abril 9

Por los callejones

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Una de las cosas que más me gusta de Italia en general y de Roma en particular son sus callejones, túneles oscuros que llevan a patios vagamente iluminados, decorados con plantas y, siempre, silenciosos. Un espacio en el que introducirse para dejar atrás el ruido de las calles principales, el sol y las aglomeraciones; en definitiva: un oasis de paz en el caos.ihortal-1322

marzo 22

Roma

«Verás entre meadas y meadas,
más meadas de todas las larguras:
unas de perros, otras son de curas
y otra quizá de monjas disfrazadas.

 

Las verás lentas o precipitadas,
tristes o alegres, dulces, blandas, duras,
meadas de las noches más oscuras
o las más luminosas madrugadas.

 

Piedras felices, que quien no las mea,
si es que no tiene retención de orina,
si es que no ha muerto es que ya está expirando.

 

Mean las fuentes… Por la luz humea
una ardiente meada cristalina…
y alzo la pata… Pues me estoy meando.»

 

«Se prohíbe hacer aguas»,

en «Roma, peligro para caminantes»,

de Rafael Alberti
ihortal-1048Pero, a pesar de su ruido,

su olor a pis,

su ausencia de espacio vital para cada individuo,

su rechazo al turista,

su abandono…

terminas por mirarla a la inversa,

por admirarla tal y como es

en su caos y dejadez,

y te das cuenta de que lo que sientes por ella

no es otra cosa que Amor.

(Sí, ahora que ya no estoy allí lo puedo decir)