Vestigios de un pasado mejor
La mole de Bucarest
Los Cárpatos rumanos (o La niebla)
Siempre que me encuentro rodeada por la niebla pienso en la película basada en el libro de Stephen King. No poder ver dos pasos más allá es bastante aterrador, no puedes fiarte de tus sentidos y es facilísimo desorientarse completamente. Aún así, me gusta mucho por lo rápido que se propaga a tu alrededor y su aire de misterio.
Lástima que, debido a la niebla, no pudimos observar los Cárpatos en todo su esplendor. Vamos, que no vimos un carajo. Como prueba, éstas fotos.
Brașov
Sin saber mucho sobre la ciudad, más que se trata de un núcleo universitario importante del país, descubrimos (también bajo la lluvia) un centro histórico medieval estupendamente cuidado y conservado, con callejas que se asemejan a las de muchas localidades europeas, rodeadas por una fortaleza y un monte gobernado por un cartel cuasi hollywoodiense en lo alto, al cual se puede subir mediante un teleférico. Un núcleo urbano sorprendente que merece la pena conocer, mucho más que Bucarest, a pesar de ser la capital del país.