febrero 6

Ercole e Lica

Estudio de la escultura «Ercole e Lica» de Canova.

Museo d’Arte Moderno di Roma.

 El mito: Licas, por orden de Deyanira (la esposa de Hércules), lleva al héroe una túnica envenenada por la sangre de Neso. Hércules, furioso, agarra a Licas por los pies y lo lanza al mar, donde se convierte en roca, y, posteriormente, Hércules muere por los dolores de las quemaduras provocadas por la túnica.

Vamos, que Deyanira mató dos pájaros de un tiro.

octubre 20

Laocoonte y sus hijos

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«Ellas, con marcha firme, se lanzan hacia Laocoonte; primero se enroscan en los tiernos cuerpos de sus dos hijos, y rasgan a dentelladas sus miserables miembros; luego arrebatan al padre que, esgrimiendo un dardo, iba en auxilio de ellos, y lo sujetan con sus enormes anillos: ya ceñidas con dos vueltas alrededor de su cuerpo, y dos veces rodeado al cuello el escamoso lomo, todavía exceden por encima sus cabezas y sus erguidas cervices. Pugna con ambas manos Laocoonte por desatar aquellos nudos, mientras chorrea de sus vendas baba y negro veneno, y al propio tiempo eleva hasta los astros espantables clamores…»

Virgilio, Eneida
agosto 11

El Museo Carl Milles

En mis viajes suelen encontrarse como visitas predilectas las casas-museo de artistas, porque, por lo general, tienen un encanto especial. Eso de poder entrar al lugar donde el artista trabajó y vivió tiene un punto de invasión de la intimidad que te convierte en un voyeur superficial, un cotilla del arte, sensación que se complementa con el íntimo trabajo que suelen contener algunas de estas casas (fotos y retratos de familia, con esas miradas de reconocimiento no destinadas a ti, que nunca compartiste su espacio-tiempo).

En Estocolmo tuve la suerte de visitar el Millesgarden, vivienda y estudio del escultor Carl Milles (que, por cierto, fue alumno de Auguste Rodin en París, cuya casa-museo también visité – y de la cual espero subir las fotos algún día -), muy recomendable. Está en un emplazamiento magnífico, a la orilla de la isla Lidingö, en un barrio residencial compuesto principalmente por chalets. El conjunto no es de gran tamaño, pero el jardín es bastante amplio, y caminar por él te evade sin casi darte cuenta del ajetreo de la ciudad. Las esculturas de bronce se mimetizan con el paisaje, las fuentes lo alargan, y la casa descansa como dándose poca importancia ante la inemnsidad del paisaje sueco, infinito en su planicie. Dentro, el taller y otras estancias rutinarias para Milles, silenciosas, íntimas.

En definitiva, un lugar donde las esculturas se encuentran a sus anchas siendo acariciadas por el viento.