febrero 24

Atasco en la general

Bajo la repisa se esconde la vía que transitan los caracoles, especialmente aquellos días en que hace tiempo que no llueve.

«¡Esto está imposible!»– podría comentar George, el último de la fila.

Pero, en realidad, George no tiene ninguna prisa. Ni él ni los demás. Así que apagan sus «motores», se ocultan en su concha y esperan dando una cabezadita a que se haga de noche y suba la humedad, o que vuelva a nublarse el cielo y caiga algún que otro chaparrón.

Será entonces cuando volverá a fluir el tráfico en la vía que hay bajo la repisa. Con la suerte, además, de que en el mundo caracolil no se producen accidentes, ya que se adhieren con firmeza a cualquier superficie y, en lugar de colisionar, pasan por encima unos de otros.


Etiquetas: ,

Publicado 24/02/2012 por ihortalen la categoríaanimalia

6 HUELLAS :

    1. De ihortal (Autor del artículo) el

      Parece que regalen una cabezadita tranquila, jeje.
      P.D. Creo que este es tocayo del George de Oviedo 😛

      Responder
  1. De Miguel el

    No sólo pueden pasar unos por encima de otros, además pueden hacer uso de sus «dardos del amor», descolgarse -como Tarzán, o como Spiderman incluso- y avanzar posiciones a la vez que inseminan. ¡Quién tuviera los superpoderes de un caracol!

    Responder
    1. De ihortal (Autor del artículo) el

      Había olvidado los dardos del amor, que, además, pueden atravesar incluso el calzado humano…¡temblad malditos! El dominio caracolil está próximo…

      Responder

Deja tu huella.

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *