noviembre 22

La Villa d’Este

La villa del Este, ubicada en Tívoli (un pueblín a unos 30 km. de Roma), es un claro ejemplo del esplendor y la grandilocuencia del estilo renacentista.
Declarada Patrimonio de la Humanidad, esta villa fue un encargo del cardenal Hipólito II de Este, y se terminó de construir a finales del siglo XVI. Con un bello palacete y un hermoso jardín repleto de esculturas y fuentes (cerca de 40), la villa tomó como referente la cercana Villa Adriana, incluyendo las técnicas de ingeniería hidráulica utilizadas por los romanos.

Si tenéis oportunidad recomiendo la visita, no sólo por el espacio en sí, sino porque, viniendo de Roma, se agradecen el sosiego y la tranquilidad que tan poco se encuentran en la ciudad eterna.

septiembre 3

Museo Plantin-Moretus

El museo Plantin-Moretus, situado en Amberes (Bélgica), es todo un lujo para los frikis del mundo editorial, tanto desde el punto de vista del productor o impresor como del amante del objeto resultante (el libro).

Dicho museo rinde honor a los impresores Christoffel Plantijn y Jan Moretus. La imprenta fue fundada en el siglo XVI por Plantijn, y tras su muerte pasó a ser propiedad de su yerno Jan Moretus, que en 1876 vendió la imprenta a la ciudad de Amberes. Al año siguiente las estancias y la imprenta fueron abiertas al público, y en 2005 el conjunto de la casa, talleres y museo Plantin-Moretus fue designado como lugar Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Uno de los documentos más valiosos que puede verse en la visita es la Biblia Regia.

junio 22

Granada

ihortal-681

-¡Abenámar, Abenámar,
moro de la morería,
el día que tú naciste
grandes señales había!

Estaba la mar en calma,
la luna estaba crecida;
moro que en tal signo nace
no debe decir mentira.

-No te la diré, señor,
aunque me cueste la vida.
-Yo te agradezco, Abenámar,
aquesta tu cortesía.

¿Qué castillos son aquellos?
¡Altos son y relucían!
-El Alhambra eran, señor,
y la otra la Mezquita;
los otros los Alixares,
labrados a maravilla.

El moro que los labraba
cien doblas ganaba al día,
y el día que no los labra
otras tantas se perdía

desque los tuvo labrados
el rey le quitó la vida
porque no labre otras tales
al rey de la Andalucía.

El otro es Torres Bermejas,
castillo de gran valía;
el otro Generalife,
huerta de par no tenía.

Hablara allí el rey don Juan,
bien oiréis lo que decía:
-Si tú quisieras, Granada,
contigo me casaría;
daréte en arras y dote
a Córdoba y a Sevilla.

Casada soy, rey don Juan,
casada soy, que no viuda;
el moro que a mí me tiene
muy grande bien me quería.

Hablara allí el rey don Juan,
estas palabras decía:
-Echenme acá mis lombardas
doña Sancha y doña Elvira;

tiraremos a lo alto,
lo bajo ello se daría.
El combate era tan fuerte
que grande temor ponía.

abril 25

A tiro

En un nido de ametralladora
el tiempo pasa lento,ihortal-660
las horas pierden su sentido,
y los días y las noches son infinitas.

El frío obliga al soldado
a controlar su propio cuerpo
con especial atención,
pues la traición está
tras cualquier movimiento brusco.

El oído es primordial,
cuando la vista se pierde en la inmensidad
del terreno.

La «caza» redescubre el lado salvaje
que hay dentro de todos y cada uno
de nosotros.
Nunca somos más animales
que en época de guerra.

 

Gracias al CENEAM pudimos conocer parte de los restos de la Guerra Civil que aún se encuentran en la sierra de Guadarrama (las coordenadas para verlo en Google Maps son: 40.873468, -4.006319), en mejor o peor estado de conservación. Porque, nos guste o no, esto forma parte de nuestra Historia, y mejor conocerla que tratar de olvidarla, a ver si, de una vez por todas, no tropezamos de nuevo con la misma piedra.

ihortal-659