Al igual que sucede en Turquía, en Grecia también es posible ver por sus calles a muchísimos gatos y perros, supuestamente abandonados, pero que parecen cuidados por los locales. Sobre todo en el caso de los gatos, porque los perros la verdad es que parecían estar en peor estado en general.
Dicen que, si vas a Grecia, una de las cosas que hay que hacer es ver el atardecer en el cabo Sunion, junto al templo de Poseidón. La leyenda dice que, desde aquí, se tiró el pobre Egeo al ver regresar el barco de su hijo Teseo izando las velas negras que le informarían de la muerte de su hijo frente al Minotauro, pero en realidad Teseo venció, solo que se le olvidó izar las velas blancas…Para bien o para mal, por el suicidio de Egeo, este mar lleva su nombre.
De lejos o de cerca…la mires desde donde la mires, es tan impresionante como parece. Lo mejor de Atenas, sin duda, es descubrirla al girar una calle cualquiera, contemplar su esplendor desde el monte Licabeto, o recorrerla de buena mañana, cuando aún no hay muchos turistas rondándola.
El parque minero de Riotinto es otro sitio bastante peculiar y único. Lo que fue una explotación minera actualmente puede visitarse utilizando las vías del ferrocarril que transportaba lo extraído, y así observar cómo esos minerales han contaminado las aguas del río, dejando una imagen totalmente marciana.
A día de hoy aún se trabaja en las proximidades en diversas minas a cielo abierto, que tienen un tamaño descomunal, no es posible hacerse a la idea viendo las fotografías.
La experiencia de visitar el Parque Nacional de Doñana es única, pero El Rocío no se queda atrás; la sensación de encontrarte en un pueblo del Antiguo Oeste, con sus calles de arena y sus locales paseando a caballo es totalmente irreal. Toda la zona comparte un paisaje natural asombroso, en el que habitan multitud de animales.
