noviembre 6

Libros compartidos

Recorriendo esta zona de Alemania pudimos constatar que los libros y la lectura forman parte importante de la vida. Las estanterías para book crossing, en las que poder coger una nueva lectura o dejar un libro para que otra persona pueda leerlo, son un elemento más de las ciudades, y también hay esculturas que homenajean al libro e incluso lugareños leyendo por la calle. ¡Todo un ejemplo a seguir!


Hohenzollern

Gegenbach

Múnich

Baden-Baden

Villingen-Schweinningen

Villingen-Schweinningen

Alemania.
Agosto 2023
enero 10

Mis lecturas del año 2022 (2/2)

Continúo el post de mis lecturas anuales (primera parte aquí) con las del segundo semestre del año:

Creer en las fieras – Errata naturae editores

37. “Creer en las fieras”, de Nastassja Martin. En este ensayo una antropóloga francesa cuenta su experiencia desde que fue atacada por un oso, lo que la dejó marcada de por vida a nivel físico y anímico. Su trabajo de inmersión en culturas indígenas la había llevado a convivir con los evenos en una región de Kamchatka, en los confines de Siberia. Nastassja nos relata sus experiencias posteriores en diversos hospitales en los que trataron de reconstruir su cara y curar una infección causada por la placa metálica que tuvieron que poner en su mandíbula. En este proceso la autora reflexionará mucho sobre sí misma y la identidad que supone un rostro, la violencia que ha acompañado siempre su vida y la necesidad de volver al bosque para reecontrarse con quién es. Es una lectura de las que enganchan, tiene ese poder de atracción de las historias reales, sobre todo cuando tienen que ver con encuentros con el mundo salvaje. Muy recomendable.

38. “El peligro de estar cuerda”, de Rosa Montero. En este ensayo, mitad autobiográfico mitad documentado (y algo ficcionado también), la autora desarrolla la idea de la conexión entre la creatividad y la locura, como ambas cosas suelen estar conectadas en los artistas en general, y más concretamente en los escritores. Hay diversos elementos que parecen comunes en las vidas de los escritores, como son unas infancias intensas, los comportamientos extremos o tirando a lo obsesivo, la tendencia a sentirse en lo más alto pero también en lo más bajo, etc. Pero, ¿podrían seguir siendo creadores si no tuvieran ese punto de locura? Para el desarrollo de cada una de estas ideas se basa en muchísima documentación que ha recopilado durante años, desde biografías a cartas, escritos o artículos sobre gran variedad de autores (Virginia Woolf, Doris Lessing, Emily Dickinson, Emmanuel Carrère, etc.), y también utiliza anécdotas de su propia vida. Me ha parecido una lectura muy ágil y amena, sin una estructura clara pero aún así atrayente por aquello de pasearse por las vidas, miserias y genialidades de multitud de autores. Me parece un libro ideal para cualquier amante de la literatura.

39. “El equipo de natación sincronizada”, de Cristina Sandu. Lectura patrocinada por la convocatoria de Masa crítica de Babelio (que consiste en que recibes un libro a cambio de hacer una reseña). En esta pequeña novela se entremezclan siete historias, la que se articula a lo largo de todo el libro y que está protagonizada por el grupo de chicas que le da nombre al conformarse como un equipo de natación sincronizada, y las otras seis historias, protagonizada cada una de ellas por una de las chicas de ese equipo. Su trabajo en equipo y evolución deportiva hace que poco a poco vayan consiguiendo más seguridad en sí mismas y se permitan incluso soñar con un futuro diferente, alejado de la sociedad machista en la que viven. Pero, a pesar de conseguirlo, parece mantenerse ese yugo invisible…Creo que es un libro engañoso, cuando ves su extensión piensas que no es posible que pueda ahondar mucho en el tema, pero su logro es conseguir que empatices con las chicas independientemente de su situación. Muy interesante.

Cometierra : Reyes, Dolores: Amazon.es: Libros40. “Cometierra”, de Dolores Reyes. Cometierra es como llama la gente a la protagonista de esta historia, una niña aficionada a comer tierra. Pronto descubrirá que si la tierra que come es del último lugar donde se vio a una persona que esté muerta es capaz de visualizar cómo fue su muerte, y es así como descubre que su madre fue asesinada por su padre. Rápidamente se extiende el rumor del poder que tiene y empiezan a dejar en su puerta botellas de tierra con algunos regalos para que ella averigüe dónde están multitud de mujeres desaparecidas, pero ella no quiere hacer frente a estos encargos porque se le hace muy duro tener esa especie de visiones cargadas de violencia. Si bien al comienzo la lectura me resultó algo difícil por la jerga, una vez me habitué lo leí prácticamente del tirón. Dolores Reyes ha querido retratar unas circunstancias omnipresentes en su entorno, de hecho dedica el libro a dos mujeres que fueron enterradas cerca de la escuela donde trabaja. Un libro necesario para poner el foco sobre una situación terrible (¡gracias por la recomendación, Miriam! :-D).

41. “Un grito de amor desde el centro del mundo”, de Kyochi Katayama. Última lectura del ciclo “Amor” del Club de lectura de la Biblioteca de Fundación Japón. Los protagonistas de esta historia son Sakutaro y Aki, dos estudiantes de instituto que viven un intenso amor adolescente que además tiene ese halo de infinitud y pureza porque no llega a terminarse por sí solo, sino que será una enfermedad la que truncará sus planes de futuro. Narrada desde la perspectiva de Sakutaro, ya desde el comienzo del libro sabemos que Aki ha muerto, puesto que se encuentra con los padres de ella en Australia con el fin de tirar sus cenizas. En capítulos posteriores volveremos atrás en el tiempo para conocer su historia, bellamente entrelazada con las vivencias del abuelo de Sakutaro, protagonista de un amor imposible que no consigue olvidar. En el club hubo división de opiniones, a algunos les pareció un canto a la vida y a otros les pareció una cursilada; a mí me ha parecido una lectura entretenida para verano, sin más.

42. “Breve elogio de la errancia”, de Akira Mizubayashi. El comienzo del libro me gustó mucho, un análisis detallado del principio de la película “Yojimbo” de Kurosawa en la que se ve a un ronin dirigiéndose hacia la cámara, en lo que podría definirse como una etapa errante de su vida. Y justamente en ese vagar pensaba yo cuando se hacía referencia a la errancia del título, pero de esta primera reflexión el autor salta a otras tantas que hacen referencia a la cultura japonesa en determinados ámbitos y su identidad como pueblo, es decir, que el ensayo trata más sobre una errancia metafórica, de la deriva que está llevando su país en este último siglo. Así que al final, aunque es bastante cortito, me costó más de lo que pensaba.

rewind-juan tallon-978843399892743.  “Rewind”, de Juan Tallón. Nos encontramos en en un piso de estudiantes en Lyon, habitado por un grupo de lo más variopinto al que conoceremos a través de los ojos de Paul, estudiante de Bellas Artes francés. Todos ellos tienen en común esa característica ilusión y ganas de experimentar la vida típica de la etapa universitaria o comienzo de la veintena. Su vida parece perfecta hasta que se produce una explosión en su edificio, quedando como único superviviente Paul. Tras estas primeras páginas en las que todo parecía encajar, el puzle se desarma y no hay modo de volver a juntar las piezas. ¿Y de qué modo se puede continuar una historia que parece totalmente destrozada? Pues, muy inteligentemente, Tallón decide utilizar otras voces para reconstruir los hechos, ya sean posteriores a la explosión o relativas a las vidas de alguno de los estudiantes. La historia me ha tenido totalmente enganchada, creo que está muy bien narrada, y lo único que no me ha convencido, quizás por innecesario, es la explicación del origen de la explosión. Porque el punto fuerte del libro es esa capacidad que tiene de hacerte sentir una pequeña parte del dolor de sus protagonistas, no te hace falta saber el porqué.

44. “La ciudad de los vivos”, de Nicola Lagiogia. Préstamo de mi amiga Sonia, se trata de un ensayo sobre un asesinato diferente: una noche en la que iban puestos de todo, dos jóvenes de buena familia matan a un chico de orígenes más humildes a martillazos y cuchilladas, alargando su sufrimiento durante lo que parecen horas, sin tener ningún móvil para matarle. Lagiogia se ve atraído inexorablemente por esa aleatoriedad y violencia brutal, y escribe un libro en el que aúna la presentación del hecho en sí y la reacción de las distintas partes interesadas (incluyendo los testimonios de familiares, amigos y profesionales relacionados con el caso), además de su propia perspectiva como escritor frente a esta historia. Todo el conjunto nos hace profundizar en ese germen del mal que parece nacer en las mismísimas entrañas de una ciudad que se nos presenta como decadente e inundada de odio y perversión; nadie parece salir indemne, incluso el propio asesinado tenía una doble cara desconocida por su familia y su novia. Se trata de una lectura de esas que te atrapan, incluso aun sabiendo desde el principio quiénes son los culpables y quién la víctima, pero ese algo oscuro que todos tenemos dentro te hace querer saber más, entender el porqué de los asesinos, del asesinado, del escritor. La única pega para mí es su longitud, creo que es demasiado reiterativo y hay partes que se hacen algo pesadas.

45. “Cuando la oscuridad nos ama”, de Elizabeth Engstrom. Este libro se compone de dos historias cuyo punto de unión podríamos decir que es el terror psicológico. No es miedo per se, sino más bien una amenaza latente de algo oscuro, una especie de desgraciada consecución de los acontecimientos que da la sensación de que en cualquier momento va a pasar algo malo. En la primera historia la protagonista es una mujer recientemente casada que termina encerrada bajo tierra pero consigue sobrevivir durante años con su hijo, hasta que decide que es momento de que conozca a su padre y las maravillas del mundo exterior. La segunda historia entrelaza dos relatos: el de un matrimonio en el que la esposa descubre que tiene poderes curativos y su marido no para de decir que serán castigados por ello (como parece que sucede cuando por fin son padres), y el de su hija Martha, que nació sin nariz y a la que muchos llaman retrasada, contado desde que mueren sus padres. Ambas historias me han sorprendido gratamente porque están muy bien escritas y consiguen generar en el lector una sensación de tensión latente que hace que no puedas parar de leer. ¡Todo un descubrimiento de autora, libro y editorial!

46.  “Días, meses, años”, de Yan Lianke. Tras meses sin llover y sin previsión de cambios próximos, todos los aldeanos de la sierra de Balou deciden emigrar, bueno, todos menos el más viejo, que decide quedarse porque no quiere abandonar su hogar y sabe que, de camino a cualquier otra parte, perecería. Hay otra cosa que hace que el Viejo no quiera irse, un brote de maíz, el único que ha conseguido salir ese año y que se propondrá hacer crecer hasta devolver la riqueza al pueblo. Durante los días, semanas y meses que siguen a la marcha de todos los lugareños, el Viejo y Ciego (un perro de la aldea) cuidarán del brote como no lo harán de sí mismos: de ello depende su supervivencia futura. Y, en este tiempo, verán secarse el pozo y tendrán que buscar otro manantial del que surtir al brote, buscarán siguiendo el sonido de los ratones sus almacenes de grano, se verán obligados a entrar en casas ajenas en busca de alimento…pero, sobre todo, tratarán de aguantar juntos. Ha sido una lectura triste y amarga por lo real, y porque algunos pesimistas como yo vemos un futuro que podría convertirse en algo parecido…

47. “Supersaurio”, de Meryem El Mehdati. Regalo de mi amiga Claudia, que me encandiló por su estilo, muy actual y con mucha sorna. El libro nos cuenta la que podría ser la vida de cualquier joven actualmente en España: terminas una carrera (incluso un máster), haces prácticas, más prácticas y quién sabe, quizás tengas suerte y te contraten (aunque no sepas si realmente es suerte o no). Cuando consigues que te contraten lo hacen a través de una ETT, y, con el paso del tiempo, si gustas en la empresa y tienen capital para contratar, puede que te contraten directamente. Y quién sabe, tiempo después quizás seas tú quien tenga un becario a su cargo. Pero que sigas este proceso no quita para que seas crítico con él y te des cuenta de que no estás satisfecho, tú no estudiaste para acabar trabajando ahí, para terminar siendo una de las personas que antes criticabas. Y esta es la historia de Meryem trabajando en las oficinas de la cadena de supermercados Supersaurio, aunque no solo habla de trabajo este libro, también de la madurez, el paso a la treintena, la amistad y el amor, las clases sociales, el racismo, etc., y lo hace de un modo muy natural, parece incluso que pudieras escucharla hablar al leerla. Eso quizás es lo que más me ha gustado de este libro, que sin duda es testimonio de cómo nos sentimos muchos con respecto al trabajo y la edad adulta.

48. “Psicogeografía: la influencia de los lugares en la mente y en el corazón”, de Colin Ellard. Un tema que me interesa bastante es la influencia de la arquitectura en nuestros hábitos. El tamaño de las aceras, el poner cortinas o no en las ventanas, las murallas, etc. son detalles que vienen motivados por alguna razón externa (dinero, horas de luz solar, defensa contra los enemigos) pero que modifican en algún modo nuestra actitud (si mi acera es ancha puedo caminar por ella, si tengo cortinas pongo una barrera con respecto al exterior, si vivo dentro de una muralla me siento seguro pero a la vez genera miedo a lo que viene de fuera). Colin Ellard es un neurocientífico de la Universidad de Waterloo que lleva a cabo investigaciones junto con arquitectos y diseñadores urbanos con el fin de estudiar las reacciones de los individuos frente a determinados lugares, qué altera nuestro pensamiento y qué lo calma, llegando incluso a asociar la aparición de determinadas afecciones mentales con la exposición continuada a entornos que impiden el descanso del individuo. A través de su trabajo se observa que nada es inocuo, cada detalle del plan urbanístico debería estar pensado atendiendo a ciertos fines, como podría ser el bienestar de sus habitantes, si bien también nos puede servir a nosotros mismos para reflexionar un poco sobre nuestro entorno y cómo nos gustaría que fuese. Una lectura sobre la que reflexionar.

49. “La verdad sobre el caso Harry Quebert”, de Joël Dicker. Me animé a leer este best seller porque lo había visto recomendado en muchas listas. La historia está narrada por Marcus Goldman, escritor de éxito en sus horas bajas tras la publicación de su gran novela. Para tratar de recuperar la inspiración viaja a Aurora para estar con su mentor Harry Quebert, pero poco después de su reencuentro explota una polémica que amenaza con enturbiar el nombre de Harry: en su jardín encuentran el cadáver de Nola, una joven de quince años desaparecida en 1975 con la que Quebert tuvo un romance siendo él treintañero. Marcus no tenía conocimiento de esta historia, pero confía en su amigo y quiere defender su nombre, de modo que comienza a investigar y escribir una novela para limpiar su nombre. Quizás por exceso de expectativa me ha parecido una novela algo pobre, que no aporta nada nuevo ni cumple del todo con la función de entretenimiento por lo repetitiva que es. Los personajes son sosos, no llegas a empatizar con ninguno y tampoco acabas de creerte su historia (la que menos la de Nola). Al final me pareció que avanzaba en la lectura como el que se queda delante de la tele viendo una peli de sobremesa, más por la pereza de levantarse que por lo que te aporta.

Tengo miedo torero - Lemebel, Pedro - 978-84-339-2487-2 - Editorial Anagrama50. “Tengo miedo torero”, de Pedro Lemebel. Lectura recomendada por Sonia de la cual solo sabía que estaba ambientada en Chile en los años 80. Podríamos decir que es una novela política, puesto que nos ambienta en un país que está viviendo un estado policial represivo en el que intentan alzarse voces contrarias al régimen, ya sea mediante manifestaciones pacíficas de familiares de los desaparecidos (que acaban siendo disueltas a golpes) o mediante la rebelión en la sombra de aquellos como el Frente Patriótico Manuel Rodríguez que buscan acabar por la fuerza con el dictador. Pero esta situación en realidad sirve de trasfondo al leit motiv de la obra, que es la historia de amor entre La Loca del Frente, un gay travestido, y Carlos, el joven rebelde que está organizando el atentado. A través de los ojos de La Loca del Frente vivimos una realidad paralela a la situación política, la de un enamorado que imagina una bonita historia aunque se sabe utilizado, puesto que es su casa la que usan como almacén y centro de reuniones. Lo que más me ha gustado de esta novela es su estilo, el modo que tiene Lemebel de contar una realidad complicada desde una lírica preciosista; porque la película que se monta el protagonista en su cabeza hace de vía de escape también para el lector, que aún intuyendo que todo va a estallar de un momento a otro, vive obnubilado compartiendo el enamoramiento de La Loca del Frente.

51. “Canta la hierba”, de Doris Lessing. Dick es un hacendado en Rodesia (actual Zimbabue) al que no le va excesivamente bien porque nunca consigue dar con un cultivo o ganado que le saque de pobre. En una visita a la ciudad conoce a Mary y decide casarse con ella. Ella Mary es una mujer que lleva una vida desahogada y divertida en la gran ciudad, hasta que descubre que la gente comenta a sus espaldas que vive fuera de la realidad porque no sienta cabeza. Por ello decide casarse con Dick, a pesar de que eso implique volver a la vida en el campo que tanto odiaba de pequeña. Ya en la granja descubrimos a una Mary a la que rápidamente se le queda pequeño el lugar. Sentimos como ella el asfixiante calor pero no nos da pena, porque su actitud hacia los nativos que trabajan para ellos y su modo de verles es horrenda. La cosa irá a peor cuando Dick enferme y ella se hace cargo de vigilar el trabajo en los campos; es severa, impasible y cruel con los trabajadores, lo que generará malestar en todos ellos. Pero un día tendrá un enfrentamiento con Moses, uno de los nativos, y se abrirá ante ella la posibilidad que negaba hasta ese momento: que ellos también sean seres humanos. Lo que más me ha gustado del libro ha sido la tensión in crescendo, que conduce irremediablemente al final que vaticinaba el comienzo del libro.

52. “Temporada de huracanes”, de Fernanda Melchor. La historia, escrita a modo de crónica, está ambientada en un pueblo ficticio de México donde unos niños encuentran el cadáver de la que llaman la Bruja y a la que todos los vecinos temían por considerar que poseía poderes reales. Se sospecha que los asesinos han sido un grupo de jóvenes que merodeaban a menudo por su casa, supuestamente para obtener droga a cambio de favores sexuales, pero cuyo interés real era encontrar el supuesto tesoro que parecía haber heredado la Bruja. Partiendo de esta premisa iremos conociendo las historias de varios de estos jóvenes, como son el yonki chapero Luismi y su novia Norma, embarazada de su padrastro con tan solo 13 años, el violento Brando o la propia Bruja. Les une a todos ellos el querer escapar de su destino, pero al mismo tiempo parecen saber que es algo ineludible y casi se lanzan hasta ese inexorable desenlace de los acontecimientos. Personalmente me ha parecido una narración violenta y sucia, y no es que me haya chocado el estilo en sí, que me parece común al de otras obras de esta corriente de escritoras latinoamericanas que parece haberse generado durante estos últimos años, pero en este caso me ha parecido excesivamente sexual y de un modo gratuito que no me pareció estar justificado.

53. “Valle inquietante”, de Anna Wiener. En el año 2013 la autora decidió dar un giro a su carrera profesional dejando su trabajo precario en una agencia literaria por un puesto de atención al cliente en una empresa de análisis de datos. A través de su particular visión, que es la de una persona ajena a lo tecnológico y amante de las artes y la creatividad, veremos desfilar multitud de personajes que parecen cumplir a la perfección un perfil: el de jóvenes hombres blancos emprendedores, habitualmente ingenieros, que han tenido la gran suerte de vivir en ese momento y ese lugar. Subyace en el libro una crítica a este mercado, que cree estar mejorando el mundo cuando en realidad hace que la brecha sea aún más insalvable, por no hablar del poder que llegan a tener al controlar nuestros datos. Personalmente me han gustado la perspectiva de la autora y su modo de narrar, da la sensación de poder ver cómo funciona su pensamiento, como si pudieras avanzar al mismo tiempo que ella en el análisis de la situación.

54. “Traumbuch”, de Patricio Pron. Leí este libro tan original gracias al préstamo de Sonia. Se trata de un género peculiar, del que no tenía mucha referencia previa: el diario de sueños. Empezando por una breve introducción sobre lo onírico y su presencia en la obra de varios autores, nos encontramos seguidamente con una selección de sueños que el autor ha tenido a lo largo de los años y que bien podrían ser fragmentos inconexos de una superestructura mayor, un super relato (¿el de su propia vida soñada?). Como suele pasar con lo onírico, muchos de los textos no parecen tener mucho sentido, pero leído en su conjunto es muy interesante ver cómo hay temas que se repiten de un modo u otro en muchos de ellos; la identidad o la ausencia de ella, las palabras o su formación, la casualidad o la causalidad. Hay en los sueños algo especial, una especie de ausencia de realidad que los hace increíbles pero, al mismo tiempo, consiguen dejarnos cierto poso de verdad al despertar, antes de (quizás) ser olvidados. Así que esta ha sido una lectura sencilla pero compleja, breve pero intensa.

el leopardo de las nieves o la promesa de lo invisible-vincent munier-978841780062855. “El leopardo de las nieves o la promesa de lo invisible”, de Vincent Munier. Este ensayo está compuesto por los apuntes que Vincent Munier tomó durante las cinco expediciones que realizó al Tíbet para dedicarse a la fotografía de naturaleza y un epílogo que incluye textos de sus acompañantes en cada uno de los viajes. Sus notas no son exhaustivas, relatan momentos puntuales de sus excursiones, pero transmiten a la perfección la belleza y la dureza de la meseta tibetana, uno de los pocos lugares prácticamente inaccesibles que quedan en el mundo. Estamos hablando de que su día a día consiste en estar apostado en el mismo sitio sin moverse durante horas hasta que aparezca algún animal al que fotografiar, y esto lo hace a temperaturas de unos 30 grados bajo cero. Aún así, al leer sus impresiones y ver sus fotos, es casi imposible no querer estar allí con él, viviendo ese instante en el que su mirada se cruza con la de un animal salvaje, ya sea un zorro, un yak o un leopardo de las nieves. Porque aunque a día de hoy podemos ver imágenes de casi cualquier cosa, vivir ese encuentro con lo salvaje continúa siendo algo único. Y justamente esto supone un dilema para el propio Munier, que no puede evitar seguir haciendo estos reportajes fotográficos aún sabiendo que su publicación supondrá que muchas personas quieran también visitar esos lugares, perturbando el poco espacio de naturaleza salvaje que aún queda en el planeta.

56. “Azucre”, de Bibiana Candia. Este libro está basado en la historia real de los 1700 gallegos que viajaron a mediados del s.XIX a Cuba en busca de un futuro mejor. El año en que se ambienta la novela fue el más lluvioso de la historia de Coruña, lo cual arruinó las cosechas, lo que se juntó con la llegada del cólera a la región, nada controlable en una época en la que cualquier enfermedad se consideraba obra de Satanás. Así, la promesa de hacer dinero cultivando el azúcar en Cuba tentó a muchos hombres y niños, que son los protagonistas de esta novela. Si bien la historia de la que trata el libro es real, sus personajes son ficticios, pero sirven a la perfección de ejemplo de aquellos que sufrieron este engaño orquestado por Urbano Feijóo de Sotomayor, un empresario gallego que hizo dinero a base de traficar con esclavos, y cuando vio que podía reducir la mano de obra sustituyendo jornaleros negros por gallegos, no dudó en hacer el llamamiento. Es un libro que se lee casi de una sentada, puesto que está escrito a modo de breves textos que desarrollan momentos puntuales de sus vivencias. Me parece que describe muy bien las penurias de entonces, es fácil imaginar cada personaje y escenario, y además consigue transmitir la impotencia y tristeza que debieron sentir aquellos que de verdad lo vivieron.

57. “Basilisco”, de Jon Bilbao. El año pasado descubrí a este autor con “Los extraños”, un libro que me gustó por la situación tan inverosímil que plantea pero a la vez tan plausible, así que me hizo mucha ilusión este regalo de Gabriela. “Basilisco” también es un libro curioso; cada capítulo es auto conclusivo, de modo que podría parecer que es un libro de relatos, pero los protagonistas son siempre los mismos: un escritor (antes ingeniero) cuya historia está situada en la actualidad y John Dunbar, un trampero veterano de la Guerra de Secesión cuya historia llega a oídos del protagonista gracias al marido de una conocida de su mujer. Debido a los diversos saltos temporales (por un lado el gran salto a esas expediciones del Oeste de Dunbar, por otro los de la propia vida del protagonista) no sabemos bien si nos encontramos en su realidad, en la ficción que incluye en sus libros o en las historias que le cuentan. Se tardan unas cuántas páginas en encontrar el vínculo entre las dos realidades paralelas y entender qué nos está queriendo contar Jon Bilbao. ¿Es John Dunbar una especie de némesis creada por el escritor para escapar de su anodina vida de padre y esposo? No ha sido hasta que he terminado el libro que he conseguido hilar esta reflexión, que me lleva a pensar que hay una especie de tránsito a la madurez y aceptación de la realidad del escritor protagonista como trasfondo. Sea así o no, es un gusto disfrutar simplemente del modo de narrar de Jon Bilbao.

58. “El infarto del alma”, de Diamela Eltit y Paz Errázuriz. Este foto libro es fruto del trabajo conjunto de la fotógrafa Paz Errázuriz y la escritora Diamela Eltit, elaborado en 1994 en el psiquiátrico de Putaendo, a 200 kilómetros de Santiago. En aquel lugar, antiguo sanatorio para tuberculosos, quedaron relegados multitud de chilenos que, por causa de sus enfermedades mentales, no tenían cabida en sus lugares de origen. Pero, aunque hay algo de denuncia social en este trabajo, lo que Errázuriz busca resaltar con sus fotografías es la ternura y el cariño que demuestran algunos de los asilados entre ellos, conformando parejas inseparables. Por su parte, Diamela Eltit acompaña las imágenes con un texto de presentación conciso al comienzo, describiendo su visita al centro, las atenciones recibidas por los asilados y el valor de los trabajadores del manicomio, para más tarde pasar a un ensayo reflexivo sobre las circunstancias de los que allí se encuentran (la esterilización a la que se les somete, el olvido y la soledad a los que están abocados), el amor y la compañía, etc. El resultado de la unión entre este ensayo y las instantáneas de Paz es un impactante trabajo que alumbra esa parte de la sociedad marginal a la que no solemos querer mirar, y quizás en eso radica su interés.

59. “Donde los perros ladran con la cola”, de Estelle-Sarah Bulle. Otra lectura patrocinada por Masa crítica de Babelio. La historia nos sitúa en la Isla de Guadalupe, colonia francesa, y está contada a través de los recuerdos que varios hermanos cuentan a la hija de uno de ellos. De este modo el libro consigue presentarnos a través de distintas generaciones casi un siglo de historia de la isla. Nos teletransportamos a un lugar paradisíaco donde gobierna el calor y la vegetación y el mar son espectaculares. En los años 40 la población vivía del cultivo de la caña de azúcar y la fabricación del ron, pero también se comerciaba con especias y otros productos provenientes de las islas aledañas. Según avanzan las décadas, y al igual que sucedió en tantos otros países, este tipo de trabajos dejan de ser suficiente y los guadalupeños se ven obligados a emigrar, primero a la capital y después a Francia. Todo esto es el trasfondo de una historia familiar que va mucho más allá, puesto que sobre todo nos presenta a unas mujeres de carácter que bien podrían ser referentes feministas. Es, sin duda, un precioso homenaje a la historia de Guadalupe.

Panaderos - Nicolás Meneses - [Reseña] - Miguel Santamarina - Zenda60.  “Panaderos”, de Nicolás Meneses. Segundo libro de Barbarie Editora, protagonizado por William Fuentes, un joven chileno que termina siendo panadero, igual que lo era su padre hasta que tuvo un accidente de trabajo que le dejó manco. William fue testigo del accidente de su padre siendo pequeño, lo que influirá en su trabajo en la panadería del supermercado, puesto que pondrá especial énfasis en la prevención de riesgos y no cesará en el empeño de que sus compañeros pongan más cuidado en lo que hacen. En casa su elección profesional también acarreará consecuencias, a su madre no le hace ninguna gracia que pueda sufrir el mismo destino que su marido y su padre no hace comentarios al respecto porque hace años que vive desconectado de la realidad. Pero la situación económica familiar es tan precaria que no les queda otra alternativa que aceptarlo. A pesar de todo ello, William disfruta de su día a día con los compañeros de trabajo, aprovechando su tiempo libre para jugar a la consola o compartiendo algunos (aunque escasos) momentos familiares. La suya es la vida de un joven cualquiera, pero con su relato nos acerca a una realidad diferente a la nuestra, con la que empatizamos y, al mismo tiempo, aprendemos sobre el trabajo en general y el oficio de panadero en particular. Una lectura muy recomendable.

61. “Las hermanas Makioka”, de Junichiro Tanizaki. Ambientada en la Osaka de finales de los años 30 y principios de los 40, este libro es un fiel retrato de la clase media-alta japonesa de la época. El choque con lo occidental, que se produjo ya a finales del siglo anterior, está en su pleno apogeo en este momento, y de nuevo Tanizaki es crítico en su valoración de este encuentro entre lo tradicional y lo moderno. La novela está protagonizada por tres de las cuatro hermanas Makioka. Sachiko, la segunda, y su marido Teinosuke son un ejemplo perfecto de los valores tradicionales que tratan de mantener. Como dicta la norma, las hermanas deben casarse por orden de edad, pero los múltiples rechazos a los pretendientes de Yukiko han hecho que llegue a los 33 años sin aún haberse casado. Mientras tanto Taeko, la más pequeña, no pierde el tiempo y se ve con varios hombres, lo cual es deshonroso para su familia, que tratará de tapar estos hechos por todos los medios. Al nivel de las grandes sagas literarias familiares, Tanizaki retrata de forma fidedigna la forma de vida, las tradiciones y la cultura de la época, pareciendo como si nos presentase una serie de estampas de la que casi pudiéramos formar parte como observadores. Si bien al principio me costó entrar en la historia por parecerme muy repetitiva, desde el segundo tercio me enganchó precisamente por todo aquello que consigue transmitir a nivel social, pero también por la composición de personajes y la evolución de la historia. Una lectura que no es sencilla, pero sí muy recomendable para los amantes del país nipón.

62. “La ciudad de los cuidados”, de Izaskun Chinchilla. Este ensayo se fundamenta en la idea de que las ciudades han sido y son planificadas por una minoría de hombres centrados en la productividad por encima del bienestar de las personas que más habitan las ciudades (ancianos, niños, mujeres). En la planificación de las ciudades no tiene cabida, por ejemplo, la predisposición natural de los niños a jugar en todas partes, sino que les exige que jueguen en entornos controlados, provocando esto además que sea incompatible el hacer gestiones con el disfrute de los más pequeños. Por otra parte, se dificulta el tránsito de las personas al ocupar la vía pública con mobiliario destinado a los coches, como son los bolardos, y no se facilita que los espacios públicos sean usados para el descanso, o incluso el aseo, colocando bancos cómodos y fuentes que funcionen. La autora reflexiona muy especialmente acerca de todas circunstancias en una sociedad post pandemia, en la que nos hemos hecho mucho más conscientes de la necesidad de estar fuera, y es por ello que deberíamos reclamar el espacio público como algo de todos y para todos, que no nos imponga cómo debemos relacionarnos con la ciudad sino que nos permita interactuar con ella como cada uno quiera. Sin duda es un ensayo muy interesante para hacernos reflexionar sobre la ciudad en la que vivimos, su realidad actual y sus posibilidades futuras.

Artes subversivas para cultivar jardines | Hoja de Lata63. “Artes subversivas para cultivar jardines”, de Teresa Moure. Regalo de mi amiga Claudia, no tenía referentes previos antes de empezar a leerlo. Al estilo de obras como “Cien años de soledad”, esta novela de Teresa Moure nos introduce en la historia de una familia peculiar. El Leandro Balseiro originario, tras recibir un duro golpe al ser acusado de desfalco, decide alejarse del mundanal ruido y dedicarse a crear una especie de jardín de Babilonia en su casa. Su locura acabó en tragedia, dejando a su hija Clara huérfana, y es ella junto a su hijo (también Leandro Balseiro) quienes años más tarde llevarán a cabo una intervención artística que cambiará sus vidas y las de otras personas de su alrededor. Junto a ellos participarán en la intervención un pianista que quedó amnésico tras un accidente y decidió quedarse a vivir allí, su hija, que llegará posteriormente buscando algún tipo de venganza, y la amante de Leandro Balseiro, que también es mujer de uno de sus profesores. La historia de esta troupe tan peculiar es narrada conjuntamente por todos ellos, a modo de diario posterior escrito como prueba para un juicio. Esto hace que contemos con distintas perspectivas, componiendo entre todas una realidad poliédrica que varía según la cara por la que se mire. Sin duda se trata de una lectura sorprendente y entretenida.

64. “Diario de un vacío”, de Emi Yagi. Shibata, la protagonista, lleva una vida anodina. Trabaja en una empresa que fabrica tubos de cartón y, como es habitual, nunca sale a la hora establecida, así que cuando llega a casa solo le da tiempo a comprarse algo de cena y darse un baño antes de irse a dormir, y así todos los días. Sabiendo esto no cuesta entender que Shibata decida quedarse embarazada, ya sea una idea abstracta o una realidad. Aunque en Japón no está bien visto ser madre soltera, su nuevo estado gestante le permitirá salir a la hora de salida real de la empresa, empezará a comer mejor y podrá dedicar tiempo a sí misma (ver películas pendientes, caminar, apuntarse a clases de aeróbic para embarazadas, etc.). El conocer los relatos de sus compañeras de aeróbic, futuras madres reales, es lo que nos hace darnos cuenta del papel reservado a la mujer en Japón, la presión que existe para que cumplan su función y la soledad a la que en realidad se les somete frente a todo el proceso. Al estar dividida en semanas de embarazo, la novela da la sensación de avance, como si pudieras seguir el proceso en directo, lo cual hace que sea una lectura ágil. Aún así deja un poso profundo a la crítica y reflexión sobre la vida en Japón en general y el papel de la mujer en particular. Muy recomendable.

65. “Utopía no es una isla”, de Layla Martínez. Este es un ensayo sobre la utopía, definida como un sistema ideal de gobierno en el que se concibe una sociedad justa, que aparentemente en el momento de su formulación es irrealizable. Y digo aparentemente porque en este “catálogo de mundos mejores” (como reza el subtítulo), Layla nos presenta casos a nivel mundial en que se pasó del papel a la acción, consiguiendo crear modelos de sociedad no perfectos pero sí bastante utópicos. Desde el origen de la idea de utopía con Tomás Moro hasta el Estado comunal del socialismo, pasando por Libertalia (la isla pirata), la potente ciencia ficción de la Unión Soviética, el movimiento chicano o el panafricanismo. Lo que nos plantea Layla en este ensayo es que si solamente creamos distopías, las posibilidades para el futuro se van volviendo cada vez más negras, no cabe la opción de pensar cómo construir mundos mejores, y eso es justo lo que tiene que cambiar. Se necesita volver al folio en blanco y empezar a escribir desde una visión más optimista de lo que queremos construir para empezar a poner ladrillos del nuevo edificio social, y este librito es el combustible perfecto para vislumbrar otros mundos posibles.

66. “Ceniza en la boca”, de Brenda Navarro. Aunque el hecho más impactante que nos narra la novela es el suicidio de Diego, el hermano de la protagonista, el tema central de la novela es más el desarraigo. Ambos hermanos se ven obligados a migrar de México a Madrid para reunirse con su madre, que huyó de la difícil situación política en general y para la mujer en particular de su país de origen. Tras vivir un tiempo con sus abuelos y echar de menos a su madre, terminan por ir a Madrid a vivir con ella, y entonces a quiénes echarán de menos es a sus abuelos, a sus familiares y a México. En ese estado de malestar cada uno empieza a encerrarse más en su mundo y dejan de encontrar apoyo el uno en el otro; la narradora se va a Barcelona a malvivir con trabajos de mierda, mientras que Diego sufre bullying en el colegio y se mete en varias peleas, de las que siempre sale mal parado. Finalmente decide quitarse la vida y la protagonista se verá aún más hundida en ese pozo de soledad en el que ya no encuentra más agarradero que su ira contra todo y todos. La novela tiene sus altibajos, pero en su conjunto me ha parecido un texto potente por poder ponernos en el lugar emocional de un migrante.

67. “Las frías noches de la infancia”, de Tezer Özlü. Se trata de un ensayo biográfico en el que la propia autora desarrolla a retazos su vida. A través del relato en primera persona nos adentramos en una familia de clase media-baja de la Turquía de mediados-finales del siglo XX. Durante sus diez primeros años, Tezer vivió en un pueblo junto a su familia, y posteriormente se mudaron a Estambul junto con su hermano. Este cambio del campo a la ciudad, junto a criarse en país musulmán pero educarse en los principios laicos promulgados por Ataturk y estudiar en un colegio prusiano dirigido por monjas católicas, provocarán un colapso interior en Tezer y no harán más que acrecentar su locura. A través de una narración que se mueve entre lo poético y lo crudo, entre la lucidez y la locura, seguiremos a Tezer en su proceso de desarrollo social, sexual, educativo y psicológico. Desde pequeña la autora muestra un ansia de libertad y de vida increíbles, pero a su vez hay una gran tristeza que la llevarán a tratar de suicidarse en varias ocasiones y a estar internada contra su voluntad y sometida a tratamientos de electroshock. En su conjunto es un libro interesante por mostrarnos un trocito de la historia turca desde el punto de vista de una mujer, viendo además las particularidades de su formación y de ella misma, pero no voy a negar que a veces me costaba ubicarme temporalmente en los textos y saber qué trataba de transmitir Tezer cuando los escribió.

68. “La familia”, de Sara Mesa. Último libro de esta autora que tanto me gusta. En esta novela se nos cuenta la historia de una familia bastante peculiar desde el punto de vista de cada uno de sus miembros. La primera historia nos da una visión general de esta familia desde el punto de vista de la hija adoptada, y vemos que está compuesta por un padre severo que promulga el ascetismo de Gandhi para él y para su familia, no dejando que entre tecnología en la casa y ayudando de un modo supuestamente altruista en organizaciones creadas por él mismo. Su mujer pareció revelarse tras nacer su primer hijo, pero cuando se quedó embarazada del segundo siguió a rajatabla lo establecido en el “proyecto” de su marido. Por último están sus tres hijos naturales, Damián (el mayor, pavisoso y con tendencia a engordar), Rosa (más rebelde, se escapará de casa para estar con un chico y terminará quedándose embarazada) y Aquilino (el pequeño y más avispado). Los siguientes capítulos tendrán como narradores a cada uno de ellos y, desde sus distintas perspectivas, iremos completando el puzle familiar. Y en cada parte hay mucho de Sara Mesa: esa intromisión en lo íntimo que te hace sentir incómodo, situaciones turbias frente a las que no sabrías cómo reaccionar y una preocupación por lo marginal. Pero el salto de un capítulo a otro te desubica, cuesta ordenarlos en el tiempo y son de un interés desigual. Quizás esto fue algo buscado por la autora, pero a mí no ha terminado de convencerme.

69. “Páradais”, de Fernanda Melchor. Por recomendación de Miriam me decidí a volver a Fernanda y a hacerlo en formato audio libro (primero que escucho en mi vida), lo cual resultó ser una experiencia bastante gratificante. El libro cuenta la historia de Polo, un joven que trabaja como jardinero en el complejo residencial Páradais. Desde que su primo Milton desapareció para irse con una banda de narcos, su vida es un continuo discurrir de días en los que tiene que aguantar a los pijos de la urbanización donde trabaja, sin más aliciente que el de emborracharse al terminar la jornada para llegar lo más tarde posible a su casa y no aguantar ni a su madre ni a su prima embarazada. Por aprovecharse del suministro de alcohol que le ofrece, Polo empieza a alternar con Franco Andrade, uno de los residentes, descrito como un gordo pajillero cuyas diatribas de borrachera siempre versan sobre su vecina, una madre de familia muy atractiva. Finalmente ambos llegarán a un punto de no retorno, Polo por querer huir de un trabajo y una vida que odia y Franco por no aguantarse más las ganas de tirarse a la vecina, y planificarán el supuesto modo de dar ese paso adelante que tanto necesitan los dos. A destacar la narración a cargo de Karina Gidi, actriz mexicana, que aporta muchísimo al relato.

zeitoun-dave eggers-978843972283070. “Zeitoun”, de Dave Eggers. A raíz de ver “Treme”, la serie de David Simon, estuve buscando lecturas ambientadas en la Nueva Orleans post Katrina y di con esta biografía escrita por un periodista que fue a recabar testimonios después de la catástrofe. Zeitoun trabaja como contratista en la ciudad y ha de supervisar varias obras, por lo que decide no marcharse junto a su mujer y sus cuatro hijos. La previsión fue empeorando, pero a pesar de todo lo malo no fue el propio huracán, sino que la estructura del dique falló y la ciudad quedó inundada casi por completo. Pasado el Katrina, Zeitoun desempolva una canoa que compró hace años decidido a ayudar a animales y personas en los días posteriores a la inundación. Pero con el paso de los días la situación va cambiando, la ciudad se llena de fuerzas militares y Zeitoun, que es de origen sirio, se verá preso sin posibilidad de explicar quién es ni llamar a su mujer para informarla. Así que el libro da un giro importante, y lo que de entrada parecía un libro sobre un superviviente que se convierte en héroe se transforma en el testimonio de una víctima de la injusticia y el sinsentido de las fuerzas armadas estadounidenses. Un libro muy recomendable, que también se enriquece al conocer la historia personal del clan Zeitoun y la familia que construye Abdulrahman en Nueva Orleans.

71. “Muerte y vida de las grandes ciudades”, de Jane Jacobs. uno de los más famosos ensayos en este ámbito, escrito a principios de los 60 por una de las pensadoras urbanas más relevantes de EEUU. El libro es una especie de manual sobre la ciudad en el que Jacobs aborda en cuatro partes los usos de los diferentes elementos de la urbe, las condiciones necesarias para que exista la diversidad urbana, analiza las fuerzas que atacan a la ciudad y las que la ayudan y propone una serie de tácticas para mejorarla. El ensayo en su conjunto permite al lector formarse una idea del concepto de ciudad que defiende Jacobs, y lo cierto es que su estilo, bastante crítico y fundamentado, consigue que entiendas y compartas su visión. Es muy interesante desgranar a través de su mirada los diferentes planes de urbanismo de algunas ciudades y ver cómo las modas arquitectónicas y lo que aparentemente puede ser una buena idea para un barrio no lo es en absoluto. A mi modo de ver, el libro tiene dos grandes aciertos: concluir que la diversidad (de personas y usos) en la ciudad es necesaria, puesto que los modelos que proponen una zonificación lo único que consiguen es marcar más aún la diferencia de clases y generar barrios más inseguros e incómodos de habitar, y segundo añadir que debe tenerse en cuenta a los vecinos para las renovaciones urbanas en el barrio.

Kamikaze Girls | Novala Takemoto - Comprar en Cicely Editorial72. “Kamikaze girls”, de Novela Takemoto. En la pasada edición del ¡Hostia un libro! me hice con esta novela un poco por casualidad, porque aunque leo muchas cosas japonesas, la temática de esta en concreto no me pegaba en exceso, pero finalmente ha sido una grata sorpresa. Momoko es una estudiante de instituto que vive obsesionada con el movimiento estético de las “lolita”, de modo que viste como si fuese un pastel y trata de emularlas también en la actitud, lo cual consiste básicamente en ser lacia, poco práctica, mirar a los demás por encima del hombro y no querer trabajar. Debido a los negocios de falsificación de Versace a los que se dedica su padre, Momoko se ve viviendo en un pueblo perdido de la mano de Dios, rodeada de yankees (que es como llaman a los jóvenes rebeldes que visten estilo americano). Para sacar algo de dinero Momoko pone en venta artículos de su padre y así conoce a Ichigo, una yankee integrante de una banda de chicas moteras. Y, a pesar de parecerse lo mismo que un huevo a una castaña, ese será el principio de una curiosa amistad. Suena loco el argumento, ¿verdad? Pues lo es, pero al mismo tiempo resulta muy divertido por la diferencia de caracteres entre ambas y las vivencias y modo de ver la vida de cada una.

73. “Forjada en la tormenta”, de David B. Gil. Segunda lectura del año en formato audiolibro, que se trata de un híbrido entre novela histórica, de aventuras y de género negro, todo en uno. Narrada en dos tiempos aparentemente diferentes pero que acaban convergiendo, la obra nos sitúa en la pequeña aldea de Ottara, aproximadamente en el s. XVIII. Una de las tramas está protagonizada por Asaemon Hikura, sámurai del clan Sugawara, que es enviado a la aldea a investigar la desaparición de cinco mujeres jóvenes. Los lugareños creen que ha sido cosa de una bestia legendaria con cabeza de ciervo, pero Asaemon hace oídos sordos de estas supersticiones. La otra trama está protagonizada por Ryo Aratani, samurái miembro del clan Ikeda que mantiene una relación prohibida socialmente con Nanami Kuroda, hija de un famoso forjador de espadas. Para luchar por el honor de su familia, que ha sido asesinada, deberá marcharse y dejarla sola al cargo de la forja de su padre, que ha muerto asesinado. De nuevo me gustó el formato escuchado para esta novela, que me pareció muy entretenida y con cierto punto de enganche incluso a pesar de su larga extensión. Muy recomendable.

74. “El mago. Trece cuentos japoneses», de Ryunosuke Akutagawa. Primera obra que leo del conocido como maestro del relato japonés. Como su propio nombre indica, este volumen recopila trece relatos, aunque no tienen un hilo común. A través de sus historias, que aúnan la tradición oral japonesa con detalles resultantes de la observación de su entorno, se trasluce una gran sensibilidad, siendo protagonistas hombres carcomidos por el peso de una deuda, hermanas muy unidas pero separadas por los celos, etc., es decir, personajes muy humanos. Cabe destacar especialmente el relato de “Mandarinas”, en el que el narrador es un hombre que viaja solo en el tren hasta que se sube una muchacha que se presupone más pobre por sus ropajes. El hombre la mira con cierto desprecio, sobre todo cuando trata de abrir una de las ventanas del tren, pero al ver que el motivo de dicho esfuerzo era lanzar unas mandarinas a sus hermanos, la visión del hombre con respecto a la muchacha cambia completamente, puesto que gracias a ese detalle ha sentido empatía por ella y ha comprendido cuál era su situación. Un trabajo interesante el suyo, sin duda.

Todo va a mejorar - Almudena Grandes | PlanetadeLibros75. “Todo va a mejorar”, de Almudena GrandesEsta es una obra bastante especial en la trayectoria de la autora, puesto que se sale del realismo histórico al que nos tenía acostumbrados con sus últimas novelas para posicionarse en un género entre lo distópico y lo utópico. García Montero (su marido) nos cuenta que Almudena decidió escribir este libro durante el confinamiento, y se nota que es hijo de la pandemia y las restricciones sobrevenidas de ella, además de cómo se transmitió la información a través de los medios y en boca de políticos. En “Todo va mejorar” no hay un solo protagonista, son muchos los nombres y apellidos que encontramos en sus páginas y qué bien podrían tener caras definidas de personajes reales o bien podrían ser cualquier persona. El Gran Capitán es un empresario hecho a sí mismo, que como resultado de la mezcla de sus orígenes y trayectoria profesional decide que ha llegado el momento de crear una nueva España, libre de las estructuras y modos de hacer que han conducido al país a lo que es ahora. Para conseguirlo tiene un plan que pasa por cambiarlo todo de arriba a abajo y, por supuesto, engañar a todo el mundo para conseguir su objetivo. Una vez establecida la nueva realidad en el país nos encontramos con una España que al parecer va fenomenal a nivel económico, pero, como reza una de las frases del libro, “estar en libertad no significa ser libre”, y es por ello que poco a poco irán surgiendo voces insurgentes para desmontar el trampantojo del Gran Capitán. Sin duda se trata de una de las mejores lecturas del año, hay mucha verdad en esta irrealidad, puesto que nos muestra lo mucho que podemos perder para supuestamente ganar.

 

The Nice House on the Lake (ECC Ediciones)Este año no he conseguido superar la cifra de lecturas de libros del año pasado, que fueron 82, pero también hay que tener en cuenta que he leído muchísimos más cómics, y de algún lado tenía que salir el tiempo, jeje. En cuanto a novela gráfica, este semestre he continuado con el segundo volumen de «Reckless» de Brubaker y Phillips (me sigue flipando la maestría en el noir de este tándem), he empezado “Gotham central», también de Ed Brubaker pero con Greg Rucka y Michael Lark a los lápices (y me está encantando conocer el universo Batman desde la perspectiva de los detectives), he leído los tres primeros volúmenes de “Scalped”, de Jason Aaron y R. M. Guéra (otro noir, pero este mezclado con el western y aún más violento) y me he adentrado en el universo de “Zero”, de Ales Kot [et al.], una serie en 4 volúmenes protagonizada por un espía que decide cortar los hilos con La Agencia, lo que le acarreará muchos problemas). Además sigo avanzando en una de las mejores series que he leído en los últimos años, “The nice house on the lake«, de James Tynion IV, Álvaro Martínez Bueno y Jordi Bellaire, una especie de juego psicológico al que un tipo curioso somete a sus amigos al crearles un espacio aislado donde vivir mientras el resto del mundo desaparece.

En cuanto a descubrimientos curiosos, de autores internacionales tenemos “Little Bird” de Darcy Van Poelgeest, una distopía ambientada en un Estados Unidos gobernado por una dictadura sectaria, “El Círculo” de Andoryss y Nesskain, un thriller protagonizado por personas con unos poderes que les permiten encontrarse entre «lo lleno y lo vacío», “Giant” de Mikaël (sobre la vida de un inmigrante dedicado a la construcción de un rascacielos en Nueva York), “La caricia del viento” de Sandrine Kao, un precioso álbum que nos hace reflexionar sobre las cosas pequeñas y “El informe de Brodeck” de Manu Larcenet, que está basado en un libro de Claudel y trata la dificultad para aceptar lo diferente, sobre todo en lugares cerrados. “Jamilti y otras historias” de Rutu Modan (relatos de diversa temática ambientados en el Israel contemporáneo), “Trillium” de Jeff Lemire y José Villarrubia, una historia de ciencia ficción contada en dos tiempos, “Monstruos” de Barry Windsor-Smith, sobre los experimentos para crear armas de guerra humanas en EEUU, “Mi amigo Dahmer” de Derf Backderf, protagonizado por el asesino en serie en su época en el instituto, justo antes de empezar a matar,  “Balada para Sophie” de Filipe Melo y Juan Cavia, una preciosa novela gráfica con la envidia como protagonista y la música como hilo conductor, “El hombre que mató a Lucky Luke” de Matthieu Bonhomme (redescubriendo al personaje de la mano de un nuevo autor), “La sala de los espejos”, de Liv Strömquist (que ofrece un completo análisis de la dictadura de la belleza femenina a lo largo de la historia), “Clase de actuación” de Nick Drnaso (espeluznante todo lo que guardamos en nuestro interior y que puede aflorar en actividades como la representación escénica) y “Ladrona”, de Lucie Byron (una historia juvenil que tiene que ver con la superación de un trastorno como la cleptomanía gracias a la recuperación de la confianza en una misma).

Totoro y yo - Amaia Arrazola | PlanetadeLibros

Además he seguido leyendo a mi querida Tillie Walden en “Sola en el espacio”, que incluye sus primeros trabajos, y en el primer volumen de “Clementine», serie ambientada en el universo de The walking dead. Me ha sorprendido muy gratamente el comienzo de “Hay algo matando niños» de James Tynion IV, Werther Dell’Edera y Miquel Muerto, con ecos de Stephen King por eso de ambientarse en una población donde han empezado a desaparecer niños, y estoy disfrutando de la serie espacial “Saga”, de Brian K. Vaughan y Fiona Staples, de la que he leído los dos primeros integrales. También me he enamorado de Charlie y Nick, protagonistas de “Heartstopper” de Alice Oseman y me he divertido mucho con las tiras cómicas para amantes de los libros incluidas en “La venganza de los bibliotecarios” de Tom Gauld y con “El gran Calvin y Hobbes ilustrado” de Bill Watterson, cuyas viñetas siempre acaban sacándote una sonrisa.

Y, si hablamos de autores nacionales, he leído “Nada del otro mundo” de Laurielle, una historia divertida ambientada en un lugar que está después de la muerte, “Villanueva” de Javi de Castro (porque irse a vivir a un pueblo no siempre es algo idílico), “Hoy es un buen día para morir” de Colo (otra distopía, pero esta ambientada en Madrid y con banda sonora propia), “Chacales” de Nadia Hafid, un cómic dedicado al Trastorno Explosivo Intermitente, “The black holes” de Borja González (precuela de «Grito nocturno», que leí en el primer semestre),  “Loba boreal” de Nuria Tamarit,  gráficamente perfecto aunque le falta algo de fuerza al argumento, «Totoro y yo”, de Amaia Arrazola (un estupendo homenaje a Miyazaki y su cine, muy recomendable), “Baños Pleamar”, de Isaac Sánchez (sobre los recuerdos de infancia del autor en un pueblo de la costa catalana), “Gente de aquí, gente de allí”, en el que Quan Zhou Wu nos habla sobre qué define a los que son de un sitio y los que vienen de fuera y cómo hacer por la integración mutua, y, por último, “El fuego” de David Rubín, una distopía protagonizada por un arquitecto que ve como toda su vida se derrumba mientras se acerca el fin del mundo.

La cosa del pantano de Alan Moore 1 - 3ª ed. : Moore, Alan, Day, Dan, Totleben, John, Veitch, Rick, Bissette, Stephen, San Rafael Simó, Francisco: Amazon.es: LibrosEn el ámbito superheróico, además de la antes mencionada Gotham Central he leído el tercer álbum de «Imbatible» de Pascal Jousselin (aunque se trata de un superhéroe diferente a lo habitual, es mucho más original y creativo), me animé con el recopilatorio dedicado a “Catwoman. Especial 80 aniversario”, de varios autores (algunas historias son mejores que otras, pero en general es un buen integral para conocer a Gatúbela jeje), conocí el personaje de “Elektra: asesina”, de Frank Miller y Bill Sienkiewicz (una obra muy potente, aunque surrealista y de difícil comprensión) y también a “Ojo de Halcón» con los dos primeros volúmenes de la serie de Fraction, Aja [et al.] (si bien el superhéroe no es la repanocha, la historia es muy entretenida y está muy bien realizada); disfruté con “Doctor Extraño: El juramento”, de Brian K. Vaughan y Marcos Martín (aunque cada vez me reafirme más en que Strange es un creído), avancé en las obras del murciélago con “Batman: ¿Qué le sucedió al cruzado de la capa?” Neil Gaiman, Andy Kubert (interesante análisis de la relación de cada uno de los secundarios de la serie en el día de su funeral) y “Nightwing: el nuevo orden”, de Kyle Higgins, Trevor McCarthy (aunque en este caso el protagonista de esta distopía es el ex Chico maravilla). Y por último quería destacar una de las series que más me ha flipado de este año, “La cosa del pantano» de Alan Moore [et al.], de la que devoré los seis volúmenes en pocos meses; una historia muy humana y con trasfondo ecologista que me dejó alucinada 🙂 

Por último, en el ámbito del manga u obras ambientadas en Japón, he leído varias obras auto conclusivas como «El libro de los insectos humanos» de Osamu Tezuka (un clásico recuperado del Dios del manga que es cuanto menos turbio), “La gran revelación” de Yoshihiro Tatsumi (otro gekiga para no perder la costumbre), “En la prisión” de Kazuichi Hanawa (una especie de ensayo ilustrado sobre la vida en la cárcel),  “La espinaca de Yukiko” de Frédéric Boilet (me gustó su estilo de dibujo realista, pero la historia no me convenció tanto), “La bestia” de Hideki Mori (estupenda obra con ecos de «El lobo solitario y su cachorro»), “Los dioses mienten” de Kaori Ozaki (una pequeña historia de corte intimista), “Mujirushi: El signo de los sueños” de mi querido Naoki Urasawa, que es la obra resultante de un encargo del museo del Louvre,  “Ciudad de Yotsuya, barrio de Hanazono” de Kan Takahama (ambientada durante la IIª Guerra Mundial y protagonizada por el dibujante de una revista erótica) y “Himawari”, primera obra de Belén Ortega protagonizada por dos hermanos en busca de venganza.

ASADORA!, VOL. 1 (Asadora!, 1) : Fiell, Charlotte & Peter: Amazon.es: LibrosEn cuanto a las series manga que estoy leyendo actualmente, tenemos “Tokyo revengers” de Ken Wakui, sobre el mundo de las bandas de delincuentes juveniles en Tokio, los spokon “Joe del mañana» de Asao Takamori y Tetsuya Chiba, un clásico sobre boxeo que por fin ha sido editado en España, y “Farewell, my dear Cramer” de Naoshi Arakawa, ambientado en el mundo del fútbol femenino. También estoy leyendo “El incidente Darwin», en  el que Shun Umezawa nos plantea dilemas éticos como la mezcla interespecies o el veganismo, “Kowloon. Generic Romance» de Jun Mayuzuki que nos sitúa en la ciudad china de Kowloon donde sucede algo extraño a nivel temporal, “Dragon Head» de Minetaro Mochizuki con sus vivencias post apocalípticas protagonizadas por unos estudiantes de instituto y  “New normal» de Aihara Akito, ambientada en un Japón pandémico en el ver una boca es prácticamente tabú porque los más jóvenes no conocen la vida sin mascarillas. También me ha sorprendido “Dinosan: Dinosaurs Sanctuary», de Itaru Kinoshita y Shin-Ichi Fujiwara, por la presentación de una especie de zoológico que nos enseña cómo eran los dinosaurios basándose en la biología y la paleontología, y me ha gustado viajar a la Florencia del s. XVI de la mano de “Arte” de Kei Ohkubo, que nos cuenta la historia de una joven que quiere ser pintora. Terminé el romance lésbico en tres volúmenes ambientado en la noche tecno tokiota de “After hours”, de Yuhta Nishio, y espero con ansia cada nuevo número de “Asadora», la nueva serie de Naoki Urasawa protagonizada por una chica piloto que se tiene que enfrentar a un monstruo marino.

Como veis ha sido otro añito cargado de muchas (y buenas) lecturas. 2023, ¡allá vamoooooosssss! 😀 

Categoría: lecturas | DEJA TU HUELLA
julio 19

Mis lecturas del año 2022 (1/2)

Aunque este año he ido publicando mis lecturas en la cuenta de Instagram lecturas_entre_gatos, me apetece seguir haciendo el recopilatorio en el blog porque tengo la sensación de que perdurará más en el tiempo que lo otro…¡y es que ya llevo 8 años con estos posts! Que se dice pronto, pero se vive (y se lee) más despacio, jeje. Bueno, al lío 🙂 

1. «La escopeta de caza», de Yasushi Inoue. Lectura recomendada por la bibliotecaria de Fundación Japón. Es el primer libro que leo del autor y he de decir que me ha sorprendido gratamente, puesto que no es para nada lo que me esperaba por su título. El protagonista “instrumental” del libro es el autor de un poema sobre un cazador. Tras su publicación en una famosa revista de caza, recibe en su casa una carta del cazador en cuestión, que se ve reflejado en su escrito. Pero este inicio es un mero instrumento para contar la verdadera historia de su auténtico protagonista, el cazador, visto a través de las cartas de su mujer, su amante y la hija de su amante. Es una lectura fácil y con una presentación original. 

Fukushima. Vivir El Desastre (Satori Actual) : Takashi Sasaki: Amazon.es: Libros2. “Fukushima. Vivir el desastre”, de Takashi Sasaki. Otro préstamo de la biblioteca de Fundación Japón, pero este lo elegí porque me interesaba el tema, sobre todo tras leer un artículo que salió en la revista The passenger: Japón y haber visto la película “El teléfono del viento”. Este volumen incluye los posts que el profesor Sasaki fue publicando en su blog durante los meses posteriores al terremoto que ocasionó el accidente nuclear de Fukushima. Sus escritos relatan su día a día y reflexiones sobre la gestión de la situación por parte del Gobierno; del terror y desconcierto inicial, el autor irá evolucionando hacia una crítica sobre cómo se han establecido las áreas de peligro y lo que esto supone (cierre de comercios y servicios públicos, traslado de habitantes cuyas casas se han visto afectadas a refugios, etc). Me ha gustado conocer la opinión disconforme sobre cómo se hicieron las cosas (parece que no hay tantas voces que contradigan lo que se hace oficialmente allí), aunque a ratos se hace demasiado reiterativo, pero el profesor Sasaki, un viejo grumpy en toda regla, me ha caído bien. Una lectura recomendable para los interesados en el desastre de Fukushima.

3. “Mortal y rosa”, de Francisco Umbral. Cuando vi el documental “Anatomía de un dandy” descubrí nuevas facetas de este autor que aún no había leído. Lo que más me impactó fue su construcción de un personaje al que dio vida con soltura, una imagen de sí mismo de cara a los demás que ocultaba muchas cosas, pero esa máscara se rompió en el momento en que perdió a su hijo siendo aún pequeño. Fue entonces cuando escribió “Mortal y rosa”, una recopilación de reflexiones más que un texto conjunto, en los que trata temas como la percepción humana a través de los sentidos, la concepción de la literatura, la observación del mundo desde los ojos de su hijo, etc. Sus pensamientos (a veces vulgares, otras ilustrados) son pura poesía. Al leerle sientes que no debía costarle mucho hilar las palabras como lo hacía, aunque dudas si aquello es imagen o realidad, personaje o persona. Como amante de la palabra escrita, creo que merece la pena leer algo suyo, aunque no es mi tipo de lectura preferido ni comulgue con mucho de lo que transmite (todos los extractos que hablan sobre la mujer me han parecido bastante desagradables).

4. “Indigno de ser humano”, de Osamu Dazai. Relectura de esta célebre obra de la literatura japonesa con motivo de la primera sesión del Club de lectura de la biblioteca de Fundación Japón en su ciclo Raros. Esta obra, publicada en Japón pocos meses antes del suicidio del autor con casi 40 años, cuenta la historia de Yozo, un joven estudiante de provincias que ha pasado su vida tratando de agradar a los demás, fingiendo ser una persona que no es. Mientras en su interior crecen la vergüenza y el asco hacia sí mismo y el miedo a ser descubierto, Yozo no puede evitar llevar una vida cada vez más reprobable. En una especie de huida hacia el infierno, abandonará sus estudios y vivirá a costa de las mujeres que le aman, que inexplicablemente pagarán sus vicios y adicciones sin rechistar. Parece ser que hay mucho del propio Osamu Dazai en este libro, e imagino que el contexto histórico en el que fue escrito (tras la II Guerra Mundial) también tuvo que ver en la sensación de desesperación que transmite la obra. Una lectura interesante.

Piranesi (Salamandra Narrativa) : Clarke, Susanna: Amazon.es: Libros5. “Piranesi”, de Susanna Clarke. Préstamo de mi hermano Joaquín, decidí proponerlo como lectura para Fe de erratas. El protagonista de esta novela, llamémosle Piranesi, vive en lo que podría ser un palacio, lleno de salas y estas, a su vez, repletas de esculturas. Es un espacio que parece dividirse en tres alturas: la inferior es de las mareas, la intermedia es la terrenal y la superior de los cielos. Desde que recuerda, Piranesi se ha dedicado a recorrer y descubrir todas esas salas, buscando en ellas alimento y compañía animal. Tan solo se encuentra ocasionalmente con el Otro, una persona dedicada a la búsqueda de los saberes de los antiguos, que parece poco adaptada a ese entorno pero aún así cuenta con herramientas que él no posee. Pero la tranquilidad de Piranesi se verá truncada debido a la aparición del Profeta y el descubrimiento de unos diarios que no recuerda haber escrito. ¿Quién es Piranesi y qué hace en ese lugar? Aunque las primeras páginas del libro me parecieron algo arduas de leer, no tardé mucho en entrar en la historia y no querer parar de leer. Una historia que parece sencilla pero teje una red de eventos que te atrapan, además de contar con un protagonista excepcional. Muy recomendable como lectura para evadirse y soñar otros mundos y posibilidades.

6. “Ser gato”, de Edgar Borges. Desde hacía tiempo quería leer algo de este autor, así que este librito que me cayó en Reyes me vino que ni pintado. A pesar del título, este texto no va tanto de ser gato como de la ilusión por ser alguna otra cosa. Escrito a modo de breves poesías líricas, ilustradas con unos collages muy interesantes, al leerlo uno parece verse empujado a huir, aunque sea una huida imposible, por ser un eterno retorno al principio. Yo también querría ser gato y vivir el momento, ser uno con el paisaje que observo detrás de la ventana. Pero me tengo que conformar con ser yo, para bien o para mal.

7. “Pureza”, de Jonathan Franzen. En mi lista de pendientes estaba esta novela de Franzen publicada en 2015, y aprovechando que este año ha sacado tocho nuevo, me decidí a leerlo. Como en todas las novelas de Franzen, hay una pluralidad de protagonistas, pero todos ellos orbitan en torno a la historia de Purity, una chica en su veintena que se encuentra algo perdida. En su camino a descubrir la identidad de su padre, pasará por un piso compartido con gente peculiar, un viaje a Bolivia para trabajar con Andreas, un famoso informante al estilo Snowden, y volverá a Estados Unidos para trabajar como periodista de investigación, donde por fin sabrá quién es su padre. Como me ha pasado con otros libros del autor, he estado muy enganchada a la historia, incluso la individual de algún personaje que al principio no me atraía tanto ha acabado gustándome. En este libro Franzen vuelve a demostrar su maestría hilando historias, incluso con saltos temporales, y aunque me parece que se está suavizando con los años, sigue presentando una visión algo turbia de Estados Unidos en particular y del ser humano en general. Una lectura muy recomendable.

la vida contada por un sapiens a un neandertal-juan jose millas-juan luis arsuaga-97884204396558. “La vida contada por un sapiens a un neandertal”, de Juan José Millás y Juan Luis Arsuaga. Este libro es un ensayo dividido en capítulos, uno por cada encuentro que han tenido desde que se conocieron Millás y Arsuaga. Su relación empieza con el fin de escribir este libro, poniendo Arsuaga su conocimiento sobre nuestros antecesores y Millás haciendo las veces de transcriptor o, en cierto modo, traductor de lo que le enseña el antropólogo, incluyendo sus propias reflexiones al respecto. Desde cómo influye el cambio de alimentación en los cambios de la fisionomía, pasando por el arte rupestre, el tamaño del cerebro o la domesticación del ser humano, el libro sirve como presentación básica, apta para cualquier tipo de lector, a los estudios sobre la evolución humana, además de sernos de gran ayuda para entendernos un poco más. En definitiva, se trata de un ensayo ameno y simpático, en el que logramos empatizar con el punto de vista neandertal de Millás y deslumbrarnos junto a él con la sapiencia de Arsuaga.

9. “La viña de uvas negras”, de Livia de Stefani. Libro de la editorial Altamarea, que además de tener ediciones chulísimas, publican a autoras italianas que tengo pendiente descubrir. Este es el caso de Livia de Stefani, autora siciliana de mediados del XX. El libro relata la historia de un agricultor venido a más gracias a la mafia siciliana. Sus andanzas comenzarán en Cinisi, donde vivirá con una prostituta a la que no querrá esposar por su condición, pero a la que hará 6 hijos para demostrar su hombría. Eso sí, al no estar casados y para no dar que hablar, se los entregará a distintas familias para que cuiden de ellos. Pasados los años, y una vez se ha hecho un nombre, Casimiro volverá a su aldea natal, donde tiene su viña de uvas negras, y lo hará llevándose a sus hijos a pesar de su reticencia. Si bien me ha sorprendido gratamente cómo está escrito el libro (con descripciones muy reales y transmitiendo esa aridez del entorno), no he acabado de entender qué quería contar la autora. Por supuesto transmite lo opresivo de ese ambiente y la omnipotencia del padre de familia frente al resto, pero me parece que está algo mal estructurado.

10. “Golpéate el corazón”, de Amélie Nothomb. Con esta autora me pasa que he disfrutado mucho con algunas de sus obras pero otras me han dejado más bien indiferente, quizás por cansancio al ver semejanzas entre sus obras y cierto aire pedante. Quise darle otra oportunidad y de nuevo me he visto sumergida en una escritura ágil y directa que me enganchó como en el pasado, aunque atrayéndome algo menos en cuanto a lo narrado. En esta ocasión la novela está protagonizada por Diane, una hija no querida debido a la envidia que siente su madre por quitarle protagonismo. La cuestión es que después tendrá más hermanos y la protagonista verá cómo su madre sí les quiere, lo que crea en ella un profundo trastorno. Con tal solo 9 años decide irse a vivir con sus abuelos y alejarse lo más posible de su familia. Posteriormente estudiará cardiología, donde tomará como mentora a una profesora a la que idolatrará, quizás intentando cubrir ese vacío que su madre no llenó, pero no podrá continuar huyendo de sus demonios por siempre…Una novela sobre relaciones tóxicas entre mujeres, que no es de las mejores de la autora pero que consigue enganchar al lector.

11. “La vida ante sí”, de Romain Gary. Préstamo de mi compañera de foto Guadalupe, que me lo recomendó por ser uno de los libros que más le había impactado de los últimos años. El libro relata la historia de Momo, un niño árabe que vive en un barrio de Paris bajo la tutela de Rosa, una señora judía que huyó de la Alemania nazi y tuvo que vivir de la prostitución hasta que fue ya muy mayor para dedicarse al oficio. Desde entonces se dedica a cuidar a los hijos de otras prostitutas, que le dan algo de dinero para que se haga cargo de ellos. En su día a día, Momo tendrá que buscarse la vida, haciéndose invitar a comer por prostitutas o policías, colándose en el cine o robando ropa que no es de su talla en cualquier tienda. A su alrededor orbitan otros personajes, como el médico en cuya consulta le gusta estar porque le tranquiliza pensar que alguien se preocupa por él, el vendedor de alfombras que le enseña a amar la lectura y que se está quedando ciego, o Lola la travesti que les cuida cuando Rosa enferma. Aunque el libro trate temas muy duros y vidas muy complicadas, como la visión que tenemos de ellos es a través de los ojos de Momo son algo más sobre llevables, resultando incluso divertidas por cómo lo cuenta él. Muy recomendable.

12. “Primera persona del singular”, de Haruki Murakami. Lectura para el club de Fe de erratas. Desde siempre he sido muy fan de Murakami, me gustan su estilo melancólico y algo onírico, pero sus últimas obras me han convencido menos, y este conjunto de relatos ha terminado por confirmármelo. Que al ser historias cortas alguna se ha salvado, pero hay dos o tres en las que predomina un tufillo a señoro fino fino, jeje. Quitando esos relatos concretos, sí que he encontrado también al Murakami que me gusta en otros, como el del chaval que se encuentra con un anciano en un parque que le habla de los círculos concéntricos que conforman todo o el del viejo hostal en el que trabaja un mono haciendo el mantenimiento. Así que tras leer este nuevo volumen me queda una sensación agridulce, porque por un lado sí que he encontrado a “mi Murakami”, pero por otro me he descubierto cabreándome por el papel instrumental de la mujer en sus relatos, el cual, por cierto, no es nuevo en su obra.

13. “Pueblo”, de Javier Ros. Lectura recomendada por el bibliotecario de las Mediateca Miguel Delibes de Alcobendas. Como reza su propio título, la historia está ambientada en un pueblo que podría ser cualquiera de la geografía española (bueno, cualquiera en el que aún queden suficientes habitantes como para tener una biblioteca y un instituto con unos pocos alumnos), con su aumento estival de habitantes, tardes tórridas de comer pipas a la sombra de los árboles del paseo y verbena para las fiestas de agosto. Los protagonistas son un grupo de chavales que esperan la llegada del verano por el cambio de aires con la llegada de los amigos que vuelven, aunque realmente no cambie nada, puesto que el poso de tristeza y violencia en el que habitan permanece incólume. Un acontecimiento inesperado desencadenará varios hechos que harán el verano que relata el libro inigualable: sesiones de ouija y conversaciones con los espíritus, incriminación y abuso de poder, descubrimiento de los túneles subterráneos que recorren toda la ciudad, etc., para llegar de nuevo al fin del verano con el cierre de las fiestas. Me ha resultado una lectura ágil, con muchos elementos reconocibles de mi infancia/adolescencia (aun no teniendo pueblo).

14. “Idéntico al ser humano”, de Kobo Abe. Último libro del ciclo “Raros” del Club de lectura de la biblioteca de Fundación Japón y primero que leo de este autor, al que ya le tenía ganas por tratarse de un exponente de literatura “extraña”. En este libro Abe nos presenta la historia de un periodista que tiene un programa de radio de relativo éxito en el que se comunica con un supuesto marciano. En el momento en el que un cohete es enviado a Marte, nuestro protagonista teme por su futuro laboral, puesto que no podría mantener diálogos ficticios en caso de existir verdaderos marcianos. Mientras vive esta crisis, un supuesto fan le visita en su domicilio, haciéndose pasar por un verdadero marciano que ha adoptado forma humana (de ahí el título del libro). Precedido por una llamada de la mujer de dicho individuo avisando de que se trata de un loco con delirios que se vuelve violento si no se le sigue el rollo, nuestro protagonista se verá inmerso en una asfixiante situación: la de no poder llevar la contraria a su visitante, sin que parezca que le da la razón porque sí. Pero el supuesto marciano no aparenta ser ningún loco, defiende su postura con serenidad y consigue desmontar todas las objeciones del protagonista. El lector, al igual que el protagonista, se ve inmerso en una confusión lógica en la es imposible saber qué es realidad y qué es ficción, lo cual la convirtió en una lectura sorprendente. Al mismo tiempo me ha parecido un libro agobiante, con su ritmo reiterativo el autor consigue que te sientas tan encerrado como el protagonista, sin visos de poder escapar de una situación en la que nada parece real. 

Fátima (Teatro) : Álvarez Gómez, Hugo: Amazon.es: Libros15. “Fátima”, de Hugo Álvarez Gómez. Segunda obra de la Colección “Teatro” del autor (pero que no es la segunda que escribió si seguimos el orden temporal). Esta es una de mis obras preferidas, en su día tuve la suerte de ver el montaje y me pareció que estaba genial, con unas actuaciones estupendas de El dilema teatro y un guion brutal. La obra comienza con el personaje de la hermana Claridad contando el milagro del que fue testigo en un programa de televisión. Cuando era pequeña vivía junto a sus primos y otros niños en una zona muy pobre, donde tenían que trabajar picando piedra o vendiendo flores para sobrevivir. Un día una pareja de italianos se interesa por sus primos y muestra intenciones de adoptarlos, pero casualmente, antes de que se vayan, Tima (así se llamaba la hermana Claridad antes de ser monja) tiene una visión, y en ella Él les pide que se queden y sacrifiquen sus vidas por su obra como ejemplo de virtud. En ese momento los tres niños dedican su existencia a predicar la obra del Señor, hasta el día en que le son confesados tres acontecimientos…De vuelta al plató, la presentadora pondrá en duda toda la historia de la hermana Claridad, puesto que cuenta con documentos que demuestran ciertas incongruencias en la historia. Pero, ¿hay algo de realidad en este supuesto milagro o es tan solo la historia de una niña que no quería quedarse sola? La lectura de Fátima me ha resultado muy amena y atrayente, incluso habiendo visto la obra (me acordaba de ciertas cosas) no podía parar de leer porque quería saber cómo iba a evolucionar la historia. ¡Muy recomendable!259 SALTOS, UNO INMORTAL | Traficantes de Sueños

16. “259 saltos, uno inmortal”, de Alicia Kozameh. Tenía muchas ganas de leer este libro porque es el primero que publica Barbarie editora, proyecto de mi amiga Sonia. Este libro relata la experiencia del exilio de la autora, que se vio obligada a irse de su Argentina natal por su condición de “enemiga de la dictadura”, pero no es exactamente una autobiografía, tampoco ficción, poesía o ensayo. A modo de género híbrido, la autora estructura el texto en saltos, que son algo así como ideas o reflexiones que pueden ocupar desde una palabra hasta varias páginas. Y, dando saltos, avanzamos en sus vivencias y reflexiones durante el tiempo que estuvo exiliada en Los Ángeles, desde la pérdida de raíces o la dificultad de manejarse sin saber el idioma, pasando por sus impresiones acerca de la vida estadounidense, el encuentro con personas que se intentan aprovechar de su situación, o las que sienten piedad y quieren ayudarla. Huyendo del pasado y viéndose obligada a construir un presente no elegido, la protagonista tendrá que asumir que sus posibilidades laborales se ven reducidas a hacer de asistenta o cuidar niños, y esto, junto al continuo recuerdo de lo que dejó, sus vivencias en la cárcel argentina, la sensación de que ya nada es como era porque ella misma es una persona diferente, etc. convierte su existencia en un “no-yo”, una especie de sombra de lo que se fue. Para terminar diré que esta es una lectura a la que posiblemente no hubiera llegado si no fuese por estar publicado en Barbarie editora, pero me alegro de que así haya sido. Porque aunque ha habido algunos saltos que no he entendido, también he encontrado otros que me han transmitido muchas cosas. Sin lugar a dudas, es una lectura con enjundia 😉

17. “Mamut”, de Eva Baltasar. Último libro del tríptico de la autora tras “Permafrost” y “Boulder”, obras que leí en su momento y que me llamaron la atención sobre todo por el lenguaje poético que utiliza y por el protagonismo de mujeres «incómodas», diferentes en cuanto a su modo de pensar y vivir. En este libro la protagonista es una estudiante de Sociología que quiere ser madre soltera. Tras sopesar sus escasas opciones laborales cuando se termina su beca en la universidad, decide cambiar de vida e irse desde Barcelona a vivir a un pueblo perdido de la mano de Dios. Logra encontrar un alojamiento austero y aislado a un precio económico, y trata de ganarse la vida trabajando los fines de semana en el bar del pueblo y limpiando la casa del pastor. La protagonista es una persona peculiar, amante de la soledad y las relaciones distantes que favorecen los silencios que simplemente busca su lugar en el mundo. Y, sin que parezca que le pasen muchas cosas, sí que avanza en esa búsqueda, lo cual se intuye por su adaptación a los ritmos de la naturaleza y su capacidad para vivir con lo mínimo, aceptando incluso las pulgas y el olor a estiércol que lo impregna todo. Al igual que me pasó con los anteriores libros de la autora, prácticamente me lo he bebido, en dos sentadas me lo he terminado, y posiblemente sea el que más me ha gustado de los tres. Como única pega diría que me parece que el personaje de la primera parte del libro no tiene mucho que ver con el de la segunda.

18. “Consecuencias naturales”, de Elia Baceló. Préstamo de mi amiga Miriam, se trata de uno de los clásicos de la ciencia ficción española. La premisa con la que empieza el libro no podría ser mejor: una estación espacial humana va a recibir la visita de una nave, y Nico Andrade quiere ser el primer humano en acostarse con una alienígena. Suerte la suya el que los Xhroll tengan una apariencia bastante similar a la humana, y a su favor juega que sean seres que no se andan con rodeos. Pero resulta que en ese intercambio sexual quién queda embarazado es él y no ella. Tras el shock inicial para el grupo humano, llega el momento de tomar decisiones políticas. Así, Nico deberá viajar al planeta Xhroll junto a una acompañante humana, Charlie, hasta que dé a luz a la criatura. En este viaje Charlie tiene la misión de ampliar los conocimientos sobre la otra especie y su planeta, sobre todo gracias a la ayuda de la extraterrestre que implantó la criatura, mientras que Nico seguirá lamentando su suerte y experimentando los síntomas característicos de un embarazo. Las cordiales relaciones se truncarán en un determinado momento, poniéndose sobre la mesa las verdaderas intenciones de los Xhroll con respecto a los humanos. Si bien la premisa inicial me pareció brutal, el desarrollo de la historia pierde un poco de interés, aunque ahonda en profundidad en cuanto a los debates sobre feminismo e igualdad patentes en el libro y lo hace desde un tono humorístico muy acertado.

19. “Las gratitudes”, de Delphine de Vigan. Libro escrito a tres voces: la de Michka Seld, una anciana a la que acaban de diagnosticar afasia y que se ve obligada a ir a vivir a una residencia, la de Marie, una especie de ahijada de Michka, y la de Jérôme, el logopeda de la residencia. A lo largo de este breve pero intenso libro, iremos conociendo a estos tres personajes, pero muy especialmente a Michka, que es el elemento central del relato y a quién llegamos a coger más cariño. Mientras van pasando las páginas, se hace patente la evolución de su enfermedad, a la que temeremos como ella porque todo se vuelva difuso al no poder ponerle nombre. El título hace referencia a la gratitud que siente Michka por aquella pareja que le acogió durante el auge del nazismo y a la que debe su vida, pero también la que siente Marie por la ayuda que Michka le ha brindado a lo largo de los años, o la de Jérôme también por Michka al devolverle la sensación de importarle a alguien. La lectura me ha resultado muy sencilla a pesar de la temática, y creo que ha sido porque está muy bien escrito, además de ser un texto ágil por estar contado a través de tres voces. 

En la casa de los sueños: 1049 (Panorama de narrativas) : Machado, Carmen Maria, Salas Rodríguez, Laura: Amazon.es: Libros20. “En la casa de los sueños”, de Carmen María Machado. Otra lectura recomendada por Miriam, que suele acertar con sus propuestas (como ha sido el caso). En este libro, a modo testimonial, la autora nos cuenta la relación tóxica que mantuvo con su primera novia. Como si fuera un cuento clásico, el principio no podría ser más idílico, inundado por un profundo enamoramiento que ciega esos primeros indicios de que algo no está bien. Hay incluso una casa de los sueños, una pequeña cabaña de estructura circular en la que imaginarán un futuro juntas, pero que terminará siendo un escenario de pesadilla. Como si de su propio Barbazul se tratara, aquella novia no deja de apilar cadáveres (metafóricos) a su alrededor, pero la escritora no sabe cómo escapar de aquello, pues el miedo ha inundado todo su ser. Además de la potencia del relato en sí, lo que hace muy especial a este libro es que parezca un género híbrido, entre ficción y ensayo, incluyendo referencias a otros textos o canciones sobre el maltrato, y también reflexiones sobre las relaciones de abuso en parejas queer, para muchos inimaginables. De hecho la autora habla en cierto momento de cómo se resta importancia a lo que siente, por el hecho de ser mujer y porque su historia no puede ser verdad, o puede ser que tan solo esté exagerando, ya que aceptarlo supondría que en las relaciones lésbicas se reproducen situaciones similares a las de las parejas heterosexuales. Además del propio título, hay otras tantas referencias a cuentos clásicos y múltiples notas al pie que redirigen a un índice de motivos y elementos existentes en los cuentos, encontrándose muchas de las vivencias de la autora dentro de ese listado. En resumen, hacía tiempo que no me enganchaba tanto a una lectura, así que no puedo hacer otra cosa que recomendarlo…bueno, y buscar más obras de la autora que leer, claro 🙂

21. “¿Se puede separar la obra del autor?”, de Gisèle Sapiro. Lectura para el club Fe de erratas, este ensayo trata sobre el binomio obra/autoría y el debate sobre si se pueden separar la una de la otra o si bien son indivisibles, haciéndose preguntas genéricas como si es legítimo proyectar sobre la obra los comportamientos censurables o las aberraciones ideológicas de un creador, y también otras más concretas y personalizadas como si tendría que haberse retirado el Premio Nobel a Peter Handke por la posición que adoptó en la guerra de Yugoslavia o si merecía Polanski el reconocimiento del cine francés a pesar de las acusaciones de abuso sexual. Para tratar estos temas, la autora divide el libro en dos partes: en la primera analiza a nivel teórico la relación obra/autor, semejanzas entre lo narrado y la vida de los autores y el conocimiento sobre la intencionalidad de la obra, y en la segunda analiza casos concretos de autores escandalosos. El problema de este ensayo es que no se moja nada. Es decir, te plantea una serie de preguntas que no llega a contestar, tan solo recopila lo sucedido en los distintos casos prácticos. A pesar de que los ensayos suelen gustarme, he de reconocer que este me ha costado muchísimo, no sé si es porque no era momento de adentrarme en estos vericuetos o si bien es que el modo de desarrollar las ideas no ha terminado de convencerme, pero sin duda es una lectura que ha pasado por mí sin pena ni gloria.

La mujer de la arena (Siruela/Bolsillo) : Abe, Kôbô, Sakai, Kazuya: Amazon.es: Libros22. “La mujer de arena”, de Kobo Abe. Como “Idéntico al ser humano” me pareció muy interesante, me apeteció probar con otra de las obras del autor. El libro comienza con una desaparición, la del protagonista, un hombre de mediana edad cuya afición son los insectos, y por ese motivo viaja a una zona de playa de Japón, en cuyas dunas cree que encontrará un tipo de escarabajo. Cuando llega a ese lugar no encuentra lo que busca, solo un clima asfixiante y muchísima arena. Al perder el autobús de vuelta tiene que quedarse allí a pasar la noche, y los aldeanos le llevan a casa de una mujer viuda para que le aloje. En ese momento empieza la pesadilla. El protagonista se da cuenta de que aquella gente vive sometida a la arena, que se cuela por cualquier resquicio dentro de las casas, y es por ello que tienen que quitar cubos y cubos de arena cada noche. A la mañana siguiente el protagonista descubrirá que la escalera por la que había accedido a aquella casa ya no está, y las dunas le impiden escapar de aquella prisión de arena y la mujer que habita en ella. El estado de ánimo del protagonista pasará de la rebeldía a la desesperación, planificará diversas estrategias para intentar escapar de allí, hasta llegar a un punto en el que su rutina se convierta en normalidad. La lectura ha sido de lo más atrayente, no podía parar de leer porque quería saber cómo iba a evolucionar la historia, y, al mismo tiempo, sentía un agobio creciente por la situación, incluso hasta el punto de llegar a sentir en mi boca la omnipresente arena. Muy recomendable.

23. “La mujer helada”, de Annie Ernaux. Como me suele pasar habitualmente, fui a devolver libros a la biblioteca y me acabé llevando este aunque no quería coger nada…Ha sido una lectura curiosa, que me ha sorprendido por el modo de narración, porque son como unas memorias escritas de corrido vistas desde la perspectiva adulta. Un compendio de recuerdos de vida, de cómo eran los padres de la protagonista y su vida con ellos, la poca claridad de roles hombre/mujer que tuvo en casa, sus aspiraciones de futuro frente a la realidad de sus compañeras de clase y sus madres. Después llega la adolescencia, con su desinterés característico por los estudios pero interés creciente por los hombres, aleccionamiento en el instituto para que lleguen a convertirse en buenas esposas y madres, cierta rebeldía frente a lo establecido. Conoce a un chico que parece compartir ese pensamiento de igualdad, pero cuando decide compartir su vida con él se da cuenta de que realmente no existe el reparto de tareas, que se asumen suyas por el simple hecho de ser mujer; a un lado quedan olvidadas su tesina y su oposición a maestra, mientras la carrera profesional de su marido sigue en ascenso: “eso es lo importante”, es el mensaje que le transmite la sociedad. Así, la protagonista se ve inmersa en la que pensaba sería su peor pesadilla, aislada como esposa y madre que ha perdido su apellido, sus aspiraciones y la esperanza en conseguir mantener una relación igualitaria. El estoque final llega con el nacimiento del hijo, cuyo cuidado empieza compartiendo, pero que rápidamente pasará a ser tarea exclusiva de ella. Me ha resultado muy duro ver la evolución de la obra y de la protagonista, esa sensación de vida que se te escapa de las manos, de confrontar tus aspiraciones con la realidad es desoladora.

24. “Corazón de Ulises”, de Javier Reverte. Tenía en mi estantería desde hacía años este volumen esperando un posible viaje a Grecia que por fin llegó este mes de mayo. Cuando viajo me suele gustar acercarme al país también literariamente, bien a través de algún libro de viajes, o sino con alguna novela de algún escritor local ambientada allí. En este caso le tocó el turno a Javier Reverte, cuyas crónicas de viaje había leído anteriormente en alguna ocasión. Grecia parece ser uno de sus países predilectos, y hace treinta años realizó este viaje siguiendo los pasos de grandes pensadores y héroes mitológicos o literarios. Así viajó a Ítaca siguiendo a Ulises, a Alejandría (en Egipto) siguiendo a Alejandro Magno, a la isla de Rodas donde una vez estuvo una de las maravillas del mundo antiguo, el Coloso, o incluso hasta la costa turca, donde se encuentran los restos de la antigua Troya (entre otros muchos sitios). En sus viajes, que son de trabajo pero también vitales, se cruzará con viajeros y locales con los que compartirá experiencias que enriquecen su relato. Los párrafos dedicados a su propio viaje se entremezclan con los de documentación histórica o literaria y sus propias reflexiones al respecto, lo cual hace que el texto resulte muy ameno a pesar de su extensión. En este sentido, su prosa facilita el visualizarse en los lugares que describe y experimentar sensaciones parecidas a las suyas, sobre todo en un viaje como este, del que tenemos muchísimos referentes en nuestra Historia y nuestra Cultura occidental. Realmente ha sido una lectura ideal para mi viaje, aunque sí tiene una pega, y es que se nota que el autor es “de otra época” y algunos de sus comentarios, sobre todo los referentes a mujeres, son un poco rancietes.

25. “Lugar seguro”, de Isaac Rosa. En La noche de los libros de este año asistí a una conferencia sobre “Utopías y distopías de ciudad” en la que estuvieron Isaac Rosa, Lara Moreno y Sergio C. Fanjul. Fue una charla muy interesante en la que se habló sobre el uso de la distopía actualmente como género catastrofista, mientras que la utopía ha quedado relegada como género no de lo deseable, sino de lo imposible. Aprovechando el evento, me hice con este libro. El protagonista de la novela, Segismundo García Segundo, es un emprendedor de poca monta que se intenta ganar la vida vendiendo “lugares seguros” (cajas herméticas construidas en trasteros, habitaciones o plazas de garaje) a la gente aprovechando esa actitud que parece cada vez más generalizada de miedo al desastre o al vecino. El caso es que, aunque su negocio parece tener éxito, no le dan crédito en el banco, cree él porque su padre está en la cárcel por haber estafado con la cadena de clínicas dentales que montó, o también podría ser porque el banquero es casualmente un botijero, que es como se llama en la novela a aquellos que aún creen en la salvación de la humanidad volviendo a la vida sencilla y en comunidad. La novela narra un solo día en la vida de Segismundo, ¡pero qué día más largo! Empieza haciendo visitas de trabajo, continúa yendo al instituto de su hijo porque se ha metido en un lío, después le toca buscar a su padre demente que se ha fugado de casa…y, en este trayecto, irá recorriendo no solo distintos rincones de la ciudad (a cada cual peor), sino también sus propios recuerdos y los de su padre. Me ha parecido muy original el estilo con que se narra, por un lado porque está escrita a modo de monólogo del protagonista hacia su padre y es como un fluir de pensamiento en el que se van enlazando ideas y recuerdos, y por otro por el tono que utiliza, que es cómico a pesar de sus vivencias y de la situación que está describiendo, lo cual le da un aire tragicómico muy interesante.

Herbario y antología botánica by Emily Dickinson26. “Herbario & antología botánica”, de Emily Dickinson. Libro regalo de Claudia, que suele sorprenderme con sus presentes literarios ☺️ Además me hizo especial gracia porque Sonia y Olga me regalaron el año pasado una reproducción de una de las páginas de este herbario. Esta preciosa edición recopila una selección de poemas de la autora, traducidos y en su versión original, y además incluye la impresión en alta calidad de varias páginas del herbario de la autora, con sus anotaciones manuscritas y todo, una auténtica pasada. Las poesías incluidas describen el paso de las estaciones, la floración, el trabajo de los insectos, las emociones que transmiten determinadas plantas, etc., y en su mayoría son muy sensoriales, te parece poder oler o sentir lo mismo que sintió Dickinson en el momento de escribirlos. Si bien no soy una experta en poesía, he disfrutado mucho con esta recopilación, porque además la he leído en la primavera, que es la estación perfecta para percibir todos los cambios que describe la autora en sus poemas.

27. “El amor de un idiota”, de Junichiro Tanizaki. Primer libro del ciclo “Amor” del Club de lectura de Fundación Japón, muy bien elegido porque no se trata de una historia de amor al uso. El protagonista es un salaryman que lleva una vida recta en Tokio. A sus 28 años aún no tiene pareja porque no concibe la idea de un matrimonio convencional, así que cuando conoce a Naomi, una joven de 15 años con rasgos occidentales, no puede evitar sentirse atraído por ella. Se propone convertirla en una haikara (una mujer moderna de actitud occidental) digna de ser su esposa. Con el tiempo la relación empieza a desequilibrarse porque Naomi se da cuenta del poder que tiene sobre él, y hace que prácticamente se arruine tratando de mantener como sea su atención. La novela está narrada en primera persona, como si fuera una confesión de Joji explicando lo que ha sido su vida con ella, parece que buscando la compasión del lector. Joji contempla a Naomi como su proyecto, ignorando lo que ella pueda querer o su personalidad, de modo que no extraña nada que la situación le acabe estallando en la cara. Vamos, que Joji no deja de ser una víctima de sí mismo.

28. “Cartas a mi padre”, de Joyce Brandon. Durante el confinamiento aproveché para hacer limpia de mi biblioteca personal, desempolvando libros que no recordaba haber leído para dejarlos en un estante diferente y asegurarme de si quiero o no que formen parte de mi colección. Por fin le tocó el turno a este, un conjunto de cartas que la autora envió a su padre cuando tenía 18 años, al comienzo de la etapa universitaria, siendo también el primer año que vive fuera de casa de su madre (sus padres están divorciados). En las cartas se tratan temas de lo más variopintos, desde porqué ha elegido la carrera de Antropología o porqué los adultos no han cumplido sus sueños hasta su opinión sobre la relación de sus padres, los miedos e inquietudes de las chicas de su edad o los sueños de futuro. Aunque posiblemente la parte más interesante de este libro sea el poder entender de primera mano cómo pensaba y sentía una joven en aquel momento, creo que es una lástima que no se incluyeran también las cartas de respuesta de su padre, a las cual se hace mención en algunos momentos y de las que podemos intuir su contenido, pero creo que habría dado un punto más al conjunto.

Un sonido atronador (ILUSTRADOS) : Bradbury, Ray, Elena Ferrándiz, Colectivo Ray Bradbury CdL: Amazon.es: Libros29. “Un sonido atronador”, de Ray Bradbury. Relato corto que nos sitúa en el año 2055, en el que existen empresas como Time Safari que se encargan de organizar viajes al pasado para cazar animales ya extintos, como el mismísimo Tyrannosaurus Rex. El sistema es muy estricto: los viajeros en el tiempo no pueden salirse del Camino, una plataforma creada por la empresa que trata de no modificar el entorno, y tan solo podrán matar a los animales que los guías les indiquen, y que están previamente marcados con pintura roja. Cualquier cambio podría provocar modificaciones a futuro de esa y muchas otras especies, ya sean plantas o animales. El protagonista es un poco el típico listillo que pone en duda todo lo que les cuenta el guía. Su chulería le dura hasta que ve al Rex, y el impacto es tal que se ve incapaz de disparar su arma. Este incidente será determinante, puesto que la impresión le hace salirse del Camino y el resto de viajeros están a punto de morir por su culpa. Y, de vuelta al 2055, se darán cuenta de que su viaje ha provocado cambios…Bradbury consigue con este relato adelantarse a las investigaciones de su tiempo (¡lo escribió en 1951!) y plantear cuestiones de gran relevancia incluso a día de hoy, por lo que me parece una lectura más que recomendable.

30. “El libro del día del juicio final”, de Connie Willis. Una de mis asignaturas pendientes desde hacía tiempo era leer algo de esta autora, otra de las grandes maestras de la ciencia ficción. Nos situamos en 2054, año en el que la universidad cuenta con una máquina que permite viajar en el tiempo para que los historiadores puedan conocer de primera mano la vida en las épocas que estudian. Este es el caso de la joven Kivrin, que viaja a 1320 para estudiar la época medieval, pero cuando acaba de teletransportarse, el encargado de manejar la máquina no para de decir que algo está mal, aunque tiene fiebre alta y delira, porque resulta ser el primero de muchos afectado por una extraña enfermedad (Willis escribió este libro en 1992, pero supo recrear con bastante exactitud los hechos que vivimos el pasado 2020 en plena pandemia). Mientras su tutor trata de averiguar cuál ha sido el problema, Kivrin llegará enferma a la Edad Media. Narrada a dos tiempos, la historia del presente pandémico y el pasado medieval se va entremezclando para, poco a poco, ir desvelando las incógnitas de ambos tiempos: cómo se originó la pandemia, qué problema hubo con el viaje al pasado, etc. Me ha parecido una historia muy original, que aprovecha la narrativa de viajes en el tiempo para afrontar una situación más humanista y realista de lo que suele ser habitual. Totalmente recomendable.

El libro del día del juicio final eBook : Willis, Connie, Marín Trechera, Rafael: Amazon.es: Tienda Kindle31. “La celda de Próspero. Recuerdos de la isla de Corfú”, de Lawrence Durrell. En este libro Larry recopila las anotaciones y reflexiones que hace sobre la isla, sus habitantes y sus tradiciones, tomadas entre los años 1937 y 1938, año en el que tuvo que huir a Alejandría por la caída de Grecia en la IIª Guerra Mundial. Irá a Corfú con su mujer a reunirse con su familia, lugar donde encontrarán un clima más propicio para la vida que el de la Inglaterra que les vio crecer. Y la verdad es que son unos bon vivant de manual: que si vida disoluta de levantarse tarde y pasar las horas al lado del mar comiendo delicias griegas, que si fiestas con los amigos y picnics nocturnos, que si ahora me apetece dedicarme un rato a escribir…Si bien esperaba encontrarme con un libro algo diferente, más parecido a lo que relataba su hermano en sus libros (me refiero a Gerald Durrell, con la serie de “Mi familia y otros animales”), me ha confirmado la opinión que tenía de Lawrence, y es que es un poco pedante y marisabidillo. Lo cual en realidad podría ser el aire de los viajeros pudientes de aquellos años, pero a día de hoy chirría un poco (sobre todo pensando que lo empezó a escribir teniendo 25 años). Eso sí, como he estado recientemente en la isla me ha gustado conocer las referencias a determinados sitios o hechos, y sí que me han parecido muy apropiadas muchas de sus apreciaciones sobre la belleza natural y arquitectónica de la isla.

32. “Autoficción para el fin de la especie”, de Begoña Méndez. Conocí a esta autora el año pasado cuando leí “El matrimonio anarquista”, y como disfruté mucho de la lectura, no dudé en apuntarme junto a mi amiga Sonia al club de lectura online organizado por las librerías 80 mundos y Agente Secreto. Se trata de un ensayo poético, que reflexiona de un modo algo crudo sobre diversas cuestiones relativas a la mujer, la feminidad, la identidad o el propio cuerpo. Para tratar estos temas, que aparentemente pueden ser cuestiones conceptuales pero que en realidad en este libro se descubren como entes palpables y con forma, la autora habla a través de las voces de otras mujeres, pero no utilizando las palabras de aquellas, sino mimetizándose con su ser, asumiendo su corporeidad y su espíritu y hablando como si lo hicieran ellas sobre los temas que quiere tratar. Así se pone en la piel de Hari (personaje de Solaris), la mujer de Lot, o las protagonistas de las películas “Under the skin” o “Thelma”, y en ese ejercicio radica esa idea de “autoficción” a la que hace referencia el título del libro. Además de lo anterior, también se pone en su propia piel y reflexiona sobre vivencias en primera persona, positivas y negativas, pero que en cualquier caso le ayudan a reflexionar sobre la intrusión y la apropiación del otro. Me pareció una lectura compleja pero interesante.

33. “Tsugumi”, de Banana Yoshimoto. Como esta autora me gusta bastante, trato de leer algo suyo cada cierto tiempo. Esta novela nos cuenta la historia de María, una joven que vive temporalmente en una pensión de su familia en un pueblo costero junto a su madre, su tía y sus dos primas (Tsugumi y Yoko). Su estancia allí es temporal porque su madre es la amante de su padre, y hasta que no consiga arreglar los papeles del divorcio no pueden irse a Tokio a vivir los tres juntos. De este modo, la adolescencia de María transcurre tranquila en un lugar donde el tiempo parece estar detenido. A través del personaje de María iremos descubriendo quién es Tsugumi, su compleja personalidad y carácter fuerte a pesar de su carácter enfermizo. Son múltiples las anécdotas que comparten y que, en su conjunto, conformarán eso que en japonés se conoce como natsukashii, la nostalgia de algo que te hace feliz. Sin ser una historia novedosa con respecto a otras de sus libros, en esta novela Yoshimoto consigue de algún modo transmitirnos esos recuerdos del pasado que todos tenemos, los largos días de verano y las pequeñas anécdotas que constituyen en buena parte quiénes somos. Y es que ahí radica la gracia de la autora, que siempre consigue despertar cierta sensación de recuerdo o nostalgia en el lector.

Silencio administrativo - Mesa, Sara - 978-84-339-1627-3 - Editorial Anagrama34. “Silencio administrativo. La pobreza del laberinto burocrático”, de Sara Mesa. Préstamo de la biblioteca de mi amiga Ana que tenía en lista desde hacía tiempo porque me gusta mucho la autora (aunque aquí en un género totalmente diferente a lo que conocía de ella).En este ensayo Sara Mesa nos traslada un caso real de un grupo de personas que intentaron ayudar a una sin techo con problemas de visión y enferma a recibir ayuda del Estado, y las dificultades con las que se toparon durante todo el proceso. El caso concreto sucedió en Sevilla, pero sin duda podría haber pasado en cualquier otra provincia del Estado español. El primer problema con el que se encuentran es que para solicitar una ayuda necesitas estar empadronado en algún sitio, pero, si no tienes dónde vivir, ¿cómo podrías estar empadronado? Para encontrar la excepción a esta cláusula hay que leerse la ley de pé a pá y entenderla (cuestión que si ya de por sí es ardua para el ciudadano medio, se convierte en un imposible para personas prácticamente sin estudios ni apoyos de ningún tipo), y aún así irán encontrándose con problemas a cada paso que dan. Cada nueva traba implica retrasos en el proceso de tres o cuatro meses, plazos habituales en la Administración pública a los que poco les importa que la vida de una sin techo peligre por lo precario de su estado de salud y la escasa seguridad de su modo de vida. Me ha parecido una lectura totalmente necesaria porque te asombra al mismo tiempo que te horripila, te entristece y te enfada.

35. “Carcoma”, de Layla Martínez. Lectura muy recomendada por Ángel, Sonia y Miriam. El odio es uno de esos sentimientos con raíces profundas que se agarran bien dentro de uno y es casi imposible erradicarlo. Al odio lleva la ira (como diría Yoda, jeje), pero también la envidia, los celos o el rencor, y todos estos elementos parecen ser los cimientos de la casa en la que habitan las tres generaciones de mujeres protagonistas de esta novela junto a todos los fantasmas de su vida. Ambientada en un pueblo donde todos se conocen, la familia protagonista es temida por todos por su fama de brujas que echan el mal de ojo a cualquiera que se cruce en su camino. Ellas, de matrimonios efímeros, subsisten gracias a los «atados» que hacen por encargo para las vecinas, pero también sirven en casa de los señoritos del pueblo, que las desprecian y por ello gustan de tenerlas trabajando en su casa. Entre el relato largo y la novela corta, este libro ahonda en uno como la carcoma, te incita a querer continuar y planta en ti las semillas del miedo y el odio. Muy recomendable.

36.  “Tokyo Vice”, de Jake Adelstein. Ya tenía echado el ojo a este libro antes de ver la serie de HBO basada en él, puesto que reúne varios temas de mi interés como son Japón, la yakuza y el periodismo, pero al final vi primero la serie y luego leí el libro. Se trata de un ensayo escrito en primera persona por un norteamericano que a los veinte años se mudó a Tokio para estudiar en la Universidad de Sophia y, posteriormente, trabajar en uno de los periódicos más famosos de Japón. Fue el primer extranjero en formar parte de su redacción (a mediados de los 90), y quizás por su condición de gaijin consiguió adentrarse en profundidad en los bajos fondos de la metrópolis, investigando asuntos relacionados con negocios de la yakuza, clubes de alterne, cobro de seguros, desapariciones, etc. Tras haber visto la serie es imposible no comparar, pero creo que sí han sabido captar el ambiente que transmite el libro, que sorprende por lo sórdido y violento. Ambas versiones son interesantes para saber cómo se trabaja en los periódicos japoneses, su relación con la policía y los entresijos de una de las bandas mafiosas más famosas del mundo (y que a día de hoy continúa en activo), aunque se trate de una versión «norteamericanizada».

 

 

Librería Rafael Alberti: Piel de hombre | Hubert y Zanzim | NORMA EDITORIAL (COMICS) |

En lo que a cómic/novela gráfica/manga se refiere, este año ganan por goleada a los libros, ¡estoy leyendo muchísimos! Y descubriendo cosas de bastante calidad, he de decir. El año empezó con novelas gráficas francesas como «Piel de hombre», de Hubert y Zanzim (que trata la diferencia de género de un modo muy original) y «Asterix tras las huellas del grifo», de Jean-Yves Ferri y Didier Conrad (que no es lo mismo que con los anteriores autores pero me entretuvo). Siguiendo en el país galo, “La tienda de las ilusiones” de Pascal Rabaté me recordó un poco a Amélie pero en deprimente, mientras que “Castilla drive” de Anthony Pastor parecía estar más bien ambientada en la peli de Fargo, con tanta nieve e intento de asesinato. Otras obras europeas que he leído han sido “Yo maté a Adolf Hitler” de Jason, una distopía curiosa, y “Todavía estoy vivo” de Roberto Saviano y Asaf Hanuka, que es todo lo contrario, más realista imposible (trata sobre la vida que lleva el autor italiano desde que puso el punto de mira sobre la mafia de su país). En contraposición “Santa Bárbara” de Marek Sindelka, Vojtech Masek y Marek Pokorný relata una historia que de tan extravagante parece inventada (una adulta de treinta y tantos años se hace pasar por una niña para estafar a otros) pero está basada en hechos reales.

TODO BAJO EL SOLSi nos movemos a España, este año he descubierto varios autores. De Ana Oncina leí “Just friends”, una historia de amor con estilo manga que me sorprendió; “La isla” de Mayte Alvarado es algo más conceptual, pero preciosa visualmente. Teresa Valero me sorprendió con su historia policíaca “Contrapaso: Los hijos de los otros”, un volumen a la altura de lo que están publicando otros autores europeos actualmente. Lo mismo me pasó con “Carta blanca” de Jordi Lafebre (una historia romántica en la que nos adentramos de adelante hacia atrás) y “El Buscón de las Indias” de Alain Ayroles y Juanjo Guarnido (una aventura ambientada en el Siglo de Oro que casi parece una película). “Todo bajo el sol” de Ana Penyas te teletransporta a un lugar cualquiera de la costa levantina acosado por el urbanismo turístico, mientras que “Carne de cañón”, de Aroha Travé te traslada a cualquier barrio kinki en el que abundan las chonis. Mientras, “Maganta” de Lola Lorente nos recuerda esa etapa de la vida en la que todo el mundo parece juzgarte por no madurar ni saber hacia dónde quieres llevar tu vida. Un problema que no parece que tuviesen en «Soledad. La última alegría» de Tito, más orientado al tema de la España vaciada pero durante la dictadura. En “Encuentros cercanos” Anabel Colazo nos hace dudar de la existencia de entidades extraterrestres, cosa que en “Grito nocturno” de Borja González no hacen porque ya han tenido experiencias sobrenaturales. En “¡Universo!” Albert Monteys nos ambienta directamente en un futuro a todo color en algún planeta del universo, y en “Hoops” de Genie Espinosa sus protagonistas son capaces de viajar a otra realidad alternativa para finalmente darse cuenta de que lo importante es aceptar al otro tal y como es y apoyar siempre a tus amigas. Sin embargo, la protagonista de “Un mundo hostil” de Gakian y Núria Just parece estar sola frente a la dictadura de la imagen en su búsqueda de trabajo como modelo (que finalmente le llevará a ser scort), no como los padres de “Santa Familia” de Eider Rodríguez y Julen Ribas, que no dejan a su hija tomar sus propias decisiones. 

Barrios, bloques y basura – Errata naturae editoresCambiando de género, nacionalidad y estilo, este año también pude leer varias obras de Jeff Lemire, como «Royal city» (3 vol.), que me encantó, o «Un tipo duro», que me pareció algo más típica. También repetí universo Sandman con «Death. The time of your life», de Neil Gaiman, Chris Bach y Mark Bukingham, “Muerte: El alto coste de la vida”, de Neil Gaiman, Chris Bachalo, Mark Bukingham y Dave McKean“The Sandman: Los cazadores de sueños”, de Neil Gaiman y Yoshitaka Amano, todas ellas complementarias a la obra madre y muy recomendables. Hice doblete con Julia Wertz y sus experiencias en Nueva York, más personales en «Whisky & Nueva York» y más de vida en la ciudad o arquitectónicas en “Barrios, bloques y basura” (este último es una pasada). También seguí la trayectoria de Daniel Clowes con sus obras “El Rayo Mortal”“Paciencia” y “David Boring”, siempre con su toque personal, pero a mi modo de ver más acertado y original en los dos primeros casos. Me parece que Adrian Tomine intentaba ser un poco Clowes en «Shortcomings”, pero para mí se quedó en un intento pedante. Por su parte, Seth nos cuenta en “La vida es buena si no te rindes” parte de su historia, aunque no me pareció demasiado interesante (¡lo siento!). Todo lo contrario a lo que me pasó con “Rusty Brown” de Chris Ware, al que hay que reconocer el trabajazo, muy original en cuanto a composición y presentación (a pesar de que el volumen fuese incómodo de leer por el formato…). Otra obra que me pareció muy original es “Aquí” de Richard McGuire, que nos lleva de viaje por la historia del mundo encuadrándonos tan solo en una habitación. También me sorprendió gratamente el integral de “Los Picapiedra”, de Mark Russell y Steve Pugh, puesto que pensaba que me iba a encontrar con las historias de Hanna-Barbera pero en realidad se trataba de una crítica al capitalismo desde la perspectiva de los personajes de entonces. 

Paletos cabrones nº 01 - Jason Aaron,Jason Latour | PlanetadeLibrosMe adentré en universo de vampiros con la trilogía “30 días de noche”, de Ben Templesmith y Steve Niles, y me gustó la idea de la noche permanente como su paraíso en la tierra. También probé con “American Vampire” por eso de que Stephen King participaba en el proyecto junto a Scott Snyder y Rafael Albuquerque, pero la historia no consiguió engancharme. Sin embargo, “Infiel” de Pornsak Pichetshote, Aaron Campbell y José Villarrubia con su edificio repleto de fantasmas racistas sí que me dio miedo, quizás en parte porque iba sin expectativas puesto que no conocía la obra. También de corte violento leí “Paletos cabrones” (4 vol.) de Jason Aaron y Jason Latour, todo un retrato de lo que puede ser la América profunda. Así entiendes cómo pudieron censurar recientemente un cómic como “Género queer: una autobiografía” de Maia Kobabe, en el que le autore explica su propio proceso de transición con el fin de ayudar a todes los que se sientan como elle. También ambientado en EE.UU., en “El asesino de Green River: una historia de detectives real” de Jeff Jensen y Jonathan Case, el autor desarrolla las investigaciones que llevó a cabo su padre a lo largo de los años para detener a un asesino en serie. Y, yendo unas cuántas décadas atrás, me encontré con la historia de “Reyes disfrazados” de James Vance y Dan Burr, ambientada en la Gran Depresión y protagonizada por un niño que se queda huérfano y tiene que buscarse la vida junto a otros vagabundos. 

SNAPDRAGON 01 : Leyh, Kat: Amazon.es: LibrosEn cuanto a obras algo más variopintas, «The last of us: Sueños americanos” de Neil Druckmann, Faith Erin Hicks y Rachelle Rosenberg nos ambienta en el universo del videojuego y nos hace vivir un posible encuentro entre Ellie y las Luciérnagas. Un volumen peculiar fue “En carne viva. Historias” de Koren Shadmi, con relatos cortos algo surrealistas, lo mismo que “Hair shirt” de Patrick McEown, aunque en este caso se trata de una sola historia en la que los protagonistas no consiguen superar sus miedos del pasado y afrontar su relación. Volví a Tillie Walden con su primera obra, “El final del verano”, y me pareció increíble que pudiera hacerla siendo tan joven (¡tenía solo 19 años!). “Laura Dean me ha vuelto a dejar” de Mariko Tamaki y Rosemary Valero-O’Connell me gustó menos de lo que pensaba, quizás por lo que comentaba antes de la expectativa, pero aún así el dibujo es una pasada. Probé también con otra obra de Alison Bechdel, “El secreto de la fuerza sobrehumana”, en la que la autora cuenta su experiencia personal en relación al deporte y las obsesiones, pero me pareció demasiado densa y no acabé de empatizar con ella. Y me dejó para la última en este párrafo la genialísima “Snapdragon” de Kat Leyh, una historia preciosa sobre el descubrimiento de uno mismo, la amistad y el valor de no juzgar a los demás por su apariencia. ¡Fundamental!

Júralo por mi: CRIMINAL, UN COMIC DE ED BRUBAKER Y SEAN PHILLIPSHago un punto y aparte para resaltar que este año he tenido la suerte de conocer al grandísimo tándem del género noir conformado por Ed Brubaker y Sean Phillips, a cuyas obras estoy enganchadísima. De ambos he leído la serie «Criminal» (6 vol.), «Cruel summer», «Criminal: Mal momento, mal lugar”, “Gotham noir” y “Reckless” (2 vol., incompleta), todas ellas de carácter detectivesco y con una narración muy audiovisual, rápida y expresiva. 100% recomendables. En este estilo también leí “Parker: el cazador”, de Richard Stark y Darwyn Cooke, pero nada que ver con los anteriores.

En cuanto al cómic super heróico, han caído “Lobezno: Honor” de Chris Claremont y Frank Miller, ambientado en Japón y de fama merecida, “Give me liberty” de Frank Miller y Dave Gibbons, un cómic que me sorprendió para bien hasta que parece que se les va la pinza y ya nada tiene sentido, “Batman: Dark victory” de Jeph Loeb y Tim Sale, que es un clásico del murciélago, y volví a El castigador con «The Punisher: Los esclavistas”, de Garth Ennis y Leandro Fernández, una de sus historias más brutales, sobre todo por el problema real que trata.

Otro género en el que me he iniciado este año es el gekiga, un tipo de manga alternativo de corte realista en el que los protagonistas son personas de baja escala social con vidas bastante dramáticas. Yoshihiro Tatsumi es su gran exponente, y de su pluma he leído las obras “Venga, saca las joyas”“Mujeres”“Goodbye” e “Infierno”. También en este género leí “La chica de los cigarrillos”, de Masahiko Matsumoto, algo más cómico pero también deprimente. Si hubieran sido escritos por entonces, quizás “Mi padre alcohólico es un monstruo” de Mariko Kikuchi y “Acabé hecha un trapo huyendo de la realidad” de Kabi Nagata  podrían haberse incluido en este género por lo dramático de la narración, pero su carácter autobiográfico entre otras cosas hacen que no puedan encasillarse ahí. Otros manga que he leído han sido “Bajo un cielo como unos pantis” (2 vol.) de Shun Umezawa, un conjunto de historias cuyo hilo común es un cierto aire desagradable. Hiroaki Samura, autor de «La espada del inmortal», me sorprendió con “Los carruajes de Bradherley”, una historia ambientada en época victoriana en el que las huérfanas eran utilizadas como tranquilizantes para presos. “Look back” de Tatsuki Fujimoto nos devuelve un presente en el que dos adolescentes cuyas vidas parecen entrelazadas por su pasión por la ilustración de mangas. También volví a leer a Inio Asano con “La chica a la orilla del mar” (2 vol.), que me gustó mucho, y descubrí a Satoshi Kon fuera de la gran pantalla con “Regreso al mar”, una historia con tintes mitológicos y naturalistas. Por último, he disfrutado muchísimo con la serie “Bokko” (11 vol.) de Hideki Mori, la historia de un monje que ayuda a defender ciudades frente a la invasión de otros pueblos.DREAMERS COMIC STORES. BOKKO # 2.

Por último, aunque no menos importante, también me adentré en el manhwa (manga coreano) con “El idiota” (4 vol.) de Kang Full (una historia de amor inocente y preciosa) y con “El gran Catsby” (6 vol.) de Kang Doha (también una historia de amor, pero más triste y complicada). Más relacionado con temas políticos leí “Hierba” de Keum Suk Gendry-Kim, que habla sobre los abusos cometidos por los japoneses cuando invadieron Corea, y “El club de los libros prohibidos” de Kim Hyun Sook, Ko Hyung-Ju y Ryan Estrada, ambientada a finales del siglo pasado durante las revueltas estudiantiles contra el gobierno autoritario del país.

 

(Continuará…)
enero 10

Mis lecturas del año 2021 (2/2)

(Continuación de este post)

40. «La piscina», de Yoko Ogawa. Desde hacía tiempo quería leer algo de esta autora japonesa tan famosa, así que me decidí a pedir en la biblioteca de Fundación Japón esta novela corta. La protagonista, Aya, es la hija de los dueños de un orfanato, y es por esa misma circunstancia (el tener que compartir a sus padres con muchos otros niños) por la que se siente sola e incomprendida, y tan solo se encuentra bien cuando va a ver a otro de los niños del orfanato a la piscina. Si bien el estilo de la autora me gustó, me pareció que la historia era un poco insípida y la protagonista bastante despreciable por cómo actuaba frente a otros niños. En cualquier caso, leeré otros libros de la autora que tengan más fama. Los últimos: Voces de la Laponia española : Cerdà Arroyo, Paco: Amazon.es:  Libros

41. «Los últimos: Voces de la Laponia española», de Paco Cerdá. Ensayo sobre las zonas de España que están quedando despobladas, en la línea de «La España vacía» (que aún no he leído, por cierto) y que tiene ecos de «La lluvia amarilla» de Llamazares. El autor recorre 2.500 kilómetros por la zona conocida como la Laponia del sur (distribuido entre múltiples provincias de Castilla León, Aragón y Comunidad Valenciana) para conocer a sus últimos habitantes. Lo han calificado como «la crónica de los otros», y la verdad es que pone los pelos de punta ver cómo ha ido creciendo nuestro país, masificando ciudades y vaciando territorios a los que ya nadie parece darles importancia. Muy recomendable.  

42. «La casa holandesa», de Ann Patchett. Tenía este libro pendiente desde que estuve suscrita a Bookish y me daba cierta pereza, me parecía que por el argumento no me iba a gustar demasiado, pero al final resultó ser una lectura de las que engancha. Se trata de la historia de dos hermanos que vivieron en la casa holandesa que da título al libro, y alrededor de ese espacio cuentan toda su vida, cuando su madre les abandonó, el nuevo matrimonio de su padre, su posterior «desahucio» y cómo se tienen que buscar la vida, etc. Es un libro largo pero me pareció que no pierde fuelle, te mantiene pendiente de qué les deparará la vida a ambos hermanos. Recomendable.

43. «Agujero», de Hiroko Oyamada. Libro compuesto por tres relatos, el que da nombre al libro y otros dos algo más cortos. Lo que me pasó con esta novela (que es algo que me pasa a menudo) es que tenía altas expectativas y luego me resultó un poco indiferente, aunque el relato principal sí que me mantuvo enganchada por tener ese punto que me parece «murakaniano» (pero que vendrá de otros tantísimos autores anteriores a él) de irrealidad en la cotidianeidad. En cualquier caso es un libro corto que se lee fácilmente.

44. «La España de las piscinas», de Jorge Dioni López. Lectura para el club Fe de erratas, se trata de un ensayo de total actualidad sobre cómo se ha desarrollado el urbanismo en España en las últimas décadas. Porque el urbanismo influye en las personas que habitan un determinado entorno, y la creación de los PAU que tanto abundan en las poblaciones limítrofes a las grandes ciudades o en el extrarradio de las mismas con sus urbanizaciones cerradas, sus piscinas y su distancia con el núcleo urbano que hace casi indispensable el coche conlleva también un determinado modo de pensar (y votar) en aquellos que los habitan. Un ensayo interesantísimo para entender el país (y la sociedad) que habitamos.

45. «La vida mentirosa de los adultos», de Elena Ferrante. Ya sabéis que soy una fan incondicional de la autora que, con sus más y sus menos, siempre consigue engancharme por sus historias y personajes. Pero he de decir que, en esta ocasión, la historia no ha conseguido llegarme. De nuevo ambientada en Nápoles, el libro está protagonizado por Giovanna, una niña que, en el momento de entrar en la adolescencia, descubre que los adultos son unos mentirosos. Entre las infidelidades de sus padres y el desconocimiento de otra parte de su familia, Giovanna irá adentrándose en el complejo mundo de los adultos. Lo cierto es que la primera parte del libro, la de los descubrimientos, me atrajo bastante, pero el resto me pareció algo forzado y desagradable. No es el mejor libro para conocer a la autora, creo yo.

46. «Harold y Maude», de Colin Higgins. El libro en el que está basado una de mis pelis favoritas, recién publicado por Capitán Swing. Se trata de una historia muy original, en la que un ni-ni perteneciente a una familia de dinero y con gustos algo estrambóticos (como fingir su muerte de diversas formas o asistir a funerales), se hace amigo de una señora mayor muy particular, que vive la vida muy intensamente. A través de esta especial relación, Maude enseñará a Harold a ver la vida de otro modo y disfrutarla plenamente. Después de haber visto el film varias veces es difícil abstraerse de sus imágenes, de modo que el libro es más un recordatorio que algo nuevo, pero aún así aporta detalles que no se veían en la película y que enriquecen aún más la historia. Muy recomendable (lo mismo que la peli).

47. «El legado de las diosas», de Katerina Tuckova. Regalo de mi amiga Claudia por el Día del libro, que de entrada no es una de mis lecturas más habituales (aunque Errata naturae suele ser garantía de un buen texto para mí, jeje). La cosa es que la historia me sorprendió para bien, aunque se trata de un texto largo no se hace pesado por cómo está contado, entrelazando la historia actual de la protagonista con los documentos sobre su familia que va encontrando en el archivo del Ministerio del Interior. Ambientada en una zona remota de la República checa, Dora, la protagonista, irá adentrándose en la historia de su familia, en la que durante varias generaciones ha habido «diosas», algo así como sanadoras videntes, que en un determinado momento fueron declaradas enemigas del régimen por considerar sus prácticas meras supercherías. Una historia interesante.

48. «Hamnet», de Maggie O. Farrell. Uno de los libros que sale en las listas como de los mejores del año, a mi tampoco me pareció una obra maestra aunque sí que me gustó bastante. La narración se mueve entre la ficción y la realidad para recrear la que podría haber sido la vida familiar del autor, las circunstancias que le llevaron a crear su obra y, sobre todo, cómo vive toda esta situación su mujer, Agnes, una mujer bastante especial. Es interesante imaginarse aquella época, las diferencias entre lo rural y lo urbano en aquel momento, cómo se concebía el trabajo del autor y la importancia de determinados acontecimientos de su vida personal en la creación de su obra. Recomendable.

49. «Un cuento oscuro», de Naomi Novik. Por recomendación de Miriam cogí este libro en la biblioteca y, aunque la fantasía no es un género por el que me pase habitualmente he de decir que me enganchó desde el minuto uno y me tuvo en vilo hasta el final, ¡y eso que es un libro muy gordo! Jeje. La historia está protagonizada por una niña un poco desastrosa que es elegida entre las niñas de su pueblo por el Dragón, el mago que defiende a la región de la presencia del Bosque, para irse a su castillo durante diez años con intenciones desconocidas por la población. La relación entre la niña y el Dragón no podría empezar peor, pero con el paso del tiempo irán descubriendo cosas sorprendentes el uno del otro hasta que acaben luchando juntos contra la maligna presencia del Bosque. Muy recomendable.

50. «Mata a tus ídolos», de Toni García Ramón. Regalo de mi cumple del año pasado, es un ensayo que recopila las vivencias de un periodista freelance dedicado al mundo del cine. Cada capítulo habla de un actor o actriz perteneciente al star system, y de un modo divertido y ameno desmonta los preconceptos que podríamos tener sobre los famosos, para bien o para mal. Por sus páginas pasan Hellen Mirren, Scarlet Johansson, Jack Nicholson, Bill Murray, etc. Una lectura amena y divertida para los amantes del séptimo arte.

51. «La chica del cumpleaños», de Haruki Murakami. Otro de los relatos del autor editado en la colección ilustrada de Tusquets. En este caso la protagonista es una chica que, en su veinte cumpleaños, tiene un encargo especial en su trabajo: llevar la cena al dueño del hotel. Dicho hombre le hace pedir un deseo y le promete que algún día se cumplirá. Pasados diez años volvemos a encontrarnos con la protagonista, que nos contará si su deseo se cumplió o no. El relato tampoco es una maravilla, pero estas ediciones ilustradas son bastante chulas. 

52. «Bellísimo Hervé», de Olga Guirao. Otra de las lecturas para el club de Fe de erratas. Se trata del relato en primera persona de Fonsi Trebi, un escritor gay con diversos TOC que vive en Barcelona en los años setenta. Si bien el libro se lee fácilmente y tiene ciertos puntos interesantes (sobre todo la visión que da del mundo editorial de esa época), se hace complicado empatizar con el protagonista, que te cae mal desde el primer momento porque se considera un mártir y todos los males le acuden. Que no digo que no tuviera mala suerte con las cosas que le pasan, pero es que tampoco hacía el hombre porque le fueran mejor las cosas. En fin, me pareció un libro prescindible.

53. «Cómo ordenar una biblioteca», de Roberto Calasso. Regalo de Sonia, este pequeño ensayo más que ser una explicación de cómo debemos ordenar nuestras bibliotecas es un conjunto de visiones sobre cómo puede ser la relación del ser humano con el libro, a nivel bibliófilo, librero, bibliotecario, escritor, lector, etc. Una lectura interesante, aunque defraudó un poco mis expectativas por no ser lo que esperaba por el título del mismo. 

54. «Formas de estar lejos», de Edurne Portela. Vuelvo a mi querida Edurne con uno de sus anteriores libros que tenía aún pendiente. Esta novela, presenta una violencia algo más oscura que la de «Mejor la ausencia», que era más directa, pues se vislumbra en la relación que mantienen los dos protagonistas, se lee en el miedo de ella y en la agresividad de él. Ambientada en Estados Unidos, la novela cuenta la historia de Alicia, estudiante y futura profesora universitaria que decide quedarse en el país tras enamorarse de Matty, un joven con aspiraciones que no conseguirá llegar a nada, y que parece culpar de ello a Alicia. Es en esa distancia con respecto a su lugar de origen (España) que Alicia comienza a habitar una soledad silenciosa que le irá minando su personalidad poco a poco. Un libro muy interesante.

55. «Alguien que te quiera con todas tus heridas», de Raphael Bob-Waksberg. Regalo de Sonia y Olga por mi cumpleaños, también es una lectura algo diferente a lo que estoy acostumbrada, pues es de carácter humorístico (el escritor es el creador de Bojack Horseman). El libro presenta dieciocho historias dispares entre sí en cuanto a su longitud y cómo están contadas, cuyo nexo de unión son las relaciones humanas, mayormente las de pareja. En casi todas las situaciones hay un poso de amargura por la imposibilidad de entendimiento y por cómo es la propia vida y modo de ser de las personas. Alguno de los textos me pareció curioso, ligeramente simpático, pero no es mi tipo de humor, la verdad.

56. «La stanza di sopra», de Rosella Posterino. Primera novela de la autora, se trata de la historia de una joven que vive dos realidades totalmente opuestas: fuera de casa es extrovertida, estudia poco y busca la compañía de chicos más mayores. Dentro de casa reina el silencio, puesto que en la habitación de arriba está el padre enfermo, que lleva en cama sin hablar más de diez años. Una situación de la que no puede evadirse por mucho que lo intente. Una lectura amena, sin más.

57. «Friday Black», de Nana Kwame Adjer-Brengah. Conjunto de relatos distópicos ambientados en una Norteamérica de capitalismo aún más exacerbado, habitada por una sociedad totalmente deshumanizada, libre de sus valores. Los relatos podrían ser perfectamente capítulos de Black Mirror: hombres de color tomándose la justicia por su mano al modo del KKK, gente luchando a muerte por productos en las rebajas, un día de la marmota pre catástrofe nuclear, etc. La calidad de los relatos es variable, pero las imágenes que presenta son muy potentes. Lo recomiendo para aquellos a los que también les gustó la serie antes mencionada.

58. «Más allá del invierno», de Isabel Allende. Lectura 100% veraniega, último recurso de unas vacaciones en las que había agotado todas mis lecturas viajeras. El libro cuenta tres historias entrelazadas, la de un profesor universitario algo estirado con problemas para relacionarse, una fogosa profesora visitante chilena que busca algo de calor en el gélido invierno neoyorquino y una inmigrante ilegal guatemalteca que trabaja como criada para una pareja de ricachones infelices. Un acontecimiento hará que la vida de estas tres personas coincida, de modo que no les quede otra que hacer frente común y, ya de paso, arreglar sus propias vidas. Vamos, que es como ver una peli facilona norteamericana un domingo de invierno, jeje.

Aún no se lo he dicho a mi jardín – Errata naturae editores59. «Aún no se lo he dicho a mi jardín», de Pía Pera. Un ensayo muy interesante, al estilo de  «El sonido del caracol salvaje al comer» que leí el año anterior, en el que la naturaleza es remedio para el alma de aquellas personas que tienen enfermedades que les llevan a permanecer mucho tiempo inmóviles. En esta ocasión la escritora Pía Pera encuentra en su jardín en la toscana, creado desde cero por ella misma como la obra de su vida, aquella fuerza que poco a poco le va arrebatando la enfermedad degenerativa que la consume. Escrito a modo de diario, me pareció muy interesante ver cómo evoluciona el sentir de la escritora, cómo le afecta su enfermedad a nivel individual y social, sus cambios de humor y devenir según se encuentre cada día. En muchas ocasiones los enfermos son tratados como apestados, pero nadie es libre de encontrarse en una situación parecida, y tener referentes en otros sobre su sentir puede hacer mucho bien a otros. Un libro necesario.

60. «Miss Marte», de Manuel Jabois. Como «Malaherba» me gustó tanto, no dudé en leer la nueva novela de Jabois, que además venía precedida de muy buenas críticas. La novela en esta ocasión parece algo menos personal, puesto que se acerca más al género negro que al de escritura en primera persona, aunque también está ambientada en terreno conocido para el autor. El libro reconstruye un suceso ocurrido años atrás, cuando la hija de Mai Lavinia (la apodada Miss Marte) desaparece durante su boda. Berta Soneira, periodista, quiere rodar un documental sobre ello, y para ello entrevista a todos aquellos que formaban parte del entorno de esta misteriosa chica, que apareció en aquel pueblo gallego parecía que huyendo de algo, y que entró a revolucionar la vida de todos por aquel entonces. El relato está bien entramado y consigue mantener el interés sobre quién era realmente Mai y por qué sucedió todo aquello; si tener más pretensiones que esas, me pareció una lectura amena, sin complicaciones, aunque me gustó menos que su anterior novela. 

61. «Mugre rosa», de Fernanda Trías. Nueva lectura del club Fe de erratas, en esta ocasión de mi elección. También se trata de una historia distópica, en este caso la de un lugar de costa donde algún hecho desconocido ha contaminado el aire, produciendo extrañas enfermedades a quién lo inhala. En algún momento se pidió a la gente que se mudase al interior, donde parece que este extraño fenómeno no les afecta, pero quiénes han decidido quedarse viven confinados. La protagonista, que cuida a un niño de familia rica cuya enfermedad es que se come cualquier cosa que encuentre a su alcance, ahorra el dinero que le dan para, supuestamente, poder irse fuera de aquel lugar y vivir holgadamente. Pero su vida se encuentra sumida en un profundo sopor que parece llevarle a no sentir nada…Me pareció una lectura entretenida, aunque creo que la autora no ha conseguido sacar todo el partido que podía tener esta situación.

62. «Un sándwich en Ginza», de Yoko Hiramatsu y Jiro Taniguchi. Una de mis compras de la Feria del libro del 2021 a la que le tenía muchas ganas porque, juntando gastronomía japonesa con ilustraciones de Taniguchi, ¿qué podía salir mal? Bueno, lo que sale mal es no poder degustar cada uno de los platos que se describen en el libro, ¡claro! xD El libro, nos invita a recorrer en sus distintos capítulos distintos restaurantes y platos de la mano de una crítica gastronómica, describiendo a la perfección las sensaciones que le produce cada una de las comidas. ¡Una auténtica delicia!  

63. «Las voladoras», de Mónica Ojeda. Libro de relatos, préstamo de Ángel, que se sitúa en la línea de otros textos de autoras sudamericanas que he leído últimamente (Mariana Enríquez, María Fernanda Ampuero o Samantha Schweblin entre otras) que te dejan siempre con una sensación de desasosiego por vivir realidades muy duras, donde la violencia está a la orden del día. Y es que las imágenes que presentan sus relatos son aterradoras, porque mezclan lo real con lo ficticio que en otra circunstancia parecería imposible, pero en la suya no es algo descabellado. En este caso, no todos los relatos son igual de potentes, pero varios de ellos ponen los pelos de punta. Recomendable.

64. «Mujeres enfermas», de Hugo Álvarez Gómez. No sabéis las ganas que tenía de que por fin mi amigo Hugo se decidiese a publicar sus obras de teatro, puesto que, una vez representadas, parece que han quedado en el olvido…pero sus textos merecen ser leídos también, porque hay algo especial en su forma de narrar, una visión tragicómica de la vida que nos hace revolvernos incómodamente en nuestras butacas (ya sea en el teatro o en casa). Así que por fin tomó la decisión de auto publicarse con Amazon y, aunque no sea muy fan de esta empresa y su modus operandi, creo que el resultado ha quedado bastante bien, sobre todo porque ha sido él mismo quién lo ha diseñado. «Mujeres enfermas» fue la última obra estrenada por El dilema teatro, su compañía, y cuenta a través de siete historias, protagonizadas por mujeres de distintas edades y vidas, cómo siguen produciéndose dinámicas sexistas que impiden alcanzar una sociedad realmente igualitaria. Muy recomendable.  Mujeres enfermas (Colección Teatro) (Spanish Edition) de [Hugo Álvarez Gómez]

65. «Apuntes de un cocodrilo», de Qiu Miaojin. Libro de la editorial Gallo Nero que me compré por recomendación de la chica que estaba en el puesto de la editorial en la Feria del libro. Me pareció una lectura interesante por ser de autora taiwanesa y estar ambientada en una realidad desconocida para mí. Los protagonistas, jóvenes estudiantes universitarios, son personas que viven al margen de la sociedad por su identidad sexual, y es por ello mismo que llevan vidas algo atormentadas e insatisfactorias, porque aunque en ese momento gozan de cierta libertad saben que no pueden llevar una vida pública normal. En esta situación, su único respiro lo tienen cuando están entre amigos que comparten su misma situación. 

66. «Tienes que mirar», de Anna Starobinets. Un ensayo potentísimo y estupendamente escrito, que relata sin tapujos el proceso de aborto (por motivos sanitarios) de la autora en Rusia. Desde el primer momento empatizas con la autora, y pone los pelos de punta imaginarse viviendo su frustración y malestar por cómo tratan a la mujer allí en este tipo de situaciones. A lo largo del libro Starobinets cuenta cómo vive a nivel personal su situación, sus averiguaciones sobre cómo es el proceso para abortar en Rusia y la comparación con cómo es el proceso en Alemania, donde finalmente decide ir a abortar. Una lectura fundamental.

67. «La cigarra del octavo día», de Mitsuyo Kakuta. Libro del club de lectura de Fundación Japón en su ciclo Matriz. Creo que fue el año pasado que leí otro libro de la autora, «Ella en la otra orilla», y como me había gustado me animé a apuntarme por primera vez a este club de lectura. Se trata de una historia de huida, la de una mujer que decide secuestrar a la hija de su examante, que tendría la misma edad del bebé que ella abortó (a petición de él). En su camino a un lugar donde no puedan encontrarla se topará con distintas personas que la ayudarán en cierto modo, cada una con sus motivaciones particulares, y logrará vivir un tiempo apacible hasta que, como no podía ser de otro modo, terminen por encontrarla. En la segunda parte del libro la protagonista es esa niña que fue secuestrada, y también resulta interesante ver cómo ha sido su vida después. Una historia que engancha, recomendable.

68. «Pasar el invierno», de Olivier Adam. Conjunto de relatos de soledades y distancias ambientados todos ellos en invierno, que tratan de dejar la sensación de que es una estación que pasa. Pero mientras te parece vivir en una noche eterna, de vidas dispares que no encuentran acomodo ni calor en ninguna parte. Se lee rápido, pero no me aportó demasiado. 

69. «Sin miedo», de Judith Butler. Ensayo propuesto por Tony para el Club de lectura de Fe de erratas. La premisa inicial lo pintaba muy interesante: «la autora rastrea, en este nuevo libro, las formas de resistencia a las múltiples modalidades de violencia -desde la tortura por razones políticas, los crímenes contra mujeres, hasta la decisión de negar los horrores del pasado, el desprecio contra los migrantes o la desigualdad global- que caracteriza a nuestras sociedades contemporáneas». Pero, a pesar de ser bien corto, me pareció una lectura complicadísima, de esa que tienes que leer una y otra vez el mismo párrafo para enterarte de algo. Una pena, porque las ideas que quería transmitir son interesantes, pero me quedé con la sensación de no haberme enterado de nada.

70. «La desaparición», de Julia Phillips. Libro de Bookish del que había leído buenas críticas y que me dejó mi suegro (aunque me había avisado de que no le había gustado mucho). El caso es que a mi tampoco me convenció. El comienzo de la historia pinta bien, hay un secuestro de dos niñas en Kamchatka y piensas «posiblemente se trate de una novela policíaca». Pero según avanzan los distintos capítulos ves que esa historia que creías principal pasa a ser secundaria, y te cuentan otras tantas historias supuestamente relacionadas pero que dan la sensación de irse por las ramas…Solo sé que me costó leerlo, me pareció una lectura densa y sin interés. 

71. «Aquel día», de Willy Ronis. Siempre me han gustado los volúmenes que aúnan fotografías con texto explicativo, así que aunque no conocía a Willy Ronis me apeteció leer este libro, que además tiene una edición conjunta preciosa de Errata Naturae con Periférica. A través de 50 fotografías recorremos la cotidianeidad de Francia y del propio autor; son imágenes tomadas en sus paseos por el país, de personas anónimas, y en los textos el autor hace un ejercicio de rememoración (¡a sus 96 años!) explicando cómo surgió aquella toma y quiénes aparecen en ella. También hay textos e imágenes más íntimas, sobre todo de los últimos años, durante la enfermedad de su mujer. Un libro muy recomendable.

72. «Momoko y la gata», de Mariko Koike. Libro que gané en un concurso de Fundación Japón en Instagram. A raíz de la aparición de una gata en su casa, la protagonista, ya anciana, recuerda una vivencia traumática de su juventud, cuando estuvo trabajando en la casa de un pintor cuidando a su hija. Aquella niña solamente tenía ojos para su gata, pero poco a poco la protagonista se va haciendo un hueco en su vida, y también en la de su padre…aunque todo cambia cuando aparece una bella mujer que quiere casarse con el pintor y ser la madre de la niña. Suena muy a culebrón, pero no lo es tanto, jeje. Una lectura amena con cierto punto de tensión.

73. «Seni e uova», de Mieko Kawakami. Segunda vez que leo este libro, en esta ocasión para el club de lectura de Fundación Japón del ciclo Matriz, pero esta vez lo leo en su versión completa en italiano (que salió antes que en España, y que yo me compré después de enterarme de que la edición que me leí primero era un trocito ínfimo del conjunto total). En esta nueva lectura descubrí un libro diferente, porque no solo está compuesto por la primera parte que era la de la edición anterior, sino también por una segunda parte en la que se ahonda en el tema de ser madre soltera en Japón, cómo se concibe en la sociedad, las distintas opciones que existen para ello, etc. Me resultó muy interesante, lástima que las ediciones se compongan de dos partes tan diferenciadas entre sí.

74. «El matrimonio anarquista», de Begoña Méndez y Nadal Suau. Lectura propuesta por Isma para el Club de Fe de erratas. Se trata de un conjunto de cartas que ambos escritores (que comparten también trabajo en Palma de Mallorca como profesores de Escuela de Adultos) se «envían» durante el confinamiento y posteriormente, en la que hablan muy poéticamente pero sin medias tintas de su decisión de casarse, su relación y su vida. Sin duda, una de las mejores lecturas del año por el ahondamiento en lo personal y su originalidad.

75. «Historias de Nueva York», de Enric González. Préstamo de eBiblio que me llevé para mi viaje a Nueva York. Se trata de un conjunto de pequeñas crónicas del periodista escritas durante el tiempo que trabajó como corresponsal en la ciudad, en las que cuenta su búsqueda de piso, encuentros con personalidades famosas, descubrimiento de la ciudad, etc. Me vino muy bien como primera aproximación al viaje, la verdad 🙂

76. «Un día más con vida», de Ryszard Kapuscinski. Siempre es bien leer a Kapuscinski, y tras haber visto la película que hicieron de esta crónica me apeteció leerlo. En esta ocasión el periodista se encuentra en Angola en el momento en que se declara su independencia de Portugal. Es un momento delicado, de lucha de guerrillas por hacerse con el poder, y durante tres meses Kapuscinski decidirá permanecer allí mientras todos los extranjeros abandonan el país, y día tras día infravive esperando el momento en que el país vuelva a funcionar, y teniendo como el momento más esperado de cada jornada el telefax enviado por su periódico. Todo un relato periodístico al que merece la pena acercarse.

77. «El Génesis». Otro de los Clásicos Liberados de Blackie Books, que son sobre todo ediciones preciosas, con textos adaptados para acercarse a esos clásicos con los que a veces cuesta ponerse, comentadas, ilustradas y ampliadas. He de decir que el texto original, que conocemos en buena parte porque nuestra educación en España ha sido católica, es entretenido hasta más o menos la historia de Noé, pero luego empieza con los cien mil hijos que tiene cada uno de los descendientes de los hombres originarios y es una lata, jeje. Pero quitando eso no me resultó una lectura pesada. Recomendable.

78. «¿Qué hacemos con los idiotas?», de Maxime Ranore. Libro propuesto por Mario para leerlo en el Club de Fe de erratas pero que finalmente se quedó segundo. Se trata de un ensayo algo particular, escrito por un filósofo que dice haber estado trabajando muchos años en la concepción teórica de los idiotas. En este volumen, dividido en pequeños capítulos, establece ciertas pautas a seguir frente a los idiotas con el fin de «no convertirse en uno de ellos» (como reza su propio subtítulo). Lo cierto es que tiene ideas interesantes, sobre todo para comprender cómo piensan y actúan los que él llama idiotas, que no dejan de ser las personas que no admiten a discusión sus razonamientos. Una lectura curiosa.

Los extraños - Impedimenta79. «Los extraños», de John Bilbao. Precedido por su fama, Jesús se hizo con este libro en la pasada edición de la Feria del Libro de Madrid. Y en este caso me parece que las buenas críticas estaban fundamentadas, porque aunque es una historia aparentemente sencilla te deja con una sensación de extrañamiento y malestar que es difícil de conseguir. No desvelaré mucho, pero la historia comienza en un pueblito de costa asturiano donde vive temporalmente una pareja de traductores. Una noche se ven unas extrañas luces sobrevolando el pueblo, quizás podrían ser habitantes de otro planeta, y al día siguiente llegan de visita un primo lejano del protagonista, al que no recuerda demasiado, y una mujer muy particular. Lo demás os dejo que lo descubráis vosotros mismos, jeje. Muy recomendable.

80. «La felicidad del lobo», de Paolo Cognetti. Préstamo de la bárbara Sonia (jeje). Como nos había gustado tanto «Las ocho montañas» partíamos de altas expectativas y claro, se vieron defraudadas. También aquí hay montañas inhóspitas e inviernos largos e insondables, pero por cómo está contado, como muy por encima, da la sensación de ver desde lejos al protagonista reconvirtiendo su vida después del divorcio, su trabajo de cocinero en un refugio, su evolución personal…Sinceramente no empaticé ni con el protagonista ni con la historia. Una pena, Cognetti.

81. «Sálvora. Diario de un farero», de Julio Vilches. En este ensayo, un funcionario farero nos relata sus peripecias en el faro de la isla de Sálvora, competencia actual de la Autoridad Portuaria de Vilagarcía de Arousa, entre los años ochenta y la primera década del siglo XXI. Y oye, algo trabajan los fareros, pero la sensación que transmite el libro es de pura vida y disfrute en la isla, sobre todo en los primeros años por empezar a trabajar en la treintena y que su trabajo era mucho más independiente al no depender del sistema de puertos nacional. Que si visitas de familia y amigos, fiestas locas, meses de permiso para viajar por el mundo…con el paso de los años, cuando forma familia, la cosa se tranquiliza un poco, pero la sensación que transmite el libro es la de haber vivido unos años dorados. Envidia de la buena, jeje.

82. «La herencia de la madre», de Minae Mizumura. Una de las recomendaciones de Fundación Japón que se quedó fuera del ciclo Matriz. Como no conocía a la escritora me apeteció leerlo, y si bien la historia me ha parecido interesante, creo que la traducción me ha hecho distanciarme mucho de ella. El libro relata, desde el punto de vista de una de las hijas, cómo es la relación de su madre con ella y su hermana. La primera parte se centra en cómo ellas afrontan el proceso degenerativo y la muerte de su madre, y la segunda es más sobre el proceso de superación de la protagonista tras dicha muerte. La primera parte es claramente más potente que la segunda, pero aún así es un libro interesante por presentar una historia algo diferente.

 

Parecía difícil dado que este año no hubo un confinamiento, pero he leído más que el año pasado, que siempre es uno de mis propósitos encubiertos, jeje.

METAMORFOSIS BL 1 - Norma EditorialEn lo que respecta al mundo del noveno arte, este semestre también ha habido muy buenas lecturas. En manga terminé por fin los 38 volúmenes de «Ranma 1/2» de Rumiko Takahashi (cuyo anime me gustaba mucho, pero a día de hoy me cansa tanta repetición de situaciones aunque estén protagonizadas por distintos personajes), pero me dio mucha pena terminarme los 5 tomos de «Metamorfosis BL» de Kaori Tsurutani (la historia de amistad de las dos protagonistas, unidas por sus gustos literarios, me llegó bien dentro). Me sorprendieron «Mi experiencia lesbiana con la soledad» de Kabi Nagata y «My broken Mariko» de Waka Hirako por lo crudas que son las historias que cuentan. Me gustó también «Undercurrent» de Tetsuya Tayoda (cómo continúa la vida de una mujer cuyo marido ha desaparecido mientras gestiona un balneario), pero Inio Asano me dejó a cuadros con su «Héroes» (definitivamente se le ha ido la pinza, jeje). También es para mear y no echar gota «Aquella vez que me reencarné en Yamcha» de Akira Toriyama y Dragongarou Lee (¿había otro personaje peor en el que reencarnarse? Bueno, vale, quizás Woolong era aún peor).

GIGANTA. HISTORIA DE AQUELLA QUE RECORRIÓ EL MUNDO EN BUSCA DE LIBERTAD -  Norma EditorialEn cuanto al mundo del cómic, hubo más lecturas del caballero oscuro («Batman: Yo soy Gotham» de Tom King, Mikel Jamín y David Finch y «Batman. El mundo», de varios autores, que me pareció un recopilatorio muy curioso por eso de dejar libertad a autores de distintos países a que contaran la historia que les apeteciera sobre nuestro héroe enmascarado). Releí los tres primeros volúmenes de «Monstress» de Marjorie Liu y Sana Takeda antes de abordar el recién salido cuarto volumen (que sigue siendo una pasada en cuanto a dibujo). «Sabrina» de Nick Drnaso (sobre la desaparición de una mujer y cómo viven el hecho su novio y un amigo suyo) es bastante perturbadora, lo mismo que «Los años de internet» de Damian Bradfield, que presenta un mundo no tan distópico en el que los comportamientos de la sociedad se ven claramente determinados por las nuevas tecnologías. «Giganta» de Nuria Tamarit y JC Deveney es una auténtica preciosidad (en lo que se refiere a dibujo e historia, por no hablar de la edición), y la historia de «Papel estrujado» de Nadar también me mantuvo bastante enganchada.

En un estilo algo más fantástico he leído «Heathen» de Natasha Alterici y Ashley A. Woods, un cómic LGTB+ de mitología nórdica. También he leído por primera vez varias historias de «Black sad» de Díaz Canales y Guarnido, de corte policíaco y con un dibujo muy chulo, y me ha sorprendido muy gratamente el tándem Ed Brubaker y Sean Phillips con «Pulp», una historia negra estilo western. Volví a leer a Jaime Martín, esta vez con «Las guerras silenciosas» (relato de la experiencia de su padre como soldado en Marruecos), y también he releído «Edén» de Kioskerman (sus originales tiras de cuatro viñetas de estilo poético y fantástico).

Lupus. Volumen integral - Astiberri EdicionesAdemás me he adentrado en el mundo de ciencia ficción Frederik Peeters con sus obras «Castillo de arena» (en la que trabaja junto a Pierre Oscar Levy y en el que se basa la película «Old»), «Lupus» y «Aama», estas dos ambientadas en otros planetas con historias bastante intrigantes. Me hice por azar con «El regreso del halcón abejero» de Aimée de Jongh (sobre sucesos que cambian el rumbo de tu vida) y me pareció entretenido, lo mismo que «Cappuccino Commotion» de Rosa Navarro (un cómic sobre el descubrimiento personal y la importancia de la estabilidad emocional). Por último, leí «Efectos secundarios: 19 historias del covid», un compendio de historias cortas sobre el covid hechas por artistas nacionales, de mayor o menor interés, pero me pareció un proyecto interesante.

Por último, he seguido suscrita a las revistas Ballena Blanca, Salvaje y Eikyo, y también me hice con el especial de The Passenger: Turquía

julio 12

Mis lecturas del año 2021 (1/2)

Ya está aquí la primera mitad de mi post de lecturas anual en su ya séptima edición, ¡empecé con ello en 2015! 😯 Por ahora no va mal la cosa, he seguido leyendo bastante y me he encontrado con libros, cómics y revistas muy interesantes, este medio año muy orientado a lecturas japonesas, ¡así que vamos al lío!

1. «Las niñas salvajes», de Úrsula K. Leguin. Pequeño relato publicado por Virus editorial en una edición en formato horizontal muy curiosa y bonita. Relata la historia de unas niñas nómadas que son raptadas y obligadas a vivir como esclavas en otra comunidad. Acompañado por un pequeño ensayo de la autora reflexionando sobre la identidad, la colonización y la esclavitud, se convierte en una lectura que, aún siendo ciencia ficción, nos dirige muy hábilmente hacia la reflexión sobre los ultrajes que se han llevado y llevan a cabo en la historia de la Humanidad. Recomendable. 

2. «Hanakotoba: el lenguaje de las flores», de Alex Pler. Precioso librito en el que el autor selecciona una serie de conceptos del japonés que le gustan especialmente por la idea que engloban y los acompaña junto a una serie de fotografías tomadas en el país. Al ser un idioma conceptual, hay muchas expresiones que pueden tener significado profundo, como por ejemplo «kokoro: nuestro yo más íntimo: allá donde se funden el corazón, el alma y la mente». Especialmente recomendable para los amantes de la cultura nipona.

3. «Desconocernos», de Guille Galván. Escrito por uno de los miembros de Vetusta Morla, se trata de un recopilatorio de sus poesías dividido en tres partes: desconocerme, desconocerte y desconocernos. Algunas poesías no están mal, pero la verdad es que ni fú ni fá, no terminó de llegarme.

4. «La visión fotográfica: curso de fotografía para jóvenes fotógrafos», de Eduardo Momeñe. Uno de los manuales de fotografía que te recomiendan leer siempre cuando te estás iniciando, puesto que sienta las bases del trabajo fotográfico a nivel conceptual. Es decir, no se trata de analizar qué son la velocidad o la apertura, sino explicar qué es la fotografía, cuál ha sido su intención desde su origen, la visión de distintos fotógrafos, etc., y todo ello desde un enfoque muy ameno y fundamentado. Muy recomendable, no solo para los «jóvenes», sino para cualquier persona interesada en la fotografía.

odisea-97884181872475. «Odisea», de Homero. ¡Por fin me atreví con este clásico! Aunque reconozco que he tenido que esperar a la edición que sacó recientemente Blackie Books, adaptada y con ilustraciones de Calpurnio porque no me veía muy capaz de enfrentarme al texto original…Tonta de mí, porque he disfrutado muchísimo con las aventuras y desventuras de Ulises y allegados, aunque a mi favor diré que al haber esperado a esta edición he disfrutado de la introducción, que contextualiza muy bien, las ilustraciones, que hacen más amena la lectura, y los textos complementarios de Mary Beard y Margaret Atwood entre otros, que enriquecen mucho la obra. Totalmente recomendable.  

6. «Un amor», de Sara Mesa. Un préstamo de Sonia, que meses más tarde sería libro elegido en el club de lectura de Fe de erratas. Es el tercer libro que me leo de esta autora y todos tienen algo de perturbador, encuentros o instantes que están en el límite entre la luz y las sombras o el bien y el mal. En este caso el relato se centra en una joven que pretende volver a empezar alejada de la civilización, en un conjunto de casas (no se le puede llamar pueblo) al margen de todo, donde no acaba de dar el paso de extraña a lugareña, y todo lo que trata de emprender tan solo consigue frustrarla. Es en este contexto en el que reciba una propuesta inquietante, que hace al lector plantearse  

7. «Un paseo por el bosque», de Bill Bryson. Esta lectura, préstamo de Ana, es ideal para los amantes del senderismo, los que siempre estamos con la mente en alguna ruta por hacer. El autor, a modo ensayo autobiográfico, nos cuenta su experiencia preparando y haciendo el sendero de los Montes Apalaches junto con un conocido, que se encuentra en un estado físico bastante desastroso. Lo que comienza siendo una crónica de desastre anunciado termina siendo una experiencia muy divertida y amena, pero el libro, en vez de quedarse en el relato de esta primera incursión en el sendero, se completa con otras experiencias posteriores del autor que son bastante menos entretenidas. En definitiva, es una lectura recomendable pero mejor quedándose solo en la primera parte. Ah, y la película basada en el libro os la podéis saltar, está mucho mejor el libro, jeje.

8. «Memorias de una osa polar», de Yoko Tawada. Préstamo de Fundación Japón que elegí porque me parecía curiosa la idea que sugería el título, aunque realmente no esperaba que se tratara literalmente de eso, de la experiencia vital de unos osos que tienen sentimientos humanos aunque conservan su naturaleza animal. El libro está dividido en tres partes, correspondientes a tres generaciones de osos (la abuela, la hija y el nieto), por lo que existe una evolución en cuanto al contexto histórico, pero en el caso de la abuela se la considera más un elemento de estudio por parte de la sociedad humana, mientras que en el caso de la hija y el nieto las historias tienen más que ver con la vida en el circo y sus relaciones con el resto de personal que trabaja con ellos. Si bien la idea en que se sustenta el libro es original, no acabé de empatizar mucho con ningún personaje, había demasiada extrañeza y poca conexión entre las tres historias. 

9. «La cara norte del corazón», de Dolores Redondo. Precuela de la Trilogía del Baztán que nos ambienta en EE.UU., donde la futura inspectora Amaia Salazar se encuentra formándose. En esta novela descubrimos cómo establece el contacto con Dupree, el agente del FBI al que llamará en diversas ocasiones en la trilogía antes mencionada para pedir consejo, y vivimos su primer caso complejo persiguiendo a un asesino en serie de familias en momentos de caos, lo que les llevará a Nueva Orleans durante el huracán Katrina. Al igual que me pasó con sus otros libros, lo que más me gusta es la ambientación, y esta en plena ciudad inundada es brutal. Además reúne diversas características típicas de las novelas de detectives que hacen que sea una lectura de las que te atrapa. Vamos, que aunque no sea el summum del misterio, cumple su función de entretenimiento.    

10. «Estado de malestar», de Nina Lykke. Libro Bookish protagonizado por una médico cansada de su supuesta vida perfecta y políticamente correcta que en realidad es solo fachada, porque ni le va bien en su matrimonio, ni le caen bien sus pacientes ni está acorde con los problemas de alcoholismo que tiene. Por varios de estos motivos acabará viviendo temporalmente en su consulta y hablando con su esqueleto de plástico, y son las reflexiones que hace entonces las que molan más del libro, puesto que están cargadas de ironía y crítica a la sociedad noruega. Lo malo del libro es que de la mitad hacia el final es más triste que divertido, así que la sensación final es un poco agridulce.

Algodoneros

11. «Algodoneros», de James Agee y Walker Evans. Desde que leí «Las uvas de la ira» y supe de la existencia de las fotos de Walker Evans para el reportaje «Elogiemos ahora a hombres famosos» de James Agee, tuve ganas de leerlo. En él, a través de tres familias del condado de Hale (Alabama) elegidas como «muestra», conoceremos cómo es la vida de los arrendatarios que trabajan el algodón, cómo son las familias, cuáles son sus creencias y a qué problemas se enfrentan. Al tratarse de un reportaje periodístico la perspectiva es muy neutra, pero las fotografías aportan la parte más humana que podría faltar al leer solo el texto. Muy recomendable, aunque por el tipo de texto de que se trata la lectura puede ser más ardua.

12. «Los recuerdos del porvenir», de Elena Garro. Este libro lo leí para el club de lectura de Casa de México, y es un claro ejemplo de uno de los motivos por los que me gustan los clubes de lectura, que es que me obligan a leer libros que por mi cuenta no habría elegido. También me gustan los clubes de lectura por las reuniones en las que se comentan los libros, aunque esta concretamente no fue especialmente guay…pero esa  es otra historia, jeje. La novela está ambientada en Ixtepec (México), pueblo que se encuentra bajo el poder del general Rosas, que no cesa en su búsqueda de los causantes de la revolución para matarles. Pero hay una mujer que tiene encandilado al general, y mientras ella está con él Ixtepec vive en calma chicha…Una novela realista en cuanto al tratamiento del miedo, las injusticias y el papel de la mujer, pero mágica en cuanto a los sucesos que acaecen a sus habitantes. Dicen que el libro está a la altura de «Pedro Páramo», pero lamentablemente a Elena Garro se la conoce sobre todo por ser la mujer de Octavio Paz. Desde mi visión nada crítica, recomiendo encarecidamente el libro, por lo que relata (mucho) y por lo que no dice pero está ahí (aún más). 

13. «Relatos nada sexis«, de varias autoras. Otro préstamo de Sonia, en esta ocasión un recopilatorio de relatos de 30 escritoras de la editorial Ménades, cuyo tema central son las relaciones sexoafectivas desde el punto de vista de la mujer. Como todo libro compuesto por obras de diversos autores, la calidad o el interés que generan en el lector unos u otros varía mucho, pero en general disfruté acercándome a distintas perspectivas del tema. Ya se sabe, ¡la diversidad siempre enriquece!  

14. «Indigno de ser humano», de Osamu Dazai. Una de las obras más famosas de la literatura japonesa contemporánea, primera que me leo de este autor. En parte me recordó al protagonista de «El pabellón dorado» de Mishima por aquello de tratarse de un personaje que se corrompe aparentemente por su propia naturaleza, pero mientras que en el libro de Mishima su progresiva decadencia le lleva a destruir la belleza ajena, en este caso es el propio Yozo el que destruye su vida. Si bien se encontraba en Tokio para estudiar, tras un intento de suicidio su familia le repudia y comienza a buscarse la vida trabajando como dibujante. Como los pequeños encargos que recibe no le dan para subsistir, aprovechará su encanto para vivir de las mujeres y que sean ellas las que paguen sus vicios (alcohol, drogas, etc), pero aún así continuará viviendo en la cuerda floja porque se considera a sí mismo una carcasa, una simple imagen de algo que en realidad no es. Al parecer mucho de esta obra podría estar basado en la propia vida del autor, que se suicidaría poco después de que este libro se publicase. Recomendable. 

15. «Castilla», de Miguel Delibes y Navia. Después de haber leído el año pasado «El disputado voto del señor Cayo» me quedé con ganas de leer más obras del autor, y toparme con esta edición que incluye fotos de José Manuel Navia (que casan perfectamente con el texto) fue la excusa perfecta para ponerme a ello. Este libro, publicado anteriormente bajo el nombre de «Castilla, lo castellano y los castellanos», incluye una recopilación de textos sobre Castilla, sobre la que tanto escribió Delibes, mezclando en sus textos la reflexión y la crítica junto con el modus vivendi, tradiciones y modos de ser de los castellanos. Recomendable.

16. «Senos y huevos», de Mieko Kawakami. Otra lectura para Fe de erratas, que nos sorprendió de entrada porque la edición española no incluye el conjunto del texto original, solo la primera parte; una lástima, porque el libro completo nos habría dado otra visión. En cualquier caso, el libro relata la historia de dos hermanas que vuelven a verse tras mucho tiempo porque una de ellas viaja a Tokio para hacerse una operación de pecho. Este hecho, junto con el aparente incomprensible mutismo de la hija de una de ellas, hace que el debate gire en torno a la figura de la mujer en relación a la sociedad, el motivo que lleva a las mujeres a maquillarse, querer operarse, etc., y también la importancia de los cambios físicos que están experimentando cada una de ellas. Personalmente me sorprendió porque no había leído a ninguna autora japonesa tan explícita a este respecto, y porque el debate que genera me parece interesante. De hecho tengo pendiente leerme la versión completa pero en italiano…

17. «Parentesco», de Octavia Butler. Llevaba mucho tiempo queriendo leerme algún libro de esta autora, y mi hermano Joaquín me presto este. La protagonista del libro es Dana, una mujer negra que, sin motivo aparente, se ve teletransportada de la California de los años ’70 a la época de la Guerra de Secesión americana (aproximadamente un siglo antes), lo cual la lleva a experimentar el cambio de ser libre a vivir en una plantación del sur en época esclavista. Al parecer su vida actual depende de salvar la de Rufus, hijo del patrón de dicha plantación…Ese ir y venir entre ambas épocas sirve como excusa a la autora para hacernos ver lo que supuso el esclavismo en cuanto a violencia y deshumanización, y cuál es el impacto que ha tenido ese hecho hoy en día. Muy recomendable a pesar de que parece que la traducción desmerece a la obra original.

18. «La mujer de la falda violeta», de Natsuko Imamura. Otro préstamo de la Fundación Japón, se trata de una novela que nos hace sentir como voyeurs, puesto que el narrador anónimo es una persona obsesionada por una mujer que siempre lleva una falda violeta. Sabe cuándo está trabajando y cuándo no, la sigue hasta el parque a ver cómo interacciona con los niños, hace cábalas sobre cuál será su formación y selecciona ofertas de trabajo en el periódico que puedan ser de su interés, descubre su affaire con el jefe de su empresa…Si bien se lee con bastante sencillez, no terminé de sentir un especial interés por lo que me estaba contando. Una pena porque le tenía muchas ganas.

19. «Malaherba», de Manuel Jabois. A pesar de que he visto (ahora) que se le dio bastante bombo al libro en su momento, yo llegué a él un poco por casualidad, puesto que solamente sabía de Jabois por haber hecho de presentador del libro «A corazón abierto» de Elvira Lindo en un Hay Festival. Total, que me encontré con un libro que me gustó mucho, principalmente porque el protagonista es un niño, pero también porque me descubrió una infancia muy real, como si de verdad el libro hubiera sido escrito por un niño. Tiene esas típicas anécdotas de infancia, vivencias de colegio e instituto y familiares, que pueden ser felices, pero detrás de ellas hay también cierta tristeza, la de saber que algo no está bien pero no saber qué es porque los adultos no cuentan nada a los niños, y también por esa nostalgia de algo que parece que se está yendo a medida que lo vives. Disfruté mucho con el libro, la verdad.

20. «Gema», de Milena Busquets. Otra de las novelas de Bookish. La quise leer porque su libro anterior, «También esto pasará», me había gustado, aunque de lo que pecaba aquel peca aún más este: el pijerío. Que vale que esté bien escribir desde todos los puntos de vista, hasta desde el de una señora forrada cuyo mayor problema es que no le pongan el champán de la marca que el gusta, pero claro, puede pasar que te acabe repateando el personaje. Y con esta novela me pasó eso, que no me interesó nada su búsqueda de recuerdos sobre Gema, aquella amiga que murió de joven por leucemia, porque solamente veía cómo vivía esta señora tan ricamente. Pasando.

21. «Diario de una vagabunda», de Hayashi Fumiko. Otro préstamo de Fundación Japón, este algo más clásico. Ambientado en los años 20, cuenta la historia de una chica abandonada por su amante que trata de buscarse la vida como escritora, trabajando a tiempo parcial en todo tipo de negocios para poder sobrevivir. El texto en sí es como una especie de diario en el que cuenta su rutina, las distintas personas que va conociendo, sus amantes, etc. Me gustó porque si bien había leído varios libros de este tipo protagonizados por hombres, es el primer que leo escrito y protagonizado por una mujer, lo cual da una perspectiva distinta de la época.

22. «Alma de los siete monstruos» de Iria G. Parente y Selene M. Pascual. Préstamo de Miriam, se trata de un libro ilustrado que trata un tema tan poco frecuente como la depresión en los adolescentes, y lo hace de un modo comprensible para todo tipo de lectores, ya sean los propios adolescentes o adultos. Representados por distintos tipos de monstruos, los miedos de Alma empiezan a aparecer un día cualquiera, sin previo aviso, y el no ser capaz de comunicar a las personas de su alrededor lo que siente por si acaso se vuelve más real hace que vaya convirtiéndose en una persona distinta…Muy recomendable.

23. «Dulce introducción al caos», de Marta Orriols. Recomendación de Clau, este libro con título de canción de Extremoduro nos plantea un dilema habitual para muchas parejas de hoy en día: ¿cuándo es buen momento para tener hijos? Daniel y Marta son pareja desde hace poco y viven en Barcelona llevando una vida sin horarios típica de quien trabaja en el mundo creativo. Aparentemente todo va bien, hasta que ella se queda embarazada sin querer, momento en el que a cada uno le asaltarán sus propios miedos e ideas sobre lo que quieren para el futuro. Me pareció interesante ver cómo afronta una pareja este momento, el planteamiento individual de cada uno de ellos y el conjunto. 

24. «Estío. Once relatos de ficción climática», de varios autores. Otro de los préstamos de Miriam, en este caso una recopilación de relatos de la editorial Episkaia que no se parecen nada entre sí pero que comparten entre ellos el plantear distintas distopías relacionadas con los efectos del cambio climático. Uno de los relatos, por ejemplo, habla de un puesto de información turística en un lugar como Benidorm, antiguo paraíso vacacional, que ha quedado semi hundido por el crecimiento del nivel del mar. También los hay más orientados a la gestión de un mundo que vive bajo el diluvio, el problema de la aplicación de ciertas políticas que niegan el cambio climático, la influencia en las migraciones de las variaciones climáticas…Algunos relatos me gustaron más que otros, pero en general lo recomiendo.

25. «¿Has tenido familia alguna vez?», de Bill Clegg. Al leer la sinopsis del libro no lo parece, pero se trata de una lectura compleja, de esas que casi te obligan a tener una chuleta que te indique cuál es la relación entre unos y otros personajes. Cada capítulo avanza en la historia de cada uno de los once protagonistas que tiene el libro,  y todas ellas nos van dando una pieza del puzle que compone el libro completo y que nos descubrirá que ha pasado con June Reid, el nexo en común entre todos los personajes. La ambientación en EE.UU. pone la guinda con sus espacios infinitos vacíos, solitarios, tanto como las personas que los habitan, y todo el conjunto compone una imagen vívida, que bien podría ser una película tipo Magnolia o una serie. Recomendable, pero tratando de hacerse esa chuleta de quién es quién para no perder el hilo.

26. «El expreso de Tokio», de Seicho Matsumoto. ¡Y más préstamos de Fundación Japón! En este caso una novela negra, que no he leído muchas ambientadas en el país nipón. Y sin duda cumple con los parámetros del género: aparecen dos cadáveres en la playa de la isla de Kyushu y todo apunta a que se trata del suicidio de dos amantes, pero el policía Jutaro Torigai no parece estar de acuerdo con esta teoría porque el hombre muerto se había alojado solo en el hotel. Con sus averiguaciones irá ampliando el círculo, contando a medio camino con la ayuda de un policía de Tokio, para descubrir que se trata de una trama política de alto nivel…Un libro ameno y entretenido. 

27. «Los nombres propios», de Marta Jiménez Serrano. Otro de los libros del Club de lectura de Fe de erratas, que relata las andanzas de infancia, juventud y entrada en la madurez de Marta, una niña que tiene una amiga invisible que se llama Belaundia Fu. A través del diálogo que establece con ella conoceremos a su familia, amigos y parejas, cuáles son sus miedos e inquietudes, hacia dónde le lleva su imaginación y creatividad. Un relato a ratos entrañable y a ratos un poco cansino, pero en general agradable, aunque no hizo las delicias de los miembros del club. A mi, simplemente, me pareció entretenido, porque tampoco intenté sacar de él una enseñanza vital, simplemente me dejé llevar como observadora de la vida de Marta, recordando algunas cosas de mi infancia y adolescencia.

28. «Si los gatos desaparecieran del mundo», de Genki Kawamura. Pues sí, este es otro de los préstamos de Fundación Japón, jeje. Este lo elegí porque me pareció curioso el título, pero no leí nada sobre qué iba, así que me sorprendió el desarrollo de la idea. Nada más empezar el libro sabemos que al protagonista le han diagnosticado un tumor cerebral y que le queda poco tiempo de vida, pero, al llegar a su casa, aparece una especie de diablo que le ofrece un trato: por cada objeto animado o inanimado que acepte que desaparezca del mundo, ganará un día de vida. Y así cada capítulo habla sobre un mundo en el que han desaparecido los teléfonos, el cine, los relojes, etc. y cómo afecta su desaparición a nivel personal al protagonista. Al final se entrevé un poco la moralina, pero aún así es una historia amena y simpática, de esas que te dejan buena sensación. 

29. «El faro de Blackwater», de Colm Toibin. Como el libro de «Brooklyn» me gustó bastante, hace tiempo cogí este libro en Libros libres y llegó el momento de ponerme con él. La historia reúne a tres generaciones de la familia Devereaux en casa de la abuela. La relación entre ellos es fría, no hablan mucho y saben aún menos de la vida de los demás, pero al saber que Declan, el nieto (hijo y hermano) está enfermo de sida y casi en fase terminal, deciden cuidar de él junto con varios de sus amigos. Durante los días que pasan en la casa, próxima al faro que da título al libro, conoceremos el porqué se han distanciado, las diferencias que existen entre ellos y se dará la oportunidad a la reconciliación. Un libro entretenido, pero sin más. 

HUMO | JOSE OVEJERO | Casa del Libro30. «Humo», de José Ovejero. Quizás sea una de las pocas veces que me ha pasado en este orden, pero conocí a José Ovejero a través de una entrevista a Edurne Portela, de la que ya sabéis que soy fan. Pues bueno, resulta que es su marido, y entre ese referente y que el argumento de este libro me tiraba, decidí leerlo. Y, por suerte, no me defraudó, sino todo lo contrario. La historia trata sobre una mujer que habita en una cabaña en el bosque junto a un niño que no es hijo suyo, en un mundo aparentemente postapocalíptico. A veces aparece un hombre que les trae víveres, pero el resto del tiempo están solos y tienen que buscarse el sustento por su cuenta. Y es un mundo difícil, fuera de toda ética, cuya máxima premisa es «el hombre es un lobo para el hombre». Muy recomendable.

31. «Kokoro», de Natsume Soseki. Uno de los grandes clásicos de la literatura japonesa y, como no, otro préstamo de Fundación Japón (jeje). Había tardado mucho en decidirme a leerlo, quizás por esa pereza que da un texto clásico que puede ser lento y algo denso, de hecho, aunque me gustó, es un poco el recuerdo de «Soy un gato», también de Soseki, pero realmente me sorprendió la lectura de «Kokoro», mucho más ligera y llevadera. Es la historia de una amistad entre un joven universitario en la flor de la vida y un anciano (no tanto en realidad, tendrá unos 60 años) atormentado al que considera su mentor, su Sensei. Dividida en tres partes, las dos primeras están relatadas por el estudiante y cuenta sus encuentros y conversaciones con el Sensei, además de su disyuntiva acerca de si permanecer en Tokio o volver a su pueblo y atender a sus obligaciones familiares. La última es una carta escrita por el anciano al estudiante, contándole el porqué de su alma atormentada. En su conjunto es una obra interesante, que no pierde el ritmo pausado característico de la literatura japonesa, pero que no se hace pasada. Recomendable.

32. «De piedra y hueso», de Bérengere Cournut. Uno de los libros Bookish que me presta mi suegro, se trata de la historia de una mujer inuit que pierde a su familia en un accidente y tiene que apañárselas por su cuenta, buscando otras familias con las que convivir y haciéndose un hueco como cazadora, puesto que no hay hombre en su clan que pueda ejercer este papel. Me gustó especialmente la descripción que hace de los paisajes y el modo de vida de los inuit (por lo visto la autora se documentó en profundidad para poder escribir esta historia). Entretenido.

33. «Tokyo Ueno Station», de Yu Miri. Lectura por recomendación de Isma, del club de lectura de Fe de erratas, que si bien reúne varias condiciones que hace que me pudiera gustar, no terminó de engancharme, quizás porque lo leí en inglés, o quizás porque el ritmo es algo entrecortado, como que salta del pasado al presente y viceversa sin ton ni son, mezclando historias de distintos personajes. El libro trata sobre la que podría ser la historia de muchos hombres en Japón, que se marchan a trabajar a otra ciudad y terminan por desvincularse de su familia en cualquier ámbito que no sea el económico. El infortunio parece perseguirle, y después de perder a varios de sus familiares acaba viviendo como mendigo una vida solitaria en el parque de Ueno. Puede que le de otra oportunidad cuando lo traduzcan al castellano, pero en esta primera lectura no terminó de engancharme.

34. «Miro al cielo impotente», de Misumi Kubo. Este préstamo de Fundación Japón me resultó bastante sorprendente. En el libro se cuentan cinco historias entrelazadas entre sí: la de un ama de casa de vida monótona que solamente encuentra satisfacción haciendo cosplay y acostándose con un adolescente; la de este adolescente, hijo de una comadrona que ayuda a dar a luz en su casa; la de la chica enamorada de este chaval, proveniente de una familia desestructurada; la de otro amigo de ambos, que habita en una zona marginal de la ciudad; y, por último, la de la madre del primero. El interés de cada historia es algo irregular, pero el punto común entre ellas, a mi modo de ver, es la tristeza que parece acompañarles en sus vidas, no muy halagüeñas en general, y además maltratadas por la propia climatología. Pero, como decía al principio, me resultó sorprendente porque lo que empieza como ficción erótica termina siendo un drama y una crítica a determinados aspectos de la sociedad japonesa. Me gustó.

35. «Offshore», de Petros Markaris. Otro de los casos del detective Kostas Jaritos, cuya historia de fondo avanza al mismo ritmo que la actualidad. Grecia parece ver algo de luz al final del túnel de la crisis y la gente empieza a gastar algo más: salir a comer en familia, irse de vacaciones de Pascua…pero, con la vuelta del movimiento pecuniario vienen también otros problemas, como los intereses económicos y asesinatos de ciertas personalidades involucradas. Personalmente me gustó volver a sumergirme en una novela negra (como que hay épocas en las que apetece más, ¿no? En mi caso la llegada del verano, jeje), y me sorprendió el cariz que toma la historia, muy significativo en relación a la deriva económica y política de la Europa mediterránea…

36. «In principio erano le mutande», de Rossana Campo. Hacía tiempo que no leía un libro que me gustara tan poco y me costase tanto continuar leyendo…lo malo es que, al ser cortito, le quise dar una oportunidad (y dos, y tres…), pero creo que debería haberlo dejado sin dudarlo, porque no me importaban nada los devaneos amorosos y amistosos de su protagonista, ni ninguna de sus vivencias personales. Un libro para olvidar.

GENTE DE LA CALLE DE LOS SUEÑOS | TERU MIYAMOTO | Casa del Libro37. «Los ojos cerrados», de Edurne Portela. Por supuesto que no podía perderme la última novela de mi querida Edurne, que además me resultó curiosa por tener puntos en común con «Humo» de José Ovejero que comentaba un poco antes. En esta ocasión, la autora entrelaza dos tiempos, pasado y presente, en un pequeño pueblo cualquiera de la geografía española. Ariadna decide volver al que fue el pueblo de su padre, supuestamente para llevar una vida más tranquila, alejada de la ciudad, pero con la verdadera intención de conocer el pasado de su familia. De su encuentro con los habitantes del pueblo, sobre todo con uno de ellos, podrá ir desentrelazando los hilos del pasado, que se nos irán desvelando al tiempo que avanzamos en la historia de la propia Ariadna. De nuevo parece que Edurne nos habla sobre la violencia, en este caso referente al pasado y la memoria. Recomendable.

38. «Gente de la calle de los sueños», de Teru Miyamoto. Pues sí, otro libro de Fundación Japón, que también me sorprendió gratamente, como la lectura 34. Ambientada en Osaka, se trata de distintas historias de los habitantes de la calle comercial de los sueños. A través del relato del joven estudiante que no parece tener oficio ni beneficio, los hijos mafiosos del carnicero, el avaro joyero y su hijo mangui o la Mama del club que cree que nadie se da cuenta de que va maquillada como una puerta, vamos dando forma y consistencia a la imagen que tenemos de la calle y sus habitantes, componiendo un auténtico cuadro por el que parece puedes pasear en cualquier momento. Vamos, que podría ser perfectamente una serie rollo Aquí no hay quién viva pero a la japonesa, jeje. Muy entretenido, ¡lo recomiendo!

Exhalacion

39. «Exhalación», de Ted Chiang. Préstamo de mi hermano Joaquín al que le tenía ganas desde que salió. Se trata de un conjunto de relatos de ciencia ficción, algunos muy cortos y otros más extensos, pero en general planteando pasados y futuros distintos en los que la tecnología tiene especial importancia. Me gustaron especialmente dos: el que trata sobre la puerta que te hace viajar 20 años al pasado o 20 años al futuro, que trata sobre el determinismo y la imposibilidad de cambiar lo que ya está escrito, y el que trata sobre IAs, consideradas al nivel de mascotas pero con el problema que tiene la tecnología hoy en día, y es que en seguida se queda obsoleta y hay que pasar a un producto mejor. ¿Pero qué pasa cuando hemos dotado de personalidad a las IAs y hay cierta responsabilidad en cuanto a su crianza y desarrollo? Muy recomendable.

 

Us - Astiberri Ediciones

En cuanto a la lectura de cómic, manga y novela gráfica, han sido unos meses bastante prolíficos, sobre todo estos últimos que he terminado varias series. En lo que se refiere a cómic y novela gráfica, he leído «Umbrella Academy» de Gerard Way y Gabriel Bá, que me dejo un poco fría (como la serie, aunque menos aburrida). En «Skyward», de Henderson et al., sin embargo, la acción en un mundo sin gravedad es mucho más emocionante, además de contar con un dibujo genial. «Jamás tendré 20 años» de Jaime Martín complementa su otra obra «Siempre tendremos 20 años» (que leí el año pasado), pero siendo en esta ocasión protagonistas sus abuelos, pertenecientes al bando republicano en la guerra civil. «Náufragos» de Laura Pérez y Pablo Monforte me gustó por su dibujo y sus silencios, aunque deja cierto poso de tristeza. En «Tokyo sanpo», Florent Chavouet dibuja su experiencia habitando en Tokio durante unos meses, y, aunque no me pareció especialmente relevante, tiene algunas ilustraciones chulas. «Castle waiting» de Linda Medley (2 vol.) me sorprendió por su tratamiento de los cuentos clásicos y fábulas, y «Us» de Sara Soler me maravilló por su tratamiento sobre la transexualidad, personal y educativo (¡muy recomendable!). 

MIDDLEWEST 1 - Norma Editorial

En «Middlewest» de Skottie Young y Jorge Corona (3 vol.) flipé muchísimo con el dibujo (A-LU-CI-NAN-TE, de verdad), «El niño brujo» de Molly Knox Ostentag me gustó por su ruptura contra lo socialmente establecido como propio de un género u otro, y volví a Jason con «En pocas palabras», pero me pareció curioso, sin más (mejor el de «Un noruego en el camino de Santiago» que leí el año pasado).

Volví a Gotham con «Batman», de Rob Kane (un volumen recopilatorio de varias historias) y «La sonrisa asesina» de Jeff Lemire y Andrea Sorrentino (3 vol.), una inmersiva historia sobre cómo el Joker consigue volver loco a su terapeuta. Y en «El código Oráculo» de Marieke Nijkamp y Manuel Preitano conocí la historia de la hija del jefe de policía Gordon, cómo se quedó en silla de ruedas y cómo desarrolló sus aptitudes para la investigación online.

Netflix adaptará The Sandman de Neil Gaiman como serie live-action. | Filosofia MillennialAdemás este año terminé por fin «The Sandman», de Neil Gaiman (10 vol.), y he de decir que merece la fama que tiene. Es totalmente distinto a todo lo que he leído hasta ahora, con distintos hilos argumentales que beben de referentes clásicos y actuales, personajes con aire mitológico (como los Eternos), algunos famosos, historias que se suceden en el mundo de los sueños y que te hacen dudar de si estás despierto o dormido, muerto o vivo. Una pasada, y estoy segura de que volveré a leerlo más adelante, porque podría leer mil veces y seguir sacándole detalles que no habías visto aún. Además hay varios tomos monográficos sobre alguno de los personajes o historias paralelas, y también me leí «The Sandman: noches eternas», con distintas historias dibujadas por autores famosos, muy chulo también. 100% recomendable.

THERMAE ROMAE 01 - Norma Editorial

Y de manga he leído «¿Quién es el 11º pasajero» de Moto Hagio, una historia de ciencia ficción con romance y humor particular incluidos; «Levius» de Haruhisa Nakata (2 vol.) cuenta la historia de un luchador steam punk muy guay (la serie de Netflix es bastante fiel, aunque metió algún capítulo de relleno); más Inio Asano, esta vez con su estupenda «Antología». «Thermae Romae» de Mari Yamazaki (6 vol.) con su original premisa de un romano del s. I d.C. viajando al s. XXI para descubrir el arte de las termas japonesas me pareció muy divertido, y la primera parte de «Ratón de biblioteca» de Miya Kazuki (7 vol.) no se queda atrás con las aventuras de una adolescente japonesa de ahora que de repente se ve en el cuerpo de una niña en una época tipo medieval en la que no tiene acceso a sus amados libros, lo cual la llevará a querer fabricarlos ella misma. «Sombras sobre Shimanami» de Yukki Kawatani (4 vol.) me sorprendió por su tratamiento de la diversidad sexual en la sociedad japonesa, cosa que no me pasó con «El secreto de Madoka», de Kingyobachi Deme, que me pareció demasiado superficial. «Our dining table» de Mita Ori tampoco trata el tema con mucha profundidad, pero es un manga bastante tierno. Con «Primavera azul. Historias cortas de Taiyo Matsumoto» me explotó un poco el cerebro porque es una de sus primeras obras, bastante caótica, mientras que el recopilatorio «¡Achís! Historias cortas de Naoki Urasawa» me gustó mucho por ver detalles de «20th century boys».

Por último, en el mundo de las revistas, he seguido con Ballena blanca, Salvaje y Eikyo, y además he descubierto muchas cosas del Japón actual que desconocía gracias al monográfico de The Passenger.

(Continuará…)