«La libertad guiando al pueblo» Eugene Delacroix
El cielo belga
En ocasiones, cuando veía un cuadro de artistas centroeuropeos, pensaba que, con el paso de los años, habría ido perdiendo color y difuminándose. Pero, habiendo estado por fin allí, he descubierto que ese cielo existe. Es un cielo difuso, repleto de nubes y niebla que tapan un sol que lucha por salir, pero que, inevitablemente, queda relegado a un segundo o tercer plano. Como si sobre el blanco de la luz del sol hubieran pintado de gris y azul, y luego lo hubieran extendido con el dedo.
P.D. Puede que este no sea el ejemplo más claro visto en una pintura, pero imagino que os haréis una idea 😉
La iglesia de Jukkasjärvi
Las iglesias de la zona norte de Suecia son bastante curiosas,
muy distintas a las que estamos acostumbrados a ver en España y otros países europeos.
Un ejemplo es la iglesia de Jukkasjärvi, que ilustra este post.
Para empezar, su estructura es de madera pintada de color rojo,
y tiene una valla pequeña alrededor que la delimita,
pudiéndose acceder al recinto través de una entrada bajo una pequeña torre.
Una vez dentro, nos encontramos con la iglesia en sí, que parece una pequeña casa, rodeada por un hermoso y cuidado jardín.
Su interior, pequeño y acogedor, sorprende por diversos detalles.
Su órgano, decorado y pintado de un modo tribal.
El altar, casi al nivel del suelo, se encuentra decorado por un tríptico estilo naif y una luna en el cielo, pintada en el techo.
Los bancos son de un bonito color azul, y, a cada extremo, se descubren tallados unos símbolos, que quizás pudieran
ser escudos de las distintas familias.
Uno se queda con las ganas de saber más acerca de la historia y porqués de esta iglesia,
de ver cómo es una misa en un pueblo minúsculo al norte de Suecia, más arriba del Círculo Polar Ártico.
Quizás para nuestra siguiente visita…
Impertérrito
Visto desde el parque de la Fuencisla, se alza entre los ríos Eresma y Clamores el Alcázar de Segovia, castillo medieval cuyos impertérritos muros han acogido a los Reyes de Castilla, lo mismo que a reos, artilleros o turistas.
Sin duda alguna, merece la pena contemplar su silueta y dejarse llevar imaginando las hazañas y gestas que pudieron acaecer, siglos há, en tan imponente fortaleza…
(Esta foto y este post están dedicados a Jesús, gran adorador del Alcázar 🙂 )