diciembre 31

Adiós 2017

Adiós a otro año más (¡y ya van 33 y medio!), repleto de vivencias (buenas y malas), trabajo (virgencita, virgencita, que me quede como estoy), mucha cultura (libros, cine, teatro, zarzuela, conciertos), buena gastronomía (también mala, pero esa es mejor no recordarla), caminos (viejos y nuevos) que recorrer, y muchos (muchos) viajes. Con la suerte, además, de haber disfrutado de todo ello acompañada por muy buena gente con la que comparto existencia.

Veamos ahora qué nos depara el 2018…¡que comience la función!   

Artíes, Valle de Arán, España. 2017.

enero 4

Lecturas del año 2016

Para dar continuidad a la serie de posts que empecé el año pasado sobre lecturas anuales, aquí va mi listado de las de este año. Aunque cerca de la mitad de este año he ido caminando al trabajo, el número de lecturas es casi el mismo que el del año pasado, por lo que asumo que no sólo leo en el transporte público (como he podido llegar a pensar en algún momento). 

1. 1/2 «Catarsis», de Erik Axl Sund. Para empezar el año terminé el libro que dejé a la mitad el año pasado, el último de la trilogía de Victoria Bergman. Un final interesante aunque, como me suele pasar con las trilogías o las series de libros, me parece que van perdiendo fuelle.

2. «Che animale sei? Storia di una pennuta», de Paola Mastrocola. Traducida al español como «Dime qué soy (y te diré qué eres). Una fábula sobre la identidad», el libro relata la historia de una pata que piensa que es una zapatilla porque eso es lo primero que ve al nacer. Tras esta simpática premisa, que continúa con el encuentro de diversos animales con actitudes humanas, se esconde una reflexión (como ya indica el título en español) sobre la propia identidad y las apariencias. Una lectura entretenida de una autora que ya me sorprendió con «La gallina volante».

3. «El río de las luciérnagas», de Teru Miyamoto. Este libro, que cogí prestado de la biblioteca sin saber nada de él (simplemente me gustó el título), está compuesto por dos relatos sencillos que no tienen relación narrativa entre ellos, aunque ambos evocan un Japón rural desde la visión de un niño. Es, sin más ni menos, una lectura sencilla, bien narrada y sobre todo observacional, que recuerda a otros autores japoneses que tratan la belleza de las cosas a pesar de las dificultades que entrañe la realidad de sus protagonistas.  

4. «Asalto a las panaderías», de Haruki Murakami. Esta es una lectura un poco trampa, porque es tan sólo uno de los relatos que se incluye en «El elefante desaparece», pero como sacaron ediciones individuales de varios de los relatos de Murakami y me hice con ellas pues decidí incluirlo en el listado. Y, como me suele pasar con el autor, la historia de este relato es de esas ideas que habitan en tu mente y que te vuelven de repente, en este caso cuando veo un McDonald’s o cuando tengo hambre; los que habéis leído el relato sabréis a lo que me refiero, y a los que no os lo recomiendo, porque aunque pueda resultar extraño, es un relato original y muy curioso, más entendible (¿menos irreal?) que otras de sus fábulas.

5. «Mundo del fin del mundo», de Luis Sepúlveda. Detrás de esta historia se encuentran los anhelos de muchas personas que, tras leer novelas de aventuras en su infancia (en este caso el libro elegido es Moby Dick) sueñan con vivir en primera persona algunas de esas aventuras. Además, parte del libro se desarrolla en la Patagonia, por lo que me tocó doblemente la fibra sensible. Y, para rematar, trata el tema del ecologismo y la caza indiscriminada de fauna marina, así que me gustó aún más.

6. «La historia de San Michele», de Axel Munthe. Esta es una lectura extraña dentro del tipo de obras que suelo leer, pero como suelo dejarme llevar por recomendaciones y préstamos de mis allegados (en este caso de mi madre), me topé con esta historia de un médico escandinavo que acabó en Capri debido a su gusto por lo clásico y particular personalidad. A modo autobiográfico, Axel Munthe cuenta sus hazañas como médico desde su perspectiva, entre moderna y alocada, religiosa y abstraída. Un personaje muy particular que relata sus avances y descubrimientos, que son también los que se llevaron a cabo a principios del s. XX, las distintas epidemias que asolan Europa, su afán por crear un hogar en su villa de San Michele en Capri, etc. En definitiva, un libro curioso que, por lo visto, fue muy leído el siglo pasado.

7. «La llamada de lo salvaje/The call of the wild», de Jack London. Un clásico juvenil que decidí releer al encontrar en la biblioteca una edición bilingüe, con el fin de reforzar un poco el inglés. Al leer en dos idiomas a la vez te das cuenta de lo malas que son algunas traducciones…y esta lo era. En cualquier caso el libro relata las andanzas de Buck, un perro que pasa de tener una vida idílica a ser maltratado para, finalmente, encontrar un dueño al que ser leal y recordar siempre a pesar de esa llamada de lo salvaje.

8. «El mar», de John Banville. El protagonista de este libro vuelve al lugar donde veraneaba con sus padres de niño para sobrellevar la reciente muerte de su esposa. Estando allí recuerda uno de los veranos de su infancia, aquel en el que conoció a los Grace, y será esa la historia central del libro. Pensándolo en la distancia, mientras leía este libro creo que tenía la misma sensación que con «Revolutionary road», la de que algo grave iba a pasar porque no todo podía ser tan perfecto como parecía.

9. «Frankie y la boda», de Carson McCullers. El mundo de Frankie va a cambiar ahora que su hermano se va a casar, o eso quiere creer ella. Encerrada en tierra de nadie, sin ser niña ya pero tampoco adolescente, Frankie busca un cambio en su tediosa rutina. Quiere ser ya mayor e irse lejos con su hermano, pero nadie parece tomarse en serio lo que quiere. Es por tanto un libro sobre el proceso de maduración de una joven que no encuentra su sitio, interesante desde este punto de vista, aunque me resultó algo opresivo y angustioso por esa sensación de imposibilidad permanente.

10. «Novecento», de Alessandro Baricco. Segunda lectura recomendada para el curso de italiano, que me resultó algo insípida, como si se me hubiese escapado algo (que no encontré, a pesar de haberlo releído una segunda vez). El libro cuenta la historia de un niño al que encuentran dentro de un piano en un barco transoceánico y que bautizarán como Novecento; el pequeño tiene lo que parece un don para la música, que le da fama a nivel mundial fuera de ese barco del que nunca sale. Es una historia algo mágica, tierna en cierto modo, pero como comenté antes me dejó indiferente.

11. «Cómo ser mujer», de Caitlin Moran. Una de las mejores lecturas de este año, ideal para reflexionar sobre cuestiones relacionadas con la mujer y la sociedad actual. Si bien es cierto que tiene algunos capítulos algo más aburridos y criticables, otros presentan temas de los que no se habla mucho, como son el no desear ser madre o el aborto. Su mayor encanto (que también puede ser su mayor fallo) es su subjetividad: el libro está escrito bajo el punto de vista de Caitlin Moran, y al no ser un ensayo teórico se puede estar más o menos de acuerdo con las reflexiones que se hacen. Pero, en cualquier caso, es una lectura muy recomendable para pensar sobre la influencia de la cultura y la sociedad en todos y cada uno de los aspectos que supuestamente definen a una mujer.

12. «Un padre da film», de Antonio Skármeta. Otro de los préstamos de este año, en este caso de mi amiga Claudia, que me lo dejó para que practicase italiano (aunque el idioma original es el castellano puesto que el autor es chileno). Se trata de una lectura sencilla y bastante breve, que presenta a un profesor de un pueblo chileno que se verá incitado por uno de sus alumnos para acudir a un prostíbulo; esta es sólo la premisa inicial, puesto que en ese viaje iniciático el protagonista se encontrará con su pasado.

13. «Ojos de agua», de Domingo Villar. Como una de las mejores lecturas del año pasado fue «La playa de los ahogados», este año no dudé en conseguir y leer la primera entrega del inspector Leo Caldas, que, como esperaba, no me defraudó. Una novela negra al uso, con asesinato, investigaciones e intereses ocultos, pero con el plus de contar con la increíble prosa de Domingo Villar, que hace emanar de entre sus páginas olores y sabores que todo aquel que haya viajado a Galicia conoce.

14. «Todas las ciudades y París», de Javier Das. Las literatura de viajes suele gustarme mucho, sobre todo si se trata de ciudades en las que ya he estado, porque así puedo rememorar mi propia experiencia y contrastarla con la de otros, saber qué vieron y sintieron en aquellos sitios donde ya estuve. Con el libro de Das, autor al que además tengo la suerte de conocer, pude llevar a cabo este proceso mental con gran claridad, puesto que en este libro describe muy detalladamente sus viajes a París, incluyendo incluso un mapa de sus andanzas. Una lectura muy recomendable para los que ya conocen la ciudad, los que la conocerán próximamente y, sobre todo, para los que la aman; además, justo hoy es el libro más vendido en la sección de Literatura de viajes de Amazon 🙂

15. «Mentre dorme il pescecane» [«Mientras duerme el tiburón»], de Milena Agus. La historia de una familia sarda, cuyos miembros son a cada cual más particular. Una novela entretenida que habla sobre la vida a través de la metáfora del que se encuentra en la boca del tiburón: puedes escapar mientras duerme, pero cuando despierta…

16. «Pájaros en la boca», de Samanta Schweblin. Compendio de 18 relatos ambientados en su mayoría en pueblos argentinos olvidados, rurales y extraños. Las historias, entre lo real y lo fantástico, son en su mayoría algo duras, tratando temas como la incomprensión, la irrealidad de las cosas y el olvido. Personalmente me dejó con una sensación de desazón.

17. «Los Modlin», de Paco Gómez. Otro de los libros más interesantes del año, a pesar de que la lectura sea algo irregular (muy pesada en algunos tramos). La obra relata el descubrimiento del autor de una serie de fotografías en la calle Pez de Madrid, pertenecientes a la familia Modlin, unos artistas americanos que se afincaron en la ciudad en los 70. Desde entonces, y durante diez años, nace y crece en el autor un interés casi insano por saber más acerca de esa familia y darles un merecido reconocimiento. El libro incluye multitud de fotografías de la familia y los cuadros de Margaret (la madre), reconocida como “La mejor pintora del Apocalipsis de todos los tiempos”. Como dato curioso, el libro fue autoeditado utilizando la plataforma Verkami.

18. «Né qui né altrove», de Gianrico Carofiglio. Última lectura del curso de italiano nivel Avanzado I, de un autor que ya leí hace dos años (entonces fue «Il silenzio dell’onda»). El libro cuenta la historia de un grupo de amigos que, tras cerca de treinta años, se reencuentra para pasar una noche juntos en su ciudad natal, Bari. Mientras recorren con nostalgia los lugares por los que paseaban entonces y que ya no son los mismos (como sucede con los propios protagonistas), surgirán muchos temas que no llegaron a olvidarse. Una lectura entretenida, aunque posiblemente lo sea más aún si el lector conoce Bari.

19. «Elogio de la infelicidad», de Emilio Lledó. Ensayo filosófico sobre la infelicidad vista en diversas épocas y a través de múltiples autores, desde la perspectiva de la sociedad, la amistad, el dolor, etc. Un escrito fundamentado que requiere de la predisposición del lector para enfrentarse a este tipo de textos.

20. «Crónicas de Islandia. El mejor país del mundo», de John Carlin. Recopilación de varios artículos del autor sobre Islandia y las características particulares que lo diferencian y asemejan a otros países. Si se busca algo de profundidad quizás se quede corto, pero en general es una lectura interesante para cualquier persona que quiera saber algo más sobre el país o que vaya a viajar próximamente allí.

21. «La muerte de Ulises», de Petros Márkaris. Al igual que en otras novelas de Márkaris, en este libro se tratan temas de gran actualidad en Grecia, como son los grupos armados contrarios a la inmigración y la carestía derivada de la crisis. De nuevo nos encontramos con el comisario Kostas Jaritos, que se enfrenta a crímenes motivados por la situación política y económica del país. Una lectura recomendada para los amantes de la novela negra que busquen también una ambientación realista.

22. «Quién de nosotros», de Mario Benedetti. Primera novela del autor, narrada a tres voces: la de Alicia, mujer deseada por dos hombres; Miguel, su inseguro marido; y Lucas, el alma libre que circunda el matrimonio de sus amigos. A través de las distintas visiones que cada uno de los personajes tiene de los hechos podemos hacernos una idea de su evolución personal y pensamiento, entender sus porqués y sacar nuestra propia conclusión al respecto de su historia. 

23. «Nieve en otoño», de Iréne Némirovsky. Pequeña novela pero sólo por su extensión, porque su contenido es vasto, como si se tratara tan sólo de la punta del iceberg. Ambientada en la Rusia de los zares y el exilio, la novela está protagonizada por Tatiana, una sirvienta de la aristocracia que reflexionará sobre los cambios sociales y políticos sin hacerlo directamente, hablando simplemente sobre su vida de servidumbre y los cambios que ha ido experimentando. Un texto inmejorable para abrir boca y sumergirse en otras novelas de esta autora.

24. «Mujeres en el norte. Trece poetas suecas», de René Vázquez Díaz. Compendio de poesía de trece autoras suecas (como su mismo nombre indica). Ya como idea me parece de lo más interesante para acercarse por un lado a la poesía (género al que no estoy muy acostumbrada), y por otro a las autoras suecas desde una perspectiva que no sea la novela negra (que tanto caracteriza ahora a los países escandinavos). Además la lectura es sencilla y amena gracias a que se incluyen textos variados, así que, ¿qué más se puede pedir?

25. «El guardián invisible», de Dolores Redondo. Primer libro de la trilogía del Baztán, protagonizada por la inspectora Amaia Salazar, encargada de resolver diversos casos de asesinato que la llevarán a su pueblo natal, Elizondo. Una novela que describe a la perfección el ambiente húmedo y neblinoso que caracteriza esta zona de Navarra, con una narración excelente, repleta de personajes complejos y matices fantásticos que la convierten en una novela negra (y una autora) indispensable. Además, este año van a estrenar la primera de las adaptaciones al cine, así que no hay mejor motivo para acercarse primero a sus libros.

26. «The Atom Station», de Halldór Laxness. Me hice con este libro en una librería islandesa por dos motivos: el primero porque me había acabado mi anterior lectura durante el viaje y no podía quedarme sin nada que leer, y el segundo porque antes de ir a Islandia había empezado a leerme «Gente independiente», la novela más famosa de este autor que es Premio Nobel de Literatura. El caso es que no pude terminarme ese otro libro, que de por sí es una lectura consistente, pero es que además se me estaba haciendo muy pesado… Decidí elegir este otro porque parecía más accesible (por tamaño sobre todo) y porque estaba protagonizado por una chica normal que se ve envuelta en las revueltas contra la instalación de una base americana tras la guerra. También se habla de la tradición de las sagas islandesas que consiguieron siempre la independencia de su país frente a las imposiciones externas, y se deja entrever cómo era la vida en Islandia en aquellos años. Pero, como me sucedió con «Gente independiente», me pareció un libro tedioso.  

27. «Los desposeídos», de Úrsula K. Leguin. Otro de los grandes descubrimientos del año, en esta ocasión en cuanto a literatura de ciencia ficción. En este relato distópico se presentan dos sociedades opuestas, la de Urras (capitalista y propietaria) y la de Anarres, una luna de Urras en la que se independizaron hace años habitantes de Urras para construir una especie de anarquismo donde no existe la propiedad. El protagonista es Shevek, un científico de Anarres que viaja a Urras con el fin de avanzar en sus investigaciones, encontrándose con una sociedad que le atrae y le aterra a partes iguales. Un libro excelente para reflexionar sobre el lenguaje y otras formas de sociedad posibles.

28. «El faro del fin del Hudson», de Antonio Muñoz Molina. Definiría este libro como bonito, que aunque parezca una tontería no lo es tanto, porque no es fácil toparse con ediciones especiales que contengan además un texto que también lo sea. Pues en este caso ambas circunstancias se dan, puesto que el texto ha sido editado por Lindo&Espinosa en una edición limitada, compilando diversos relatos breves del autor durante su estancia en Nueva York, presentando una ciudad totalmente distinta, apacible y sencilla, la del que recorre la orilla del Hudson y observa sus cambios a diario. Totalmente recomendable para observadores.

29. «Novelle da Don Camillo e il suo gregge», de Giovanni Guareschi. Colección de relatos sobre el cura Don Camilo, a modo de fábulas con moraleja. Lectura fácil y rápida, como para iniciarse en el italiano.

30. «Valentino», de Natalia Ginzburg. Novela corta narrada por Caterina, la hermana de Valentino, que parece ser un estupendo partido según sus padres, pero que en realidad es un vago que sólo quiere vivir de los demás. Un relato algo triste y sin esperanza, que presenta la homosexualidad como elemento latente sin llegar a ser una clara certeza.

31. «El elefante desaparece», de Haruki Murakami. Colección de relatos de Murakami de la que ya hablé antes con motivo del relato «Asalto a las panaderías». Como fan incondicional de Murakami poco puedo decir, jeje, pero sí que reconozco que me gustó más que otras de sus compilaciones de relatos. Como siempre te deja con esa sensación de estar hablando de algo que está ahí y que has visto antes pero no puedes explicar. 

32. «La insoportable levedad del ser», de Milan Kundera. Uno de esos «clásicos modernos» de los que se oye mucho hablar, pero que hasta ahora no había tenido la oportunidad de leer. Se trata de una historia de amor, pero no de esos amores Disney aparentemente perfectos de los cuales no conocemos realmente su desarrollo (sólo su inicio), sino de una historia de amor completa, con sus más y sus menos, sus celos e infidelidades, su tortuosidad y su magnitud. Se considera una aproximación filosófica al amor, y yo no sé si lo calificaría como tal, pero sí que se reflexiona sobre las distintas aristas del amor y su influencia en quiénes somos y qué hacemos. Una lectura interesante, sin duda.  

33. «Legado en los huesos», de Dolores Redondo. Segundo libro de la «Trilogía del Baztán» antes mencionada. Continúan las investigaciones de la inspectora Salazar en su valle natal, que le irán acercando más y más a su historia y sus miedos. Otra lectura recomendable, aunque, por lo menos en mi caso, mejor tomarla con calma y espaciar el tiempo entre cada uno de los libros de la trilogía, con el fin de no empacharme y poder reposar cada historia. 

34. «Después del invierno», de Guadalupe Nettel. Una lectura inesperada (no sabía nada de ella, tan sólo me dejé llevar por el préstamo de una de mis lectoras de referencia 🙂 ) que consiguió engancharme a pesar de haberle cogido tirria desde el minuto 1 a uno de los protagonistas (también me pasó con «La chica del tren» y aún así lo terminé, aunque en ese caso no disfruté de la lectura como con «Después del invierno»). La narración está escrita a dos voces, la del cubano Claudio, que trabaja en una editorial en Nueva York, y la de Cecilia, una mejicana que estudia en París. La casualidad hará que ambos personajes se encuentren y compartan, temporalmente, sus existencias, pero el libro trata más sobre la soledad de personas que viven en cierto modo al margen de la sociedad, que no pertenecen a ninguna parte y por ello llevan vidas aisladas a pesar de los intentos que puedan hacer por cambiar esta situación.

35. «Aqua in bocca» [«Por la boca muere el pez»], de Camilleri e Lucarelli. Primer libro recomendado del curso de italiano nivel Avanzado II. Se trata de una novela negra bastante peculiar, elaborada a cuatro manos y protagonizada por el comisario Montalbano y la inspectora Grazia Negro, que aúnan esfuerzos para resolver un crimen. El relato se compone de cartas y documentos que se envían mutuamente, a través de los cuales vamos conociendo sus avances en la investigación, además de particularidades de su entorno y cotidianidad. Me resultó una lectura simpática, además de un juego la mar de interesante por parte de ambos autores. 

36. «La resistencia íntima. Ensayo de una filosofía de la proximidad», de Josep María Esquirol. Escrito por el autor ganador del Premio Nacional de Ensayo 2016, este libro trata de la condición del ser humano y la necesidad de recuperar lo sencillo y lo natural para encontrar nuestro yo que parece estar perdido entre tanta globalización y tecnificación. Una lectura que, para ser de tipo filosófico, no resulta compleja, puesto que recurre a un imaginario colectivo común a todos, y que además, de algún modo, consigue calentar el alma y presentar una realidad algo más humana a la que todos podemos aspirar. Muy recomendable. 

 

A medias me quedan «Hasta aquí hemos llegado», de Petros Márkaris, cuarto libro de su trilogía de la crisis, y «Todo esto te daré», de Dolores Redondo.

Además este año he simultaneado la lectura de libros con revistas («Jot Down» y «Ballena Blanca»), novelas gráficas («El faro» y «La casa» de Paco Roca) y manga (he retomado varias series que tenía abiertas desde hace años, como «Nodame Cantabile», «Full Metal Alchemist» y «20th Century Boys», y he empezado «El nuevo lobo solitario y su cachorro»).