Uno de los lugares que más ganas teníamos de conocer es Hiroshima, sobre todo después de haber leído el manga «Hiroshima» de Keiji Nakazawa. Aunque íbamos más o menos mentalizados para lo que nos podíamos encontrar, la ciudad nos sorprendió por su amplitud, su arquitectura moderna y su tranquilidad.
Pero Hiroshima también es una ciudad viva, que quiere recordar su pasado para aprender de el, y por ello han creado el Parque Memorial de la Paz, donde se encuentra la Cúpula Genbaku o de la bomba atómica, que hoy día es un icono del país.
A pesar de que no es una visita fácil emocionalmente hablando, merece muchísimo la pena recorrer el parque y cada una de sus esculturas recordatorio, además del Espacio Memorial por las víctimas y el Museo de la Paz, puesto que en su conjunto sirven de aproximación al hecho histórico y, sobre todo, a sus consecuencias y cómo reaccionó frente a ello el pueblo japonés.