mayo 30

Elogio de las sombras

Uno entiende plenamente a Junichiro Tanizaki en su «Elogio de la sombra» cuando visita Kioto. Paseando por sus calles el transeúnte descubre un perfecto manejo de la luz, tenue y matizada, que recorre la arquitectura y le da profundidad, valorando también los espacios en penumbra. Una arquitectura entendida como estructura y vacío, sombras y luces, la belleza estética del cambio según la hora del día, según la estación del año. En Japón se entiende la belleza de las sombras y se valora la creación de profundidad y misterio gracias a ellas. Y es en estos espacios donde parece reinar el silencio, aún teniendo como sonido de fondo el circular del agua del río Kamo o los pasos de algún viandante. 

Kioto, Japón. 2018.

enero 5

Lecturas del año 2017 (2/2)

(Continuación de este post)

22. «El efecto del aleteo de una mariposa en Japón», de Ruth Ozeki. Libro recomendado por Diego, del cual no me fío mucho (jeje), pero en este caso la lectura no estuvo nada mal. La historia se centra en dos tramas entrelazadas por el destino: la de una escritora que vive en una isla de Canadá y la de una adolescente japonesa. Paseando por la playa, Ruth (la escritora) se encuentra con el diario de Nao (la joven japonesa), y a partir de ese momento no podrá separarse de la triste historia de la chica, cuyo paradero quiere encontrar porque sospecha que puede haber sido una de las víctimas de un tsunami que asoló Japón en 2011. Se trata de un relato que pone al lector, al igual que a Ruth, como observador de la amarga historia de Nao, que vive en sus carnes cuestiones que están a la orden del día en nuestras sociedades: el abuso de los compañeros, el comercio del propio cuerpo, la soledad en una sociedad individualista, el abandono, la tristeza…en definitiva, un libro que no deja indiferente (aunque no deja de parecerme un modo de narrar algo manido o comercial).     

23. «El cuento de la criada», de Margaret Atwood. Antes de ver la serie de HBO pude leer esta distopía no tan lejana a realidades que existen hoy día en las que la mujer sirve únicamente como objeto reproductor para una sociedad estéril (física y mentalmente), dominada por una religión politizada o una política dominada por una religión. No puedo decir mucho más de lo que ya se ha dicho sobre esta historia, pero considero que debería ser lectura obligatoria en los planes de estudio. Por cierto, la serie no está nada mal (sobre todo visualmente), aunque algunos cambios en la trama con respecto al libro son bastante discutibles…(aunque ya sé que el negocio de las series consiste en alargarlas :-P). ¡Ah! Y que no se me olvide agradecer a Ana la recomendación y el préstamo 😉

24. «América», de Manuel Vilas. En este libro Vilas viaja a diversos lugares de la geografía estadounidense (por motivos laborales sobre todo) y aprovecha esos viajes para hablar sobre los estadounidenses, el American way of life, la política del país, etc. y comparar todo ello con España, la visión que tenemos de los Estados Unidos y las diferencias políticas y de vida que existen entre ambos países. Si bien el planteamiento inicial me pareció bastante apetecible y el modo de narrar me gustó mucho, no acabé de entender el rollo del autor, a veces algo frívolo o superficial fardando de los hotelazos donde se queda y mimetizándose con ese American way of life que parecía criticar en un principio. 

25. «El feminismo es para todo el mundo», de Bell Hooks. Este es el típico libro que llega por casualidad pero parece quedarse en tu cabeza indefinidamente. Se trata de un ensayo escrito por una activista feminista negra, dividido en capítulos que van siendo cada vez más inclusivos, graduando paso a paso la globalidad del movimiento. Comienza hablando sobre qué es el feminismo (la igualdad) y qué no es (la lucha contra en género masculino), y a partir de ahí desarrolla la historia del movimiento y lo que supone a nivel social, su carácter antirracista, anticlasista y antihomófobo, etc. Todo ello con la intención de explicar al lector porqué el feminismo es para todo el mundo.

26. «Allí, donde se acaba el mundo», de Catherine Poulain. Libro autobiográfico sobre una joven francesa que decidió irse a Alaska para embarcarse en un barco pesquero. Allí tratará de hacerse un lugar en un mundo de hombres, con la intención de conseguir ser una más en el equipo y poder vivir con libertad. Por supuesto se ha de enfrentar a la opinión generalizada de sus compañeros, que la consideran frágil y «poca cosa», pero con su tesón y tenacidad conseguirá ser una más, a pesar de que el género, lo quiera o no, marca de algún modo la diferencia en el trato de los demás y su propia percepción. Una lectura muy recomendable para los amantes de los libros de aventuras y todos aquellos que piensen que no existen límites cuando realmente se desea algo. 

27. «De qué hablo cuando hablo de escribir», de Haruki Murakami. Otro libro más para mi colección «murakamiana», aunque echo de menos leer sus ficciones, porque cuando habla de sí mismo me resulta algo tedioso (se moja poco y es muy plano, no parece comunicar ningún tipo de sensación). Nada del otro mundo, simplemente su visión sobre escribir y el trabajo de escritor, además de tratar el mundo de la escritura, el famoseo, los premios literarios, etc.

28. «Las calculadoras de estrellas», de Miguel A. Delgado. El libro cuenta la historia de Gabriella, una niña huérfana que tendrá la suerte de dar con María Mitchell, la hija de un famoso científico que aprendió a conocer la configuración del cielo nocturno y vio en la pequeña un potencial para dedicarse a la Astronomía (a pesar de las reticencias sociales de la época en cuanto al desarrollo profesional y la educación de la mujer). Aunque el personaje principal es ficticio, el grupo de «calculadoras de estrellas» (y la propia Mitchell) sí que existió, dedicándose a catalogar todo el firmamento a finales del siglo XIX. Me resultó una lectura entretenida, una buena lectura para el verano, además de dar un poco de luz al papel que jugaron estas mujeres en el conocimiento del cielo.

29. «Un amore di zitella», de Andrea Vitali. Siempre me ha gustado leer algún libro ambientado en mi destino vacacional, así que este año me decidí por esta historia de una «solterona» (traducción literal de zitella) que habita en un pueblito a orillas del lago Como. Trabaja como funcionaria y su vida es poco apasionante, hasta que surge un malentendido con su compañera de trabajo, a la que regala «La Divina Comedia» de Dante por su boda, y la compañera piensa que Dante es el amante de la protagonista…Una lectura simpática, sin más pretensiones que provocarte una sonrisa. 

30. «El club de los gourmets», de Junichiro Tanizaki. Preciosa edición de la editorial Gallo nero, que ilustra el relato con unos estupendos dibujos. Se trata de una lectura curiosa, sobre un grupo de japoneses que conforma un club de amantes de la cocina. Su historia comienza tratando el hastío al que han llegado por haber probado ya todos los tipos de comida que están a su alcance, pero su ansia por encontrar nuevos sabores les lleva hasta un particular restaurante donde los platos no son solo comida, sino toda una experiencia sensitiva…

31. «Patria», de Fernando Aramburu. El best seller del año también pasó por mis manos. ¿Qué decir de este libro que no se haya dicho ya? Realmente no sé si hay mucha más ficción escrita sobre ETA, ya que continúa siendo una herida abierta, así que por esa parte constituye todo un logro por parte del autor. También acierta con la recreación de un ambiente temible y opresivo, y  está bien que trate diversos puntos de vista para dar al lector una visión más amplia, pero…¿no parece que los «malos» son tontos y los «buenos» son mejores? A pesar de mostrar vidas deshechas de un lado y del otro, parece que nos dirige a pensar que los más instruidos o vividos se alejan de esa cerrazón mental que supone ETA, mientras que los que han tenido menos posibilidades se sitúan dentro del movimiento, ya sea con sus actos o simplemente por no posicionarse. Imagino que debe ser difícil escribir sobre un tema así sin posicionarse o posicionar de algún modo al lector, pero aún así es el mayor pero que le veo a una novela que no por ello va a dejar de ser un éxito.

32. «La vuelta al mundo en 72 días», de Nellie Bly. ¿Sabíais que la periodista Nellie Bly fue la primera mujer que dio la vuelta al mundo? ¡Y nada más y nada menos que en 72 días! Basándose en la historia ficticia de Julio Verne (al que visita en su periplo, por cierto), la valiente periodista propuso llevar a cabo esta hazaña en 1889, ¡y lo logró! No deja de ser un viaje poco turístico, ya que la mayor parte del tiempo lo pasa desplazándose, pero aún así tiene el típico encanto de ser la primera vez que alguien hizo algo. Como novela no da mucho de sí, pero como hecho real merece la pena ser conocido.  

33. «El amante de Lady Chatterley», de D. H. Lawrence. A raíz de haber visto en el Teatro Español la obra «El lunar de Lady Chatterley» (recomendada en mi programa radiofónico de cabecera «La ciudad del drama», de M21 Madrid), una posible continuación para el libro, decidí buscar la obra original, que por lo visto fue un escándalo cuando la publicaron (1928) por su alto contenido erótico. Pues bien, la representación teatral me resultó mucho más interesante como tema, porque en ella se trataba la defensa que en su propio juicio por adulterio realizaba Lady Chatterley. La historia que narra el libro es bastante tópica (mujer que no está satisfecha con su matrimonio, porque además su marido no puede dejarla embarazada, y busca otro hombre que pueda hacerla madre), y aunque como novela erótica no está mal, es complicado empatizar con alguno de los personajes, quizás por el modo de escribir de la época.

34. «36», de Nieves Delgado. Otra de las recomendaciones de Miriam (muy acertadas siempre, por cierto 🙂 ), plantea la existencia de IAs o Inteligencias Artificiales en nuestro mundo actual, creadas con apariencia humana con la idea de que puedan integrarse en sociedad y que consigan grandes logros que supongan un avance para la humanidad. La protagonista es la IA 36, la primera de todas en mostrar cierta empatía y capacidad para relacionarse con los humanos. La obra desarrolla el encuentro de 36 con el mundo, su elección (o no) de sexo, relación con los seres humanos y vida en general. Merece la pena buscar la obra y leerla, porque a pesar de ser muy breve plantea a la perfección como somos los humanos, que parece que queremos avanzar y, cuando lo conseguimos, no sabemos como hacerle frente.

35. «Una chica en invierno», de Philip Larkin. Como la protagonista del libro era una bibliotecaria (aunque la historia no tenga nada que ver con esto) y la editorial es Impedimenta (que me gusta bastante), no tuve más remedio que cogerlo prestado de la biblioteca. El libro cuenta la historia de una refugiada que vive sin pena ni gloria en un pueblo inglés durante la IIª Guerra Mundial. Un día cualquiera recibe un mensaje del que fue su primer amor, un joven inglés con el que se carteaba años atrás y junto al que pasó un verano más o menos idílico e inocente. Como siempre, las perspectivas de la realidad y cómo son después las cosas van por otro lado…Otro libro entretenido que se lee fácilmente.

36. «Hojas de hierba. Antología», de Walt Whitman. Tras haber leído algún verso suyo en alguna parte relacionado con el hombre y la naturaleza, me decidí a probar con esta Antología que reúne varias de sus obras poéticas.  En líneas generales me gustó, me pareció que su poesía trasluce una filosofía de comunión con la naturaleza importante, aunque como no estoy acostumbrada a leer poesía me costó a ratos seguir el hilo. En cualquier caso, creo que puede ser un buen libro para acercarse al autor por recopilar poesía de varias de sus obras.

37. «El matrimonio de los peces rojos», de Guadalupe Nettel. Cuanto más leo a esta autora más me gusta, hay mucha realidad simbólica en sus textos (cosa que también me gusta de Murakami) y una atmósfera melancólica, como si fuese a empezar a llover en cualquier momento. En este caso se trata de una recopilación de cinco historias, siendo la principal la que da título al libro. En las cinco (creo recordar) se establece un enlace entre lo humano y lo animal, representando de un modo simbólico aquello que sienten sus personajes. Pienso que este podría ser un buen libro para iniciarse en la autora.    

38. «La vida en el campo», de Julia Rothman. Estupendísima guía visual editada por Errata Naturae sobre la vida en el campo. La ilustradora en el prólogo se declara feliz por haber conocido cómo es la vida y el trabajo en la granja y en el campo gracias a la familia de su novio, puesto que ella siempre había sido urbanita. Imagino que es un libro dirigido a todos aquellos urbanitas que, como yo, nos sentimos llamados de un modo u otro por el campo y el trabajo tradicional; nos veamos o no capaces de llevar ese tipo de vida, no deja de ser un modo cómodo y bonito de acercarse a él.

39. «El verano sin hombres», de Siri Hustvedt. No tuve la suerte de conocer a esta autora hasta que me habló de ella Roy Galán; parece que por culpa de su apellido (o más bien por la fama de su cónyuge) se la conoce más por ser «la mujer de Paul Auster», pero tras leer esta novela puedo decir que bien merece tener un nombre propio en el mundo literario. La historia comienza cuando el marido de la protagonista le pide una pausa en su relación porque ha conocido a otra persona (el tópico de la chica joven blablabla); el mundo de ella se derrumba y tiene que ingresar temporalmente en el hospital, para después tomarse un verano libre y volver a la ciudad donde creció, donde dará clases de poesía a un grupo de niñas y se reencontrará con su madre y su grupo de amigas. El libro se mueve mucho entre la acción real y el parlamento interior de Mia reflexionando sobre su propia vida. Me quedo con las conversaciones y momentos que pasa junto a las amigas de su madre, y cambiaría el final del libro (por pedir que no quede, jeje).

40. «El amante», de Marguerite Durás. Cogí este libro de la biblioteca sin muchas pretensiones, simplemente porque habían hablado de la autora en clase y pensé que estaría bien leer algo suyo, pero la verdad es que ni fu ni fa. La protagonista (que resulta ser la propia autora) es una joven de origen humilde con una madre tóxica que se verá abocada a una relación pasional abocada al fracaso con un comerciante chino, y será esa relación la que le marque su rostro con las arrugas de la madurez. Si bien tiene el valor de ser un relato personal bastante sincero, no sé porqué me dejó bastante indiferente…

41. «La vida sumergida», de Pilar Adón. Libro de relatos que conocí a través de «El cuentahílos» (otro de mis programas de cabecera de la radio de Madrid) y que, por lo visto, ha sido uno de los más recomendados por los editores este año. Pues bien, en líneas generales me ha gustado, aunque me ha parecido que la calidad de (o lo interesantes que son) los relatos es bastante desigual. La mayoría presentan a personajes solitarios, que llevan vidas apartadas del resto y transitan en una soledad algo agresiva (parece que para poder estar solos tienen que enfrentarse de un modo cruel a los demás, o viceversa). La sensación que me dejó al final fue un poco indiferente, pero es verdad que son textos que ganan con el poso que te dejan, porque reflexionando ahora sobre algunos de ellos les saco más sentido. 

42. «L’amica geniale», de Elena Ferrante. Una de las lecturas recomendadas para el nivel Avanzado 2 de italiano, y que me dejó prestado mi tía Cari. Se trata del primer volumen de una saga de cuatro libros que en la edición española han llamado «Dos amigas». De entrada era algo escéptica, pensé que no me iba a gustar demasiado porque me temía que fuera una ñoñería, pero la verdad es que la lectura me ha sorprendido gratamente. En esta primera parte se desarrollan los primeros años de amistad de dos amigas napolitanas, desde que comparten clase hasta que una de las dos se casa. La narradora, una de ellas, mantiene la típica relación de interdependencia y adoración con su amiga, lo que le lleva a considerarla el pilar y referente principal en su vida, si bien ella misma se convierte a lo largo del libro en ejemplo de quién querría ser la otra. Alrededor de ambas se encuentra la opresiva vida del barrio donde viven, que parece querer impedir a toda costa el desarrollo intelectual de las nuevas generaciones, además de estar en plena zona de Camorra…Me quedo con ganas de continuar su historia. 

 

A medias se quedan «Memorias de Leticia Valle», de Rosa Chacel; «No habría sido igual sin la lluvia», de Rubén Abella; y «Tainaron», de Leena Krohn.

Además, y como no podía ser de otro modo, he leído mucha novela gráfica y mucho manga, más aún que el año pasado puesto que tengo la suerte de tener como vecino a un coleccionista de cómics y manga que me hace las veces de bibliotecario personal, con recomendaciones y peticiones del oyente. Así he podido leer novelas gráficas como «El arte de volar» y «El ala rota» de Altarriba y Kim (obras maestras del panorama nacional), «Agujero negro» de Charles Burns (sobre extrañas enfermedades de transmisión sexual), «El perdón y la furia» de Altarriba y Keko (a pesar de tener una buena premisa de donde partir, el desarrollo es más bien triste y pobre),  «Stuck rubber baby» de Howad Cruse (sobre homosexualidad, racismo y discriminación), «Polina» de Bastien Vivés (preciosísimo), «Shenzen» de Guy Delisle (sobre cómo es la vida en Corea del Norte a ojos de un extranjero), «El perro enamorado de las estrellas» de Takashi Murakami (este es de llorar), «El hombre sin talento» de Yisiharu Tsuge (me pareció muy divertido), «Cosas que te pasan si estás vivo» del siempre genial Liniers, «El fotógrafo» de Guibert-Lefèvre-Lemercier (sobre un fotógrafo acompañando a Médicos Sin Fronteras a Afganistán, muy recomendable), «En este rincón del mundo» de Fumiyo Kouno (ambientado en la zona de Hiroshima en la IIª Guerra Mundial, así que también es de llorar) y «Fire!! La historia de Zora Neale Hurston» de Peter Bagge (estupenda forma de conocer la historia de esta peculiar escritora). 

Además (y entre otras series aún abiertas que no comento para no extenderme demasiado) he cerrado por fin la serie de «20th Century Boys», de Naoki Urasawa (una auténtica pasada, a la altura de «Monster»), he devorado «Kids on the slope» de Yuki Kodama, y he disfrutado muchísimo con «Ikkyu» de Hisashi Sakaguchi «Takemitzu Samurai» de Taiyou Matsumoto e Issei Eifuku (ambas series también de lectura obligada).

enero 2

Lecturas del año 2017 (1/2)

Continuando con la saga de lecturas que empezó en 2015 y continuó en 2016, este es el post de mis lecturas del año 2017 (bueno, más bien los posts, que este año lo he dividido en dos partes porque el año pasado casi me echan a los leones por la extensión de mi recopilación 😛 ).

Si bien he de admitir que no he podido cumplir mi propósito de hacer un reto de lecturas (me veo incapaz, voy más por apetencia instantánea que otra cosa), estoy bastante contenta por el número de lecturas de este año, que ha superado el del 2016 a pesar de que no he tenido que ir en transporte público al trabajo (y en movimiento es como más me cunde la lectura). Además me gusta ver que he aumentado el número de textos escritos por mujeres, lo cual nunca ha sido mi leit motiv principal a la hora de elegir lectura, pero siempre es de agradecer leer historias desde otra perspectiva y sensibilidad.

Una vez hechas las presentaciones, aquí va mi elenco literario:

1. 2/2 «Hasta aquí hemos llegado», de Petros Markaris. Fuera ya de la trilogía de la crisis, el autor griego continúa la saga del detective Jaritos investigando a los «Griegos de los años cincuenta», un grupo de radicales que se atribuye una serie de asesinatos de personas que actúan en contra del espíritu griego de aquellos años. Aunque no forme parte de dicha trilogía, continúa presentando una Grecia en crisis con un futuro poco alentador, aunque Jaritos y familia traten de ver su realidad con cierta esperanza. Otra lectura recomendable para los amantes de la literatura policíaca. 

2. 2/2 «Todo esto te daré», de Dolores Redondo. Otro libro fuera de trilogía (en este caso la del Baztán), premio Planeta en el 2016. Personalmente los premios me dan bastante igual, pero lo leí porque me gusta mucho cómo escribe la autora. La historia nos sitúa en esta ocasión en Galicia, donde un escritor investiga la muerte de su marido, cuyo pasado era un misterio para él. A pesar de su longitud (siempre digo que no me suelen gustar los libros muy gordos) se trata de una lectura amena, muy bien ambientada y con tramas secundarias interesantes. Me gustó, aunque creo que no tanto como «El guardián invisible» porque me resultó más sorprendente, pero aún así lo recomendaría.  

3. «Amores imperfectos», de Hiromi Kawakami. Como «El cielo es azul, la tierra es blanca» me encantó, tenía muchas ganas de leer algo más de la autora. En este caso me encontré con un conjunto de relatos que tratan temas como la soledad, desilusión, búsqueda del amor, etc. que ya trataba en el otro libro, pero al ser diversos relatos no es tan sencillo entrar en la historia y empatizar con los personajes.

4. «Tinto de verano», de Elvira Lindo. Recopilación de las columnas que la autora escribió para El País durante los meses de agosto del 2000 al 2004. Textos simpáticos y populares, que tratan el día a día veraniego de Elvira Lindo y familia en un pueblo de la vertiente madrileña de la sierra de Guadarrama. Si bien no me suelen gustar los textos de comedia, he de reconocer que me gusta mucho el punto de vista irónico de la Lindo, así que sí que consiguió sacarme la sonrisa de cuando en cuando. Eso sí, al ser este tipo de formato pensado para publicarse a diario en el periódico, es recomendable simultanearlo con otras lecturas para no cansarse y seguir apreciando su frescura.

5. «Todo ángel es terrible», de Susanna Tamaro. Este es el típico libro con el que me topé por casualidad, en una tienda de segunda mano a bajo precio. Hace años leí «Luisito» y me gustó mucho el tipo de historia, aunque en esta ocasión se trata de un texto autobiográfico, y quizás por eso mismo me gustó más aún. La autora relata su vida desde su infancia hasta que se convirtió en autora de renombre. Sorprende su sinceridad y crudeza, además del valor para separarse de un pasado complicado y dedicarse a lo que ella considera su vía de salvación: la escritura.  

6. «La collega tatuata», de Margherita Oggero. Un libro policíaco simpático, protagonizado por una ama de casa con habilidades detectivescas que le ayudan a salir de una aparentemente tediosa rutina. Entretenido sin más.

7. «La mano izquierda de la oscuridad», de Úrsula K. Leguin. Uno de los libros más famosos de la autora, que presenta una sociedad en la que no existen los conflictos sexuales porque todos sus miembros son hermafroditas, aunque siguen existiendo el racismo y el nacionalismo entre otras cosas. Un libro fundamental para todo amante de la ciencia ficción, y para cualquier persona que quiera enfrentarse a diversos dilemas éticos. 

8. «Violación: una historia de amor», de J. C. Oates. Con un planteamiento inicial algo complejo (el título en dos partes ya hace que salten las alarmas), Oates hace frente a un tema que pocos se atreven a tratar: cómo vive una mujer su propia violación, cómo lo procesa su hija (testigo de la misma) y cómo reacciona su entorno. La primera parte del libro me parece un relato que todos debiéramos leer, para entender cómo funcionan este tipo de situaciones, en las que se tiende a culpabilizar a la mujer (por ir por un parque de noche, por vestir con shorts, por querer destrozar la vida del grupo de jóvenes que la ha violado). La segunda parte del libro es algo más susceptible a crítica, puesto que trata el punto de vista de la hija, que se enamora del policía encargado del caso por ser el único que parece estar de parte de su madre. Aún así recomendaría su lectura a todo el mundo para darnos cuenta de cómo funciona el pensamiento colectivo en estos casos.

9. «Ofrenda a la tormenta», de Dolores Redondo. Cierre de «La trilogía del Baztán». Me resultó algo más previsible que los anteriores, quizás algo fácil, y he de reconocer que le cogí algo de tirria a la protagonista, pero es algo que suele pasarme cuando una historia se alarga mucho en el tiempo (me sucedió también con Lisbeth Salander en Millenium). Aún así, y como ya he dicho en otras ocasiones, me gusta mucho cómo escribe la autora. 

10. «Acquanera», de Valentina D’Urbano. Se trata de un libro bastante avvincente, que engancha, aunque pueda resultar algo lento por partes. La historia comienza con el retorno de Fortuna a su pueblo natal porque ha aparecido el cadáver de una mujer en el lago que podría ser la que fue su mejor amiga, Luce. A partir de esta premisa se relata la infancia de la protagonista, que proviene de una estirpe de mujeres adivinas a las que todo el mundo tiene miedo porque no parecen presagiar nada bueno. Una historia oscura y complicada que mantiene entretenido al lector. Recomendable.  

11. «El nombre del mundo es bosque», de Úrsula K. Leguin. Un relato bastante más breve que «La mano izquierda de la oscuridad» y «Los desposeídos», en el que se relata la destructiva y cruel colonización de un pueblo supuestamente avanzado sobre otro de indígenas. Ni que decir tiene que contiene muchos tintes realistas aunque algunos no quieran verlo…

12. «El libro de Gloria Fuertes. Antología de poemas y vida», edición de Blackie books. El otro día me pareció leer que le han otorgado a este recopilatorio el premio al mejor libro de poemas de 2017, y la verdad es que no me extraña. Desde el desconocimiento más absoluto del género he de decir que me parece un libro precioso, no sólo por su edición, sino también por la elección de los poemas que se incluyen y el entrelazado que hace de los mismos con la vida de la propia autora, de la que ya soy fan incondicional. Más que recomendable para saber quién era Gloria Fuertes y descubrirla en su obra poética.

13. «El paraíso que merece ser recobrado», de Thoreau. Mini texto que llamó mi atención por su título y autoría. Se trata de la reseña que hizo Thoreau al libro «El paraíso al alcance de todos los hombres», en la que se critica el pensamiento que atribuye a la tecnología el poder de salvar a la humanidad de todos sus problemas. Una idea interesante, pero la verdad es que me resultó bastante rollo, ¡y eso que era corto!

14. «Patagonia Express», de Luis Sepúlveda. De nuevo me sumerjo en otro libro de viajes de este autor, en esta ocasión en formato de relatos (¡parece que este es el año de los libros de relatos!). Me quedo con su modo de llevarte a sus periplos y, sobre todo, con la Patagonia, destino al que volvería una y otra vez, ya sea físicamente o volando con la imaginación 🙂 

15. «Una temporada en Tinker Creek», de Annie Dillard. Primer libro que leo de la colección Libros salvajes de Errata Naturae (y no será el último, porque me encanta su selección), Premio Pulitzer de Ensayo (tampoco lo elegí por el premio). De siempre me han gustado mucho los libros que tienen como protagonista a la naturaleza; había leído muchos textos sobre el enfrentamiento del hombre y lo salvaje, pero hasta ahora no me había encontrado con uno protagonizado por una mujer, y me ha sorprendido gratamente porque presenta una realidad bien distinta, de alguien que teme y trata de entender, de mimetizarse. Annie Dillard no busca enfrentarse a la naturaleza sino embeberse de ella y mimetizarse. En todo el texto se trasluce su asombro por cada animal y cada planta, su necesidad de entender cómo funciona lo natural y poder así ser parte de ello, y creo que en ello radica su mayor encanto.  

16. «Instrumental», de James Rhodes. Otro libro autobiográfico, en esta ocasión escrito a modo de terapia por el músico. Lo leí recomendado (y prestado) por Claudia, siempre al tanto del mundo sonoro 🙂 Es un libro difícil, en el que habla de los abusos que sufrió siendo niño, los traumas que estos le ocasionaron, sus posteriores intentos de suicidio…pero su visión es la de alguien que ha pasado por todo esto y ha encontrado el modo de salir adelante, a pesar de que el pasado nunca desaparece, gracias a la música. Merece la pena el esfuerzo de leerlo.

17. «El cuerpo en que nací», de Guadalupe Nettel. Segundo libro que leo de esta autora mejicana. Si en el primero ya me gustó su forma de escribir y el espíritu de soledad y desesperanza que emanaba de la protagonista, en este esas ideas se multiplican. Un relato de crecimiento en un entorno desestructurado, desde los recuerdos de una protagonista que bien podría ser la propia autora. Una mirada al mundo sin accesorios totalmente necesaria.

18. «La uruguaya», de Pedro Mairal. Guiándome de nuevo por una de mis editoriales de cabecera (Libros de Asteroide) elegí esta historia de un escritor argentino que viaja a Montevideo a recoger el pago por uno de sus libros. Entre otras cosas se encuentra en plena crisis matrimonial, y en Uruguay se va a encontrar con una joven a la que conoció hace tiempo y con la que piensa que tiene posibilidades. Lo que más me gustó de este libro es el golpe de realidad de la historia; como suele suceder, todo lo que se ve de un color al principio acaba viéndose de otro al final…Una lectura rápida y entretenida, también recomendable.

19. «Memorie di una ladra», de Dacia Maraini. Recomendado hace unos años por Beatriz (excompañera de clase y lectora de mis posts literarios, jeje), por fin encontré este libro en la Feria de Madrid y me decidí a hacerme con él. Cuenta las aventuras y desventuras de una chica con pocos recursos que termina siendo ladrona y timadora profesional, aunque verdaderamente no le va muy bien, sobre todo por culpa de su mala suerte con los hombres. A ratos interesante, el libro me resultó muy repetitivo (la pobre no para de entrar y salir de la cárcel, de vivir en la calle a vivir en un cuchitril a volver a la calle, de ser timada por uno u otro hombre) y excesivamente largo para lo poco que parecía evolucionar con cada golpe la protagonista. Me dejó un poco fría.

20. «Hôzuki, la librería de Mitsuko», de Aki Shimazaki. ¡Este libro es una perla! Y lo digo de verdad, es una de esas historias sencillas que te tocan de algún modo inexplicable y que te llevas contigo siempre. Además de ser de Nórdica Libros, otra de las editoriales que me encanta, lo escogí por su título (si es de una librería lo tengo que leer) y por ser de autora japonesa (aunque viva en Canadá). 

21. «Milk and honey», de Rupi Kaur. Este libro, regalo de mi amiga Miriam, me sorprendió por su preciosa edición (cubierta negra y sencilla, con ilustraciones en su interior), pero más aún por su contenido. Se trata de un conjunto de mini poesías (que podrían parecer haikus) sobre temas como el abuso, la soledad, desazón, feminidad…que no te dejan indiferente. Los hay más o menos impactantes (supongo que esto dependerá de cada lector), pero en general me gustó mucho por ser algo muy diferente a lo que leo habitualmente, y porque me encanta que me recomienden y regalen libros pensando en que pueden gustarme.

Continuará… 
enero 4

Lecturas del año 2016

Para dar continuidad a la serie de posts que empecé el año pasado sobre lecturas anuales, aquí va mi listado de las de este año. Aunque cerca de la mitad de este año he ido caminando al trabajo, el número de lecturas es casi el mismo que el del año pasado, por lo que asumo que no sólo leo en el transporte público (como he podido llegar a pensar en algún momento). 

1. 1/2 «Catarsis», de Erik Axl Sund. Para empezar el año terminé el libro que dejé a la mitad el año pasado, el último de la trilogía de Victoria Bergman. Un final interesante aunque, como me suele pasar con las trilogías o las series de libros, me parece que van perdiendo fuelle.

2. «Che animale sei? Storia di una pennuta», de Paola Mastrocola. Traducida al español como «Dime qué soy (y te diré qué eres). Una fábula sobre la identidad», el libro relata la historia de una pata que piensa que es una zapatilla porque eso es lo primero que ve al nacer. Tras esta simpática premisa, que continúa con el encuentro de diversos animales con actitudes humanas, se esconde una reflexión (como ya indica el título en español) sobre la propia identidad y las apariencias. Una lectura entretenida de una autora que ya me sorprendió con «La gallina volante».

3. «El río de las luciérnagas», de Teru Miyamoto. Este libro, que cogí prestado de la biblioteca sin saber nada de él (simplemente me gustó el título), está compuesto por dos relatos sencillos que no tienen relación narrativa entre ellos, aunque ambos evocan un Japón rural desde la visión de un niño. Es, sin más ni menos, una lectura sencilla, bien narrada y sobre todo observacional, que recuerda a otros autores japoneses que tratan la belleza de las cosas a pesar de las dificultades que entrañe la realidad de sus protagonistas.  

4. «Asalto a las panaderías», de Haruki Murakami. Esta es una lectura un poco trampa, porque es tan sólo uno de los relatos que se incluye en «El elefante desaparece», pero como sacaron ediciones individuales de varios de los relatos de Murakami y me hice con ellas pues decidí incluirlo en el listado. Y, como me suele pasar con el autor, la historia de este relato es de esas ideas que habitan en tu mente y que te vuelven de repente, en este caso cuando veo un McDonald’s o cuando tengo hambre; los que habéis leído el relato sabréis a lo que me refiero, y a los que no os lo recomiendo, porque aunque pueda resultar extraño, es un relato original y muy curioso, más entendible (¿menos irreal?) que otras de sus fábulas.

5. «Mundo del fin del mundo», de Luis Sepúlveda. Detrás de esta historia se encuentran los anhelos de muchas personas que, tras leer novelas de aventuras en su infancia (en este caso el libro elegido es Moby Dick) sueñan con vivir en primera persona algunas de esas aventuras. Además, parte del libro se desarrolla en la Patagonia, por lo que me tocó doblemente la fibra sensible. Y, para rematar, trata el tema del ecologismo y la caza indiscriminada de fauna marina, así que me gustó aún más.

6. «La historia de San Michele», de Axel Munthe. Esta es una lectura extraña dentro del tipo de obras que suelo leer, pero como suelo dejarme llevar por recomendaciones y préstamos de mis allegados (en este caso de mi madre), me topé con esta historia de un médico escandinavo que acabó en Capri debido a su gusto por lo clásico y particular personalidad. A modo autobiográfico, Axel Munthe cuenta sus hazañas como médico desde su perspectiva, entre moderna y alocada, religiosa y abstraída. Un personaje muy particular que relata sus avances y descubrimientos, que son también los que se llevaron a cabo a principios del s. XX, las distintas epidemias que asolan Europa, su afán por crear un hogar en su villa de San Michele en Capri, etc. En definitiva, un libro curioso que, por lo visto, fue muy leído el siglo pasado.

7. «La llamada de lo salvaje/The call of the wild», de Jack London. Un clásico juvenil que decidí releer al encontrar en la biblioteca una edición bilingüe, con el fin de reforzar un poco el inglés. Al leer en dos idiomas a la vez te das cuenta de lo malas que son algunas traducciones…y esta lo era. En cualquier caso el libro relata las andanzas de Buck, un perro que pasa de tener una vida idílica a ser maltratado para, finalmente, encontrar un dueño al que ser leal y recordar siempre a pesar de esa llamada de lo salvaje.

8. «El mar», de John Banville. El protagonista de este libro vuelve al lugar donde veraneaba con sus padres de niño para sobrellevar la reciente muerte de su esposa. Estando allí recuerda uno de los veranos de su infancia, aquel en el que conoció a los Grace, y será esa la historia central del libro. Pensándolo en la distancia, mientras leía este libro creo que tenía la misma sensación que con «Revolutionary road», la de que algo grave iba a pasar porque no todo podía ser tan perfecto como parecía.

9. «Frankie y la boda», de Carson McCullers. El mundo de Frankie va a cambiar ahora que su hermano se va a casar, o eso quiere creer ella. Encerrada en tierra de nadie, sin ser niña ya pero tampoco adolescente, Frankie busca un cambio en su tediosa rutina. Quiere ser ya mayor e irse lejos con su hermano, pero nadie parece tomarse en serio lo que quiere. Es por tanto un libro sobre el proceso de maduración de una joven que no encuentra su sitio, interesante desde este punto de vista, aunque me resultó algo opresivo y angustioso por esa sensación de imposibilidad permanente.

10. «Novecento», de Alessandro Baricco. Segunda lectura recomendada para el curso de italiano, que me resultó algo insípida, como si se me hubiese escapado algo (que no encontré, a pesar de haberlo releído una segunda vez). El libro cuenta la historia de un niño al que encuentran dentro de un piano en un barco transoceánico y que bautizarán como Novecento; el pequeño tiene lo que parece un don para la música, que le da fama a nivel mundial fuera de ese barco del que nunca sale. Es una historia algo mágica, tierna en cierto modo, pero como comenté antes me dejó indiferente.

11. «Cómo ser mujer», de Caitlin Moran. Una de las mejores lecturas de este año, ideal para reflexionar sobre cuestiones relacionadas con la mujer y la sociedad actual. Si bien es cierto que tiene algunos capítulos algo más aburridos y criticables, otros presentan temas de los que no se habla mucho, como son el no desear ser madre o el aborto. Su mayor encanto (que también puede ser su mayor fallo) es su subjetividad: el libro está escrito bajo el punto de vista de Caitlin Moran, y al no ser un ensayo teórico se puede estar más o menos de acuerdo con las reflexiones que se hacen. Pero, en cualquier caso, es una lectura muy recomendable para pensar sobre la influencia de la cultura y la sociedad en todos y cada uno de los aspectos que supuestamente definen a una mujer.

12. «Un padre da film», de Antonio Skármeta. Otro de los préstamos de este año, en este caso de mi amiga Claudia, que me lo dejó para que practicase italiano (aunque el idioma original es el castellano puesto que el autor es chileno). Se trata de una lectura sencilla y bastante breve, que presenta a un profesor de un pueblo chileno que se verá incitado por uno de sus alumnos para acudir a un prostíbulo; esta es sólo la premisa inicial, puesto que en ese viaje iniciático el protagonista se encontrará con su pasado.

13. «Ojos de agua», de Domingo Villar. Como una de las mejores lecturas del año pasado fue «La playa de los ahogados», este año no dudé en conseguir y leer la primera entrega del inspector Leo Caldas, que, como esperaba, no me defraudó. Una novela negra al uso, con asesinato, investigaciones e intereses ocultos, pero con el plus de contar con la increíble prosa de Domingo Villar, que hace emanar de entre sus páginas olores y sabores que todo aquel que haya viajado a Galicia conoce.

14. «Todas las ciudades y París», de Javier Das. Las literatura de viajes suele gustarme mucho, sobre todo si se trata de ciudades en las que ya he estado, porque así puedo rememorar mi propia experiencia y contrastarla con la de otros, saber qué vieron y sintieron en aquellos sitios donde ya estuve. Con el libro de Das, autor al que además tengo la suerte de conocer, pude llevar a cabo este proceso mental con gran claridad, puesto que en este libro describe muy detalladamente sus viajes a París, incluyendo incluso un mapa de sus andanzas. Una lectura muy recomendable para los que ya conocen la ciudad, los que la conocerán próximamente y, sobre todo, para los que la aman; además, justo hoy es el libro más vendido en la sección de Literatura de viajes de Amazon 🙂

15. «Mentre dorme il pescecane» [«Mientras duerme el tiburón»], de Milena Agus. La historia de una familia sarda, cuyos miembros son a cada cual más particular. Una novela entretenida que habla sobre la vida a través de la metáfora del que se encuentra en la boca del tiburón: puedes escapar mientras duerme, pero cuando despierta…

16. «Pájaros en la boca», de Samanta Schweblin. Compendio de 18 relatos ambientados en su mayoría en pueblos argentinos olvidados, rurales y extraños. Las historias, entre lo real y lo fantástico, son en su mayoría algo duras, tratando temas como la incomprensión, la irrealidad de las cosas y el olvido. Personalmente me dejó con una sensación de desazón.

17. «Los Modlin», de Paco Gómez. Otro de los libros más interesantes del año, a pesar de que la lectura sea algo irregular (muy pesada en algunos tramos). La obra relata el descubrimiento del autor de una serie de fotografías en la calle Pez de Madrid, pertenecientes a la familia Modlin, unos artistas americanos que se afincaron en la ciudad en los 70. Desde entonces, y durante diez años, nace y crece en el autor un interés casi insano por saber más acerca de esa familia y darles un merecido reconocimiento. El libro incluye multitud de fotografías de la familia y los cuadros de Margaret (la madre), reconocida como “La mejor pintora del Apocalipsis de todos los tiempos”. Como dato curioso, el libro fue autoeditado utilizando la plataforma Verkami.

18. «Né qui né altrove», de Gianrico Carofiglio. Última lectura del curso de italiano nivel Avanzado I, de un autor que ya leí hace dos años (entonces fue «Il silenzio dell’onda»). El libro cuenta la historia de un grupo de amigos que, tras cerca de treinta años, se reencuentra para pasar una noche juntos en su ciudad natal, Bari. Mientras recorren con nostalgia los lugares por los que paseaban entonces y que ya no son los mismos (como sucede con los propios protagonistas), surgirán muchos temas que no llegaron a olvidarse. Una lectura entretenida, aunque posiblemente lo sea más aún si el lector conoce Bari.

19. «Elogio de la infelicidad», de Emilio Lledó. Ensayo filosófico sobre la infelicidad vista en diversas épocas y a través de múltiples autores, desde la perspectiva de la sociedad, la amistad, el dolor, etc. Un escrito fundamentado que requiere de la predisposición del lector para enfrentarse a este tipo de textos.

20. «Crónicas de Islandia. El mejor país del mundo», de John Carlin. Recopilación de varios artículos del autor sobre Islandia y las características particulares que lo diferencian y asemejan a otros países. Si se busca algo de profundidad quizás se quede corto, pero en general es una lectura interesante para cualquier persona que quiera saber algo más sobre el país o que vaya a viajar próximamente allí.

21. «La muerte de Ulises», de Petros Márkaris. Al igual que en otras novelas de Márkaris, en este libro se tratan temas de gran actualidad en Grecia, como son los grupos armados contrarios a la inmigración y la carestía derivada de la crisis. De nuevo nos encontramos con el comisario Kostas Jaritos, que se enfrenta a crímenes motivados por la situación política y económica del país. Una lectura recomendada para los amantes de la novela negra que busquen también una ambientación realista.

22. «Quién de nosotros», de Mario Benedetti. Primera novela del autor, narrada a tres voces: la de Alicia, mujer deseada por dos hombres; Miguel, su inseguro marido; y Lucas, el alma libre que circunda el matrimonio de sus amigos. A través de las distintas visiones que cada uno de los personajes tiene de los hechos podemos hacernos una idea de su evolución personal y pensamiento, entender sus porqués y sacar nuestra propia conclusión al respecto de su historia. 

23. «Nieve en otoño», de Iréne Némirovsky. Pequeña novela pero sólo por su extensión, porque su contenido es vasto, como si se tratara tan sólo de la punta del iceberg. Ambientada en la Rusia de los zares y el exilio, la novela está protagonizada por Tatiana, una sirvienta de la aristocracia que reflexionará sobre los cambios sociales y políticos sin hacerlo directamente, hablando simplemente sobre su vida de servidumbre y los cambios que ha ido experimentando. Un texto inmejorable para abrir boca y sumergirse en otras novelas de esta autora.

24. «Mujeres en el norte. Trece poetas suecas», de René Vázquez Díaz. Compendio de poesía de trece autoras suecas (como su mismo nombre indica). Ya como idea me parece de lo más interesante para acercarse por un lado a la poesía (género al que no estoy muy acostumbrada), y por otro a las autoras suecas desde una perspectiva que no sea la novela negra (que tanto caracteriza ahora a los países escandinavos). Además la lectura es sencilla y amena gracias a que se incluyen textos variados, así que, ¿qué más se puede pedir?

25. «El guardián invisible», de Dolores Redondo. Primer libro de la trilogía del Baztán, protagonizada por la inspectora Amaia Salazar, encargada de resolver diversos casos de asesinato que la llevarán a su pueblo natal, Elizondo. Una novela que describe a la perfección el ambiente húmedo y neblinoso que caracteriza esta zona de Navarra, con una narración excelente, repleta de personajes complejos y matices fantásticos que la convierten en una novela negra (y una autora) indispensable. Además, este año van a estrenar la primera de las adaptaciones al cine, así que no hay mejor motivo para acercarse primero a sus libros.

26. «The Atom Station», de Halldór Laxness. Me hice con este libro en una librería islandesa por dos motivos: el primero porque me había acabado mi anterior lectura durante el viaje y no podía quedarme sin nada que leer, y el segundo porque antes de ir a Islandia había empezado a leerme «Gente independiente», la novela más famosa de este autor que es Premio Nobel de Literatura. El caso es que no pude terminarme ese otro libro, que de por sí es una lectura consistente, pero es que además se me estaba haciendo muy pesado… Decidí elegir este otro porque parecía más accesible (por tamaño sobre todo) y porque estaba protagonizado por una chica normal que se ve envuelta en las revueltas contra la instalación de una base americana tras la guerra. También se habla de la tradición de las sagas islandesas que consiguieron siempre la independencia de su país frente a las imposiciones externas, y se deja entrever cómo era la vida en Islandia en aquellos años. Pero, como me sucedió con «Gente independiente», me pareció un libro tedioso.  

27. «Los desposeídos», de Úrsula K. Leguin. Otro de los grandes descubrimientos del año, en esta ocasión en cuanto a literatura de ciencia ficción. En este relato distópico se presentan dos sociedades opuestas, la de Urras (capitalista y propietaria) y la de Anarres, una luna de Urras en la que se independizaron hace años habitantes de Urras para construir una especie de anarquismo donde no existe la propiedad. El protagonista es Shevek, un científico de Anarres que viaja a Urras con el fin de avanzar en sus investigaciones, encontrándose con una sociedad que le atrae y le aterra a partes iguales. Un libro excelente para reflexionar sobre el lenguaje y otras formas de sociedad posibles.

28. «El faro del fin del Hudson», de Antonio Muñoz Molina. Definiría este libro como bonito, que aunque parezca una tontería no lo es tanto, porque no es fácil toparse con ediciones especiales que contengan además un texto que también lo sea. Pues en este caso ambas circunstancias se dan, puesto que el texto ha sido editado por Lindo&Espinosa en una edición limitada, compilando diversos relatos breves del autor durante su estancia en Nueva York, presentando una ciudad totalmente distinta, apacible y sencilla, la del que recorre la orilla del Hudson y observa sus cambios a diario. Totalmente recomendable para observadores.

29. «Novelle da Don Camillo e il suo gregge», de Giovanni Guareschi. Colección de relatos sobre el cura Don Camilo, a modo de fábulas con moraleja. Lectura fácil y rápida, como para iniciarse en el italiano.

30. «Valentino», de Natalia Ginzburg. Novela corta narrada por Caterina, la hermana de Valentino, que parece ser un estupendo partido según sus padres, pero que en realidad es un vago que sólo quiere vivir de los demás. Un relato algo triste y sin esperanza, que presenta la homosexualidad como elemento latente sin llegar a ser una clara certeza.

31. «El elefante desaparece», de Haruki Murakami. Colección de relatos de Murakami de la que ya hablé antes con motivo del relato «Asalto a las panaderías». Como fan incondicional de Murakami poco puedo decir, jeje, pero sí que reconozco que me gustó más que otras de sus compilaciones de relatos. Como siempre te deja con esa sensación de estar hablando de algo que está ahí y que has visto antes pero no puedes explicar. 

32. «La insoportable levedad del ser», de Milan Kundera. Uno de esos «clásicos modernos» de los que se oye mucho hablar, pero que hasta ahora no había tenido la oportunidad de leer. Se trata de una historia de amor, pero no de esos amores Disney aparentemente perfectos de los cuales no conocemos realmente su desarrollo (sólo su inicio), sino de una historia de amor completa, con sus más y sus menos, sus celos e infidelidades, su tortuosidad y su magnitud. Se considera una aproximación filosófica al amor, y yo no sé si lo calificaría como tal, pero sí que se reflexiona sobre las distintas aristas del amor y su influencia en quiénes somos y qué hacemos. Una lectura interesante, sin duda.  

33. «Legado en los huesos», de Dolores Redondo. Segundo libro de la «Trilogía del Baztán» antes mencionada. Continúan las investigaciones de la inspectora Salazar en su valle natal, que le irán acercando más y más a su historia y sus miedos. Otra lectura recomendable, aunque, por lo menos en mi caso, mejor tomarla con calma y espaciar el tiempo entre cada uno de los libros de la trilogía, con el fin de no empacharme y poder reposar cada historia. 

34. «Después del invierno», de Guadalupe Nettel. Una lectura inesperada (no sabía nada de ella, tan sólo me dejé llevar por el préstamo de una de mis lectoras de referencia 🙂 ) que consiguió engancharme a pesar de haberle cogido tirria desde el minuto 1 a uno de los protagonistas (también me pasó con «La chica del tren» y aún así lo terminé, aunque en ese caso no disfruté de la lectura como con «Después del invierno»). La narración está escrita a dos voces, la del cubano Claudio, que trabaja en una editorial en Nueva York, y la de Cecilia, una mejicana que estudia en París. La casualidad hará que ambos personajes se encuentren y compartan, temporalmente, sus existencias, pero el libro trata más sobre la soledad de personas que viven en cierto modo al margen de la sociedad, que no pertenecen a ninguna parte y por ello llevan vidas aisladas a pesar de los intentos que puedan hacer por cambiar esta situación.

35. «Aqua in bocca» [«Por la boca muere el pez»], de Camilleri e Lucarelli. Primer libro recomendado del curso de italiano nivel Avanzado II. Se trata de una novela negra bastante peculiar, elaborada a cuatro manos y protagonizada por el comisario Montalbano y la inspectora Grazia Negro, que aúnan esfuerzos para resolver un crimen. El relato se compone de cartas y documentos que se envían mutuamente, a través de los cuales vamos conociendo sus avances en la investigación, además de particularidades de su entorno y cotidianidad. Me resultó una lectura simpática, además de un juego la mar de interesante por parte de ambos autores. 

36. «La resistencia íntima. Ensayo de una filosofía de la proximidad», de Josep María Esquirol. Escrito por el autor ganador del Premio Nacional de Ensayo 2016, este libro trata de la condición del ser humano y la necesidad de recuperar lo sencillo y lo natural para encontrar nuestro yo que parece estar perdido entre tanta globalización y tecnificación. Una lectura que, para ser de tipo filosófico, no resulta compleja, puesto que recurre a un imaginario colectivo común a todos, y que además, de algún modo, consigue calentar el alma y presentar una realidad algo más humana a la que todos podemos aspirar. Muy recomendable. 

 

A medias me quedan «Hasta aquí hemos llegado», de Petros Márkaris, cuarto libro de su trilogía de la crisis, y «Todo esto te daré», de Dolores Redondo.

Además este año he simultaneado la lectura de libros con revistas («Jot Down» y «Ballena Blanca»), novelas gráficas («El faro» y «La casa» de Paco Roca) y manga (he retomado varias series que tenía abiertas desde hace años, como «Nodame Cantabile», «Full Metal Alchemist» y «20th Century Boys», y he empezado «El nuevo lobo solitario y su cachorro»).