Y volver
Tras nuestra accidentada primera visita en el 2014 a Torres del Paine, en la que solo pudimos hacer parte de la primera etapa del recorrido de la W, volvimos por fin a intentarlo de nuevo y así quitarnos esa espinita de la imposibilidad que se queda clavada bien hondo.
El Parque Nacional nos recibió con unos colores más otoñales que en nuestra primera vez, que fue a finales de primavera y estaba todo bastante más cubierto de nieve y embarrado.
En la famosa subida a la laguna de las Torres no nos encontramos con niebla, nieve y ventisca, más bien hacía calor (sobre todo teniendo en cuenta que subimos sobre mediodía y cargando con nuestras mochilas), aunque en lo alto sí que vimos cómo las nubes se acercaban peligrosamente a las Torres para que no pudiésemos hacerlas fotos, jeje.
¡Y llegamos por fin a la cumbre!
Ya de bajada, cerca del primer camping, nos sorprendió un paisaje muy del estilo del Red Redemption 2 🙂