Peluquerías de antaño
Olivares y olivares
«¡Olivares y olivares
de loma en loma prendidos
cual bordados alamares!
¡Olivares coloridos
de una tarde anaranjada;
olivares rebruñidos
bajo la luna argentada!
¡Olivares centellados
en las tardes cenicientas,
bajo los cielos preñados
de tormentas!…
Olivares, Dios os dé
los eneros
de aguaceros,
los agostos de agua al pie,
los vientos primaverales,
vuestras flores racimadas;
y las lluvias otoñales
vuestras olivas moradas.»
Extracto de «Los olivos», poema de Antonio Machado.
El famoso Gimnasio Maravillas
De nuevo gracias a Open House Madrid pude conocer uno de los edificios considerado «clásico arquitectónico» de Madrid, el Gimnasio Maravillas. Perteneciente al Colegio LaSalle, se trata de una alucinante estructura a tres alturas diseñada por Alejandro de la Sota.
La visita comenzó en la planta baja, con acceso desde la calle, donde se sitúa la pista de baloncesto. Bajando un nivel nos encontramos con la piscina cubierta, cuya existencia tan sólo puede intuirse por el olor a cloro. En una entreplanta entre la planta baja y el primer piso se encuentran las gradas, muy estrechas pero funcionales), y por fin en la primera planta se encuentran unas aulas que De la Sota sacó de la nada, o más bien del espacio que le daba la inclinación de la calle. Muy inteligemente las ideó en escalera y no las unió directamente con la calle sino que dejó un espacio para que también pudiera entrar la luz en la cancha del piso inferior. Una auténtica maravilla, sí señor. En esta planta también se encuentra la biblioteca y sala de estudio. Por último, en la planta superior se encuentra el patio del colegio propiamente dicho, con sus bancos, pistas deportivas, y los edificios del colegio, todo ello con unas magníficas vistas a la Castellana.
Edificio Castelar o Pérez-Llorca
La cuarta visita a la que pude asistir de Open House Madrid fue al edificio Castelar, sito en el Paseo de la Castellana (cerca de Nuevos Ministerios), al cual ya le había echado el ojo por su curiosa estructura sustentada sobre un pilar central (que resulta ser el ascensor).
La visita fue bastante somera porque, aún siendo sábado por la tarde, había gente trabajado en el edificio, que ahora pertenece a la firma de abogados Pérez-Llorca. Tan sólo pudimos visitar de forma guiada la planta de la recepción y la baja, donde se encuentra la biblioteca y diversas salas de reuniones. Todo muy amplio, limpio, perfecto…quizás pecando de aséptico, pero quizás por ello muy apropiado para su función actual.