junio
1
mayo
29
Puerto Madero
Puerto Madero es una zona bastante curiosa de Buenos Aires. Se encuentra casi lindando con el río de la Plata (junto al río Dique) y parece bastante reciente, recuerda incluso un poco a la zona industrial junto al Támesis que fue rehabilitada para hacer viviendas de lujo.
Restaurantes estilosos, lofts reformados que previamente debieron ser almacenes de material de pesca, rascacielos de lujo cerca…
Incluso Calatrava tiene aquí obra suya, el puente de la Mujer.
Un contraste grande frente a lo que se ve en otras zonas de la ciudad, alguna bastante cerca como por ejemplo La Boca.
Puerto Madero, Buenos Aires, Argentina.
Abril 2023
mayo
16
La Cuerda larga
Ha costado un tiempo conseguirlo, ¡pero ayer por fin logramos hacer la cuerda larga! Como única pega puedo decir que hubo bastante viento, pero que no hiciese mucho calor ayudó a que fuese más liviana, y los paisajes desde arriba merecen la pena. Casi 21 kilómetros con subes y bajas constantes, así que hoy estoy un poco para el arrastre, jeje.
La cuerda larga (de Bola del mundo a la Najarra), Comunidad de Madrid, España.
Mayo 2023
abril
4
El castillo de Oreja-Ribera del Tajo
En febrero hicimos una ruta cicloturista por los alrededores de Aranjuez que pasaba por el pueblo abandonado de Oreja-Ribera del Tajo.
La cuestecita para llegar hasta el pueblo se las trae, pero la paliza mereció la pena porque desde el promontorio las vistas son estupendas.
¡Un descubrimiento curioso en las proximidades de Madrid!
Oreja-Ribera del Tajo, Toledo, Castilla la Mancha, España.
Febrero de 2023
marzo
16
Muniellos
Sería ya hace unos 12 años que fuimos por primera vez a la Reserva Natural Integral de Muniellos. Allí pudimos hacer una ruta bastante exigente (en una época en la que no estábamos ni de cerca tan supuestamente bien preparados como ahora) que nos enamoró, sobre todo porque ofrecía la posibilidad de estar prácticamente solos en un entorno natural incomparable.
Por eso mismo quisimos volver a recorrer el lugar, y por fin estas Navidades tuvimos la oportunidad. Aunque no pudimos hacer la misma ruta que entonces (por temas de horario), volvió a encantarnos su robledal en invierno. Eso sí, ¡qué cantidad de agua! La mayor parte del camino estaba anegado, y de hecho no pudimos llegar a las lagunas porque era casi imposible cruzar un río inesperado.
Aún así su naturaleza volvió a enamorarnos, así que sin duda regresaremos. A ver si, para la próxima, en otra época del año 🙂
