Los acantilados de Vík
Como siempre parece que las cosas se ven mejor desde arriba, nos subimos a los acantilados de Vík i Myrdal. El camino empieza desde el supermercado que hay a la entrada del pueblo viniendo desde Reikiavik, y se ve perfectamente desde abajo (los acantilados no tienen pérdida). En una hora/hora y media se puede subir y bajar, eso sí, sabiendo que la cuesta es bastante costosa. Pero las vistas desde lo alto merecen la pena (si hace buen día, porque si está nublado no se recomienda subir, puesto que no hay ningún tipo de protección).
Como no, la zona está habitada por carneros, además de montones de pájaros que los sobrevuelan a diario. Lástima que se nos hubiera pasado la época de los frailecillos (están aproximadamente hasta finales de agosto), y sólo pudimos ver un resto suyo…