El valle de los Neandertales
Fue gracias al libro «La vida contada por un sapiens a un neandertal» de Juan José Millás y José Luis Arsuaga que descubrí la existencia de lo que se conoce como el valle de los neandertales.
En esta zona, ubicada en las proximidades del municipio de Pinilla del Valle (situado en el valle alto del río Lozoya), se está trabajando en diversos yacimientos, en los que por ahora se han encontrado restos de plantas y animales, entre los que destacan las hienas y los neandertales. Estos vestigios abarcan desde entre 300.000 y 40.000 años antes de la actualidad, y son un auténtico descubrimiento a nivel nacional e internacional. La suerte fue que las cuevas donde se han encontrado se derruyeron en el pasado, de ahí que aún queden restos analizables (puesto que estaban tapados por el techo de la cueva).
Es de lo más curioso recorrer este valle (que, a día de hoy, también es un auténtico vergel dentro de la Comunidad de Madrid) y pensar que hace miles de años lo habitaron no solo nuestros antepasados, sino también especies como elefantes, leones o hienas. Según nos contaron en la visita, debía de tratarse de una zona especialmente rica, que contaba con agua y vegetación variada dado el carácter alpino de la zona, y es por ello que esporádicamente era habitado por poblaciones de neandertales.
Dentro de poco empezará la nueva temporada de trabajos en la excavación, pero aún se encuentran investigando lo que se ha encontrado en años anteriores, como por ejemplo la zona de «trofeos», un espacio en el que se colocaron cráneos de animales sobre piedras. No se puede saber cuál fue la finalidad de esta sala, pero debajo de alguna de estas piedrecitas se encontraron parte de los restos humanos del yacimiento, unos dientes pertenecientes a un neandertal.
Sin duda merece la pena visitar el lugar, primero porque las explicaciones de los jóvenes encargados son muy completas e ilustrativas y hacen muy interesante las dos horas de ruta en las que no se pueden ver más que paisajes, y segundo porque el espacio en sí es una preciosidad, sin duda uno de los lugares más bonitos de la Comunidad de Madrid.
¡Lo tiene todo ese valle oiga!
😀