enero 24

A lo Miyazaki

Hayao Miyazaki es capaz de ver mucho más allá de cada casa, árbol o persona, imaginando mundos increíbles en los que todo es posible, desde bosques habitados por espíritus hasta motas de polvo alborotando en el desván, o padres que se convierten en cerdos (por poner algunos ejemplos).

Emulando al maestro, «en aquel paraje inhóspito, encubierta por la tierra, las raíces, la hierba y las hojas que descansaban sobre ella, nos topamos con una embarcación a la espera de la crecida del río tras el deshielo. Tan sólo dejaba a la vista un pedazo de la proa y parte de los mástiles que debían sujetar sus velas, por lo que resultaba sencillo que pasara desapercibida. Pero los corzos sabían que, en primavera, temblaría el suelo bajo ellos por la puesta en marcha de los motores, seguida por el estallido del barco al flotar de nuevo sobre las tan esperadas aguas del río.»

 

Gracias Jesús por hacer volar mi imaginación…