noviembre 22

La Villa d’Este

La villa del Este, ubicada en Tívoli (un pueblín a unos 30 km. de Roma), es un claro ejemplo del esplendor y la grandilocuencia del estilo renacentista.
Declarada Patrimonio de la Humanidad, esta villa fue un encargo del cardenal Hipólito II de Este, y se terminó de construir a finales del siglo XVI. Con un bello palacete y un hermoso jardín repleto de esculturas y fuentes (cerca de 40), la villa tomó como referente la cercana Villa Adriana, incluyendo las técnicas de ingeniería hidráulica utilizadas por los romanos.

Si tenéis oportunidad recomiendo la visita, no sólo por el espacio en sí, sino porque, viniendo de Roma, se agradecen el sosiego y la tranquilidad que tan poco se encuentran en la ciudad eterna.

noviembre 8

Il Pantheon

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Uno de los monumentos más increíbles, no sólo de Roma, sino del mundo entero, es el Panteón de Agripa, reconstrucción del templo de Agripa (27 a.C.) en tiempos de Adriano (123-125 d.C.). Cómo es posible leer en muchos sitios, el templo sorprende cuando uno accede a su interior, porque por fuera no da la sensación de ser tan grande como lo es por dentro.

Su cúpula es todo un prodigio de la arquitectura, que ha sido estudiada y utilizada como modelo por genios como Brunelleschi o Miguel Ángel. A ojos de un observador inexperto, simplemente sorprende por su tamaño y su perfección, además de por su ojo central, abierto, a través del cuál se pueden ver las nubes, ¡e incluso llover o nevar!

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septiembre 15

La belleza de las entradas toscanas

Como ya sabéis, me encantan las puertas y ventanas. Creo que dicen mucho de los lugares, del modo en que se entiende la vida interior y exterior en cada país. En Escandinavia, por ejemplo, siempre se puede ver el interior, puesto que, debido a la escasa luz, no usan casi cortinas ni persianas. Es por eso que decoran siempre de cara al exterior las ventanas.

En Italia, o por lo menos en Toscana, la vida también se externaliza, pero no desde el interior de la casa, sino en las entradas. En los pueblos que he visitado de la Toscana son abundantes las plantas, hermosas y lozanas. También he visto «mensajes especiales», pero ese será otro post. 🙂

Es agradable pasear por cualquier calle, grande o pequeña, y verlo todo verde, espléndido, decorando sus, en muchas ocasiones, puertas y fachadas antiguas sin restaurar. Le da un aire cotidiano a los pueblos y ciudades.