julio 11

Meteora

Allí donde Zeus encerró a los titanes fue el hombre a plantar sus monasterios en todo lo alto. El conductor que nos llevó de la agencia de alquiler de coches al aeropuerto nos preguntó: «¿Quién sería el primero al que se le ocurrió?», y es que, una vez se ha visto el lugar en primera persona, es una pregunta que te haces casi obligatoriamente.

Por suerte ahora cuentan con un sistema de carga de suministros automático, pero en antaño a las personas y mercancías las subían manualmente, metidas en redes.

Piedras que te miran

Un paisaje de lo más sorprendente.

Meteora, Tesalia, Grecia.
Mayo 2022
junio 27

Romántica Olimpia

Si se viaja el Peloponeso, una de las visitas casi obligadas es Olimpia. A día de hoy el pueblo se mantiene básicamente por y para el turismo (muy alemán y mucho francés), pero el sitio arqueológico donde en la Antigüedad se celebraban los Juegos Olímpicos (para situarnos, los primeros se celebraron en el 776 a.C.) merece mucho la pena. Si bien «solo quedan restos» (la premisa para la que hay que estar preparado cuando se viaja a Grecia), el paseo por todo el lugar es muy agradable y consigue que te hagas una idea del tamaño y las actividades que allí se realizaban. Además se puede visitar un museo con más explicaciones, alguna que otra escultura relevante y unos mosaicos que me encantaron por su expresividad.

Olimpia, Peloponeso, Grecia.
Mayo 2022
junio 23

Oye, ¡que Grecia es muy montañosa!

Durante el viaje tuvimos tan solo un día de lluvia, que justamente nos coincidió con la celebración del Día del trabajo. Ambas cosas nos hicieron tener que replantear la ruta para ese día, así que decidimos visitar algún pueblito del interior del Peloponeso, que oye, ¡está llenito de montañas! El lugar elegido fue Dimitsana, un pueblito con bastante encanto y que, incluso, podría recordar a algunos de la geografía española (quitando la torre de la iglesia estilo bizantino, claro, jeje).

Dimitsana, Peloponeso, Grecia.
Mayo 2022
junio 16

Corinto

En Corinto visitamos el canal que separa la península del Peloponeso de la Grecia continental, y por el que antiguamente pasaban las embarcaciones entre el mar Egeo y el golfo de Corinto. Y digo antiguamente porque hoy podrían seguir haciéndolo, pero se ha quedado casi prácticamente para uso turístico, porque su ancho es solo de 21 m.

Por otra parte, merece la pena recorrer los restos de Acrocorinto, la antigua Acrópolis que, a día de hoy, parece más una fortaleza. Las vistas desde lo alto son estupendas, pero claro, para llegar hay que subir unas pocas cuestas…jeje.

Corinto, Grecia.
Mayo 2022