enero 7

Los puentes de Brooklyn y Manhattan

Más puentes que conectan Manhattan con otros distritos, en este caso con Brooklyn (por encima del East river). Una se siente muy pequeña cuando los ve desde abajo…

Esta es la famosa vista desde el barrio de DUMBO que se ha popularizado en los últimos años, a la par que el distrito ha ido cogiendo fama.

Brooklyn, Nueva York.
2021.
enero 4

De puentes y faros

Una de las cosas que más me sorprendieron de Nueva York son sus puentes. Realmente no te haces a la idea del tamaño que tienen hasta que no los observas de cerca, además de descubrir las magníficas obras de ingeniería que son. 

El puente de George Washington, además, tiene algo especial, y es que, debajo de su estructura, está el pequeño faro rojo, cuya presencia hoy día es meramente simbólica. Y, aún así, es el que da mayor envergadura y carácter al puente, además de decorar el precioso paseo del río Hudson.

George Washington Bridge and The little Red Lighthouse, Nueva York.
2021
septiembre 20

Atardecer en el Támesis

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Muchas veces he oído decir a la gente que lo que le falta a Madrid es un gran río…y es verdad, porque aunque nos gustaría que el Manzanares fuese otra cosa, el encanto que tienen ríos como el Sena, el Tíber o el Támesis no los tiene el nuestro (aunque Madrid Río sea bien bonito).

octubre 5

Con el arroyo

«En conversaciones con contemporáneos yo vi oí tras sus

rostros

la corriente

que corría y corría y llevaba consigo a voluntarios e involuntarios.

 

Y el ser con ojos pegados

que quiere ir hacia el medio del chorro, contra la corriente,

se arroja hacia delante sin temblar

en furiosa hambre de sencillez.

Donde más fuerte es la corriente,

como allí donde el arroyo se angosta y va hacia el otro lado

del chorro – lugar donde hice un alto

luego de un viaje a través de bosques secos

 

una noche de junio: el transistor da lo último

de la sección extraordinaria: Kosygin, Eban.

Algunos pocos pensamientos me taladran, desesperadamente.

Algunos pocos hombres están lejos del pueblo.

 

Y bajo el puente colgante pasan las masas de agua

 

estrellándose. Aquí llega la madera. Algunos troncos

señalan hacia el frente como torpedos. Otros se tuercen

totalmente, giran torpemente y van hacia destinos nulos

y algunos olfatean las costas del arroyo,

se meten entre piedras y resaca, se clavan

y se dan la vuelta como manos unidas,

 

inmóviles en el estruendo…

 

Vi oí desde el puente colgante

en una nube de mosquitos,

junto con algunos muchachos. Sus bicicletas

enterradas en el verde – solo los cláxones

sobresalían.»

Deshielo a mediodía. Tomas Tranströmer