junio 13

Kumano Nachi Taisha

El santuario más famoso del Kumano Kodo (y uno de los más icónicos de Japón)
es el Kumano Nachi Taisha.

Se encuentra situado en medio de la montaña de Nachi, lo cual supone que, para llegar hasta él, hay que realizar un ascenso (y ya sabemos lo que les gustan las escaleras empinadas a los japoneses, jeje). Lo bueno es que existe la posibilidad de llegar casi hasta el punto más alto en autobús (aún faltarían unas cuántas escaleras por sortear para llegar).

La estampa de la pagoda con la cascada de fondo merece el paseo sin dudarlo.

La cascada Nachi-no-Otaki es la más alta de Japón con sus 133 metros de altura.

junio 12

Árboles de altura

Una de las cosas que me apetecía experimentar del Kumano Kodo era su naturaleza,
frondosa y centenaria.

Caminar prácticamente solos por una naturaleza tan pura, tan poco modificada por
el ser humano (simplemente alterada por los pasos que la han recorrido durante siglos)
resultó ser una experiencia maravillosa…

¡Los troncos de algunos árboles son inabarcables!

Y mirar hacia lo alto y que el cielo esté cubierto de hojas…

…no tiene precio 🙂 

febrero 11

La energía siempre adquiere la misma forma: la de un árbol

«La energía siempre adquiere la misma forma: la de un árbol. De la raíz a la copa, el tronco central se va ramificando una y otra vez, alargando esos dedos cada vez más finos en busca de algo. La forma de la energía es el contorno de un ser vivo que se esfuerza por salir al exterior y envía sus zarcillos un poco más allá, y un poco más. […]

Esa misma fuerza se forma en nuestro interior, en nuestros árboles internos hechos de nervios y vasos sanguíneos. El tronco central, los senderos que se dividen y se vuelven a dividir. Las señales que viajan desde las puntas de los dedos pasando por la espina dorsal hasta llegar al cerebro. Somos eléctricos. La energía viaja por nuestro interior igual que en la naturaleza.»

«The power», de Naomi Alderman

Embalse de la Jarosa, Guadarrama, Madrid, España. 2017.

 

agosto 1

Parque Nacional del Paraíso Eslovaco

En plena ola de calor eslovaca (no más de 30º) pudimos hacer una rutilla por el Parque Nacional del Paraíso Eslovaco, repleto de subidas y bajadas, pero también de naturaleza exultante que parecía haber sido poco transitada aún. Un verdadero paraíso para los que habitamos tierras repletas de gente y medio desérticas. 

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