enero 2

Punta Arenas

ihortal-1279Desde Punta Arenas se puede ver Tierra de fuego, allá al fondo, cruzando el estrecho de Magallanes.

Es gracioso volver a escuchar esos nombres que no oías desde que estudiabas en el colegio, y más aún haber estado allí.
ihortal-1282Mientras los barcos transitan por el estrecho, cientos de cormoranes descansan en una pasarela de madera ya vieja y abandonada.

La estampa emana esa sensación de que cualquier tiempo pasado fue siempre mejor…

 

noviembre 22

Allá en la Patagonia chilena

ihortal-1240Allá en la Patagonia chilena, en ese espacio del mundo donde no hay pueblos dispersos sino solo tres pueblos entre estepas inmensas. A unas horas en que el día está por comenzar, en uno de esos días fríos de invierno de cielo despejado, allá en la Patagonia chilena, tan solo unos pocos senderistas recorríamos en autobús la distancia entre Puerto Natales y el Parque Nacional Torres del Paine.

Y, en medio de ninguna parte, paramos cerca de este café. Un café que habrá visto nevadas que lo habrán dejado aislado, por el que habrán pasado tantos y tantos viajeros en su camino al Paine. Aquel día de finales de invierno, yo pisé ese café. Y me sorprendió encontrar un grupete de senderistas hablando en español sobre el sometimiento de los pueblos. Y la conversación, entre una australiana, un italiano y una chilena (que trabajaba en el café), la guiaba un catalán.

Yo no soy nadie, y por ello sé que mis opiniones no valen nada. Y menos cuando uno está al otro extremo del mundo, viendo algo que, posiblemente, no volverá a ver jamás. ¿Por qué no basta con sabernos afortunados por poder estar allí? ¿Por qué no es suficiente con lo increíble que es el mundo? ¿Por qué somos siempre tan egocéntricos?

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octubre 15

Chile de color

ihortal-1192Me aplico el dicho de «nunca es tarde si la dicha es buena», puesto que ha pasado bastante tiempo desde mi última actualización, pero no ha sido por falta de ganas, sino por exceso de trabajo acumulado. Si bien no actualizaré tanto como me gustaría, quiero ir compartiendo poco a poco, entre otras muchas, las fotos de mi último viaje.

Chile es tan grande que en él caben muchísimas cosas, pero así a bote pronto me quedo con una de ellas: el color. Porque, a pesar del gris invierno que trataba de inundarlo todo, el color estaba siempre en todas partes, ya fuera gastado o brillante, en graffitis o en la naturaleza, tras la niebla o a pleno sol.

Espero poder compartir ese color chileno que respira al otro extremo del mundo a través de mis fotos, pero, como suele decirse, nunca será lo mismo que verlo de primera mano. Y puedo decir que el viaje merece verdaderamente la pena.

septiembre 21

Primeras conclusiones

ihortal-858Termina la tercera semana de curso y, a una por finalizar el mes, me veo con fuerza como para sacar algunas conclusiones al respecto de mis vivencias en este tiempo (no digo yo que no me equivoque en algunas de mis apreciaciones):

– Es más difícil de lo que puede parecer convivir a diario con gente a la que sacas 7-9 años, sobre todo en la veintena. Si nunca he sido la reina de la fiesta en mis años mozos, ahora que ya tengo unos pocos años más menos aún…y no solo eso; no se está en la misma etapa de la vida, no se quieren las mismas cosas, y no se da la misma importancia al hecho de poder disfrutar de esta oportunidad. La clave: paciencia (mucha), y no perder en ningún momento de vista el motivo por el que uno hace esto.

– Confirmado: hay mucho cerdo suelto. Cosas como menaje de cocina en el fregadero durante una semana (hasta que no quedaban más ollas que poder usar), la cuchilla quitapelos en medio de la ducha a diario o el descubrimiento de cientos de cosas «perdidas» debajo de cama ajena lo demuestran.

– Confirmado también lo poco respetuosas que son algunas personas. No se puede llegar un jueves a las 3:30 de la mañana, hablando a voces y con la música a tope, a preparar la cena a tres tíos que acabas de conocer. Y romper un plato de paso, por si quedaba alguien dormido. Y que la fiesta dure hasta las 5 de la mañana. (Solo espero que se cargue en su karma el odio eterno que ardió en mi interior durante esa hora y media)

– Es difícil hablar un idioma que estás aprendiendo cuando te relacionas con gente que está en diferentes niveles de aprendizaje, y cuando, de verdad que sí, el idioma que manda es el inglés. Debido a esto me he dado cuenta de que, muchas veces, voy pensando en inglés. Y por eso, cuando me bloqueo en una tienda, digo «sorry» en vez de «scusi», o «Good morning» al llegar a clase en vez de «Buongiorno», cuando está claro que los italianos me entenderían mejor si hablase en castellano.

– Los italianos no se parecen tanto a los españoles como pensaba. Sí que compartimos el amor por la comida y la bebida (lo que se conoce como «la buena vida»), pero no somos tan desastres en lo que se refiere a la puntualidad (personas o transportes) o la conducción (aunque parezca increíble). Tampoco tenemos tanto latin lover suelto, pero sí que son muy de hacer fiestas. Lo que me ha gustado comprobar es que mucha de su smorfia o gesticulación también se usa en España 🙂

– Como nos ha dicho un profesor, «cuando se viaja no sólo se conoce gente, también lugares, y esos lugares también nos dan la bienvenida y nos despiden». La Toscana en este sentido es un lugar excelente, que enamora nada más verlo. Ciudades como Siena, Florencia o Lucca, pueblos como Pienza o Montepulcciano, son realmente especiales. La bienvenida, por tanto, ha sido buena. Para la despedida aún me quedan 10 días…