principio. Una historia sobre ricos y pobres, el bien y el mal y la avaricia. No me dio más, como dirían los asturianos, jeje.  un corazon demasiado grande-eider rodriguez-9788439735731

44. «Un corazón demasiado grande», de Eider Rodríguez. Lectura Bookish. Se trata de un libro de relatos ambientados en el País Vasco, protagonizados por personajes que vuelven o que nunca se han ido, o que están pero es como si no estuvieran. En apariencia se trata de historias de vidas sencillas, pero su trasfondo va mucho más allá, hay mucho silencio que dice sin decir, muchos símbolos por desentrañar. Además están muy bien escritos, así que es un libro muy recomendable para acercarse al mundo del relato, sin duda.  

45. «Tu lado del sofá», de Patricia Benito. Regalo de Claudia, se trata de un delicado poemario sobre una despedida y el rescate de los restos que dejó la ruptura, un descubrir la magia de lo cotidiano y recuperarse a una misma encontrándose en las pequeñas cosas que nos gustan. Una lectura muy fresca y ligera.

46. «30 maneras de quitarse el sombrero», de Elvira Lindo. Compendio de 30 mini ensayos protagonizados por mujeres (reales o no) que son un referente para ella y frente a las que hay quitarse el sombrero (como un guiño a las famosas Sinsombrero) por lo que han conseguido/consiguen. Entre ellas nos encontramos por ejemplo a Gloria Fuertes, Vivian Gormick, Mary Beard o la mismísima Pippi Calzaslargas. Una lectura de lo más interesante para saber más sobre aquellas de las que habitualmente no sabemos nada.

47. «Cuentos de verdad», de Medardo Fraile. Segunda lectura del Club de lectura de las bibliotecas de la CAM. Se trata de un recopilatorio de cuentos del autor, prácticamente desconocido en nuestro país a pesar de ser un referente en el mundo del relato fuera de él. Lo que me pasó con este libro es que me cansé por leer los relatos de corrido, y tras la sesión del club de lectura caí en la cuenta de que hay que leer cada relato como si fuese una obra única y deleitarse con ellos. Así en realidad lo habría disfrutado mucho más, porque al comentar los relatos en clase vi que había mucho más allá de lo que estaba escrito.

48. «Los niños del humo», de Aitana Castaño y Alfonso Zapico. Precioso compendio de relatos sobre la vida minera en Asturias, que fue un regalo muy acertado de Jesús. En su mayoría retratan con crudeza la cotidianidad de la vida de quienes trabajan en la mina y quienes esperan que cada día vuelva su padre/marido del trabajo, pero también lo hacen con cariño y algo de humor. Una lectura que merece la pena, sobre todo para los que tenemos parte de nuestro corazón en Asturias.

49. «Barba Azul», de Amélie Nothomb. Tercera lectura del Club de lectura de las bibliotecas de la CAM. Tiempo atrás yo era lectora voraz de la Nothomb, hasta que me cansé y pasé a otra cosa. Pensaba que, retomándola después de un tiempo, volvería a sorprenderme y encantarme como al principio, pero no fue así. Tampoco es que lo aborreciese, pero me pareció algo snob y me sentí muy fuera de la historia. Aún así le agradezco el haberme acercado a la historia de Barba Azul, que me era desconocida hasta entonces.

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50. «Americanah», de Chimamanda Ngozi Adichie. Llevaba bastante tiempo con ganas de leer una de las obras más famosas de la autora, pero quizás por su extensión (ya sabéis que no soy de leer libros muy gordos) me había achantado hasta ahora. El caso es que el libro me enganchó bastante y me acercó a una historia y una cultura totalmente nuevas para mí, la africana. La protagonista del libro pasa su infancia y adolescencia en Nigeria hasta que consigue viajar a Estados Unidos, donde todos esperan una vida mejor. Allí vivirá unos cuantos años, hasta que decide volver a casa, y es en ese momento en el que empieza el libro, de modo que nos iremos moviendo continuamente en el tiempo y el espacio a través de Ifemelu y sus familiares y amigos. MUY recomendable, y, para mí, una de las mejores lecturas del año.

51. «Ofendiditos. Sobre la criminalización de la protesta», de Lucía Lijtmaer. Pequeño ensayo elegido como primera lectura de mi club de lectura paralelo, en el que se desarrolla el concepto de «ofendidito» como usuario de las redes sociales al que se le acusa de quejarse demasiado por defender a los colectivos menos escuchados, lo que es un fenómeno sobre todo a nivel digital pero que también ha pasado a formar parte del discurso de la calle. Me pareció interesante para reflexionar sobre cómo funcionan las redes sociales y la falsedad del puritanismo y la corrección política.   

52. «Gente normal», de Sally Rooney. Lectura Bookish que parece ser uno de los libros más esperados del año. Se trata de la historia de Marianne y Connell, dos compañeros de instituto que mantienen una relación aparentemente tóxica pero que, según evoluciona la historia, parece ser el mejor reflejo de quienes son ambos. El libro, que engancha bastante, tiene como mejor baza a mi modo de ver el presentar a unos personajes algo distintos a lo habitual, que se quieren a pesar de sus rarezas y por eso mismo su relación parece más creíble.  

53. «Apegos feroces», de Vivian Gornick. Ameno retrato autobiográfico de la relación de la autora con su madre, a las que veremos pasear por Manhattan mientras discuten sobre todo tipo de temas debido a su diferente modo de pensar. Una relación como la de cualquier madre con su hija, repleta de reproches, silencios y choque de personalidades, pero también cariño y necesidad de estar juntas.

54. «Los testamentos», de Margaret Atwood. Si bien tenía muchas ganas de leerlo, me habían echado para atrás las críticas que había leído sobre él, y sí, puedo decir que es algo flojo y parece un poco oportunista que salga ahora que la serie ha tenido tanto éxito, pero también me ha parecido entretenido y me ha gustado como las tres historias que relata acaban entrelazándose y llevando el libro a alguna parte. Por momentos me ha mantenido intrigada el desarrollo de la historia, aunque no ha llegado a sorprenderme verdaderamente. 

55. «Aquella orilla nuestra», de Elvira Sastre. Otro poemario (¡no me había dado cuenta de que este año había leído tantos!), este regalo de Gabriela. La edición es preciosa, en tapa dura y con ilustraciones sencillas que cuadran a la perfección con el contenido de los poemas, muy emocionales y descarnados, sinceros y por ello tristes y a la vez muy reales. Sin ser experta en poesía, me ha gustado bastante.

56. «A sangre fría», de Truman Capote. Cuarta lectura del Club de lectura de las bibliotecas de la CAM. Es la segunda vez que lo leo ya que en Periodismo es prácticamente lectura obligatoria, pero lo cierto es que no lo recordaba demasiado y los recuerdos que tenía estaban mezclados con los de la película de Capote. Se trata de una novela de no ficción periodística (de hecho es una de las primeras de este estilo, al que él llamó «novela testimonio») que narra el asesinato de una familia por parte de dos jóvenes, la posterior investigación para encontrarlas, su juicio y desenlace. Para escribir este libro, Capote fue a hablar con los asesinos a la cárcel y otros personajes relacionados con la historia, y lo que se le ha criticado es su supuesto interés en llevar sus testimonios hacia el punto que más podía interesarle, es decir, el entrar a formar parte de la historia como un personaje más. Para mí la historia no ha perdido con el paso de los años, así que también la recomiendo.  

Resultado de imagen de a sangre fria57. «En el corredor de la muerte», de Nacho Carretero. En la estela del libro anterior pero más actual, en este reportaje de no ficción del autor de «Farinha» se trata el caso de Pablo Ibar, condenado a muerte en el año 2000 por un asesinato que no cometió y que aún hoy se encuentra a la espera en el corredor de la muerte. El libro narra la vida de Pablo antes de su acusación, los distintos procesos judiciales que ha vivido, cuenta el apoyo que tiene de su familia y los medios, etc. Una lectura rápida e impactante. 

58. «El decrecimiento explicado con sencillez», de Carlos Taibo. Ensayo introductorio a la teoría del decrecimiento. Frente al capitalismo imperante y nuestro estilo de vida consumista, este libro presenta una opción a nivel teórico para encaminar nuestra existencia hacia un modelo ecológicamente sostenible que, además, nos hará más felices. Una teoría interesante con la que concuerdo en buena parte, pero como me sucede con todas las teorías sobre el papel, me falta un estudio de su aplicación práctica que haya funcionado. Además está escrito de un modo algo panfletario, lo cual no ha terminado de convencerme.

59. «Felicidad», de Mary Lavin. Lectura Bookish compuesta por cuatro relatos de la autora, una de las pioneras en eso de poner a las mujeres como protagonistas hablando de temas de carácter más personal y, aún así, ser considerada como una de las mejores escritoras irlandesas. Es un libro que se lee con facilidad y los relatos tienen cierto encanto, pero es verdad que he leído antes a autoras similares y por eso no me ha parecido especialmente innovador. Aún así me resultó una lectura agradable.

60. «Las brujas de Salem», de Arthur Miller. Segunda lectura de mi otro club de lectura, que nació a raíz de leer «Ofendiditos» porque se hacía mención a lo sucedido en Salem y nos apeteció saber algo más sobre la historia real. Así fue cómo nos acercamos a este texto teatral, que nada más empecé a leer recordé haber visto en teatro hace unos años. La historia, que sigue teniendo vigencia en cuanto a lo que solemos hacer de juzgar sin saber,  pone los pelos de punta por la repercusión que pueden llegar a tener las mentiras. Merece la pena acercarse a la historia aunque no nos sirva para aprender puesto que seguimos cayendo una y otra vez en los mismos errores…

megustaleer - Lo que más me gusta son los monstruos - Emil Ferris

Además, y como no podía ser de otro modo, he leído mucha novela gráfica, aunque menos de la que me gustaría. Este año han caído «Plutana» de Jeff Lemire, Emi Lenox y Jordie Bellaire (curioso), «La ascensión del Gran Mal», de David B. (brutal), «Monstress nº2» de Marjorie Liu y Sana Takeda (qué preciosidad, solo verlo merece la pena), «Una historia de perros viejos» de Manuel H. Martín y Juanma Espinosa (muy western clásico 🙂 ), «Macanudo 13» de Liniers (siempre es un placer), «Fun home» de Alison Bechdel (genial), «Descender 5» de Jeff Lemire y Dustin Ngyen (continúa la saga espacial), «Como si nunca hubieran sido» de Javier Gallego «Crudo» y Juan Gallego (interesante), «Una mujer de la era Showa» de Kazuo Kamimura e Ikki Kajiwara (mola mila), «Solanin» y «Reiraku» de Inio Asano (todo un descubrimiento este autor), «En un rayo de sol» (2 vol.) de Tillie Walden (chulísimo), «Noche oscura. Una historia verídica de Batman» de Paul Dini y Eduardo Risso (entretenido), «Un bollito feliz» de Sarah’s Scribbles (divertido y ligero), «Una arruga en el tiempo» de Madeleine L’Engle (un poco infantil, pero se deja leer), «Lo que más me gusta son los monstruos» de Emil Ferris (ALUCINANTE), «Tú, una bici y la carretera» de Eleanor Davis (me sentí muy identificada, jeje), «Esos días que desaparecen» de Timothé Le Boucher (genial el dibujo y la historia de lo más curiosa), «Seconds» de Bryan Lee O’Malley (bastante entretenido), «Happy» (15 vol.) de Naoki Urasawa (más mainstream que otras de sus obras, pero aún así muy guay), «Cenizas» de Álvaro Ortiz (muy chulo), «Asterios Polyp» de David Mazzocchelli (curioso), «The private eye» de Brian K. Vaughan, Marcos Martín y Muntsa Vicente (también curioso) y «Gazpacho agridulce» de Quan Zhou Wu (algo diferente).

Y por último, he seguido suscrita a Ballena Blanca y he apostado por el nuevo proyecto de revista Salvaje, por seguir en el mundo real y leer algo sobre medio ambiente y vida rural.

diciembre 30

Mis lecturas del año 2019 (1/2)

Bienvenidos de nuevo a mi post recopilatorio de lecturas, que ya es tradición en este blog (desde 2015 hasta hoy, ni más ni menos). Al igual que en los últimos años voy a dividir este post en dos

He de reconocer que soy fatal cumpliendo retos, así que por supuesto no he conseguido leerme 4 libros en italiano (me he quedado en tres), y mucho menos los 4 en inglés que me propuse (me he leído uno, ¡jajajaja!), peeeero a cambio he aumentado el número de libros que he leído; de los 47 de 2018 he pasado a la increíble cifra de…¡60 lecturas! Eso son más libros que semanas ha tenido el 2019, jeje. Además, aunque no me aceptaron en el Club de lecturas del Ayuntamiento de Madrid, sí que me cogieron en el último trimestre del año en uno de la Comunidad de Madrid (en el cual espero seguir este año), lo cual ha ayudado a aumentar el número de lecturas, al igual que la suscripción a Bookish que me regalaron por mi cumpleaños (y que me han ampliado estas Navidades, jeje). Y, por si fuera poco, he empezado otro club de lectura con dos amigas y es posible que me meta en otro más con otros amigos, ¡así que un no parar de leer!

Para el 2020 voy a intentar leer algo en italiano (del inglés creo que paso, jeje), continuar con los distintos clubes de lectura y leer más cómics, que este año han quedado un poco relegados en pos de la literatura al uso.

 

Y sin más paso ya al elenco de lecturas anuales:

1.»La vida imaginaria», de Mara Torres. Regalo navideño que realmente no me habría leído si hubiera tenido que hacerme yo con él. La verdad es que no me gustó en exceso, es la típica historia de superación post ruptura, con sus salidas locas con amigas, reflexiones sobre la vida y circunstancias, y, al final, aparición de otro hombre para sustituir la historia anterior. Psé.

2.«Tristana», de Benito Pérez Galdós. Me decidí a leer este clásico por recomendación de Ángel, que me dijo que era muy novedoso para la época en que fue escrito (1892), y la  verdad es que sí, presenta a una joven protagonista cuyas circunstancias le han hecho tener unas ideas distintas sobre la vida a la que está destinada por ser mujer. No cree en el matrimonio y piensa que la mujer debe ser autosuficiente y ganarse la vida con alguna profesión. Lástima que, a pesar del pensamiento innovador (o quizás por eso mismo), el desenlace de la historia es bastante tradicional, como si la protagonista y el lector recibiera un golpe de realidad al terminarlo. Aún así me resultó una lectura sorprendente, y como prueba este extracto:

Eso de que dos que se aman han de volverse iguales, y han de pensar lo mismo, no me cabe a mí en la cabeza. ¡El uno para el otro! ¡Dos en uno! ¡Qué bobadas inventa el egoísmo! ¿A qué esa confusión de caracteres? Sea cada cual como Dios le ha hecho, y siendo distintos, se amarán más. Déjame suelta, no me amarres […]

3.»También esto pasará», de Milena Busquets. No sé por qué tenía este libro en mi lista de lecturas pendientes, el caso es que tuve la misma sensación que viendo «Call me by your name» en lo referente a esas vidas disolutas de gente con dinero a la que no le hace falta trabajar para vivir a tutiplén. Tenía la clara sensación de estar leyendo una historia protagonizada por gente bien, de esa que da un poco de repelús a los que somos gente cualquiera, pero me quedo con la idea de que hay cosas que compartimos todos independientemente de nuestra clase social, como es el dolor por la pérdida de un ser querido. 

4.»Invierno», de Rick Bass. Préstamo de mi amiga Ana que recibí con altas expectativas por sus propias referencias y por tratarse de un libro de Errata Naturae (una de mis editoriales de referencia). Se trata de una historia autobiográfica, en la que el autor relata su cambio de vida junto a su novia, de la ciudad al campo. Me sentí identificada al leer sus sentimientos poéticos acerca del invierno y la vida en el campo, y cualquiera podría verse reflejado en sus dudas y típicas situaciones en las que trata de formar parte del lugar y ser como el resto de lugareños. Totalmente recomendable para evadirse de la vida en ciudad y sumergirse en un invierno que alimenta las ganas de huida.

5.»Contar es escuchar, sobre la escritura, la lectura, la imaginación», de Úrsula K. Le Guin. Un regalo muy acertado de Olga y Sonia (¡cómo me conocen!). Se trata de un conjunto de ensayos de la autora, a la que ya leí en 2017 pero en su faceta de escritora de ciencia ficción. Este libro me ha descubierto otra faceta suya que me ha encantado, en la que demuestra lo mucho que sabe y el amor que siente por la lectura y la escritura, y que además me ha hecho reflexionar sobre la comunicación y la importancia no solo de contar, sino también de escuchar. Aquí una muestra del poder de los libros en el que cree Le Guin.

Leer es un acto sumamente misterioso. En absoluto ha sido reemplazado ni lo será por ninguna forma de visualización. Visualizar algo es una tarea totalmente distinta, con otras recompensas. Un lector crea el libro al leer, le confiere significado al traducir símbolos arbitrarios, letras impresas, en una realidad interior y privada. Leer es un acto creativo. Visionar es algo relativamente pasivo. El espectador que ve una película no crea esa película. Ver una película es dejarse llevar por ella, participar en ella, pasar a formar parte de ella. Quedar absortos. Los lectores devoran libros. Las películas devoran a los espectadores. 

6 y 7.«La muerte del comendador (libros 1 y 2)», de Haruki Murakami. Por fin tuve entre mis manos un nuevo libro de Murakami, otra vez en dos volúmenes (como «1Q84»). He observado que con Murakami me pasa algo curioso, y es que cuando me meto en sus historias siento una especie de volver a casa. Por un lado disfrutas de moverte en terreno conocido, por otro se pierde el factor sorpresa. Así que sí que me gustó, porque me transmitió ese extrañamiento que produce a veces la realidad, pero no me sorprendió en su desarrollo.  Y Llovieron Pájaros.

8. «Y llovieron pájaros», de Jocelyne Saucier. Una de mis lecturas preferidas del año. Cuenta la historia de tres hombres que han decidido vivir en el bosque alejados de la sociedad por distintos motivos que iremos conociendo, sobre todo desde que alguien descubre su escondite y hace que todo cambie. Una oda a la vejez, la independencia y el amor a la naturaleza 🙂  

9. «El mundo feliz. Una apología de la vida falsa», de Luisgé Martín. Un ensayo sobre la felicidad, o más bien sobre la mentira que nos venden bajo ese nombre y que en realidad no es otra cosa que un modo de soportar la vida, que según el propio autor «es, en su esencia, un sumidero de mierda o un acto ridículo». Pero no os penséis que lo hace en plan dramático, es más bien humor negro, así que es bastante entretenido.

10. «Pensamientos desde mi cabaña», de Kamo no Chomei. Un clásico de la literatura japonesa que relata los últimos años de la vida de un monje que decide recluirse a vivir en una cabaña, algo así como el «Walden» de Thoreau pero más poético y contemplativo. Lectura fácil y rápida sin más (me dijo menos que Tanizaki con su «Elogio de la sombra»).

Por último, el corazón11. «Por último, el corazón», de Margaret Atwood. Otra novela distópica de la autora protagonizada por una pareja que, acosada por la crisis, termina viviendo en su coche y, por ese mismo motivo, está dispuesta a aceptar cualquier propuesta, por loca que sea, en busca de esperanza. Es así como pasan a formar parte de Positrón, un proyecto de sociedad en la que se vive un mes tal y como se hacía en la sociedad precrisis (con tu casa unifamiliar y demás lujos) y al siguiente mes se vive en una cárcel donde se llevan a cabo diversos tipos de trabajos. Una premisa curiosa que, en su avance, nos irá descubriendo qué hay detrás de una idea tan estrafalaria y hasta dónde somos capaces de llegar los humanos para sobrevivir. Una de las mejores lecturas del año.  

12. «Manazaru. Una historia de amor», de Hiromi Kawakami. Por casualidad me topé con este libro en la biblioteca y no pude resistirme; con Kawakami siempre me pasa que me parece estar leyendo algo muy delicado, como si fuera un secreto, y por eso hay que cogerlo con mucho cariño y disfrutar cada una de sus páginas. En esta ocasión la historia que relata es la de una mujer cuyo marido desapareció hace tiempo, dejando tan solo tras de sí una palabra, «Manazaru». Muy recomendable para los amantes de las historias íntimas y sencillas. 

13. «El filtro burbuja. Cómo la red decide lo que leemos y lo que pensamos», de Eli Pariser. Un ensayo sobre cómo funcionan internet y las redes sociales, el modo en que trabajan sus algoritmos para seleccionar la información que vemos y cómo dirigen nuestro pensamiento. Una lectura muy interesante para reflexionar sobre el modo en que funciona la información hoy día y ser algo más críticos con ella.   

14. «Tierra de mujeres», de María Sánchez. Un regalo de Jesús de lo más acertado puesto que ha sido una de las mejores lecturas del año. Se trata de un ensayo muy personal en primera persona en el que la autora reivindica el papel de la mujer en el campo, habitualmente olvidado cuando se habla del mundo rural, centrándose en las historias de su abuela y su madre. Me gustó especialmente el hecho de que la autora reflexionase sobre cómo siempre había tomado como modelo a su padre y su abuelo, con los que comparte profesión, pero que, al hacerse mayor, se había dado cuenta del papel silencioso que las mujeres de su familia habían tenido en su vida. Muy recomendable.   

15. «Kioto», de Yasunari Kawabata. Historia de una joven, hija adoptiva de un matrimonio que se dedica a la confección de kimonos, que decide conocer la verdad sobre sus padres, que supuestamente la habían abandonado junto a un cerezo en flor. Un libro entretenido y, como siempre tratándose del autor, repleto de belleza.

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16. «Umbra», de Silvia Terrón. Libro de ciencia ficción que plantea un mundo que ha quedado dividido en una zona de sombra y otra de luz. La historia transcurre en Umbra, la zona sin luz, en la que la gente ha perdido la capacidad de emitir sonidos, y nos encontramos con diversos protagonistas que, por unos motivos u otros, están interesados en hacer que algo cambie. Si bien la premisa inicial del libro me resultó genial, al desarrollo le falta algo que mantenga el interés, no sé si porque es muy largo o porque es la primera novela de la autora. Aún así es un libro curioso.

17. «El funeral de Lolita», de Luna de Miguel. Me apeteció leer este libro porque de siempre ha llamado mi atención la historia de Nabokov y la idea de una Lolita que se ha hecho mayor me parecía interesante. El libro se lee rápido y es entretenido, aunque no sé si me terminó de convencer, pero sí que me gustó la complejidad de sentimientos de la protagonista, fruto de la muerte del que la consideró siendo adolescente una Lolita.

18. «La dependienta», de Sayaka Murata. Historia de una joven treintañera japonesa que trabaja como dependienta en un konbini, trabajo que habitualmente se asocia con estudiantes o recién licenciados. Según sus familiares y conocidos, la protagonista es algo rarita, pero lo es porque no está casada y ha preferido mantener un trabajo a tiempo parcial que buscarse algo mejor. Y precisamente en esa diferencia de concepción de la vida y ese choque con lo estricto de la sociedad japonesa reside el encanto de este libro, que para mi ha sido uno de los mejores del año.

19. «Storia della bambina perduta», de Elena Ferrante. Última novela de la Saga de las dos amigas de Elena Ferrante y un cierre perfecto para la misma. Las protagonistas, Elena y Lina, son ya dos mujeres adultas con vidas aparentemente opuestas pero siempre entrelazadas. No cuento nada para no hacer spoilers, pero personalmente creo que estos cuatro libros son los que mejor han descrito hasta ahora lo que es la amistad femenina. Lecturas imprescindibles. 

20. «La muerte del padre. Mi lucha: 1», de Karl Ove Knausgard. Como había oído en varios sitios hablar de esta saga me entró curiosidad y leí el primero de los 6 libros autobiográficos de este autor noruego. En él simultanea sus recuerdos de adolescencia con un presente en el que es padre y escritor frustrado, algo ególatra e insoportable, todo hay que decirlo. Es un libro fácil de leer y ameno, pero no sé si tengo muchas ganas de continuar con el resto, por lo menos por ahora.

21. «Stoner», de John Williams. Mi primera (y última, jeje) lectura en inglés del año, protagonizada por un profesor universitario de Literatura al que conocemos desde joven, lleno de sueños y esperanzas en el futuro que se ven frustradas al toparse con la realidad de un matrimonio desdichado y un ambiente laboral en el que gobierna el amiguismo. Un libro como la vida misma, vamos, pero que quizás por haber leído en inglés no terminó de convencerme.  

22. «Cuaderno de campo», de María Sánchez. Primer libro de la autora de «Tierra de mujeres», se trata de un poemario sencillo que oda al campo y la vida rural. Bonito y delicado, para escaparse un rato del mundanal ruido urbano y sumergirse en lo natural.

23. «Ella en la otra orilla», de Mitsuyo Kakuta. Otra novela japonesa sobre una mujer treintañera, que en este caso ha decidido reincorporarse al mundo laboral tras haber sido madre hace tres años, a pesar de la reticencia del entorno familiar. Será en el trabajo donde conozca a una mujer que le hará volver a su adolescencia, una época que la marcó especialmente. Una lectura recomendable.

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24. «Los asquerosos», de Santiago Lorenzo. Personalmente ha sido uno de los bluff del año por lo bien que lo habían puesto las críticas y mi sensación al leerlo. La idea me parecía buena, pero me parece que el autor se hace el gracioso y, sinceramente, su humor no me va nada. Así que es verdad eso de que lo amas o lo odias, y, en mi caso, ha ganado la segunda opción.

25. «Il sesso inutile», de Oriana Fallaci. Ensayo de una periodista italiana que, en los años cincuenta, viajó por todo el mundo para elaborar una serie de reportajes sobre el papel de la mujer en distintos países del mundo (Japón, India, Malasia, Hawai, etc.). Si bien ha perdido algo de vigencia con el tiempo, es interesante ver cuáles son las diferencias entre las mujeres de los distintos países desde la perspectiva de la autora. Una lectura curiosa.

26. «Solaris», de Stanislaw Lem. Un clásico de la ciencia ficción que lo es por algo, sin duda. El protagonista de la historia viaja a Solaris para averiguar el porqué de la conducta de los tripulantes de la estación que investiga el planeta, que no es otra cosa que un ser viviente que les presenta imágenes turbadoras e increíblemente reales que pondrán a prueba su propia cordura. Aunque hay trozos del libro de ciencia ficción dura algo complejos, merece la pena leerlo.   

27. «Creedme», de T. Christian Miller y Ken Armstrong. Uno de los libros a los que he hecho más referencia posteriormente en conversaciones, y del que además HBO ha hecho serie. El libro, Premio Pulitzer en la categoría de Reportaje Explicativo en 2016, relata la investigación que se llevó a cabo en EEUU para encontrar a un violador en serie, y lo hace planteándonos las perspectivas de las distintas víctimas, los avances de la policía (muy interesante ver lo poco que interactúan entre sí las jurisdicciones de los distintos estados) y la perspectiva del violador. Una lectura fundamental.

Creedme: Premio Pulitzer en la categoría de Reportaje Explicativo en 2016 de [Miller, T. Christian, Armstrong, Ken]

28. «Crudo», de Olivia Laing. Lo cogí con muchas ganas porque me había gustado bastante «La ciudad solitaria», un ensayo de la autora que leí el año pasado, pero este no terminó de convencerme. Es algo así como una disertación que trata varios temas de gran actualidad (el miedo al futuro, la dificultad de compromiso a largo plazo, la endeble permanencia de las cosas en el tiempo) de un modo desasosegante, pero a pesar de que estas son cosas que podrían gustarme no acabé de pillarle el punto.

29. «Olga», de Berhard Schlink. Lectura Bookish, se trata de la historia en dos tiempos de Olga: su adolescencia, en la que vivió un idilio con un joven alemán de otra clase social, y su madurez/vejez desde la que desentrañaremos toda su vida. Un libro entretenido, que da gusto por lo bien que está escrito, y que no deja de mantenerte enganchada hasta prácticamente la última página. Muy recomendable para simplemente dejarse llevar por la lectura.

30. «Tus pasos en la escalera», de Antonio Muñoz Molina. El protagonista del libro viaja a Lisboa para ir preparando el hogar en el que espera pasar sus años de vejez junto a Cecilia, su gran amor. Por la adoración que le profesa, organiza toda la casa de un modo que pueda reconocer el hogar que dejan atrás en Nueva York, pero lo que parece la preparación de una vida perfecta en pareja oculta algo que iremos desentrañando a lo largo del libro. Un gusto leerlo.

31. «El algoritmo del amor: un viaje a las entrañas de Tinder», de Judith Duportail. Regalo de Claudia, se trata de un ensayo en primera persona sobre cómo funciona Tinder, la aplicación de ligue más famosa actualmente. La escritora del libro, que es periodista, comienza a utilizar la aplicación tras una ruptura, y tras diversas experiencias decide investigar sobre el funcionamiento del algoritmo de la aplicación, porqué se puede hacer match con determinadas personas y con otras no, además de reflexionar sobre el tipo de relaciones que se establecen mediante estas aplicaciones. Un libro fácil de leer e interesante por el planteamiento que hace, aunque la investigación en realidad sea bastante floja y no llegue a conclusiones determinantes.

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