Alargar la ruta senderista habitual para llegar a la planicie desde la que se pueden observar las tres cimas del Lavaredo nos llevó a poder disfrutar casi en solitario de una zona algo más inaccesible debido a la nieve pero preciosa, con su lago y sus múltiples marmotas acercándose sin miedo a los humanos que transitaban esos caminos.
También nos tocó bajar por una pendiente poco transitada con bastante nieve en la que te ibas hundiendo cada poco, pero esta también fue una experiencia satisfactoria (sobre todo al pensar que había gente haciéndolo en sentido contrario y eso habría sido mucho peor, jeje).
Finalmente coronamos y pudimos disfrutar de estas maravillosas vistas, aunque aún nos quedaba buena parte del camino hasta llegar de nuevo al parking de donde habíamos salido.
Dolomitas, Trentino-Alto Adigio, Italia.
Junio 2024