Una lengua glaciar de Vatnajökull
En Islandia, por fin, pudimos caminar sobre un glaciar. Mola sentir cómo los crampones se agarran al hielo, ver cómo saltan pedacitos al caminar; es cansado, porque parece que tuvieras que hacer el doble de esfuerzo, pero también es impactante. Lo más alucinante es ver las grietas, interminables, por las cuáles podrías desaparecer si te cayeses en ellas…
Pero no hace falta caminar por los glaciares para encontrarse con ellos. El glaciar Vatnajökull, que si lo veis en un mapa es gigante, tiene unas cuántas lenguas que pueden verse desde la carretera. La de las fotos creo que es Jökullsárlón, y aunque no es muy grande (el Perito Moreno tiene una altura mucho mayor) sorprende porque puedes tocar los trozos de hielo que se han ido soltando y que flotan por el lago. Un paisaje impactante.
El poder del hielo
Más Perito
Y, por fin, el Perito Moreno
Si bien nunca es igual estar físicamente en un lugar que ver una foto del mismo, con el Perito Moreno esta disociación es aún mayor. Haber podido ver in situ un glaciar es, muy posiblemente, una de las experiencias más increíbles que he vivido. No hay palabras ni imágenes que puedan describir la magnitud de este paisaje, la impresión que produce verse frente a algo tan brutalmente grande, la sensación de frío a pesar del sol, sus desprendimientos y los sonidos que producen…
Sin duda, un lugar que conocer de primera mano.