enero 10

Mis lecturas del año 2022 (2/2)

Continúo el post de mis lecturas anuales (primera parte aquí) con las del segundo semestre del año:

Creer en las fieras – Errata naturae editores

37. “Creer en las fieras”, de Nastassja Martin. En este ensayo una antropóloga francesa cuenta su experiencia desde que fue atacada por un oso, lo que la dejó marcada de por vida a nivel físico y anímico. Su trabajo de inmersión en culturas indígenas la había llevado a convivir con los evenos en una región de Kamchatka, en los confines de Siberia. Nastassja nos relata sus experiencias posteriores en diversos hospitales en los que trataron de reconstruir su cara y curar una infección causada por la placa metálica que tuvieron que poner en su mandíbula. En este proceso la autora reflexionará mucho sobre sí misma y la identidad que supone un rostro, la violencia que ha acompañado siempre su vida y la necesidad de volver al bosque para reecontrarse con quién es. Es una lectura de las que enganchan, tiene ese poder de atracción de las historias reales, sobre todo cuando tienen que ver con encuentros con el mundo salvaje. Muy recomendable.

38. “El peligro de estar cuerda”, de Rosa Montero. En este ensayo, mitad autobiográfico mitad documentado (y algo ficcionado también), la autora desarrolla la idea de la conexión entre la creatividad y la locura, como ambas cosas suelen estar conectadas en los artistas en general, y más concretamente en los escritores. Hay diversos elementos que parecen comunes en las vidas de los escritores, como son unas infancias intensas, los comportamientos extremos o tirando a lo obsesivo, la tendencia a sentirse en lo más alto pero también en lo más bajo, etc. Pero, ¿podrían seguir siendo creadores si no tuvieran ese punto de locura? Para el desarrollo de cada una de estas ideas se basa en muchísima documentación que ha recopilado durante años, desde biografías a cartas, escritos o artículos sobre gran variedad de autores (Virginia Woolf, Doris Lessing, Emily Dickinson, Emmanuel Carrère, etc.), y también utiliza anécdotas de su propia vida. Me ha parecido una lectura muy ágil y amena, sin una estructura clara pero aún así atrayente por aquello de pasearse por las vidas, miserias y genialidades de multitud de autores. Me parece un libro ideal para cualquier amante de la literatura.

39. “El equipo de natación sincronizada”, de Cristina Sandu. Lectura patrocinada por la convocatoria de Masa crítica de Babelio (que consiste en que recibes un libro a cambio de hacer una reseña). En esta pequeña novela se entremezclan siete historias, la que se articula a lo largo de todo el libro y que está protagonizada por el grupo de chicas que le da nombre al conformarse como un equipo de natación sincronizada, y las otras seis historias, protagonizada cada una de ellas por una de las chicas de ese equipo. Su trabajo en equipo y evolución deportiva hace que poco a poco vayan consiguiendo más seguridad en sí mismas y se permitan incluso soñar con un futuro diferente, alejado de la sociedad machista en la que viven. Pero, a pesar de conseguirlo, parece mantenerse ese yugo invisible…Creo que es un libro engañoso, cuando ves su extensión piensas que no es posible que pueda ahondar mucho en el tema, pero su logro es conseguir que empatices con las chicas independientemente de su situación. Muy interesante.

Cometierra : Reyes, Dolores: Amazon.es: Libros40. “Cometierra”, de Dolores Reyes. Cometierra es como llama la gente a la protagonista de esta historia, una niña aficionada a comer tierra. Pronto descubrirá que si la tierra que come es del último lugar donde se vio a una persona que esté muerta es capaz de visualizar cómo fue su muerte, y es así como descubre que su madre fue asesinada por su padre. Rápidamente se extiende el rumor del poder que tiene y empiezan a dejar en su puerta botellas de tierra con algunos regalos para que ella averigüe dónde están multitud de mujeres desaparecidas, pero ella no quiere hacer frente a estos encargos porque se le hace muy duro tener esa especie de visiones cargadas de violencia. Si bien al comienzo la lectura me resultó algo difícil por la jerga, una vez me habitué lo leí prácticamente del tirón. Dolores Reyes ha querido retratar unas circunstancias omnipresentes en su entorno, de hecho dedica el libro a dos mujeres que fueron enterradas cerca de la escuela donde trabaja. Un libro necesario para poner el foco sobre una situación terrible (¡gracias por la recomendación, Miriam! :-D).

41. “Un grito de amor desde el centro del mundo”, de Kyochi Katayama. Última lectura del ciclo “Amor” del Club de lectura de la Biblioteca de Fundación Japón. Los protagonistas de esta historia son Sakutaro y Aki, dos estudiantes de instituto que viven un intenso amor adolescente que además tiene ese halo de infinitud y pureza porque no llega a terminarse por sí solo, sino que será una enfermedad la que truncará sus planes de futuro. Narrada desde la perspectiva de Sakutaro, ya desde el comienzo del libro sabemos que Aki ha muerto, puesto que se encuentra con los padres de ella en Australia con el fin de tirar sus cenizas. En capítulos posteriores volveremos atrás en el tiempo para conocer su historia, bellamente entrelazada con las vivencias del abuelo de Sakutaro, protagonista de un amor imposible que no consigue olvidar. En el club hubo división de opiniones, a algunos les pareció un canto a la vida y a otros les pareció una cursilada; a mí me ha parecido una lectura entretenida para verano, sin más.

42. “Breve elogio de la errancia”, de Akira Mizubayashi. El comienzo del libro me gustó mucho, un análisis detallado del principio de la película “Yojimbo” de Kurosawa en la que se ve a un ronin dirigiéndose hacia la cámara, en lo que podría definirse como una etapa errante de su vida. Y justamente en ese vagar pensaba yo cuando se hacía referencia a la errancia del título, pero de esta primera reflexión el autor salta a otras tantas que hacen referencia a la cultura japonesa en determinados ámbitos y su identidad como pueblo, es decir, que el ensayo trata más sobre una errancia metafórica, de la deriva que está llevando su país en este último siglo. Así que al final, aunque es bastante cortito, me costó más de lo que pensaba.

rewind-juan tallon-978843399892743.  “Rewind”, de Juan Tallón. Nos encontramos en en un piso de estudiantes en Lyon, habitado por un grupo de lo más variopinto al que conoceremos a través de los ojos de Paul, estudiante de Bellas Artes francés. Todos ellos tienen en común esa característica ilusión y ganas de experimentar la vida típica de la etapa universitaria o comienzo de la veintena. Su vida parece perfecta hasta que se produce una explosión en su edificio, quedando como único superviviente Paul. Tras estas primeras páginas en las que todo parecía encajar, el puzle se desarma y no hay modo de volver a juntar las piezas. ¿Y de qué modo se puede continuar una historia que parece totalmente destrozada? Pues, muy inteligentemente, Tallón decide utilizar otras voces para reconstruir los hechos, ya sean posteriores a la explosión o relativas a las vidas de alguno de los estudiantes. La historia me ha tenido totalmente enganchada, creo que está muy bien narrada, y lo único que no me ha convencido, quizás por innecesario, es la explicación del origen de la explosión. Porque el punto fuerte del libro es esa capacidad que tiene de hacerte sentir una pequeña parte del dolor de sus protagonistas, no te hace falta saber el porqué.

44. “La ciudad de los vivos”, de Nicola Lagiogia. Préstamo de mi amiga Sonia, se trata de un ensayo sobre un asesinato diferente: una noche en la que iban puestos de todo, dos jóvenes de buena familia matan a un chico de orígenes más humildes a martillazos y cuchilladas, alargando su sufrimiento durante lo que parecen horas, sin tener ningún móvil para matarle. Lagiogia se ve atraído inexorablemente por esa aleatoriedad y violencia brutal, y escribe un libro en el que aúna la presentación del hecho en sí y la reacción de las distintas partes interesadas (incluyendo los testimonios de familiares, amigos y profesionales relacionados con el caso), además de su propia perspectiva como escritor frente a esta historia. Todo el conjunto nos hace profundizar en ese germen del mal que parece nacer en las mismísimas entrañas de una ciudad que se nos presenta como decadente e inundada de odio y perversión; nadie parece salir indemne, incluso el propio asesinado tenía una doble cara desconocida por su familia y su novia. Se trata de una lectura de esas que te atrapan, incluso aun sabiendo desde el principio quiénes son los culpables y quién la víctima, pero ese algo oscuro que todos tenemos dentro te hace querer saber más, entender el porqué de los asesinos, del asesinado, del escritor. La única pega para mí es su longitud, creo que es demasiado reiterativo y hay partes que se hacen algo pesadas.

45. “Cuando la oscuridad nos ama”, de Elizabeth Engstrom. Este libro se compone de dos historias cuyo punto de unión podríamos decir que es el terror psicológico. No es miedo per se, sino más bien una amenaza latente de algo oscuro, una especie de desgraciada consecución de los acontecimientos que da la sensación de que en cualquier momento va a pasar algo malo. En la primera historia la protagonista es una mujer recientemente casada que termina encerrada bajo tierra pero consigue sobrevivir durante años con su hijo, hasta que decide que es momento de que conozca a su padre y las maravillas del mundo exterior. La segunda historia entrelaza dos relatos: el de un matrimonio en el que la esposa descubre que tiene poderes curativos y su marido no para de decir que serán castigados por ello (como parece que sucede cuando por fin son padres), y el de su hija Martha, que nació sin nariz y a la que muchos llaman retrasada, contado desde que mueren sus padres. Ambas historias me han sorprendido gratamente porque están muy bien escritas y consiguen generar en el lector una sensación de tensión latente que hace que no puedas parar de leer. ¡Todo un descubrimiento de autora, libro y editorial!

46.  “Días, meses, años”, de Yan Lianke. Tras meses sin llover y sin previsión de cambios próximos, todos los aldeanos de la sierra de Balou deciden emigrar, bueno, todos menos el más viejo, que decide quedarse porque no quiere abandonar su hogar y sabe que, de camino a cualquier otra parte, perecería. Hay otra cosa que hace que el Viejo no quiera irse, un brote de maíz, el único que ha conseguido salir ese año y que se propondrá hacer crecer hasta devolver la riqueza al pueblo. Durante los días, semanas y meses que siguen a la marcha de todos los lugareños, el Viejo y Ciego (un perro de la aldea) cuidarán del brote como no lo harán de sí mismos: de ello depende su supervivencia futura. Y, en este tiempo, verán secarse el pozo y tendrán que buscar otro manantial del que surtir al brote, buscarán siguiendo el sonido de los ratones sus almacenes de grano, se verán obligados a entrar en casas ajenas en busca de alimento…pero, sobre todo, tratarán de aguantar juntos. Ha sido una lectura triste y amarga por lo real, y porque algunos pesimistas como yo vemos un futuro que podría convertirse en algo parecido…

47. “Supersaurio”, de Meryem El Mehdati. Regalo de mi amiga Claudia, que me encandiló por su estilo, muy actual y con mucha sorna. El libro nos cuenta la que podría ser la vida de cualquier joven actualmente en España: terminas una carrera (incluso un máster), haces prácticas, más prácticas y quién sabe, quizás tengas suerte y te contraten (aunque no sepas si realmente es suerte o no). Cuando consigues que te contraten lo hacen a través de una ETT, y, con el paso del tiempo, si gustas en la empresa y tienen capital para contratar, puede que te contraten directamente. Y quién sabe, tiempo después quizás seas tú quien tenga un becario a su cargo. Pero que sigas este proceso no quita para que seas crítico con él y te des cuenta de que no estás satisfecho, tú no estudiaste para acabar trabajando ahí, para terminar siendo una de las personas que antes criticabas. Y esta es la historia de Meryem trabajando en las oficinas de la cadena de supermercados Supersaurio, aunque no solo habla de trabajo este libro, también de la madurez, el paso a la treintena, la amistad y el amor, las clases sociales, el racismo, etc., y lo hace de un modo muy natural, parece incluso que pudieras escucharla hablar al leerla. Eso quizás es lo que más me ha gustado de este libro, que sin duda es testimonio de cómo nos sentimos muchos con respecto al trabajo y la edad adulta.

48. “Psicogeografía: la influencia de los lugares en la mente y en el corazón”, de Colin Ellard. Un tema que me interesa bastante es la influencia de la arquitectura en nuestros hábitos. El tamaño de las aceras, el poner cortinas o no en las ventanas, las murallas, etc. son detalles que vienen motivados por alguna razón externa (dinero, horas de luz solar, defensa contra los enemigos) pero que modifican en algún modo nuestra actitud (si mi acera es ancha puedo caminar por ella, si tengo cortinas pongo una barrera con respecto al exterior, si vivo dentro de una muralla me siento seguro pero a la vez genera miedo a lo que viene de fuera). Colin Ellard es un neurocientífico de la Universidad de Waterloo que lleva a cabo investigaciones junto con arquitectos y diseñadores urbanos con el fin de estudiar las reacciones de los individuos frente a determinados lugares, qué altera nuestro pensamiento y qué lo calma, llegando incluso a asociar la aparición de determinadas afecciones mentales con la exposición continuada a entornos que impiden el descanso del individuo. A través de su trabajo se observa que nada es inocuo, cada detalle del plan urbanístico debería estar pensado atendiendo a ciertos fines, como podría ser el bienestar de sus habitantes, si bien también nos puede servir a nosotros mismos para reflexionar un poco sobre nuestro entorno y cómo nos gustaría que fuese. Una lectura sobre la que reflexionar.

49. “La verdad sobre el caso Harry Quebert”, de Joël Dicker. Me animé a leer este best seller porque lo había visto recomendado en muchas listas. La historia está narrada por Marcus Goldman, escritor de éxito en sus horas bajas tras la publicación de su gran novela. Para tratar de recuperar la inspiración viaja a Aurora para estar con su mentor Harry Quebert, pero poco después de su reencuentro explota una polémica que amenaza con enturbiar el nombre de Harry: en su jardín encuentran el cadáver de Nola, una joven de quince años desaparecida en 1975 con la que Quebert tuvo un romance siendo él treintañero. Marcus no tenía conocimiento de esta historia, pero confía en su amigo y quiere defender su nombre, de modo que comienza a investigar y escribir una novela para limpiar su nombre. Quizás por exceso de expectativa me ha parecido una novela algo pobre, que no aporta nada nuevo ni cumple del todo con la función de entretenimiento por lo repetitiva que es. Los personajes son sosos, no llegas a empatizar con ninguno y tampoco acabas de creerte su historia (la que menos la de Nola). Al final me pareció que avanzaba en la lectura como el que se queda delante de la tele viendo una peli de sobremesa, más por la pereza de levantarse que por lo que te aporta.

Tengo miedo torero - Lemebel, Pedro - 978-84-339-2487-2 - Editorial Anagrama50. “Tengo miedo torero”, de Pedro Lemebel. Lectura recomendada por Sonia de la cual solo sabía que estaba ambientada en Chile en los años 80. Podríamos decir que es una novela política, puesto que nos ambienta en un país que está viviendo un estado policial represivo en el que intentan alzarse voces contrarias al régimen, ya sea mediante manifestaciones pacíficas de familiares de los desaparecidos (que acaban siendo disueltas a golpes) o mediante la rebelión en la sombra de aquellos como el Frente Patriótico Manuel Rodríguez que buscan acabar por la fuerza con el dictador. Pero esta situación en realidad sirve de trasfondo al leit motiv de la obra, que es la historia de amor entre La Loca del Frente, un gay travestido, y Carlos, el joven rebelde que está organizando el atentado. A través de los ojos de La Loca del Frente vivimos una realidad paralela a la situación política, la de un enamorado que imagina una bonita historia aunque se sabe utilizado, puesto que es su casa la que usan como almacén y centro de reuniones. Lo que más me ha gustado de esta novela es su estilo, el modo que tiene Lemebel de contar una realidad complicada desde una lírica preciosista; porque la película que se monta el protagonista en su cabeza hace de vía de escape también para el lector, que aún intuyendo que todo va a estallar de un momento a otro, vive obnubilado compartiendo el enamoramiento de La Loca del Frente.

51. “Canta la hierba”, de Doris Lessing. Dick es un hacendado en Rodesia (actual Zimbabue) al que no le va excesivamente bien porque nunca consigue dar con un cultivo o ganado que le saque de pobre. En una visita a la ciudad conoce a Mary y decide casarse con ella. Ella Mary es una mujer que lleva una vida desahogada y divertida en la gran ciudad, hasta que descubre que la gente comenta a sus espaldas que vive fuera de la realidad porque no sienta cabeza. Por ello decide casarse con Dick, a pesar de que eso implique volver a la vida en el campo que tanto odiaba de pequeña. Ya en la granja descubrimos a una Mary a la que rápidamente se le queda pequeño el lugar. Sentimos como ella el asfixiante calor pero no nos da pena, porque su actitud hacia los nativos que trabajan para ellos y su modo de verles es horrenda. La cosa irá a peor cuando Dick enferme y ella se hace cargo de vigilar el trabajo en los campos; es severa, impasible y cruel con los trabajadores, lo que generará malestar en todos ellos. Pero un día tendrá un enfrentamiento con Moses, uno de los nativos, y se abrirá ante ella la posibilidad que negaba hasta ese momento: que ellos también sean seres humanos. Lo que más me ha gustado del libro ha sido la tensión in crescendo, que conduce irremediablemente al final que vaticinaba el comienzo del libro.

52. “Temporada de huracanes”, de Fernanda Melchor. La historia, escrita a modo de crónica, está ambientada en un pueblo ficticio de México donde unos niños encuentran el cadáver de la que llaman la Bruja y a la que todos los vecinos temían por considerar que poseía poderes reales. Se sospecha que los asesinos han sido un grupo de jóvenes que merodeaban a menudo por su casa, supuestamente para obtener droga a cambio de favores sexuales, pero cuyo interés real era encontrar el supuesto tesoro que parecía haber heredado la Bruja. Partiendo de esta premisa iremos conociendo las historias de varios de estos jóvenes, como son el yonki chapero Luismi y su novia Norma, embarazada de su padrastro con tan solo 13 años, el violento Brando o la propia Bruja. Les une a todos ellos el querer escapar de su destino, pero al mismo tiempo parecen saber que es algo ineludible y casi se lanzan hasta ese inexorable desenlace de los acontecimientos. Personalmente me ha parecido una narración violenta y sucia, y no es que me haya chocado el estilo en sí, que me parece común al de otras obras de esta corriente de escritoras latinoamericanas que parece haberse generado durante estos últimos años, pero en este caso me ha parecido excesivamente sexual y de un modo gratuito que no me pareció estar justificado.

53. “Valle inquietante”, de Anna Wiener. En el año 2013 la autora decidió dar un giro a su carrera profesional dejando su trabajo precario en una agencia literaria por un puesto de atención al cliente en una empresa de análisis de datos. A través de su particular visión, que es la de una persona ajena a lo tecnológico y amante de las artes y la creatividad, veremos desfilar multitud de personajes que parecen cumplir a la perfección un perfil: el de jóvenes hombres blancos emprendedores, habitualmente ingenieros, que han tenido la gran suerte de vivir en ese momento y ese lugar. Subyace en el libro una crítica a este mercado, que cree estar mejorando el mundo cuando en realidad hace que la brecha sea aún más insalvable, por no hablar del poder que llegan a tener al controlar nuestros datos. Personalmente me han gustado la perspectiva de la autora y su modo de narrar, da la sensación de poder ver cómo funciona su pensamiento, como si pudieras avanzar al mismo tiempo que ella en el análisis de la situación.

54. “Traumbuch”, de Patricio Pron. Leí este libro tan original gracias al préstamo de Sonia. Se trata de un género peculiar, del que no tenía mucha referencia previa: el diario de sueños. Empezando por una breve introducción sobre lo onírico y su presencia en la obra de varios autores, nos encontramos seguidamente con una selección de sueños que el autor ha tenido a lo largo de los años y que bien podrían ser fragmentos inconexos de una superestructura mayor, un super relato (¿el de su propia vida soñada?). Como suele pasar con lo onírico, muchos de los textos no parecen tener mucho sentido, pero leído en su conjunto es muy interesante ver cómo hay temas que se repiten de un modo u otro en muchos de ellos; la identidad o la ausencia de ella, las palabras o su formación, la casualidad o la causalidad. Hay en los sueños algo especial, una especie de ausencia de realidad que los hace increíbles pero, al mismo tiempo, consiguen dejarnos cierto poso de verdad al despertar, antes de (quizás) ser olvidados. Así que esta ha sido una lectura sencilla pero compleja, breve pero intensa.

el leopardo de las nieves o la promesa de lo invisible-vincent munier-978841780062855. “El leopardo de las nieves o la promesa de lo invisible”, de Vincent Munier. Este ensayo está compuesto por los apuntes que Vincent Munier tomó durante las cinco expediciones que realizó al Tíbet para dedicarse a la fotografía de naturaleza y un epílogo que incluye textos de sus acompañantes en cada uno de los viajes. Sus notas no son exhaustivas, relatan momentos puntuales de sus excursiones, pero transmiten a la perfección la belleza y la dureza de la meseta tibetana, uno de los pocos lugares prácticamente inaccesibles que quedan en el mundo. Estamos hablando de que su día a día consiste en estar apostado en el mismo sitio sin moverse durante horas hasta que aparezca algún animal al que fotografiar, y esto lo hace a temperaturas de unos 30 grados bajo cero. Aún así, al leer sus impresiones y ver sus fotos, es casi imposible no querer estar allí con él, viviendo ese instante en el que su mirada se cruza con la de un animal salvaje, ya sea un zorro, un yak o un leopardo de las nieves. Porque aunque a día de hoy podemos ver imágenes de casi cualquier cosa, vivir ese encuentro con lo salvaje continúa siendo algo único. Y justamente esto supone un dilema para el propio Munier, que no puede evitar seguir haciendo estos reportajes fotográficos aún sabiendo que su publicación supondrá que muchas personas quieran también visitar esos lugares, perturbando el poco espacio de naturaleza salvaje que aún queda en el planeta.

56. “Azucre”, de Bibiana Candia. Este libro está basado en la historia real de los 1700 gallegos que viajaron a mediados del s.XIX a Cuba en busca de un futuro mejor. El año en que se ambienta la novela fue el más lluvioso de la historia de Coruña, lo cual arruinó las cosechas, lo que se juntó con la llegada del cólera a la región, nada controlable en una época en la que cualquier enfermedad se consideraba obra de Satanás. Así, la promesa de hacer dinero cultivando el azúcar en Cuba tentó a muchos hombres y niños, que son los protagonistas de esta novela. Si bien la historia de la que trata el libro es real, sus personajes son ficticios, pero sirven a la perfección de ejemplo de aquellos que sufrieron este engaño orquestado por Urbano Feijóo de Sotomayor, un empresario gallego que hizo dinero a base de traficar con esclavos, y cuando vio que podía reducir la mano de obra sustituyendo jornaleros negros por gallegos, no dudó en hacer el llamamiento. Es un libro que se lee casi de una sentada, puesto que está escrito a modo de breves textos que desarrollan momentos puntuales de sus vivencias. Me parece que describe muy bien las penurias de entonces, es fácil imaginar cada personaje y escenario, y además consigue transmitir la impotencia y tristeza que debieron sentir aquellos que de verdad lo vivieron.

57. “Basilisco”, de Jon Bilbao. El año pasado descubrí a este autor con “Los extraños”, un libro que me gustó por la situación tan inverosímil que plantea pero a la vez tan plausible, así que me hizo mucha ilusión este regalo de Gabriela. “Basilisco” también es un libro curioso; cada capítulo es auto conclusivo, de modo que podría parecer que es un libro de relatos, pero los protagonistas son siempre los mismos: un escritor (antes ingeniero) cuya historia está situada en la actualidad y John Dunbar, un trampero veterano de la Guerra de Secesión cuya historia llega a oídos del protagonista gracias al marido de una conocida de su mujer. Debido a los diversos saltos temporales (por un lado el gran salto a esas expediciones del Oeste de Dunbar, por otro los de la propia vida del protagonista) no sabemos bien si nos encontramos en su realidad, en la ficción que incluye en sus libros o en las historias que le cuentan. Se tardan unas cuántas páginas en encontrar el vínculo entre las dos realidades paralelas y entender qué nos está queriendo contar Jon Bilbao. ¿Es John Dunbar una especie de némesis creada por el escritor para escapar de su anodina vida de padre y esposo? No ha sido hasta que he terminado el libro que he conseguido hilar esta reflexión, que me lleva a pensar que hay una especie de tránsito a la madurez y aceptación de la realidad del escritor protagonista como trasfondo. Sea así o no, es un gusto disfrutar simplemente del modo de narrar de Jon Bilbao.

58. “El infarto del alma”, de Diamela Eltit y Paz Errázuriz. Este foto libro es fruto del trabajo conjunto de la fotógrafa Paz Errázuriz y la escritora Diamela Eltit, elaborado en 1994 en el psiquiátrico de Putaendo, a 200 kilómetros de Santiago. En aquel lugar, antiguo sanatorio para tuberculosos, quedaron relegados multitud de chilenos que, por causa de sus enfermedades mentales, no tenían cabida en sus lugares de origen. Pero, aunque hay algo de denuncia social en este trabajo, lo que Errázuriz busca resaltar con sus fotografías es la ternura y el cariño que demuestran algunos de los asilados entre ellos, conformando parejas inseparables. Por su parte, Diamela Eltit acompaña las imágenes con un texto de presentación conciso al comienzo, describiendo su visita al centro, las atenciones recibidas por los asilados y el valor de los trabajadores del manicomio, para más tarde pasar a un ensayo reflexivo sobre las circunstancias de los que allí se encuentran (la esterilización a la que se les somete, el olvido y la soledad a los que están abocados), el amor y la compañía, etc. El resultado de la unión entre este ensayo y las instantáneas de Paz es un impactante trabajo que alumbra esa parte de la sociedad marginal a la que no solemos querer mirar, y quizás en eso radica su interés.

59. “Donde los perros ladran con la cola”, de Estelle-Sarah Bulle. Otra lectura patrocinada por Masa crítica de Babelio. La historia nos sitúa en la Isla de Guadalupe, colonia francesa, y está contada a través de los recuerdos que varios hermanos cuentan a la hija de uno de ellos. De este modo el libro consigue presentarnos a través de distintas generaciones casi un siglo de historia de la isla. Nos teletransportamos a un lugar paradisíaco donde gobierna el calor y la vegetación y el mar son espectaculares. En los años 40 la población vivía del cultivo de la caña de azúcar y la fabricación del ron, pero también se comerciaba con especias y otros productos provenientes de las islas aledañas. Según avanzan las décadas, y al igual que sucedió en tantos otros países, este tipo de trabajos dejan de ser suficiente y los guadalupeños se ven obligados a emigrar, primero a la capital y después a Francia. Todo esto es el trasfondo de una historia familiar que va mucho más allá, puesto que sobre todo nos presenta a unas mujeres de carácter que bien podrían ser referentes feministas. Es, sin duda, un precioso homenaje a la historia de Guadalupe.

Panaderos - Nicolás Meneses - [Reseña] - Miguel Santamarina - Zenda60.  “Panaderos”, de Nicolás Meneses. Segundo libro de Barbarie Editora, protagonizado por William Fuentes, un joven chileno que termina siendo panadero, igual que lo era su padre hasta que tuvo un accidente de trabajo que le dejó manco. William fue testigo del accidente de su padre siendo pequeño, lo que influirá en su trabajo en la panadería del supermercado, puesto que pondrá especial énfasis en la prevención de riesgos y no cesará en el empeño de que sus compañeros pongan más cuidado en lo que hacen. En casa su elección profesional también acarreará consecuencias, a su madre no le hace ninguna gracia que pueda sufrir el mismo destino que su marido y su padre no hace comentarios al respecto porque hace años que vive desconectado de la realidad. Pero la situación económica familiar es tan precaria que no les queda otra alternativa que aceptarlo. A pesar de todo ello, William disfruta de su día a día con los compañeros de trabajo, aprovechando su tiempo libre para jugar a la consola o compartiendo algunos (aunque escasos) momentos familiares. La suya es la vida de un joven cualquiera, pero con su relato nos acerca a una realidad diferente a la nuestra, con la que empatizamos y, al mismo tiempo, aprendemos sobre el trabajo en general y el oficio de panadero en particular. Una lectura muy recomendable.

61. “Las hermanas Makioka”, de Junichiro Tanizaki. Ambientada en la Osaka de finales de los años 30 y principios de los 40, este libro es un fiel retrato de la clase media-alta japonesa de la época. El choque con lo occidental, que se produjo ya a finales del siglo anterior, está en su pleno apogeo en este momento, y de nuevo Tanizaki es crítico en su valoración de este encuentro entre lo tradicional y lo moderno. La novela está protagonizada por tres de las cuatro hermanas Makioka. Sachiko, la segunda, y su marido Teinosuke son un ejemplo perfecto de los valores tradicionales que tratan de mantener. Como dicta la norma, las hermanas deben casarse por orden de edad, pero los múltiples rechazos a los pretendientes de Yukiko han hecho que llegue a los 33 años sin aún haberse casado. Mientras tanto Taeko, la más pequeña, no pierde el tiempo y se ve con varios hombres, lo cual es deshonroso para su familia, que tratará de tapar estos hechos por todos los medios. Al nivel de las grandes sagas literarias familiares, Tanizaki retrata de forma fidedigna la forma de vida, las tradiciones y la cultura de la época, pareciendo como si nos presentase una serie de estampas de la que casi pudiéramos formar parte como observadores. Si bien al principio me costó entrar en la historia por parecerme muy repetitiva, desde el segundo tercio me enganchó precisamente por todo aquello que consigue transmitir a nivel social, pero también por la composición de personajes y la evolución de la historia. Una lectura que no es sencilla, pero sí muy recomendable para los amantes del país nipón.

62. “La ciudad de los cuidados”, de Izaskun Chinchilla. Este ensayo se fundamenta en la idea de que las ciudades han sido y son planificadas por una minoría de hombres centrados en la productividad por encima del bienestar de las personas que más habitan las ciudades (ancianos, niños, mujeres). En la planificación de las ciudades no tiene cabida, por ejemplo, la predisposición natural de los niños a jugar en todas partes, sino que les exige que jueguen en entornos controlados, provocando esto además que sea incompatible el hacer gestiones con el disfrute de los más pequeños. Por otra parte, se dificulta el tránsito de las personas al ocupar la vía pública con mobiliario destinado a los coches, como son los bolardos, y no se facilita que los espacios públicos sean usados para el descanso, o incluso el aseo, colocando bancos cómodos y fuentes que funcionen. La autora reflexiona muy especialmente acerca de todas circunstancias en una sociedad post pandemia, en la que nos hemos hecho mucho más conscientes de la necesidad de estar fuera, y es por ello que deberíamos reclamar el espacio público como algo de todos y para todos, que no nos imponga cómo debemos relacionarnos con la ciudad sino que nos permita interactuar con ella como cada uno quiera. Sin duda es un ensayo muy interesante para hacernos reflexionar sobre la ciudad en la que vivimos, su realidad actual y sus posibilidades futuras.

Artes subversivas para cultivar jardines | Hoja de Lata63. “Artes subversivas para cultivar jardines”, de Teresa Moure. Regalo de mi amiga Claudia, no tenía referentes previos antes de empezar a leerlo. Al estilo de obras como “Cien años de soledad”, esta novela de Teresa Moure nos introduce en la historia de una familia peculiar. El Leandro Balseiro originario, tras recibir un duro golpe al ser acusado de desfalco, decide alejarse del mundanal ruido y dedicarse a crear una especie de jardín de Babilonia en su casa. Su locura acabó en tragedia, dejando a su hija Clara huérfana, y es ella junto a su hijo (también Leandro Balseiro) quienes años más tarde llevarán a cabo una intervención artística que cambiará sus vidas y las de otras personas de su alrededor. Junto a ellos participarán en la intervención un pianista que quedó amnésico tras un accidente y decidió quedarse a vivir allí, su hija, que llegará posteriormente buscando algún tipo de venganza, y la amante de Leandro Balseiro, que también es mujer de uno de sus profesores. La historia de esta troupe tan peculiar es narrada conjuntamente por todos ellos, a modo de diario posterior escrito como prueba para un juicio. Esto hace que contemos con distintas perspectivas, componiendo entre todas una realidad poliédrica que varía según la cara por la que se mire. Sin duda se trata de una lectura sorprendente y entretenida.

64. “Diario de un vacío”, de Emi Yagi. Shibata, la protagonista, lleva una vida anodina. Trabaja en una empresa que fabrica tubos de cartón y, como es habitual, nunca sale a la hora establecida, así que cuando llega a casa solo le da tiempo a comprarse algo de cena y darse un baño antes de irse a dormir, y así todos los días. Sabiendo esto no cuesta entender que Shibata decida quedarse embarazada, ya sea una idea abstracta o una realidad. Aunque en Japón no está bien visto ser madre soltera, su nuevo estado gestante le permitirá salir a la hora de salida real de la empresa, empezará a comer mejor y podrá dedicar tiempo a sí misma (ver películas pendientes, caminar, apuntarse a clases de aeróbic para embarazadas, etc.). El conocer los relatos de sus compañeras de aeróbic, futuras madres reales, es lo que nos hace darnos cuenta del papel reservado a la mujer en Japón, la presión que existe para que cumplan su función y la soledad a la que en realidad se les somete frente a todo el proceso. Al estar dividida en semanas de embarazo, la novela da la sensación de avance, como si pudieras seguir el proceso en directo, lo cual hace que sea una lectura ágil. Aún así deja un poso profundo a la crítica y reflexión sobre la vida en Japón en general y el papel de la mujer en particular. Muy recomendable.

65. “Utopía no es una isla”, de Layla Martínez. Este es un ensayo sobre la utopía, definida como un sistema ideal de gobierno en el que se concibe una sociedad justa, que aparentemente en el momento de su formulación es irrealizable. Y digo aparentemente porque en este “catálogo de mundos mejores” (como reza el subtítulo), Layla nos presenta casos a nivel mundial en que se pasó del papel a la acción, consiguiendo crear modelos de sociedad no perfectos pero sí bastante utópicos. Desde el origen de la idea de utopía con Tomás Moro hasta el Estado comunal del socialismo, pasando por Libertalia (la isla pirata), la potente ciencia ficción de la Unión Soviética, el movimiento chicano o el panafricanismo. Lo que nos plantea Layla en este ensayo es que si solamente creamos distopías, las posibilidades para el futuro se van volviendo cada vez más negras, no cabe la opción de pensar cómo construir mundos mejores, y eso es justo lo que tiene que cambiar. Se necesita volver al folio en blanco y empezar a escribir desde una visión más optimista de lo que queremos construir para empezar a poner ladrillos del nuevo edificio social, y este librito es el combustible perfecto para vislumbrar otros mundos posibles.

66. “Ceniza en la boca”, de Brenda Navarro. Aunque el hecho más impactante que nos narra la novela es el suicidio de Diego, el hermano de la protagonista, el tema central de la novela es más el desarraigo. Ambos hermanos se ven obligados a migrar de México a Madrid para reunirse con su madre, que huyó de la difícil situación política en general y para la mujer en particular de su país de origen. Tras vivir un tiempo con sus abuelos y echar de menos a su madre, terminan por ir a Madrid a vivir con ella, y entonces a quiénes echarán de menos es a sus abuelos, a sus familiares y a México. En ese estado de malestar cada uno empieza a encerrarse más en su mundo y dejan de encontrar apoyo el uno en el otro; la narradora se va a Barcelona a malvivir con trabajos de mierda, mientras que Diego sufre bullying en el colegio y se mete en varias peleas, de las que siempre sale mal parado. Finalmente decide quitarse la vida y la protagonista se verá aún más hundida en ese pozo de soledad en el que ya no encuentra más agarradero que su ira contra todo y todos. La novela tiene sus altibajos, pero en su conjunto me ha parecido un texto potente por poder ponernos en el lugar emocional de un migrante.

67. “Las frías noches de la infancia”, de Tezer Özlü. Se trata de un ensayo biográfico en el que la propia autora desarrolla a retazos su vida. A través del relato en primera persona nos adentramos en una familia de clase media-baja de la Turquía de mediados-finales del siglo XX. Durante sus diez primeros años, Tezer vivió en un pueblo junto a su familia, y posteriormente se mudaron a Estambul junto con su hermano. Este cambio del campo a la ciudad, junto a criarse en país musulmán pero educarse en los principios laicos promulgados por Ataturk y estudiar en un colegio prusiano dirigido por monjas católicas, provocarán un colapso interior en Tezer y no harán más que acrecentar su locura. A través de una narración que se mueve entre lo poético y lo crudo, entre la lucidez y la locura, seguiremos a Tezer en su proceso de desarrollo social, sexual, educativo y psicológico. Desde pequeña la autora muestra un ansia de libertad y de vida increíbles, pero a su vez hay una gran tristeza que la llevarán a tratar de suicidarse en varias ocasiones y a estar internada contra su voluntad y sometida a tratamientos de electroshock. En su conjunto es un libro interesante por mostrarnos un trocito de la historia turca desde el punto de vista de una mujer, viendo además las particularidades de su formación y de ella misma, pero no voy a negar que a veces me costaba ubicarme temporalmente en los textos y saber qué trataba de transmitir Tezer cuando los escribió.

68. “La familia”, de Sara Mesa. Último libro de esta autora que tanto me gusta. En esta novela se nos cuenta la historia de una familia bastante peculiar desde el punto de vista de cada uno de sus miembros. La primera historia nos da una visión general de esta familia desde el punto de vista de la hija adoptada, y vemos que está compuesta por un padre severo que promulga el ascetismo de Gandhi para él y para su familia, no dejando que entre tecnología en la casa y ayudando de un modo supuestamente altruista en organizaciones creadas por él mismo. Su mujer pareció revelarse tras nacer su primer hijo, pero cuando se quedó embarazada del segundo siguió a rajatabla lo establecido en el “proyecto” de su marido. Por último están sus tres hijos naturales, Damián (el mayor, pavisoso y con tendencia a engordar), Rosa (más rebelde, se escapará de casa para estar con un chico y terminará quedándose embarazada) y Aquilino (el pequeño y más avispado). Los siguientes capítulos tendrán como narradores a cada uno de ellos y, desde sus distintas perspectivas, iremos completando el puzle familiar. Y en cada parte hay mucho de Sara Mesa: esa intromisión en lo íntimo que te hace sentir incómodo, situaciones turbias frente a las que no sabrías cómo reaccionar y una preocupación por lo marginal. Pero el salto de un capítulo a otro te desubica, cuesta ordenarlos en el tiempo y son de un interés desigual. Quizás esto fue algo buscado por la autora, pero a mí no ha terminado de convencerme.

69. “Páradais”, de Fernanda Melchor. Por recomendación de Miriam me decidí a volver a Fernanda y a hacerlo en formato audio libro (primero que escucho en mi vida), lo cual resultó ser una experiencia bastante gratificante. El libro cuenta la historia de Polo, un joven que trabaja como jardinero en el complejo residencial Páradais. Desde que su primo Milton desapareció para irse con una banda de narcos, su vida es un continuo discurrir de días en los que tiene que aguantar a los pijos de la urbanización donde trabaja, sin más aliciente que el de emborracharse al terminar la jornada para llegar lo más tarde posible a su casa y no aguantar ni a su madre ni a su prima embarazada. Por aprovecharse del suministro de alcohol que le ofrece, Polo empieza a alternar con Franco Andrade, uno de los residentes, descrito como un gordo pajillero cuyas diatribas de borrachera siempre versan sobre su vecina, una madre de familia muy atractiva. Finalmente ambos llegarán a un punto de no retorno, Polo por querer huir de un trabajo y una vida que odia y Franco por no aguantarse más las ganas de tirarse a la vecina, y planificarán el supuesto modo de dar ese paso adelante que tanto necesitan los dos. A destacar la narración a cargo de Karina Gidi, actriz mexicana, que aporta muchísimo al relato.

zeitoun-dave eggers-978843972283070. “Zeitoun”, de Dave Eggers. A raíz de ver “Treme”, la serie de David Simon, estuve buscando lecturas ambientadas en la Nueva Orleans post Katrina y di con esta biografía escrita por un periodista que fue a recabar testimonios después de la catástrofe. Zeitoun trabaja como contratista en la ciudad y ha de supervisar varias obras, por lo que decide no marcharse junto a su mujer y sus cuatro hijos. La previsión fue empeorando, pero a pesar de todo lo malo no fue el propio huracán, sino que la estructura del dique falló y la ciudad quedó inundada casi por completo. Pasado el Katrina, Zeitoun desempolva una canoa que compró hace años decidido a ayudar a animales y personas en los días posteriores a la inundación. Pero con el paso de los días la situación va cambiando, la ciudad se llena de fuerzas militares y Zeitoun, que es de origen sirio, se verá preso sin posibilidad de explicar quién es ni llamar a su mujer para informarla. Así que el libro da un giro importante, y lo que de entrada parecía un libro sobre un superviviente que se convierte en héroe se transforma en el testimonio de una víctima de la injusticia y el sinsentido de las fuerzas armadas estadounidenses. Un libro muy recomendable, que también se enriquece al conocer la historia personal del clan Zeitoun y la familia que construye Abdulrahman en Nueva Orleans.

71. “Muerte y vida de las grandes ciudades”, de Jane Jacobs. uno de los más famosos ensayos en este ámbito, escrito a principios de los 60 por una de las pensadoras urbanas más relevantes de EEUU. El libro es una especie de manual sobre la ciudad en el que Jacobs aborda en cuatro partes los usos de los diferentes elementos de la urbe, las condiciones necesarias para que exista la diversidad urbana, analiza las fuerzas que atacan a la ciudad y las que la ayudan y propone una serie de tácticas para mejorarla. El ensayo en su conjunto permite al lector formarse una idea del concepto de ciudad que defiende Jacobs, y lo cierto es que su estilo, bastante crítico y fundamentado, consigue que entiendas y compartas su visión. Es muy interesante desgranar a través de su mirada los diferentes planes de urbanismo de algunas ciudades y ver cómo las modas arquitectónicas y lo que aparentemente puede ser una buena idea para un barrio no lo es en absoluto. A mi modo de ver, el libro tiene dos grandes aciertos: concluir que la diversidad (de personas y usos) en la ciudad es necesaria, puesto que los modelos que proponen una zonificación lo único que consiguen es marcar más aún la diferencia de clases y generar barrios más inseguros e incómodos de habitar, y segundo añadir que debe tenerse en cuenta a los vecinos para las renovaciones urbanas en el barrio.

Kamikaze Girls | Novala Takemoto - Comprar en Cicely Editorial72. “Kamikaze girls”, de Novela Takemoto. En la pasada edición del ¡Hostia un libro! me hice con esta novela un poco por casualidad, porque aunque leo muchas cosas japonesas, la temática de esta en concreto no me pegaba en exceso, pero finalmente ha sido una grata sorpresa. Momoko es una estudiante de instituto que vive obsesionada con el movimiento estético de las “lolita”, de modo que viste como si fuese un pastel y trata de emularlas también en la actitud, lo cual consiste básicamente en ser lacia, poco práctica, mirar a los demás por encima del hombro y no querer trabajar. Debido a los negocios de falsificación de Versace a los que se dedica su padre, Momoko se ve viviendo en un pueblo perdido de la mano de Dios, rodeada de yankees (que es como llaman a los jóvenes rebeldes que visten estilo americano). Para sacar algo de dinero Momoko pone en venta artículos de su padre y así conoce a Ichigo, una yankee integrante de una banda de chicas moteras. Y, a pesar de parecerse lo mismo que un huevo a una castaña, ese será el principio de una curiosa amistad. Suena loco el argumento, ¿verdad? Pues lo es, pero al mismo tiempo resulta muy divertido por la diferencia de caracteres entre ambas y las vivencias y modo de ver la vida de cada una.

73. “Forjada en la tormenta”, de David B. Gil. Segunda lectura del año en formato audiolibro, que se trata de un híbrido entre novela histórica, de aventuras y de género negro, todo en uno. Narrada en dos tiempos aparentemente diferentes pero que acaban convergiendo, la obra nos sitúa en la pequeña aldea de Ottara, aproximadamente en el s. XVIII. Una de las tramas está protagonizada por Asaemon Hikura, sámurai del clan Sugawara, que es enviado a la aldea a investigar la desaparición de cinco mujeres jóvenes. Los lugareños creen que ha sido cosa de una bestia legendaria con cabeza de ciervo, pero Asaemon hace oídos sordos de estas supersticiones. La otra trama está protagonizada por Ryo Aratani, samurái miembro del clan Ikeda que mantiene una relación prohibida socialmente con Nanami Kuroda, hija de un famoso forjador de espadas. Para luchar por el honor de su familia, que ha sido asesinada, deberá marcharse y dejarla sola al cargo de la forja de su padre, que ha muerto asesinado. De nuevo me gustó el formato escuchado para esta novela, que me pareció muy entretenida y con cierto punto de enganche incluso a pesar de su larga extensión. Muy recomendable.

74. “El mago. Trece cuentos japoneses», de Ryunosuke Akutagawa. Primera obra que leo del conocido como maestro del relato japonés. Como su propio nombre indica, este volumen recopila trece relatos, aunque no tienen un hilo común. A través de sus historias, que aúnan la tradición oral japonesa con detalles resultantes de la observación de su entorno, se trasluce una gran sensibilidad, siendo protagonistas hombres carcomidos por el peso de una deuda, hermanas muy unidas pero separadas por los celos, etc., es decir, personajes muy humanos. Cabe destacar especialmente el relato de “Mandarinas”, en el que el narrador es un hombre que viaja solo en el tren hasta que se sube una muchacha que se presupone más pobre por sus ropajes. El hombre la mira con cierto desprecio, sobre todo cuando trata de abrir una de las ventanas del tren, pero al ver que el motivo de dicho esfuerzo era lanzar unas mandarinas a sus hermanos, la visión del hombre con respecto a la muchacha cambia completamente, puesto que gracias a ese detalle ha sentido empatía por ella y ha comprendido cuál era su situación. Un trabajo interesante el suyo, sin duda.

Todo va a mejorar - Almudena Grandes | PlanetadeLibros75. “Todo va a mejorar”, de Almudena GrandesEsta es una obra bastante especial en la trayectoria de la autora, puesto que se sale del realismo histórico al que nos tenía acostumbrados con sus últimas novelas para posicionarse en un género entre lo distópico y lo utópico. García Montero (su marido) nos cuenta que Almudena decidió escribir este libro durante el confinamiento, y se nota que es hijo de la pandemia y las restricciones sobrevenidas de ella, además de cómo se transmitió la información a través de los medios y en boca de políticos. En “Todo va mejorar” no hay un solo protagonista, son muchos los nombres y apellidos que encontramos en sus páginas y qué bien podrían tener caras definidas de personajes reales o bien podrían ser cualquier persona. El Gran Capitán es un empresario hecho a sí mismo, que como resultado de la mezcla de sus orígenes y trayectoria profesional decide que ha llegado el momento de crear una nueva España, libre de las estructuras y modos de hacer que han conducido al país a lo que es ahora. Para conseguirlo tiene un plan que pasa por cambiarlo todo de arriba a abajo y, por supuesto, engañar a todo el mundo para conseguir su objetivo. Una vez establecida la nueva realidad en el país nos encontramos con una España que al parecer va fenomenal a nivel económico, pero, como reza una de las frases del libro, “estar en libertad no significa ser libre”, y es por ello que poco a poco irán surgiendo voces insurgentes para desmontar el trampantojo del Gran Capitán. Sin duda se trata de una de las mejores lecturas del año, hay mucha verdad en esta irrealidad, puesto que nos muestra lo mucho que podemos perder para supuestamente ganar.

 

The Nice House on the Lake (ECC Ediciones)Este año no he conseguido superar la cifra de lecturas de libros del año pasado, que fueron 82, pero también hay que tener en cuenta que he leído muchísimos más cómics, y de algún lado tenía que salir el tiempo, jeje. En cuanto a novela gráfica, este semestre he continuado con el segundo volumen de «Reckless» de Brubaker y Phillips (me sigue flipando la maestría en el noir de este tándem), he empezado “Gotham central», también de Ed Brubaker pero con Greg Rucka y Michael Lark a los lápices (y me está encantando conocer el universo Batman desde la perspectiva de los detectives), he leído los tres primeros volúmenes de “Scalped”, de Jason Aaron y R. M. Guéra (otro noir, pero este mezclado con el western y aún más violento) y me he adentrado en el universo de “Zero”, de Ales Kot [et al.], una serie en 4 volúmenes protagonizada por un espía que decide cortar los hilos con La Agencia, lo que le acarreará muchos problemas). Además sigo avanzando en una de las mejores series que he leído en los últimos años, “The nice house on the lake«, de James Tynion IV, Álvaro Martínez Bueno y Jordi Bellaire, una especie de juego psicológico al que un tipo curioso somete a sus amigos al crearles un espacio aislado donde vivir mientras el resto del mundo desaparece.

En cuanto a descubrimientos curiosos, de autores internacionales tenemos “Little Bird” de Darcy Van Poelgeest, una distopía ambientada en un Estados Unidos gobernado por una dictadura sectaria, “El Círculo” de Andoryss y Nesskain, un thriller protagonizado por personas con unos poderes que les permiten encontrarse entre «lo lleno y lo vacío», “Giant” de Mikaël (sobre la vida de un inmigrante dedicado a la construcción de un rascacielos en Nueva York), “La caricia del viento” de Sandrine Kao, un precioso álbum que nos hace reflexionar sobre las cosas pequeñas y “El informe de Brodeck” de Manu Larcenet, que está basado en un libro de Claudel y trata la dificultad para aceptar lo diferente, sobre todo en lugares cerrados. “Jamilti y otras historias” de Rutu Modan (relatos de diversa temática ambientados en el Israel contemporáneo), “Trillium” de Jeff Lemire y José Villarrubia, una historia de ciencia ficción contada en dos tiempos, “Monstruos” de Barry Windsor-Smith, sobre los experimentos para crear armas de guerra humanas en EEUU, “Mi amigo Dahmer” de Derf Backderf, protagonizado por el asesino en serie en su época en el instituto, justo antes de empezar a matar,  “Balada para Sophie” de Filipe Melo y Juan Cavia, una preciosa novela gráfica con la envidia como protagonista y la música como hilo conductor, “El hombre que mató a Lucky Luke” de Matthieu Bonhomme (redescubriendo al personaje de la mano de un nuevo autor), “La sala de los espejos”, de Liv Strömquist (que ofrece un completo análisis de la dictadura de la belleza femenina a lo largo de la historia), “Clase de actuación” de Nick Drnaso (espeluznante todo lo que guardamos en nuestro interior y que puede aflorar en actividades como la representación escénica) y “Ladrona”, de Lucie Byron (una historia juvenil que tiene que ver con la superación de un trastorno como la cleptomanía gracias a la recuperación de la confianza en una misma).

Totoro y yo - Amaia Arrazola | PlanetadeLibros

Además he seguido leyendo a mi querida Tillie Walden en “Sola en el espacio”, que incluye sus primeros trabajos, y en el primer volumen de “Clementine», serie ambientada en el universo de The walking dead. Me ha sorprendido muy gratamente el comienzo de “Hay algo matando niños» de James Tynion IV, Werther Dell’Edera y Miquel Muerto, con ecos de Stephen King por eso de ambientarse en una población donde han empezado a desaparecer niños, y estoy disfrutando de la serie espacial “Saga”, de Brian K. Vaughan y Fiona Staples, de la que he leído los dos primeros integrales. También me he enamorado de Charlie y Nick, protagonistas de “Heartstopper” de Alice Oseman y me he divertido mucho con las tiras cómicas para amantes de los libros incluidas en “La venganza de los bibliotecarios” de Tom Gauld y con “El gran Calvin y Hobbes ilustrado” de Bill Watterson, cuyas viñetas siempre acaban sacándote una sonrisa.

Y, si hablamos de autores nacionales, he leído “Nada del otro mundo” de Laurielle, una historia divertida ambientada en un lugar que está después de la muerte, “Villanueva” de Javi de Castro (porque irse a vivir a un pueblo no siempre es algo idílico), “Hoy es un buen día para morir” de Colo (otra distopía, pero esta ambientada en Madrid y con banda sonora propia), “Chacales” de Nadia Hafid, un cómic dedicado al Trastorno Explosivo Intermitente, “The black holes” de Borja González (precuela de «Grito nocturno», que leí en el primer semestre),  “Loba boreal” de Nuria Tamarit,  gráficamente perfecto aunque le falta algo de fuerza al argumento, «Totoro y yo”, de Amaia Arrazola (un estupendo homenaje a Miyazaki y su cine, muy recomendable), “Baños Pleamar”, de Isaac Sánchez (sobre los recuerdos de infancia del autor en un pueblo de la costa catalana), “Gente de aquí, gente de allí”, en el que Quan Zhou Wu nos habla sobre qué define a los que son de un sitio y los que vienen de fuera y cómo hacer por la integración mutua, y, por último, “El fuego” de David Rubín, una distopía protagonizada por un arquitecto que ve como toda su vida se derrumba mientras se acerca el fin del mundo.

La cosa del pantano de Alan Moore 1 - 3ª ed. : Moore, Alan, Day, Dan, Totleben, John, Veitch, Rick, Bissette, Stephen, San Rafael Simó, Francisco: Amazon.es: LibrosEn el ámbito superheróico, además de la antes mencionada Gotham Central he leído el tercer álbum de «Imbatible» de Pascal Jousselin (aunque se trata de un superhéroe diferente a lo habitual, es mucho más original y creativo), me animé con el recopilatorio dedicado a “Catwoman. Especial 80 aniversario”, de varios autores (algunas historias son mejores que otras, pero en general es un buen integral para conocer a Gatúbela jeje), conocí el personaje de “Elektra: asesina”, de Frank Miller y Bill Sienkiewicz (una obra muy potente, aunque surrealista y de difícil comprensión) y también a “Ojo de Halcón» con los dos primeros volúmenes de la serie de Fraction, Aja [et al.] (si bien el superhéroe no es la repanocha, la historia es muy entretenida y está muy bien realizada); disfruté con “Doctor Extraño: El juramento”, de Brian K. Vaughan y Marcos Martín (aunque cada vez me reafirme más en que Strange es un creído), avancé en las obras del murciélago con “Batman: ¿Qué le sucedió al cruzado de la capa?” Neil Gaiman, Andy Kubert (interesante análisis de la relación de cada uno de los secundarios de la serie en el día de su funeral) y “Nightwing: el nuevo orden”, de Kyle Higgins, Trevor McCarthy (aunque en este caso el protagonista de esta distopía es el ex Chico maravilla). Y por último quería destacar una de las series que más me ha flipado de este año, “La cosa del pantano» de Alan Moore [et al.], de la que devoré los seis volúmenes en pocos meses; una historia muy humana y con trasfondo ecologista que me dejó alucinada 🙂 

Por último, en el ámbito del manga u obras ambientadas en Japón, he leído varias obras auto conclusivas como «El libro de los insectos humanos» de Osamu Tezuka (un clásico recuperado del Dios del manga que es cuanto menos turbio), “La gran revelación” de Yoshihiro Tatsumi (otro gekiga para no perder la costumbre), “En la prisión” de Kazuichi Hanawa (una especie de ensayo ilustrado sobre la vida en la cárcel),  “La espinaca de Yukiko” de Frédéric Boilet (me gustó su estilo de dibujo realista, pero la historia no me convenció tanto), “La bestia” de Hideki Mori (estupenda obra con ecos de «El lobo solitario y su cachorro»), “Los dioses mienten” de Kaori Ozaki (una pequeña historia de corte intimista), “Mujirushi: El signo de los sueños” de mi querido Naoki Urasawa, que es la obra resultante de un encargo del museo del Louvre,  “Ciudad de Yotsuya, barrio de Hanazono” de Kan Takahama (ambientada durante la IIª Guerra Mundial y protagonizada por el dibujante de una revista erótica) y “Himawari”, primera obra de Belén Ortega protagonizada por dos hermanos en busca de venganza.

ASADORA!, VOL. 1 (Asadora!, 1) : Fiell, Charlotte & Peter: Amazon.es: LibrosEn cuanto a las series manga que estoy leyendo actualmente, tenemos “Tokyo revengers” de Ken Wakui, sobre el mundo de las bandas de delincuentes juveniles en Tokio, los spokon “Joe del mañana» de Asao Takamori y Tetsuya Chiba, un clásico sobre boxeo que por fin ha sido editado en España, y “Farewell, my dear Cramer” de Naoshi Arakawa, ambientado en el mundo del fútbol femenino. También estoy leyendo “El incidente Darwin», en  el que Shun Umezawa nos plantea dilemas éticos como la mezcla interespecies o el veganismo, “Kowloon. Generic Romance» de Jun Mayuzuki que nos sitúa en la ciudad china de Kowloon donde sucede algo extraño a nivel temporal, “Dragon Head» de Minetaro Mochizuki con sus vivencias post apocalípticas protagonizadas por unos estudiantes de instituto y  “New normal» de Aihara Akito, ambientada en un Japón pandémico en el ver una boca es prácticamente tabú porque los más jóvenes no conocen la vida sin mascarillas. También me ha sorprendido “Dinosan: Dinosaurs Sanctuary», de Itaru Kinoshita y Shin-Ichi Fujiwara, por la presentación de una especie de zoológico que nos enseña cómo eran los dinosaurios basándose en la biología y la paleontología, y me ha gustado viajar a la Florencia del s. XVI de la mano de “Arte” de Kei Ohkubo, que nos cuenta la historia de una joven que quiere ser pintora. Terminé el romance lésbico en tres volúmenes ambientado en la noche tecno tokiota de “After hours”, de Yuhta Nishio, y espero con ansia cada nuevo número de “Asadora», la nueva serie de Naoki Urasawa protagonizada por una chica piloto que se tiene que enfrentar a un monstruo marino.

Como veis ha sido otro añito cargado de muchas (y buenas) lecturas. 2023, ¡allá vamoooooosssss! 😀 


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Publicado 10/01/2023 por ihortalen la categoríalecturas

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